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Helado de acroíris por Sayke

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Notas del fanfic:

Basado en hechos reales.

Después de un largo día en la facultad de filosofía y letras, Anne tomó el bus que la llevaría a su trabajo de tiempo que parcial con el que se paga la carrera de lenguas extranjeras. Mientras el transporte seguía su ruta Anne decidió darle un vistazo a su apariencia sacando un pequeño espejo de su mochila. ¡Luzco fatal! Pensó ella viendo su reflejo, en él había una chica de ojos grandes, de un azul tan profundo como el mismo mar, su cabello por lo regular no era un problema, siendo tan lacio nunca se notaba cuando no se peinaba por las mañanas, lo único malo era que comenzaban a notársele sus raíces castañas desentonando en su perfecto cabello negro azabache. Hiso una nota mental: “lo primero que haré saliendo de vacaciones será retocarme las raíces”. Y es que los examines finales no le estaban dando ni un respiro. Como el resto de los chicos de la universidad soñaba con las vacaciones como si se tratase de la tierra prometida. Aunque a diferencia del resto de sus amigos ella no iba a ir a un paraíso tropical a pasar a las merecidas vacaciones, todo lo contrario, se quedaría en casa y seguiría yendo a su empleo, pero por lo menos descansaría de las levantadas a las cinco de la mañana y las desveladas haciendo tarea. Para ella, dormir hasta medio día y pasar más tiempo con su novio era más que suficiente para ser feliz. Su novio llamado Roberto al que todo el mundo le dice Rob estudia en la misma facultad que ella, incluso la misma carrera. Se conocieron el primer día de facultad y bueno, se puede decir que su amor fue de esos que llaman “a primera vista”. Y ahora están a punto de cumplir tres años de noviazgo, con futuros planes de matrimonio. Últimamente Rob le comenzó a plantear la idea a Anne de contraer matrimonio ya que él está seguro que ella es la mujer de su vida. Anne siente lo mismo por Rob, aunque le gusta molestarlo frecuentemente diciéndole que no cree en el matrimonio.

Por ir absorta en sus pensamientos Anne por poco se pasa de su parada, el camión la deja a solo dos cuadras de su empleo. Trabaja en la enorme heladería del centro comercial, la palabra enorme le queda chica a la tienda, su marca es famosa por tener una extensa variedad de sabores, exhibiendo setenta y cuatro sabores diferentes, aprendérselos todos de memoria en el curso de capacitación fue una lata, Anne sintió que se encontraba en unos de los exámenes finales del semestre. Además de ella, trabajan ahí otras ocho chicas, sin contar a Nora, la encargada de la tienda de las cuales solo ella su compañera Mar son empleadas de tiempo parcial.

En el momento en el que entro a laborar la tienda se encontraba totalmente vacía, como solía estarlo los lunes a esa hora, eso no era raro, lo extraño fue que ninguna de sus compañera se encontraban en el área de mostrador, y como tampoco estaban en el cuarto de lokers solo podían estar en un lugar, la oficina de Nora. Así que Anne se dirigió directamente hacia allá. La oficina de la encargada se encuentra en la parte de atrás de la tienda, justo al fondo de la bodega.

-          ¡No es justo Nora! No te pueden hacer esto, has algo, habla con tu jefe, o el jefe de tu jefe si es necesario

Anne escucho decir a Mar, una chica alta y delgada de cabello corto, la puerta de la oficina estaba abierta y antes de entrar se dio cuenta de que efectivamente todas estaban ahí, todas menos Susan y Ángeles las cuales se encontraban en su día de descanso. Estaba Martha la cajera, de la misma complexión que Mar, pero ella de cabello largo y un poco ondulado, Gloria se encontraba sentada en una de las sillas del escritorio a Anne siempre le causaba gracia ver como los pies de Gloria solo rozaban el suelo cuando se sentaba en ese lugar por lo pequeña de estatura, en la otra silla estaba Claudia una chica algo robusta, de tez morena que siempre usaba el mismo color rosa de labial desde que Anne la conocía. Recargada en la pared estaba Belén una joven muy guapa, con una cintura tan pequeña que nadie se imaginaria que acaba de ser madre, recargada en la puerta estaba Beatriz, o Doña Betty como todas sus compañeras la llaman. Todas vestidas con el mismo uniforme, pantalón negro, blusa y gorra amarilla con el logo de la empresa bordado, a excepción de Nora ya que ella porta el uniforme de las encargadas, pantalón negro, y blusa negra con logo y nombre bordados. “lo mejor de ser encargada es que no tienes que llevar gorra” Es lo que todas las chicas dicen.

-          No hay nada que pueda hacer, la orden viene de arriba – le contesto Nora a Mar

-          ¿Qué pasa? – preguntó Anne al entrar. Era claro que pasaba algo, y ese algo no era nada bueno por cara que tenían todas en ese momento.

-          Pasa que cambiaran a Nora a otra sucursal y traerán a otra encargada – respondió Martha. Anne voltio a ver a Nora con sorpresa.

-          Me lo acaban de notificar hoy – le confirmo Nora asintiendo con pesar

-          Pero… ¡¿Por qué?! – dijo Anne casi gritando.

Todas las chicas amaban a Nora, como encargada y como amiga, pero siendo Anne la empleada de más antigüedad tenía una relación muy cercana con Nora. Para todas la noticia fue una horrible sorpresa pero… para Anne fue un shock.

-          Solo me dijeron que había ciertas tiendas que necesitaban capacitación del personal así que implementaron un plan para que las encargadas con más experiencia fueran allí – le explica Nora a Anne – Me lo plantearon como algo temporal pero si les soy sincera no creo que lo sea. Y tampoco creo que sea la verdadera razón por la que me mueven

-          Entonces ¿Cuál crees que sea el verdadero motivo? – le pregunto Gloria 

-          Bueno, les contare pero - les apunta Nora con el índice – no quiero que se haga un chisme de esto – Las chicas se observan entre sí, algo extrañadas – en una de las juntas de encargadas escuche un rumor sobre la que será su nueva jefa, dicen que tenía una relación con una de sus trabajadoras.

Las muestras de sorpresa se hicieron visible en el rostro de todas las compañeras de Anne.

-          ¡¿ósea que es lesbiana?! – Mar fue la primera en preguntar

-          Eso es lo que dicen algunas encargadas, pero solo son rumores – les dijo Nora para tranquilizarlas

-          Ya lo descubriremos cuando esté aquí – dijo doña Betty, Anne se había olvidado por un momento de ella, ya que estaba muy callada.

-          Bendita entre las mujeres – bromeo Belén refiriéndose al hecho de que en ese trabajo solo contratan mujeres para el puesto de empleada de sucursal, los únicos hombres que trabajan allí son los repartidores de mercancía. Para el puesto de supervisor o gerente el sexo es indistinto.

-          Eso no es lo importante ahora ¡lo importante es que no puedes irte Nora! ¿Qué tal si nos quejamos en recursos humanos? Tienen que hacernos caso, nuestra opinión también cuenta – Anne planteo una posibilidad que no habían pensado sus compañeras, de inmediato todas asintieron.

-          ¡Claro! Si todas hablamos y expresamos nuestra inconformidad tendrán que hacernos caso, y si no lo hacen siempre podemos ponernos en huelga – añadió Mar

-          Hablo la abogada – bromeo Claudia ya que Mar es estudiante de derecho en la misma universidad que Anne.

-          A la empresa nunca le ganarías porque todas firmamos un contrato en el que especifica que se nos puede cambiar de sucursal cuando la situación lo demande. Mi cambio es un hecho chicas, mañana mismo me presentaré en mi nueva tienda y la nueva encargada vendrá aquí.

-          ¡¿Mañana?! Pero como es posible que sea de un día para otro, ni siquiera te dieron tiempo de nada – dijo Anne sumamente molesta, era raro que ella se molestara en el trabajo, ya que estaba dotada de una paciencia infinita y un carácter ligero. Pero esta noticia la sobrepasaba.

-          Lo sé – le dice Nora – me duele que no podré despedirme como se debe de Ángeles y Susan, pero no estén tristes, que ya no sea su jefa no significa que dejemos de ser amigas ¿o sí?

Anne cruza la oficina y abraza a Nora muy fuerte.

-          ¡Claro que no! Iré a visitarte a tu casa, y puedes venir a visitarnos aquí también. – le dijo Anne conteniendo las lágrimas.

Las demás chicas se les unieron en un abrazo grupal

-          ¡Te extrañaremos Nora! – dijo Mar con voz quebradiza

-          Y yo a ustedes chicas… - la tristeza era evidente en la voz Nora, realmente habían formado un gran equipo.

-          Después de capacitar al personal tienes que picarle las costillas a tu jefe para que te regrese aquí, donde está tu lugar – le dijo Gloria cuando comenzaron a soltarse.

-          Se los prometo

El timbre de la puerta sonó indicando la entrada de un cliente,  Martha siendo la cajera fue la primera en salir a darle la bienvenida. Nora dijo “el show tiene que continuar” a lo cual las chicas entendieron que hora de trabajar así que siguieron a Martha hacia el mostrador. Todas menos Anne.

-          ¿Conoces a la que será  nuestra nueva jefa? – le pregunto Anne cabizbaja.

-          Solo de vista, su nombre es Devora – respondió Nora. Anne abrió mucho los ojos y sintió una punzada de miedo en el estomago

-          ¡LA PERRA SADICA! – grito Anne.

-          ¿Cómo? – le pregunto Nora muy desconcertada. No entendía a lo que se refería

-          Ella, es así como le dicen – dijo Anne con una voz ahora baja, como si se tratase de un secreto – me lo contó una chica que conocí en un curso al que me mandaste hace algunos meses. Hicimos buena conversación mientras comíamos en el break que nos dieron, me pregunto cómo era todo en mi sucursal y se sorprendió de las maravillas que le conté de nosotras, dijo que le gustaría que su jefa fuera como tú, así que le pregunte como era la suya y eso fue lo que respondió… “una perra sádica”

Nora se dejó caer en su silla, su fleco le hacia una sombra en el rostro, se veía sumamente cansada. Anne se sintió fatal, sabía que la estaba pasando mal.

-          No quise decirlo en frente de tus compañeras para no preocuparlas más de lo que ya lo están pero, no es un secreto que Devora tiene fama de ser sumamente estricta y autoritaria y por esa razón tiene mucha rotación de personal, la política de la empresa es no correr a nadie a menos que se haga algo realmente grave como robar, así que cuando la empresa quiere deshacerse de ti te mandan con una encargada como Devora para que te vayas por tu propia cuenta.

-          ¡Tiene que ser una broma! ¿entonces lo que quieren es que nos vayamos? ¿pero porque? – Anne pensó que el asunto iba de mal en peor. Tenía que pasar esto justo cuando estaba en el estrés de los finales.

-           Nadie quiere eso Anne, creme, sabes que en la juntas siempre me felicitan por el excelente servicio que ofrecemos, por algo es la tienda favorita de nuestro supervisor, además de que es la tienda con más ventas.

-          Por qué es la más grande – puntualizo Anne

-          Todas las sucursales venden los mismos productos y los mismos sabores, lo que distingue a esta tienda son sus empleadas, dan un excelente servicio, son eficientes y muy trabajadoras, por ese motivo ninguna encargada puede tener ninguna clase de problemas con ustedes, ni siquiera una como Devora.

Anne seguía creyendo que eso no era del todo cierto, si Devora era la mitad de mala de lo que le había platicado aquella chica hace tiempo seguro que los problemas estaban a la vuelta de la esquina, aunque no se lo dijo a Nora, no quería darle más preocupaciones. De pronto se encontró deseando que la tarde fuera eterna y el día siguiente no llegara jamás.

Después de un largo día en la facultad de filosofía y letras, Anne tomó el bus que la llevaría a su trabajo de tiempo que parcial con el que se paga la carrera de lenguas extranjeras. Mientras el transporte seguía su ruta Anne decidió darle un vistazo a su apariencia sacando un pequeño espejo de su mochila. ¡Luzco fatal! Pensó ella viendo su reflejo, en él había una chica de ojos grandes, de un azul tan profundo como el mismo mar, su cabello por lo regular no era un problema, siendo tan lacio nunca se notaba cuando no se peinaba por las mañanas, lo único malo era que comenzaban a notársele sus raíces castañas desentonando en su perfecto cabello negro azabache. Hiso una nota mental: “lo primero que haré saliendo de vacaciones será retocarme las raíces”. Y es que los examines finales no le estaban dando ni un respiro. Como el resto de los chicos de la universidad soñaba con las vacaciones como si se tratase de la tierra prometida. Aunque a diferencia del resto de sus amigos ella no iba a ir a un paraíso tropical a pasar a las merecidas vacaciones, todo lo contrario, se quedaría en casa y seguiría yendo a su empleo, pero por lo menos descansaría de las levantadas a las cinco de la mañana y las desveladas haciendo tarea. Para ella, dormir hasta medio día y pasar más tiempo con su novio era más que suficiente para ser feliz. Su novio llamado Roberto al que todo el mundo le dice Rob estudia en la misma facultad que ella, incluso la misma carrera. Se conocieron el primer día de facultad y bueno, se puede decir que su amor fue de esos que llaman “a primera vista”. Y ahora están a punto de cumplir tres años de noviazgo, con futuros planes de matrimonio. Últimamente Rob le comenzó a plantear la idea a Anne de contraer matrimonio ya que él está seguro que ella es la mujer de su vida. Anne siente lo mismo por Rob, aunque le gusta molestarlo frecuentemente diciéndole que no cree en el matrimonio.

Por ir absorta en sus pensamientos Anne por poco se pasa de su parada, el camión la deja a solo dos cuadras de su empleo. Trabaja en la enorme heladería del centro comercial, la palabra enorme le queda chica a la tienda, su marca es famosa por tener una extensa variedad de sabores, exhibiendo setenta y cuatro sabores diferentes, aprendérselos todos de memoria en el curso de capacitación fue una lata, Anne sintió que se encontraba en unos de los exámenes finales del semestre. Además de ella, trabajan ahí otras ocho chicas, sin contar a Nora, la encargada de la tienda de las cuales solo ella su compañera Mar son empleadas de tiempo parcial.

En el momento en el que entro a laborar la tienda se encontraba totalmente vacía, como solía estarlo los lunes a esa hora, eso no era raro, lo extraño fue que ninguna de sus compañera se encontraban en el área de mostrador, y como tampoco estaban en el cuarto de lokers solo podían estar en un lugar, la oficina de Nora. Así que Anne se dirigió directamente hacia allá. La oficina de la encargada se encuentra en la parte de atrás de la tienda, justo al fondo de la bodega.

-          ¡No es justo Nora! No te pueden hacer esto, has algo, habla con tu jefe, o el jefe de tu jefe si es necesario

Anne escucho decir a Mar, una chica alta y delgada de cabello corto, la puerta de la oficina estaba abierta y antes de entrar se dio cuenta de que efectivamente todas estaban ahí, todas menos Susan y Ángeles las cuales se encontraban en su día de descanso. Estaba Martha la cajera, de la misma complexión que Mar, pero ella de cabello largo y un poco ondulado, Gloria se encontraba sentada en una de las sillas del escritorio a Anne siempre le causaba gracia ver como los pies de Gloria solo rozaban el suelo cuando se sentaba en ese lugar por lo pequeña de estatura, en la otra silla estaba Claudia una chica algo robusta, de tez morena que siempre usaba el mismo color rosa de labial desde que Anne la conocía. Recargada en la pared estaba Belén una joven muy guapa, con una cintura tan pequeña que nadie se imaginaria que acaba de ser madre, recargada en la puerta estaba Beatriz, o Doña Betty como todas sus compañeras la llaman. Todas vestidas con el mismo uniforme, pantalón negro, blusa y gorra amarilla con el logo de la empresa bordado, a excepción de Nora ya que ella porta el uniforme de las encargadas, pantalón negro, y blusa negra con logo y nombre bordados. “lo mejor de ser encargada es que no tienes que llevar gorra” Es lo que todas las chicas dicen.

-          No hay nada que pueda hacer, la orden viene de arriba – le contesto Nora a Mar

-          ¿Qué pasa? – preguntó Anne al entrar. Era claro que pasaba algo, y ese algo no era nada bueno por cara que tenían todas en ese momento.

-          Pasa que cambiaran a Nora a otra sucursal y traerán a otra encargada – respondió Martha. Anne voltio a ver a Nora con sorpresa.

-          Me lo acaban de notificar hoy – le confirmo Nora asintiendo con pesar

-          Pero… ¡¿Por qué?! – dijo Anne casi gritando.

Todas las chicas amaban a Nora, como encargada y como amiga, pero siendo Anne la empleada de más antigüedad tenía una relación muy cercana con Nora. Para todas la noticia fue una horrible sorpresa pero… para Anne fue un shock.

-          Solo me dijeron que había ciertas tiendas que necesitaban capacitación del personal así que implementaron un plan para que las encargadas con más experiencia fueran allí – le explica Nora a Anne – Me lo plantearon como algo temporal pero si les soy sincera no creo que lo sea. Y tampoco creo que sea la verdadera razón por la que me mueven

-          Entonces ¿Cuál crees que sea el verdadero motivo? – le pregunto Gloria 

-          Bueno, les contare pero - les apunta Nora con el índice – no quiero que se haga un chisme de esto – Las chicas se observan entre sí, algo extrañadas – en una de las juntas de encargadas escuche un rumor sobre la que será su nueva jefa, dicen que tenía una relación con una de sus trabajadoras.

Las muestras de sorpresa se hicieron visible en el rostro de todas las compañeras de Anne.

-          ¡¿ósea que es lesbiana?! – Mar fue la primera en preguntar

-          Eso es lo que dicen algunas encargadas, pero solo son rumores – les dijo Nora para tranquilizarlas

-          Ya lo descubriremos cuando esté aquí – dijo doña Betty, Anne se había olvidado por un momento de ella, ya que estaba muy callada.

-          Bendita entre las mujeres – bromeo Belén refiriéndose al hecho de que en ese trabajo solo contratan mujeres para el puesto de empleada de sucursal, los únicos hombres que trabajan allí son los repartidores de mercancía. Para el puesto de supervisor o gerente el sexo es indistinto.

-          Eso no es lo importante ahora ¡lo importante es que no puedes irte Nora! ¿Qué tal si nos quejamos en recursos humanos? Tienen que hacernos caso, nuestra opinión también cuenta – Anne planteo una posibilidad que no habían pensado sus compañeras, de inmediato todas asintieron.

-          ¡Claro! Si todas hablamos y expresamos nuestra inconformidad tendrán que hacernos caso, y si no lo hacen siempre podemos ponernos en huelga – añadió Mar

-          Hablo la abogada – bromeo Claudia ya que Mar es estudiante de derecho en la misma universidad que Anne.

-          A la empresa nunca le ganarías porque todas firmamos un contrato en el que especifica que se nos puede cambiar de sucursal cuando la situación lo demande. Mi cambio es un hecho chicas, mañana mismo me presentaré en mi nueva tienda y la nueva encargada vendrá aquí.

-          ¡¿Mañana?! Pero como es posible que sea de un día para otro, ni siquiera te dieron tiempo de nada – dijo Anne sumamente molesta, era raro que ella se molestara en el trabajo, ya que estaba dotada de una paciencia infinita y un carácter ligero. Pero esta noticia la sobrepasaba.

-          Lo sé – le dice Nora – me duele que no podré despedirme como se debe de Ángeles y Susan, pero no estén tristes, que ya no sea su jefa no significa que dejemos de ser amigas ¿o sí?

Anne cruza la oficina y abraza a Nora muy fuerte.

-          ¡Claro que no! Iré a visitarte a tu casa, y puedes venir a visitarnos aquí también. – le dijo Anne conteniendo las lágrimas.

Las demás chicas se les unieron en un abrazo grupal

-          ¡Te extrañaremos Nora! – dijo Mar con voz quebradiza

-          Y yo a ustedes chicas… - la tristeza era evidente en la voz Nora, realmente habían formado un gran equipo.

-          Después de capacitar al personal tienes que picarle las costillas a tu jefe para que te regrese aquí, donde está tu lugar – le dijo Gloria cuando comenzaron a soltarse.

-          Se los prometo

El timbre de la puerta sonó indicando la entrada de un cliente,  Martha siendo la cajera fue la primera en salir a darle la bienvenida. Nora dijo “el show tiene que continuar” a lo cual las chicas entendieron que hora de trabajar así que siguieron a Martha hacia el mostrador. Todas menos Anne.

-          ¿Conoces a la que será  nuestra nueva jefa? – le pregunto Anne cabizbaja.

-          Solo de vista, su nombre es Devora – respondió Nora. Anne abrió mucho los ojos y sintió una punzada de miedo en el estomago

-          ¡LA PERRA SADICA! – grito Anne.

-          ¿Cómo? – le pregunto Nora muy desconcertada. No entendía a lo que se refería

-          Ella, es así como le dicen – dijo Anne con una voz ahora baja, como si se tratase de un secreto – me lo contó una chica que conocí en un curso al que me mandaste hace algunos meses. Hicimos buena conversación mientras comíamos en el break que nos dieron, me pregunto cómo era todo en mi sucursal y se sorprendió de las maravillas que le conté de nosotras, dijo que le gustaría que su jefa fuera como tú, así que le pregunte como era la suya y eso fue lo que respondió… “una perra sádica”

Nora se dejó caer en su silla, su fleco le hacia una sombra en el rostro, se veía sumamente cansada. Anne se sintió fatal, sabía que la estaba pasando mal.

-          No quise decirlo en frente de tus compañeras para no preocuparlas más de lo que ya lo están pero, no es un secreto que Devora tiene fama de ser sumamente estricta y autoritaria y por esa razón tiene mucha rotación de personal, la política de la empresa es no correr a nadie a menos que se haga algo realmente grave como robar, así que cuando la empresa quiere deshacerse de ti te mandan con una encargada como Devora para que te vayas por tu propia cuenta.

-          ¡Tiene que ser una broma! ¿entonces lo que quieren es que nos vayamos? ¿pero porque? – Anne pensó que el asunto iba de mal en peor. Tenía que pasar esto justo cuando estaba en el estrés de los finales.

-           Nadie quiere eso Anne, creme, sabes que en la juntas siempre me felicitan por el excelente servicio que ofrecemos, por algo es la tienda favorita de nuestro supervisor, además de que es la tienda con más ventas.

-          Por qué es la más grande – puntualizo Anne

-          Todas las sucursales venden los mismos productos y los mismos sabores, lo que distingue a esta tienda son sus empleadas, dan un excelente servicio, son eficientes y muy trabajadoras, por ese motivo ninguna encargada puede tener ninguna clase de problemas con ustedes, ni siquiera una como Devora.

Anne seguía creyendo que eso no era del todo cierto, si Devora era la mitad de mala de lo que le había platicado aquella chica hace tiempo seguro que los problemas estaban a la vuelta de la esquina, aunque no se lo dijo a Nora, no quería darle más preocupaciones. De pronto se encontró deseando que la tarde fuera eterna y el día siguiente no llegara jamás.

Notas finales:

Si creen que ésta historia tiene buena pinta como para seguir escribiéndola por favor dejar su comentario :)


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