—Bien, les dejare un tiempo a solas— suspiro alejándose hacia la puerta— tienen cinco minutos, y ¡Ah! Antes que lo olvide; Visitas solo los domingos desde las dos hasta las tres—
Nick salió de la habitación, Pepper hizo un gesto con la cabeza, Jarvis asintió y salió de la habitación, no sin antes despedirse de Tony y darle un paternal consejo (al cual Tony no le presto la mas mínima atención) . Pepper se lanzó a abrazarlo, dejándolo sorprendido.
—Hago esto por tu bien Tony— colocó su cabeza entre su cuello, provocando que varios mechones de pelo cayeran en su rostro— Me preocupas, y no quiero que sigas destruyendo así—
—¿Quién eres y qué hiciste con Pepper? — Ella soltó una risita.
—No te emociones, si vuelves a tomar una sola gota de alcohol te juro que yo misma me encargare de hacer tu vida un infierno— Tony negó con la cabeza, con una sonrisa cálida en el rostro.
—Está bien, mamá—
—Si cooperas con los doctores te prometo que te traeré donas de chocolate todas las semanas— Su rostro se iluminó.
—¿Me lo prometes? —
Antes de que Pepper pudiera responder, Nick abrió la puerta de forma estruendosa.
—Lo lamento señorita Potts, la hora de visitas término— Pepper asintió y salió de la habitación, despidiéndose de Nick y de Tony.
—Bueno Señor Stark, tienes la tarde libre para poder adaptarte al lugar, pero mañana temprano ya empezaras con la rutina correspondiente—Tony asintió cerrando los ojos.
Se tiro en la cama y dirigió su mirada por toda la habitación; Las paredes eran blancas, cosa que le daba un aspecto hospitalesco (por cierto, Tony odiaba los hospitales), una televisión de aproximadamente treinta y dos pulgadas adornaba la pared, junto a un par de cuadros de muy mal gusto —De esos que parecían dibujados por niños de seis años con problemas mentales—, había una estantería llena de libros, (probablemente libros de autoayuda y "motivadores", ¡Ja!, como si eso fuera a inspirar a alguien), no había ventanas, cosa que provocaba una ligera sensación claustrofóbica en el ambiente.
Cuando le presto más atención al televisor se dio cuenta de la pila de películas que se encontraban apiladas de forma estética a un costado. Entorno los ojos, << ¿Titanic?>> << ¿Crepúsculo?>> << ¿Milagros del cielo?>>. Carajo, al parecer su estancia aquí sería más tediosa de lo que se imaginaba.
En una hora Tony comenzó a aburrirse, y terminó por agarrar un libro al azar y leerlo hasta quedarse dormido.
(...)
La alarma comenzó a sonar, y Tony —a duras penas— logró incorporarse en la cama para apagarla. Luego miro el reloj que colgaba en la pared, eran las seis menos cuarto, <<Joder, que temprano>> se quejó mentalmente mientras bostezaba. Agarró el horario de actividades que le había dado Fury y se levantó desganadamente, tenía una consulta con la doctora Hill en quince minutos.
El baño de su habitación era elegante, tenía una gran tina con hidromasaje, una ducha, un inodoro, un lavabo y un gran espejo;
Mientras se admiraba en el espejo soltó un bufido, quince minutos jamás le bastaría para ponerse presentable; Definitivamente iba a configurar el despertador media hora antes.
Mientras se duchaba observo con tristeza esa tentadora y relajante tina.
Y en menos de media hora— "Tiempo récord" — estuvo listo para ir a la dichosa cita con la dichosa señorita Hill.
Tomó el pequeño mapa y atravesó medio centro hasta llegar hasta donde se suponía que tenía que ir, mientras rogaba porque la doctora que le tocara fuera sexy.