Capitulo 5 sospresas.
Pasaron más de una hora acostado sin poder conciliar el sueño, Kanon no podía dejar de pensar en la charla con Saga; aquello le parecía una locura, un asunto sin importancia, y que tan solo no le hubiera prestado atención sino fuera porque cada día veía a Saga más desesperado por todo lo que estaba pasando sin saber que hacer aun ocultando esos sentimientos en la mascara de frialdad. Eso lo había dejado sorprendido, ni en su tiempo como aspirante había visto a Saga tan consternado en lo que le pasaba a su alrededor, siempre fue la figura fuerte ante todo los obstáculos y enemigos siempre saliendo victorioso aun si arriesgaba el cuello, teniendo un plan de emergencia en todas las situaciones habidas y por haber pero ahora era completamente diferente ver a su hermano en ese estado, y si no fuera por el gran orgullo que ambos cargaban, los demás santos se hubieran ofrecido a ayudar, ellos sabían que por aquel pequeño defecto hacia que los demás se alejaran, ninguno se atrevería a ir contra alguno de ellos enojado, si no fuera por eso desde el primero momento que Saga informa de su extraña enfermedad, los demás caballeros hubieran corrido a auxiliar al mayor de ellos, pero igual sabía que Saga se hubiera negado, tenía vergüenza a que lo vieran débil ante eso y era de sorprender que el le hubiera pedido ayuda a él.
Se remueve de sitio dándole la espalda a la cama donde el mayor había caído rendido, como lo envidiaba en esos momentos.
-¿Qué vamos a hacer Saga?
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El coliseo se había llevado y los ojos curiosos no podían despegarse del próximo combate y con más de varias semanas sin entregar, Saga de geminis finalmente podía regresar a la rutina de caballero y a pesar de las negativas del patriarca y de Kanon, el mayor prefirió continuar con su vida y no dejarse vencer por lo que tuviera, muchos de los presentes se preguntaban que le había picado al mayor para ese repentino cambio, los ojos no dejaban de ver la figura del Géminis mayor contra el león dorado que estaba más que ansioso de probar las habilidades del Géminis; los murmullos de los demás dorados eran ignorados por los dos contrincantes que se preparaban antes de comenzar.
-estan preparados los contrincantes- la poderosa voz del patriarca hizo callar todo el sitio, los dos combatientes asistieron. -¡que comience!
Kanon miro sin mucho interés el combate, el primer golpe fue dado por el castaño y saga lo bloquea, las habilidades del gemelo en el combate no habían bajado en potencia pero eso no significaba que Aioria le pusiera las cosas sencillas, los golpes que ambos se mandaban ponía a temblar el coliseo, los santos de plata y bronce y algunos aspirantes observan con asombro a los dos dorados intercambiando puños.
Los demás solo observan en silencio la pelea, estaba en lo máximo cuando saga de una patada logro mandar al castaño a unos metros de distancia evitando así un gancho en el abdomen por su parte, ambos se miraron a los ojos, sintiéndose orgulloso por el entrenamiento que ambos tenían.
-aun estas en forma Saga.
-y tú no estás nada mal Aioria, no has perdido nada.
La lluvia de golpes continuo por varios minutos, Saga esquivada una serie de puñetazos que iban directamente a él o que se perdían en las paredes del coliseo, se cubría con los brazos el rostro y el pecho por cada descarga, sentía como los musculos se desgarraban por el pucño del castaño, nunca se imaginó lo poderoso que se había vuelto Aiora o era la consecuencia que sus días fuera le la rigurosa rutina habían dejado fractura, no lo sabía; vio su oportunidad de atacar al momento que Aioria detuvo su ataque antes de continuar con una serie de golpes, en solo un segundo, se incorporó extendiendo el puño contra el despistado león que nunca pensó en un contraataque en esos momentos, finalmente había logrado mandar al otro lado del coliseo dando por terminado, el silencio inundo el coliseo para luego ser roto por una serie de aplausos de los presentes por la gran demostración de poder, sus camaradas igualmente aplaudían el trabajo que ambos habían hecho, era la recompensa que tenía por un buen entrenamiento, fue hacia Aioria que comenzaba a salir entre los descombros, lo ayudo a incorporarse, chocaron las palmas amistosamente como los camaradas que eran por instinto saga levanto el puño de Aioria.
-¡Gloria a la diosa Athena, protectora de la humanidad!
Los aplausos aumentaron de intensidad y hubo uno que otro grupo alabando el grito de guerra de Saga, el patriarca quedo complacido el ver que los días de descanso no había afectado el rendimiento de Saga, dio por concluido el combate y se retiró en compañía de Athena al templo principal
Los entrenamientos siguieron para los jóvenes aspirantes, bronce y plata, mientras los dorados se retiraban a descansar, saga hubiera seguido su camino si no fuera porque en ese momento, Aioria cayo al suelo, fue a un lado de él a auxiliarlo, estaba muy cansado y su cosmos muy agotado
-vamos Aioria, levantarte.
-no puedo, mi cuerpo está muy cansado, el entrenamiento me dejo muy cansado.
-vamos Aioria tu puedes, levantare.- Saga apoyo el cuerpo del castaño contra el suyo apenas lo pudo sostener para que ambos se incorporaran, sin embargo el peso del león dorado comenzaba a ganarle e igual que él estaba muy agotado como para poder llevarlo hacia las doce casas.
Unos cuantos dorados se habían quedado atrás y fueron hacia ellos, el primero en llegar fue Aioros que fue rápidamente ayudar a Aioria, sin embargo sus ojos se desviaron hacia los brazos de saga, tenía varios hematomas a consecuencia del entrenamiento.
-¡Dioses, Saga!
-Aioros no tienes que exaltarte, solo son unos golpes, ayud...
-maldición Saga- lo interrumpe- es que no te preocupa tu salud, pudo haberte matado.
-Aioros, no sé que tienes pero esto solo es un entrenamiento, me siente mucho mejor como para no tener un entrenamiento.
-¡y tu no sabes lo que tienes!
-Aioros estas comportándote como un loco.
-un golpe, maldita sea saga pudiste haber salido lastimado.
-Aioros, somos caballeros los golpes son imposibles de no recibir, así que te pido que me dejes ir.
-saga tu…
-Escucha Aioros-intervino Kanon, llegando luego del arquero- no sé qué diablos te pasa pero esto es solo un entrenamiento, no tienes por qué ponerte así y mejor ve ayudar a tu hermano.
El Menor fue hacia el mayor llevándoselo, los demás caballeros se sorprendieron a la cara de sorpresa de Aioros y más por la sensatez de Kanon, mientras tanto el castaño solo apretaba el puño, maldiciendo al menor de los gemelos, como se atrevia tocar al objeto de sus deseos y pedirle que se alejara,¿ que clase de derechos tenía ese hombre?.
-¿Aioros, te encuentras bien?
-si Shura, vamos por Aioria.
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-¿tu también te diste cuenta verdad Kanon?
El mencionado asistió a un molesto por la idea extremista que tuvo Saga, pero si no fuera porque en una buena distancia le comento si plan, él hubiera tenido la oportunidad de oponerse rotundamente a lo que tenía en mente el mayor.
-eso fue extraño, Aioros nunca se comporta así, y más al ser indiferente hacia Aioria, él siempre fue su motivo para estar en el santuario- comento Saga- e incluso mucho antes de que él entregara por la armadura de leo.
-tal vez es la preocupación Saga.
-no lo sé- reflexiona.
-bueno, no le prestes mucha atención y es mejor que vallamos a géminis tienes que descansar.
Los dos hermanos llegan a géminis, ingresan al templo, y como lo prometieron fueron a descansar saga limpio sus heridas antes de irse a descansar, llego la tarde donde sus estómagos pedían alimento, ambos hermanos no tenían que hablar como para saber lo que tenían que hacer, la única actividad donde los dos estaban muy de acuerdo, mientras saga colocaba la mesa, Kanon preparada los alimentos, para luego ambos lavar y secar los trastos que utilizaron y mientras Saga terminaba de colocar los últimos trastos, los pasos de alguien a sus espaldas lo tenían en alentar, giro para mirar la cabellera castaña del arquero.
-Aioros ¿Pasa algo, como esta Aioria?
-nada saga, solo quería saber cómo estaban, Aioria acaba de despertar y yo solo quería saber como estaban, además de que quería disculparte por cómo te hable.
-no hay problema, saber que eso me tiene sin importancia, despues de todo somos amigos.
-si… amigos…como odio esa palabra.
-¡eh!
Aioros acorralo a Saga entre la mesa y él, el peliazul solo se aleja hasta topar con la orilla de la mesa, miro al lado contrario evitando la respiración del castaño.
_Aio…
-saga, ¿porque te empeñas en hacerme enojar, acaso no sabes cuánto te …
-¿si quieres un poco de privacidad -Aioros se separa el mayor, Kanon desde la entrada del cuarto, mira de mala forma a Aioros por el descaro de la cercanía con el mayor, el gemelo se hizo a un lado y Aioros sale del cuarto, Saga suelta el aire de los pulmones.
Ambos gemelos miran desaparecer, la retirada de Aioros, rompió la tensión de la habitación.
-dime que escucharte toda nuestra conversación.
-diría no si no mintiera.
Respira resignado, apoya ambas palmas sobre la mesa.
-Kanon… tengo que hablar con él.
-pero ahora no.- inquiere Kanon firmemente, no le había agradado lo que había visto hace unos momentos y al menos no se dejaría engañar, sabía cada uno de las estrategias que una persona podía aplicar solo para que alguien lo siguiera para hablar,no en vano había logrado engañar a un dios, sin embargo eso le extrañaba, podía esperarlo de alguien más, menos de Aioros, que estaba pasando ahí.