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Viviendo con el Instinto por Kikyo_Takarai

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Notas del capitulo:

Will recuerda quién tiene el control de su vida, y puede que tenga que manipular un poco la situación para conseguir lo que realmente desea.

Hannibal podía ponerse del lado de Lady Murasaki tanto como quisiera, pero al final la única palabra que mandaba sobre él era la de Will. Y si no podía ver el plan de su tía, entonces ella se encargaría de sacarla de su vida. No que tuviera el poder, con Will como Omega vinculado de su hermano, siendo este un Alfa, ella quedaba en lo más bajo de la cadena de poder. Tal vez ella no podía pedirle volver a la paz de estar sólo los tres en casa, pero Will sí. Y un Alfa decente siempre hace lo que su Omega quiere, aún si no se da cuenta.

Tocó débilmente a la puerta de la habitación y entró cuando Will respondió un vago “adelante”, miraba su nido con expresión crítica, reconsiderando mover algunos cojines o tal vez tomarle la palabra a Hannibal y aprender a tejer, después de todo sería más fácil tener todo justo como quería si él mismo determinaba el tamaño de las cosas.

— ¿Puedo? — Preguntó Mischa, sentándose a la orilla del nido. Will asintió sonriendo.

—Claro que sí, adelante.

—Se ve muy bien, muy cómodo. —Concedió y Will sonrió orgulloso. Pero luego Mischa cambio su expresión. — Will, tu sabes que yo te adoro ¿verdad?

—Claro que sí, y yo a ti. —Dijo Will, y era cierto, Mischa era por mucho la mejor cuñada que alguien podría pedir y la quería sinceramente.

—Quiero que sepas que estoy de tu lado… y que sé lo que mi tía intenta hacer. — Ahora Will estaba tan serio como ella. — Sé qué hace las cosas a propósito para hacerte quedar mal frente a Hannibal, sinceramente si no fueras su Omega creo que ya se las habría arreglado para llevarte al divorcio…

—Lo sabía, creí que estaba volviéndome loco... —Gruño Will. — ¿Qué hago ahora?

—Díselo a Hannibal.

—Tengo semanas intentando, pero no me escucha…

—Will… creo que mi tía Murasaki ha sido… íntima con Hannibal de formas poco familiares.

— ¿Qué quieres decir?

—Sabes bien lo que quiero decir…

Eso no tenía sentido, es decir… Hannibal no haría algo como acostarse con la esposa del tío que lo cuido cuando sus padres murieron ¿O sí? Hannibal, el rey de la cortesía y el respeto a otros… Pero al día siguiente  observó más detenidamente, Hannibal estaba algo molesto esos días. Era normal, es decir los Alfa suelen ser posesivos y Hannibal ya le había dejado claro que el sexo era su forma favorita de reclamar a Will, así que su frustración era obvia y lógica. Bajaba a sentarse a solas un rato cada noche, pero no estaba solo. Esa mujer, aparecía pasado un rato, acariciándole los hombros, descansando su mano en su rodilla y hablándole en voz baja. No, eso sí que no.

—¿Es muy divertido, verdad?

—¿Te puedo ayudar, Will? —Preguntó sin prestarle atención, moviéndose graciosamente en su hermoso kimono mientras revisaba un libro de recetas para la cena. Will le quitó el libro de las manos y lo arrojó sobre una silla.

—Hannibal me tiene a mí, porque no te guardas las ganas en una de esas enormes mangas y te largas de mi casa.

—Quisiera verte intentado sacarme, niño… —Oh así vamos a jugar ahora, pensó Will, ya nadie estaba ocultando su desprecio. — ¿Crees que no puedo convencer a Hannibal de lo inútil que eres? No es muy difícil, si te soy honesta, eres el más patético intento de Omega que he visto, no le llegas a los talones.

—Fuera de mi casa.

—Está casa fue mía muchos años, antes de que se te ocurriera abrir las piernas para conseguirla. No iré a ningún lado.

—Voy a decirle a Hannibal, la sacará de aquí.

—Ajá, eso te ha funcionado muy bien hasta ahora ¿verdad? No sabes cómo tener a un hombre en tus manos, me sorprende que fueras lo bastante listo para que se casara contigo.

—Supongo que fue su encantadora actitud la razón por la que no se quedó con usted, bruja.

—No me hables así. —Murmuró tomándole del brazo, sus fríos y pálidos dedos presionaron con fuerza, doblándolo y arrancándole un gemido de dolor. Mierda, se habría tardado menos en salir de esa ridícula llave si no estuviera tan grande y tan desequilibrado. — Compórtate… No querrás que suceda algo malo… Y no creas que esos sucios engendros que tienes dentro van a detenerme.

—No se atrevería… —Le escupió Will, ella se limitó a sonreír.

—No tienes nada en mi contra. Disfruta de lo que te dé oportunidad de gozar, puedo quitártelo todo si así quisiera…

Pero en eso estaba muy equivocada. Sí algo tenía en este momento era la más profunda sed de venganza. Y era mucho más listo de lo que ella creía. Y sobre todo, Will no era el tipo de Omega que se dejaba manipular y empujar, no era un pobre e indefenso sumiso listo para obedecer ciegamente y soportar el abuso de esa loca. Creía conocer tan bien a Hannibal, pero Matt le había recordado algo importante, él no era cualquiera, era fuerte, era terriblemente necio y sobre todo era alguien que no se queda con lo que no quiere.

Cuando Hannibal llegó a casa esa tarde Mischa no estaba, probablemente habría salido con Beverly. Tendría que investigar a esa mujer más a fondo. Se quitó la corbata y subió a su habitación. Ver el rostro de su esposo era la mejor forma de olvidarse de él estrés de un pesado día. Pero algo no estaba bien. La habitación estaba a oscuras, aunque podía ver la silueta de su Omega contra la ventana.

—Will ¿Qué haces en la oscuridad? — Preguntó mientras encendía la luz. Will estaba perfectamente vestido, como si fuera a salir, su rostro estaba muy serio y lo miró con tanta seriedad que Hannibal se quedó de pie dónde estaba, cauteloso.

—Tenemos que hablar, Hannibal.

—Por supuesto, imagino que tienes el tema en mente.

—Quiero a esa mujer fuera de mi casa Hannibal… Hoy mismo.

—Ya hablamos de esto, Will, no estoy de acuerdo contigo, y tu falta de tolerancia es bastante preocupante.

—No estoy pidiéndote que entiendas mis motivos, te estoy pidiendo… no, te demando que saques a esa mujer de mi casa, hoy mismo. —Respondió seriamente, Hannibal no percibió duda ni la sombra de una petición.

—No puedo hacerlo, Will, me temo que sería irrespetuoso, ella es cómo mi madre.

—Oh, claro, imagino que todo el mundo tiene sexo con su madre. Tuviste en algún momento una relación de carácter sexual con ella.

No era una pregunta, Hannibal era muy bueno ocultando sus emociones, pero ni él pudo reprimir un segundo en el que su expresión fue de sorpresa, casi pánico.

—No sé de qué estás hablando… Te aseguro que no te soy…

—Así vamos a jugar. ¿Vas a mentirme? —Cuestionó Will, incapaz de ocultar el dolor en su voz. Hannibal lo miró hipnotizado mientras sacaba una maleta del armario. — Bien.

—Will, deja eso de inmediato.                                                                    

—No, claramente a ti no te va esto del Omega sumiso. Digo, te estás burlando de mí. —Espetó llenando la maleta con tanta ropa como pudo, Hannibal intento quitársela pero Will lo empujó, caminando hasta la puerta. Hannibal gruñó logrando hacerla caer al suelo. — Te va más la gente con mucha autoridad, como otro Alfa.

—Will, estás actuando como un loco…

— ¿Tuviste una relación sexual con tu tía, Hannibal? —Preguntó mirándolo a los ojos. Hannibal suspiró antes de responder.

—Sí, pero no es lo que piensas.

—No puedo creerlo, eres un bastardo. — Gimió herido. — ¿Y aun así no vas a echarla de la casa?

—Will, escúchame primero, estás actuando fuera de lugar.

— Tú eres quien actúa fuera de lugar. Te dije lo que ella hacía, pero te importó una mierda.

—Will, tu lenguaje.

— ¡Que te jodan! —Gritó. — ¿Quieres decidir sobre algo, Alfa? Bien. Acabas de hacerlo. Ella o yo, Hannibal. Y creo que queda muy claro que prefieres.

— ¿Will?

—No voy a quedarme aquí mientras esa… persona no se haya largado.  Así que por última vez. ¿Ella o yo? No, ¿ella o nosotros?

—Estás actuando como un niño, Will, baja esa maleta y hablaremos.

—Respuesta equivocada, Hannibal. —Murmuró y abrió la puerta, Hannibal le aferró del brazo con tanta fuerza que chilló de dolor. — Suéltame…

—No voy a permitirte hablarme así, Will. ¡Baja la maleta, ahora! — Gruño amenazadoramente, jalándolo de vuelta a la habitación, Will chilló de nuevo y Hannibal lo soltó, súbitamente consiente de lo cerca que había estado de lastimarlo.

—Bien, diviértete.

—Will, regresa. ¡WILL!

Pero Will ya no estaba ahí, lo siguió escaleras abajo con unos segundos de desventaja y lo vio subirse a un taxi.

— ¿A dónde crees que vas?

—Con mi padre, y no volveré hasta que esa arpía este de vuelta dónde pertenece. Adiós Hannibal.

Sintió la marca oprimirle el cuello dolorosamente pero no volvió. No podía llegar hasta Florida, no sin dinero y la verdad no pensaba irse lejos.

-----000-----

— ¿Y dejaste que se fuera? ¿Eres o te haces, Hannibal?

—Mischa, por todos los cielos cállate.

—No voy a callarme, ¿cómo te atreves a hacerte llamar un Alfa?

Hannibal golpeó la mesa tan fuerte que la madera crujió. ¿Cómo se atrevía Will a irse con sus cachorros, sin decir una palabra sobre como pensaba viajar o cuando llegaría? ¿Cómo se atrevía a humillarlo de esa forma? No hay nada más patético que un Alfa cuyo Omega decide irse de la casa, eso es impensable. Tenía que traerlo de vuelta, tenía que hacerlo, no había otra opción, Will pertenecía a su lado, mierda, él lo había puesto ahí en primer lugar. Le había hecho tanto daño que se había ido.

Se había reído a espaldas de Brown por meses, sobre cómo no merecía la preciosa sumisión de ese mismo Omega y ahora lo había perdido. Y en mucho menos tiempo. Joder.

—No puedo creerlo. Sinceramente me sorprende que se quedara tanto tiempo.

— ¿De qué hablas?

—Por favor, Will ha demostrado ser el mejor Omega posible en cosa de meses. ¿Realmente crees que cometería errores como esos? Por favor, Hannibal, yo misma te lo dije, lo que ocurrió con su nido debió abrirte los ojos…

—Murasaki no tiene razón alguna para querer perjudicar a Will. —Insistió Hannibal, Mischa resopló enojada.

—No claro, supongo que porque no tiene motivos intenta seducirte, y darte masajes y te toca la rodilla por debajo de la mesa ¿No?

—Mischa…

— ¿Sabes qué? Te lo mereces. Eres una burla como Alfa, Hannibal.

Hannibal no durmió esa noche, convencido de que Will regresaría, después de todo Hannibal era su sustento, no podía solo irse con 3 niños en camino. Pero claro que pudo, y cuando la tarde siguiente aún no había rastro de él comenzó a perder la cabeza. No, tenía que recuperarlo, no le importaba nada más sin Will ahí. Que doloroso darse cuenta de que ser un Alfa no vale absolutamente nada si no está tu Omega para demostrártelo, es un valor relativo y dependiente. Quería a su esposo, quería a sus hijos.

—¿A que le debo el honor de tu visita? —Dijo Murasaki sonriéndole cuando entró a su habitación ese día.

— ¿Qué le hiciste a Will?

—Por favor, no tengo que hacerle nada a ese pequeño cobarde para…

— ¿HICISTE TODO LO QUE ME DIJO QUE HICISTE?

—Sí.

— ¿Por qué?

—No mereces un Omega como ese Hannibal. ¿Cómo puedes reemplazarme con alguien tan… corriente?

—Por todos los cielos… —Murmuró Hannibal, realmente había actuado como un imbécil. — NO, no. Nosotros terminamos hace años, hace años que no te quiero de esa forma, te lo dije. Eres como mi madre.

—No soy tu madre, Hannibal, no te quiero como una madre.

—Entonces yo no te quiero en absoluto. —Dijo decidido. La mujer lo miró sin entender. — No eres bienvenida aquí, ya no. No le diré a mi tío sobre tu comportamiento si te vas ya mismo, y no pienses en regresar.

— ¿Estás echándome de tu casa por ese niño?

—Ese “niño” es el padre de mis hijos. —Señalo Hannibal, ansioso de vaciar esa habitación y buscar a Will. —Y es la persona más importante en mi vida y se fue porque no pude ver que eres una demente. No voy a formar parte de esto, lamento haberme puesto de tu lado en primer lugar, debí  echarte de aquí la primera vez que me lo pidió… Tengo mucho que arreglar, así que lárgate. No te molestes en empacar, veré como enviarte tus pertenencias cuando llegues a tu destino.

—No vas a faltarme el respeto así, Hannibal, no me iré.

—Ó te vas, o te sacaré. —Dijo gruñendo, de forma amenazante y casi salvaje. Alfa o no Hannibal era más joven y más fuerte.

—Bien.

-----000------

—Will, ¿Estás seguro de esto? —Pregunto Mischa, tomando una taza de Café en casa de Beverly dónde el Omega se hospedaba.

—Oh, claro que lo estoy.

—Llevas aquí dos días…

— ¿Se le ve mal?

—Terrible…

—Entonces no tomará mucho tiempo más. —Susurró desinteresadamente, probablemente no era bueno que estuviera despierto tan tarde, pero con lo activos que parecían sus hijos tampoco podría dormir.

— ¿De qué hablan?

—Will cree que si se va de la casa empujara a Hannibal a actuar. —Dijo Mischa, y hasta cierto punto creía que tenía razón.

— ¡Graham, estoy orgullosa! —Rio Beverly. — Va a funcionar, los Alfa son tontos, pero no lo saben, creen que tienen el control, pero si ya te diste cuenta de que en realidad lo tienes tú, creo que sobrevivirás a tu matrimonio.

— ¿Lo apoyas en esto?... Sé que mi hermano es un tonto, pero…

—Fue un perfecto idiota. —Dijo Will, pero luego suavizo su expresión. —Y realmente no quiero hacerle daño, pero esto es ojo por ojo, y si esa mujer cree que lo tiene en su bolsillo está muy equivocada.

—Ok, plan perfecto. ¿Y cómo va a dar contigo?

—Oh, Hannibal tiene muchos recursos…—Dijo Will alzándose de hombros. Mischa consideró llamarle a su hermano por teléfono justo cuando sonaron un par de golpes en la puerta,

—Oh, claro, es mi casa ¿verdad? — Dijo Beverly y se paró a abrir. Mischa apuró su café, casi lo escupió cuando su hermano entró a toda prisa a la habitación.

— ¿Will? … ¿Mischa?

—Yo los dejaré solos. —Dijo la rubia, huyendo rápidamente rumbo a la cocina, Beverly la siguió divertida.

—Will, pensé que te irías…

—No me permitieron volar en mi estado, al parecer es peligroso. —Dijo sin mirarlo. — Y no voy a irme en autobús hasta Florida.

—En serio lo siento…

—No me digas…— Murmuró irritado. — También vino ella a pedirme disculpas ¿no?

—No, Will. Debí decirte las cosas como eran… y debí hacerte caso. Ella ya no está, no tenemos que volver a verla si así prefieres.

— ¿En serio?... —Volteo a mirarlo está vez, Hannibal sintió súbitamente un golpe de paz. Observo detenidamente a su pareja, sus cejas pobladas, sus rizos suaves, sus ojos de un azul intenso que le taladraban el alma.  Su vientre, enorme con la carga de sus tres cachorros, creciendo sanos. Ahora sólo tenía que llevarlos a casa.

—Sí, yo mismo vi que se fuera, por favor, Will, vuelve a casa.

—Fuiste un imbécil…

—Sí, lo fui.

— ¿Se va a repetir?

—No, Will, no volverá a suceder… Por favor, Mylimasis, vuelve a casa…

Will pensó en su padre cuando su madre se fue, rogándole que no lo hiciera. Pero ella se había ido de todas formas. Pensó en todos los que creen que un Alfa es sólido como una roca y se sintió culpable de doblegar a Hannibal de esa forma a su voluntad. Pero no tenía por qué permitir el abuso hacia su pareja, y se lo haría saber. Pero eso era suficiente castigo por todo lo que veía. Ojeras bajo sus ojos, el cabello desaliñado. De todas formas quería volver, quería estar con su Alfa, dejarse cuidar por él.

—Bien, volveré.

—Gracias a Dios. —Exhaló Hannibal, rodeándole en un abrazo firme, Will suspiró y lo abrazó también. — Te llevaré a casa.

—Iré por mis cosas.

—No, no te muevas, yo iré. —Susurró aliviado, besándole la frente y las mejillas y finalmente el hinchado vientre. Algo entre furia y sorpresa que había nacido de la sensación de perder todo lo que había querido se liberó finalmente de su vientre y se quedó así un segundo más. — En verdad lo siento…

—Basta… Sólo, vamos a casa… Quisiera poder dormir en nuestra cama…

No mostraría su sonrisa de triunfo, si bien algo en su interior se regodeaba, al final tenía la más pura de control sobre Hannibal, y eso ninguna mujer loca iba a arrebatárselo. 

Notas finales:

Disculpen si últimamente no tengo el tiempo de responder cada comentario, adoro leer lo que opinan y lamento cuándo las hago enojar XD sucede mucho con muraski. Gracias por leer


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