Fuimos felices… en algún punto de nuestra historia lo fuimos. Compartimos los mismos sueños, anhelos, planes e ideales, éramos dos personas que vivían en un mundo mejor cuando nuestros labios se unían y expresaban cuantos nos queríamos. El y yo… éramos uno, éramos más que un matrimonio, éramos nuestra familia.
Hemos destrozado aquel amor, le hemos arrancado los ojos por lo que no volverá a ver lo bello que fue todo, se arrastrara en el suelo buscando los pedazos que le hace falta… ambos le miraremos, pero sencillamente, no haremos nada, seguirá viviendo hasta que se convenza de que es hora de dejar de sufrir, por lo que se suicidara cuando entienda que aquella persona especial le odia… que ambos nos odiamos… ese será su fin… ese será nuestro fin.
Levanto la mirada y si tú también estas observando la luna, tan solo pensare en millones de maldiciones y malos deseos dedicados exclusivamente para ti. Te odio… te odio por herirme de esta forma tan cruel, no me importa si soy culpable o inocente tan solo sé que…
“Nunca debí haberte conocido” –susurraron ambos de forma segura y en polos opuestos del mundo.
Bruce regresó a su cuidad, pero de su personaje público y carismático poco se sabía, sus reuniones de trabajo se realizaban en su empresa por lo que las fiestas de sociedad estaban descartadas de sus quehaceres. La noticia de la desaparición de Clark Kent estaba en el aire que día tras día debió respirar, la prensa, no toda claro está, especulaba que el atentado al departamento del reportero tenia estrecha relación con una venganza de Wayne por la infidelidad de este. No hacía falta tener un súper oído para escucharlo porque Bruce se mantuvo encerrado en su mansión, en su empresa y en su Batcave, allí eran los escenarios en donde su vida cobraba vida o al contrario, moría a paso lento.
Negaba necesitar ayuda, se negaba creer que sus vacaciones no hubieran servido pero... asi es. Negaba la posibilidad de ir a la Liga aun cuando una situación realmente grave lo amerite. Era tonto pensar así porque la estación espacial estaba considerada dentro de sus propiedades, pero… Superman es el líder de aquel símbolo de justicia, la usa diariamente, vive ahí… regresar al punto de partida es… tener cifras rojas. Prefería cederle lo único que podría ceder, si Clark tenía pensado ser solo un héroe y nada más, entonces debía tener un lugar acogedor para esos propósitos.
Batman podía conformarse con algo más acotado, podrido y sin remedio como lo era su cuidad. Gotham es el basurero que nadie se atreve a escarbar, es el animal muerto que está en la carretera y que los autos aplastan una y otra vez. Le dolía aceptar que de tanto en tanto, su ciudad terminara por matarle. No era algo tan fuera de lugar, los criminales están tan perturbados que verse afectados en una explosión no les causa el menor miedo, viven el momento y consideran un reto personal asesinar a quien no les deja hacer lo que quieren.
“Joven amo, veo que una vez más sus reflejos no fueron lo suficiente buenos para evitar que le lastimen” –comento Alfred mientras se acercaba a un Batman que regresaba de patrullar
“… Si” –susurro y se sentó en la silla. De su brazo derecho, la sangre se escapaba de su traje y comenzó a descender hasta chocar con el suelo.
“Por favor, quítese el traje” –solicito el mayordomo con preocupación
“… ¿Has visto las noticias?” –comento Bruce mientras ignoraba lo antes dicho— “Superman ha salvado al mundo una vez más… lo hizo… sin siquiera sufrir ni un rasguño”
“Eso es por su origen extraterrestre” –murmuro algo extrañado de que no considerara aquello
“…” –prefirió guardar silencio y dejar que su mirada se pierda en el pequeño lago de sangre a sus pies.
“Joven amo… ¿esta usted triste?” –pregunto y enseguida se arrepintió de haberlo hecho. Trato de buscar algo más que decir, pero se sorprendió que su interrogante tuviese respuesta.
“Lo estoy… para serte sincero, hoy casi me asesinan y como siempre… solo tu sufrirías por eso… aparte de ti… estoy solo” –apretó el puño de la extremidad que le dolía como pocas veces le dolió algo en la vida.
Ese era un final habitual en la espera del alba, Bruce Wayne regresaba a su cuarto y en su cama encontraba que el día podía volver a comenzar, ¿de qué forma?, de una forma horrible por supuesto. Cerró los ojos cuando sintió que los calmantes le ayudaban en algo, nunca dejó de usarlos, nunca pudo vivir libre de una dosis que le permitiera dormir por unas horas de forma profunda. Necesitaba, hasta cierto punto, borrarse o mejor dicho huir, todo se vuelve asfixiante cuando nada cambia a pesar de que las cosas cambien.
Por primera vez en mucho tiempo, la vida le sonreía como siempre espero, sus problemas eran solucionados con sus poderes y de recompensa, la admiración de todos era suficiente. Hacia el bien a gran escala, salvaba no solo su cuidad, sino que también al mundo entero y porque no, al universo si así también fuese necesario. Su tiempo no tenía problemas ni preocupaciones de llegar puntual al trabajo, de viajar innecesariamente en auto o avión, de aceptar ordenes por no renunciar a un sueldo a fin de cada mes. Ahora podía controlar sus actos y dirigir el rumbo de su propia vida. Eso era suficiente para hacerle sentir feliz, al menos eso experimento los primeros días, pero luego la emoción desapareció, pronto supo que la vida de un héroe era de unas cuantas horas o en ciertos casos puntuales. La mayor parte del tiempo no era necesario, nadie le necesitaba… en resumidas… estaba solo observando como los demás vivían en un mundo en perfecto equilibrio.
Trato de matar el tiempo, flotaba frente al sol, se perdía en el universo y en planetas que la NASA ni siquiera ha descubierto, pero cuando se aburría, regresaba a la Liga y necesitaba hablar con alguien ya que después de tanto silencio intergaláctico, las relaciones interpersonales tomaban gran importancia. Su traje y su cabello descuidado, generaba curiosidad en los demás héroes, le preguntaban que aventuras había tenido y cuando escuchaba aquello, Clark solo podía pensar que no había hecho nada. Esquivaba la pregunta y preguntaba qué había sucedido en su ausencia. “No mucho” –le respondían y sencillamente, ellos se alejaban de él como si algo mas importante estuviese ocurriendo en sus vidas.
“¿No me preguntaras nada?” –Clark miro a Diana
“... Eres el hombre más fuerte del mundo, pero cada vez que te veo… me pareces todo lo contrario” –acoto sin apartar la mirada aun cuando prefería evitar aquel contacto
Superman sonreía con burla de aquellas palabras, pero cuando le dejaban solo, su rostro se tornaba serio, tan serio que hasta sentía el pesar de que aquello fuese verdad. Se sacaba el traje y reafirmaba que nada, absolutamente nada podía hacerle daño. ¿Eso es un defecto en un mundo en el cual todo duele?
En busca de compañía, constantemente viajaba a la Tierra y llegaba a casa, su madre al verlo le abrazaba y le besaba la frente con cariño. Le indicaba que debía tomar asiento y esperar la deliciosa comida que ella le prepararía en cuestión de minutos. Su vista recorría el lugar y las fotografías familiares eran recuerdos en su esto puro, aquellas personas eran diferentes de las que ahora son, su padre ya no está, su madre en algún momento también no estará y él… bueno… ha cambiado totalmente.
“¿Extrañas a papá?” –pregunto a su madre y ella volteo a mirarle. Negó con la cabeza y se acercó hasta la mesa, tomando la silla junto a Clark, se sentó y entrelazo su mano a la de su hijo.
“Jonathan era mi alma gemela, pero a pesar de eso…. quizás tú no lo sabes pero muchas veces discutimos y pensamos en separarnos… nos mantuvimos unidos no solo por el cariño que sentíamos el uno por el otro, sino más bien por el compromiso que adquirimos al momento de decir: acepto… siempre hay momentos que pareciera que estamos mejor solo pero nunca es así… tu padre nunca me ha dejado ni yo a él” –sonrió y se levantó para regresar a la cocina— “Debes sentirte tranquilo de haber hecho todo lo posible por ser feliz en tu matrimonio, si eso no sucedió no es tu culpa… sigo creyendo que Bruce fue quien no lo intento pero no se lo reprocho, entiendo que ha tenido una vida difícil y que demostrar emociones no le es fácil… ahora que lo pienso… me sorprendió de verle tan feliz en el día en que ustedes de casaron… ¿lo recuerdas verdad?... él te sonreía de una forma tan adorable que hasta logro emocionarme, por eso llore como una magdalena…. santo cielo… incluso ahora me hace sentir añoranza de aquellos tiempos” –revolvió la cacerola con un suspiro entre sus labios
“… ¿Qué pensarías si te digo… que cometí graves errores mientras duro mi matrimonio?” –pregunto de forma insegura al tiempo que sus manos estaban empuñadas de forma tensa y rígida
Martha volteo y le miro, sonriendo de forma tierna le dijo: “No lo creería porque tú no serias capaz de eso”
Todo lo que Martha sabe es la versión que su hijo le ha dicho, la verdad que ella maneja no es más que una cosa a punto de romperse. Incluso la desaparición de Clark Kent tenía un trasfondo lindo y rescatable que se resumía en: Superman está haciendo una misión. ¿Cuan engañada puede estar una madre?... ¿cuan engañada puede estar mi madre? Se preguntó mentalmente y sin atreverse a sostenerle la mirada.
Acepto el plato de comida en silencio, después, regreso a su cuarto y paso la noche en su cama, se refugió en sus sabanas que conservaban los recuerdos de sus grandes sueños de trabajar para un periódico, de casarse y ser fiel a la persona que decida amar y por sobre todo… ser un buen hombre como lo fue padre. ¿En qué momento fue todo lo contrario?
La locura siempre encuentra la forma de no ser capaz de controlarse a sí misma, piensa y razona de una forma tan extraña que hasta simpatía puede causarnos si por un segundo, compartimos su punto de vista. Joker estaba molesto, pero esta vez no lo estaba con el mundo o con la hipocresía de la humanidad, estaba molesto con alguien en específico que arruino a su contraparte, a su complemento. No sabía muy bien el cómo o por qué pero entendía, que Superman había lastimado a Batman, eso creía después de una actuación casi lamentable del murciélago en un plan que consistía en destruir la alcandía de la cuidad. Su héroe se había hecho daño y no cualquier daño, era como si deseara en el fondo dejar de existir.
“Sé que puedes escucharme… sé que puedes detenerme… pero ven aquí ahora mismo o sin que nadie lo sepa, destruiré toda esta maldita cuidad” –bufo Joker mientras su mano tenia presionado el botón que provocaría una explosión nuclear. No le había costado mucho trabajo en verdad obtener aquella joya ya que Lex se la facilito con la única condición que Gotham desapareciera del mapa. Tal vez, corría con suerte y Bruce Wayne estuviese acostadito mirando una película cuando la explosión destruya su imagen, su mansión y por sobre todo… su empresa que bastantes dolores de cabeza le generaba en el área económica.
Superman reconocía aquella voz y vistiendo el traje de héroe, voló hasta la cuidad que prometió no volver a regresar, el payaso decía la verdad, el payaso le miro con desdén y antes de tan siquiera hacer algo, el aire se torno con un aroma especial.
“Moriré… todos morirán… inclusive tu” –sonrió feliz mientras veía que el supertonto descendía de forma torpe— “Es mi nuevo aromatizador, su fragancia de kriptonita es realmente una delicia… ahora bien… supongo que desconozco la mitad de la historia, pero no importa, la he rellenado con lo único que me importa... le has hecho algo a mi Batsy y eso amerita que yo… cree un caos en toda esta ciudad, en el país y en el mundo entero… seré el primero en destruir de raíz a un héroe tan enfermo como yo” –comenzó a reírse con diversión.
“Estas demente” –hablo con dificultad
“Eso no es nuevo, todo el mundo lo sabe… ¿por qué dudas de eso?” –pregunto mientras se acercaba con un arma de fuego
Siempre pensó que Bruce exageraba, nadie podía estar tan demente como decía que estaba el Joker, creyó que Batman inventaba villanos para estar a la altura de los demás héroes, ahora que lo pensaba detenidamente… realmente subestimo a su esposo hasta el punto de dudar si en verdad sufría lo que decía haber sufrido. Jamás, nunca… imagino que enfrentaría una situación semejante y que tendría miedo de ser lastimado, entonces… ¿cómo Bruce logra controlar el terror que causa la idea de morir solo a media noche en una ciudad que parece no importarle nada?
“Vete despidiendo de tu miserable vida” –levanto el arma y apunto justo en el pecho de Superman quien no entendía nada o al contario, comenzaba a entender que era ser de verdad un humano normal y corriente.
Escucho el disparo, escucho como la bala se incrustaba en los músculos y órganos… escucho todo eso, pero su cuerpo estaba intacto, ¿entonces?, abrió aún más los ojos al ver una sombra justo sobre el protegiéndole como si fuese su único propósito en su vida. Aquel salvador cayo pesadamente sobre su cuerpo y desde allí, sintió aquel aroma que tanto le gustaba, sin duda… solo había una persona en el mundo capaz de dar su vida sin dudarlo en hacerlo.
“… No te preocupes…”
“… ¿Batman?...” –susurro con un nudo en la garganta producto de la consternación del momento
“… La Liga ya viene en camino” –comento con dificultad
“¿Por qué… --no fue capaz de seguir hablando y mucho menos de impedir que sus lágrimas invadan sus mejillas? Por primera vez fue consiente de cual fría podía ser una noche o de que tan largo podía ser un minuto, la vida nunca estuvo tan cerca de la muerte como lo estaba ahora. Sus manos temblorosas se alzaron y tocaron con temor de lastimar aún más aquel cuerpo de quien, fue una parte importante de su vida. Sostuvo su cintura y le hubiese gustado tener fuerza suficiente para levantarle, pero no, estaba actuando el papel de alguien indefenso y como tal, debía esperar un milagro… pero es ahí el problema, el milagro ya había sucedido años atrás, y con eso se refería a que Bruce Wayne correspondiera los sentimientos de Clark Kent. Todo había quedado registrado y grabado en fotografías, aquellas tienen un encanto muy particular… cuando todo cambia… ellas mantienen a las personas y a los lugares intactos, lo que es algo imposible de replicar porque el tiempo le encanta distorsionar al mundo a su paso.
Si… que ambos hubiesen estado juntos, era un verdadero milagro que la vida le había obsequiado como recompensa por ser un buen hombre, pero después de todo lo que ha pasado en el último tiempo… sin duda la vida ha decidido quitarle lo que no supo valorar.
“…” –Batman trato de sonreír a pesar de que sabía que aquello no sería visto— “… El mundo… te necesita… por favor… debes ser quien eras antes de… conocerme” –susurro la última palabra y su cuerpo se desvaneció por completo
Joker estaba estático, se suponía que asesinaría a Superman y que seguiría jugando tranquilamente con Batsy, jamás… jamás pensó en un final así. La noche del crimen perfecto se tornó la noche de un error histórico y decisivo en la vida de aquel villano. Su razón de existir había acabado en cuestión de segundos y peor aún, Batsy se lo había dedicado exclusivamente a Superman… ¿por qué?... se preguntó mientras la idea de presionar el botón no era tan mala idea, de hecho… era lo único glorioso que le iba quedando.
La vida y la muerte son gemelas, pero… secretamente la muerte envidia a la vida porque es en ella que todo tiene un mejor significado. Joker estaba por destruir aquella suposición, pero antes de tan siquiera mover su dedo, el interruptor se había convertido en polvo, sin entender nada, de pronto todo el lugar tembló, los objetos metálicos comenzaron a generar estática y atracción mutua, en medio de la oscuridad de la noche, destellos de colores como el blanco, celeste y azul cruzaban el aire como si fuese a ocurrir algo cósmico. Los rayos cobraron intensidad en luminosidad y en ruido, hasta de poco a poco una figura humana se materializo, su imponente figura la cual era cubierta por un resplandor celeste que emanaba su piel del mismo color. Sus ojos brillantes observaron la situación y como era de esperar, debía castigar los malos actos, por lo que observo al Joker y no espero reacción alguna, tan solo movió su mano y aquel hombre exploto manchando el suelo de sangre.
“No he venido a ayudarte… tan solo he venido porque él me interesa” –comento con tranquilidad y bastante seguridad. Usando sus poderes, desmaterializo a Batman que estaba junto a Superman y lo volvió a materializar entre sus brazos, cargándolo con cuidado le observo fijamente, reconocía el daño sufrido, pero también tenía control sobre eso, fue así que recomponiendo la materia que fue lastimada obtuvo un recipiente apto para albergar nuevamente aquella energía que todos conocen como alma.
“… ¿Quién eres?” –pregunto Superman mientras fruncía el ceño y se sentía un poco mejor
“Todos me llaman Doctor Manhattan” –comento alzando la mirada, pareció no incomodarle que los demás héroes hicieran acto de presencia
“… Devuelve a Batman ahora mismo o te juro que...” –repuso mientras lograba ponerse de pie
“Afirman que trabajan para construir un paraíso, pero está poblado de horrores… pocos son los que pueden verlo y de ellos, somos tan solo nosotros dos” –repuso mientras bajaba la mirada y observaba el cuerpo que tenía entre sus brazos
“No sé qué quieres, pero será mejor que me entregues a Batman o te juro que te cortare en millones de pedazos” –amenazo Hall y Diana por primera vez estaba de acuerdo con aquel grado de violencia
“… Ya es muy tarde… siempre lo ha sido… y siempre será… muy tarde” –susurro mientras veía que detrás de aquella mascara, unos ojos azules comenzaban a despertar de su pequeño pero significativo viaje
“¿Qué…” –Bruce iba a preguntar algo, pero Dr. Manhattan se desmaterializo provocando una onda de energía que golpeo a Kal, Diana y a Hall.
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