Sam siempre ha sido un gran observador. Su don, si podría llamarse así, no requería de mucho esfuerzo mas que detenerse por unos instantes y mirar las acciones de las personas. Y eso también incluía a Dean.
Fue una gran revelación descubrir que su hermano mayor estaba enamorado de Castiel. Nunca había sospechado que Dean tuviera un interés por el ángel, hasta que observó una de sus tantas interacciones. ¿Cuántas veces había visto a su hermano con una expresión sincera y radiante en su rostro? ¿o escuchar ese tono particular en Cas decir Dean?
Si bien era poseedor de ese secreto, tampoco se esperaba que un día Dean se lo confesara tan de golpe.
—¡¿Que hiciste qué?!.
—Besé a Cas... ¡Demonios! no me hagas repetirlo.
Sam atinó a darle una primera mirada de asombro, para luego establecerse en una de comprensión.
—Oh...
Dean hizo una mueca amarga.
—¿En serio? ¿Sólo, oh?
—Bueno, ¿qué quieres que diga, Dean?—reclamó ofendido. Sam no podía creer que estaba siendo regañado. Le gustaría decir que se encontraba feliz de que Dean saliera de su estreñimiento emocional—. ¿Quieres hablar de sentimientos?
—¡No! no lo sé... mierda.
—Bien, bien.... ¿Dónde está Cas por cierto?—no se le escapó ver como su hermano se removía del asiento y dejaba su hamburguesa en el plato.
—Él... se fue después de... ¡Maldición, ya sabes!—protestó en medio de la cafetería.
Sam conocía esa mirada y nada bueno evidenciaba el rostro de Dean. Conflicto, nervios y algo mas... miedo.
—Está bien...sólo debes calmarte. Te prometo que todo se va a solucionar...
Eso deseaba.
***
Media hora después, los hermanos Winchester volvieron al búnker y para su sorpresa, encontraron al ángel esperando en la biblioteca.
Un silencio incómodo se estableció entre ellos.
Aunque Cas y Dean se mantenían distanciados por unos pocos pasos, Sam sentía una corriente de tensión que se acumulaba con pesadez en el aire.
¡Dios! alguien tenía que cortar con esta situación.
Aclarando su garganta hasta el límite, Sam decidió optar por el camino más sensato.
—Dean... yo...—tragó saliva—. ¿Saben qué, chicos? mejor voy a dar unas vueltas. Necesito seguir investigando.
Para su alivio, no recibió respuesta alguna y esa era su señal de una retirada rápida. Tenía que ir hacia la salida más próxima y sin mirar atrás.
Una vez que abandonó el lugar, Sam suspiró con todas sus fuerzas. Estaba muy seguro que después de todo aquello, Dean le debía un gran favor.
Mientras caminaba directo hacia el Impala, una sonrisa cómplice y triunfante se asomó por su cara.
¿Podían culparlo?
Al fin de cuentas... puede ser que Sam sepa alguna que otra cosa, pero no le corresponde a él decirlas.