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Six Degrees of Separation por LuuOkita

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Tras lo que había sucedido y su escape de prisión decidió quedarse en la ahora reabierta escuela de Xavier, en parte por Pietro ya que si sus cuentas no fallaba aquel chico tan extraño posiblemente fuese su hijo y por Charles...
Su relación nunca fue perfecta, de hecho no esperaba perfección pero las cosas cada vez iban a peor y un día tras otro sentía que le hacía más daño a su lado que lejos de él. Pero la situación se había vuelto algo insostenible, razón por la cual llevaba semanas que apenas hablaba con nadie quizás algunas palabras con Logan o Raven los cuales solo le miraban como padres que esperan que sus hijos arreglen una estúpida pelea.

Llevaba unos minutos en la cama, despierto pero sin querer levantarse, Charles solía ir a desayunar sobre esa hora por lo que esperaría para luego ir él, prefería evitar las confortaciones innecesarias con el moreno cuando alguien tocó en su puerta pero antes si quiera de que pudiera reaccionar solo vio una sombra gris dejarle ropa sobre la cama y entonces vio a Pietro sonriente, moviendo uno de los pies al ritmo de su música mientras le miraba.


-¿Qué te he dicho de entrar sin llamar? -Dijo Erik alzando una ceja mientras se ponía de pie estirándose un poco cogiendo la ropa para cambiarse aun con cierta pereza.


-Llamé pero eres lento respondiendo -Dijo encogiéndose de hombros antes de reírse de forma leve a pesar de la mirada seria que le echó el mayor.- No me dirás que no te apetecen unas galletas -Dijo sintiendo que la boca se le hacía agua solo de pensar en ellas.


-En un rato iré, no hay prisa -Respondió intentando sonar calmado y casual, aunque en su mente calculaba incluso cuando tenía que bajar o subir la escalera para no encontrarse con Charles, cada vez que intentaba explicarse o hablar terminaban a gritos.


-De eso nada -Replicó divertido el muchacho, poniendo una mano en su nuca y antes de Erik pudiese objetar nada en un parpadeo estaban en el comedor.


El bullicio se hacía notar y aunque lo oía como si fuera algo lejano debido a el leve mareo que le había dejado aquella carrera de Pietro, al cual no pudo encontrar con la mirada pero fue entonces cuando sintió aquella azul mirada que tanto conocía sobre él y apartó la mano de su sien para poder mirarle, viendo que los ojos de este estaban llenos de lágrimas.


-¡El desayuno es muy importante! -Exclamó entonces la voz de Pietro que había cogido unas galletas con chocolate mirando de reojo a Erik, que al oírle se giró para verle y reprocharle seguramente que eran demasiadas las que iba a comerse de golpe.


Pero su mente en ese momento solo pudo procesar que Charles se había ido y sus pies reaccionaron un poco más tarde que su cerebro y salió corriendo detrás de él, sin saber donde buscarlo exactamente al comienzo pero luego se dio cuenta de que se conocían demasiado bien y supo que estaba en la terraza, tratando de coger aire seguramente. Relajó su andar a medida que se acercaba y se quedó detrás de él, mirando su espalda hasta que giró y cogió aire intentando retener sus propias lágrimas al verle así.


-Charles...yo...-Empezó algo entrecortado sin saber bien que decirle ahora que le tenía enfrente y desvió la mirada unos segundos mordiéndose el labio, tratando de pensar en las palabras correctas para que no saliese corriendo de nuevo.


-¡¿Tú qué!? -Exclamó Charles interrumpiendo sus pensamientos de como hablar, se notaba que su voz estaba quebrada- ¡No pienso dejar que acabes con todo otra vez! -Le gritó de nuevo, el alemán podía notar como Charles temblaba ante él, no sabía si debido a la furia o quizás por la impotencia.


-¡Yo no soy el que se droga! -Gritó sintiéndose culpable al segundo de haber dicho la frase, apretando los labios un momento y cogió aire intentando decir otras palabras, sabía que eso había estado demasiado fuera de lugar.


-¡No haberme dejado en una puta silla de ruedas! -Le gritó Charles en respuesta y como él más temía salió corriendo de nuevo y él solo se quedó ahí quieto, como un idiota.


De su boca salió un gruñido de frustración y apretó los puños, llamándose idiota internamente mientras sentía que las lágrimas bajaban por sus mejillas sin control ninguno. Aquel accidente en Cuba había culpa suya y de nadie más, él hizo que todo aquello ocurriera y además desvió la bala dándole a Charles. Nunca podría dejar de sentirse culpable por todo aquello y aunque sabía que Charles era capaz de perdonarle, él sentía que no se merecía ese perdón. Muchas veces había oído como incluso la propia Raven le decía que era mejor que arreglasen las cosas, que el daño que se estaban haciendo los acabaría destruyendo. Y tenía demasiada razón, dolía y se sentía como si le estuviesen quemando vivo cada vez que veía esos ojos mar llorar por su culpa y encima cuando tenía una oportunidad se dejaba llevar por su temperamento y simplemente decía cosas hirientes, cosas que sabía que harían que el moreno saliese corriendo.
Incluso Pietro se había dado cuenta de la situación, aunque desde su punto de vista claro, lo del desayuno había sido una encerrona y aunque el joven lo hizo con su mejor intención no tuvo los mejores resultados.

Se pasó las manos por la cara, sintiendo que estas habían manchado su camisa de cuadros al usarla para secar estas y trató de respirar hondo, pero era inevitable que sus ojos rojos e hinchados no delatasen que había llorado. Fue cuando se calmó un poco la hora del desayuno que decidió subir a su habitación, dejándose caer en la cama y miró al techo por unos segundos. Allí solo le estaba haciendo sentir mal a Charles además de a los que estaban a su alrededor y sintió como la habitación se hacía más pequeña a su alrededor, tenía que salir de allí.

Una vez en pie de nuevo sacó sus viejas maletas empezando a llenarlas de ropa en un tonto impulso de hacerlo de manera desordenada y acabó entre las dos maletas, el armario desordenado y él sentado en el suelo, apoyado en la cama mientras miraba aquel armario como si fuera el origen de sus problemas con Charles, sonrió de forma leve al ver una camisa con un estampado de flores bastante horroroso que el moreno había querido tirar y él había dicho que la guardaría y ahí estaba como un tesoro de incalculable valor.
La visión que ambos tenían del mundo era tan diferente que solo empezó a separarlos cada vez más, las discusiones fueron más grandes que su amor. Por experiencia sabía que no todos los humanos iban a llevarse bien con los mutantes, que no todos eran amigos y que los alumnos deberían saber pelear, defenderse, aprender a escapar...No eran iguales a los demás y según él debían dar por hecho que iban a hacerles daño y si lo hacían entre los propios humanos, con los mutantes era más que probable.

La puerta se abrió tras un breve toque, ya solo pudo esbozar una leve mueca casi en una sonrisa, ese chico nunca cambiaría y al verle entrar esa sonrisa solo se agrandó un poco.


-¿Acaso te apuntas a la limpieza de armario? -Preguntó sabiendo que el chico ahora querría disculparse con él por lo que había pasado y palmeó el suelo a su lado mirándolo.


-Hmm quizás debería venir luego -Dijo riéndose de forma leve y se sentó a su lado, fijándose entonces en todo aquel desastre y suspiró.- Gran trabajo aquí -Murmuró fijándose en las maletas.- ¿Por qué las maletas? -Preguntó mirándolo algo más serio.

-Me voy -Contestó algo seco, sentía que cuanto más distante fuera con aquel chico menos le costaría despedirse de él y al verlo que iba a hablar de nuevo con mil preguntas en la cabeza solo suspiró.- Aquí no me queda nada Pietro, tú eres mayor y puedes defenderte solo y a Charles solo le hago más daño estando aquí -Se explicó, a sabiendas de que el chico le preguntaría por todos los detalles.


-Pero...¡no puedes irte! -Exclamó, sintiéndose ligeramente herido se sintió abandonado por un momento cuando el mayor le dijo aquello.- Si es por lo de esta mañana...y-yo lo siento -Se disculpó algo entrecortado sin entender por qué quería irse aún.


-No fue por el desayuno...sé que solo querías ayudar -Dijo mirándolo y le revolvió el cabello antes de volver a mirar al frente, haciendo una leve mueca.- Pero prefiero irme...


-No deberías hacerlo -Dijo con un puchero, algo enfadado de la decisión que había tomado el mayor y se abrazó un poco más a si mismo unos segundos, antes de levantarse para irse sin mediar ninguna palabra más.


Erik suspiró al verlo irse, sabía que eso le había dolido. Era consciente de la admiración que el chico sentía por él y también del vínculo que tenían, si bien la relación su madre no fue la más duradera ni la más romántica, era innegable que Pietro era una de sus mayores preocupaciones, era su hijo y aunque él no se lo hubiera dicho claramente no hacía falta, las palabras solían sobrar a pesar de que siempre pensó que sería un mal padre y empezó a guardar mejor las cosas en un maletín marrón, donde no cabían demasiadas mudas pero con las básicas y algunas cosas importantes se sentía satisfecho. Aún recordaba las primeras veces que se besaban a escondidas, sobretodo de Pietro y Raven, ya que pensaban que se enfadarían o no lo entenderían, pero las caras que pusieron cuando les pillaron un día solo fue como si llevasen tiempo esperándolo, ese recuerdo le hizo sonreír de manera amarga.
Eran escasas las veces que conseguía ver a Charles como esta vez en el desayuno y podía notar la tristeza del telépata desde lejos, sabía que perder las piernas había sido un duro golpe porque fue justo en ese momento donde él lo dejó solo, y después de que su relación acabase había vuelto al suero, había vuelto a dejar de sonreír como lo hacía antes y ahora solo era una mueca de falsa esperanza o de simple sarcasmo. Odiaba ver esos ojos de llenos de lágrimas y sentía que era su culpa por no haber intentando entenderlo, pero él sabía que los humanos no querrían convivir con unos mutantes no al menos todos y sentía que no debía dejarlos desprotegidos sino darles las herramientas para poder defenderse, aunque para Charles enseñarles como ser pacíficos les iba a ayudar mucho más.

Pasó los dedos por la marca que seguía y seguiría en su piel para siempre y solo pudo suspirar, una parte suya odiaba a los humanos que hacían eso con otros humanos o con otros mutantes ¿pero no era odiarlos rebajarse a su mismo nivel? Al terminar de guardar la mayoría de cosas se puso en pie viendo que no era demasiado peso y se arregló un poco mejor la ropa de haber estado en el suelo y se sentó en la cama comprobando el reloj, dos y media, la hora del almuerzo seguramente Charles bajaría obligado por alguno de sus amigos para que comiese como es debido por lo que esperaría para poder irse con tranquilidad y cuando pasó casi media hora decidió ponerse en marcha, andando sin hacer demasiado ruido.

La mayoría de estudiantes con los que se cruzó solo le miraron de reojo casi con miedo de que fuera a echarles la bronca o algo así, sabía que cuchicheaban y sabía perfectamente que la noticia no tardaría en extenderse y giró el pasillo para salir hacia el patio cuando sintió que alguien le seguía, en un principio pensó en Pietro pero luego se dio cuenta de que eran demasiado tranquilos y entonces esa mirada volvió a posarse en él de nuevo. Cogió aire pensando en seguir sin mirar a atrás pero su mano se separó del pomo y se giró para encararse, ahí estaba, hecho un manojo de nervios con los ojos llenos de lágrimas pero sin aquella barba descuidada y su cabello parecía algo diferente.


-No creo que contarle el plan de huida a Pietro haya sido buena idea -Empezó a decir Charles, intentando estar tranquilo, no quería discutir en ese momento con el alemán.


-Me pilló infragantri -Dijo encogiéndose de hombros con una leve mueca, sabía que no hablaban de su hijo precisamente y se mordió el labio unos segundos antes de suspirar.-


-¿A dónde irás? -Preguntó sintiendo que su voz volvía a resquebrajarse pensando en que se iría de su lado de nuevo y no podía retenerlo.-


-Aún no estoy seguro -Respondió en el mismo tono calmado, cada segundo frente a él le era más difícil mantener aquella falsa tranquilidad.


Vio a Charles bajar la mirada echándose a llorar en silencio con los hombros temblorosos, apretando sus manos en un gesto nervioso, se había quedado sin palabras qué decirle y parecía que iba a darle un ataque de ansiedad en cualquier momento y su cuerpo reaccionó por sí solo y el maletín cayó al suelo mientras sus brazos rodeaban a Charles abrazándole contra su cuerpo, queriendo protegerlo, incluso de si mismo.

Las manos de Charles se posaron sobre su pecho tratando de separarle al sentirle pero luego solo le abrazó más fuerte, escondiendo el rostro en su cuello notando que el más alto también estaba llorando aunque algo más silencioso y se abrazó a él con fuerza, sin querer dejarle ir.


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