Capítulo 18
Por amor a dios madre… ¡Cállate!
A veces se preguntaba si esa mujer era realmente su madre, se comportaba peor que una niña en ocasiones… En ocasiones como esa en la que no dejaba de reírse del color rosado temporal en su cabello, suspiro y aguantó estoicamente la burla sin decir palabra, si abría la boca se meterían en una larga discusión sin sentido que acabaría en una pelea a gritos entre ambos mientras su padre solo los observaba sin decir palabra ni en favor ni en contra.
Así que definitivamente lo mejor era callarse y dejar que se aburriera de burlarse de él, y su celular empezó a vibrar, lo sacó del bolsillo de su pantalón para revisarlo, un mensaje de Nathaniel, alzó ambas cejas con algo de sorpresa, desde su pequeña discusión en el hospital el rubio no había dado señales de vida, él lo había tomado como que al delegado había aceptado la ruptura tan tranquilo, estaba por abrir el mensaje y llegó unos más.
Había pasado a básicamente ignorar las burlas de su madre, abrió el primero de los mensajes y sintió raro el leer un “te extraño…” no notó que su madre ya se había quedado callada y abrió el segundo de los mensajes aumentando aún más su sorpresa, ¿quería verlo? Suspiró y se puso a escribir el mensaje “Mañana…” iba a escribir algo más, preguntarle cómo iba su recuperación, pero claro su querida madre tenía otros planes.
-Qué cara tan graciosa haces Cassy…- canturreo la mujer mirando el aparato desde el otro lado -¿Con que chica linda estás hablando?- se sobresaltó por su repentina intromisión y solo atinó a enviar el texto rápidamente para guardar el aparato en sus pantalones
-Es un amigo…- respondió mirando de reojo el reloj para comprobar la hora –Iré a terminar con mi cabello…- alegó para alejarse de la situación incómoda lo más rápido posible, su plan original era usar a su madre para hablar con Nathaniel pero ahora prefería hablar con el rubio primero.
Se refugió en el baño y se miró en el espejo antes de empezar a preparar el tinte y seguir, suspiró mientras lo hacía, Nath… Debrah… Nath… Sus padres… Nath… Demonios ahora no podía concentrarse en otra cosa que en el rubio, delegado imbécil lo iba a volver loco un buen día, se sentó en el suelo del baño para esperar el tiempo necesario antes de enjuagar, cerró los ojos un momento ¿Qué haría con todo lo que estaba pasando? Cada vez deseaba con más fuerza huir de todo, ¿Qué era lo que el rubio tenía para decirle?
Por un momento se permitió imaginar que Nahaniel se hubiera decidido a denunciar, soltó una risa amarga sin ganas, eso era demasiado bueno para ser real, pero… ¿entonces qué diablos quería el delegado de él? Dudaba que saludarlo solamente… Volver con él era la otra opción que le daba vueltas en la cabeza pero no estaba seguro de querer aceptar volver a lo que tenían antes del incidente, podía simplemente no ir… Pero ya le había dicho que iría así que por lo menos cumpliría su palabra, 15 minutos, a lavarse el cabello, se levantó de donde estaba.
Salió del baño con una toalla alrededor del cuello y caminó a la sala, oía a su padre jugando con Demonio y su madre… Su madre estaba sospechosamente silenciosa, suspiró por enésima vez y fue a investigar, ya no estaba en la salita-comedor ¿Dónde se había ido a meter ahora? Se rasco la nuca y revisó la cocina, tampoco estaba ahí, el departamento no era muy grande… Solo podía estar en el balcón, la habitación de huéspedes, el baño o su propia habitación, obviamente el baño quedaba descartado ya que él acababa de salir de ahí.
Solo tres opciones más, descartaba que estuviera en el balcón con su padre pues ella no soportaba mucho a su perro así que solo quedaban las habitaciones, por todos los dioses que no estuviera en su habitación… No la quería metiendo sus narices entre sus cosas… No creía tener nada comprometedor ahí pero igualmente era molesto... No dudó en ir directamente hacía allá y tal como lo esperaba ella estaba ahí, estaba revisando su computadora.
-¡Madre!- por todos los dioses, ¿no podía tener las manos quietas? -¿Qué estás haciendo?- negó con la cabeza mientras se cubría el rostro con una mano
-Cassy…- saludo ella como sin nada sin apartar los ojos de la pantalla de la máquina -¿Ya terminaste?- sabía que ella solo quería saber más de él pero a veces era demasiado entrometida –Nathaniel…- alzó ambas cejas ¿dónde demonios se había metido a revisar? –Es la primera vez que veo que hables con alguien más además de Lysandro~- frunció el ceño –aunque llevan días sin hablar…- ¡Qué demonios! ¿Acaso estaba en su perfil en línea? -¿Pelearon Cassy?- la iba a matar… Un día de verdad la iba a asesinar
-¡Deja eso por dios!- se acercó para apagar la pantalla de la máquina –¡Me tardé menos de media hora!- respiró profundo, no debían meterse en una pelea… De algún lado había sacado el mal carácter y no estaba de ánimo para gritarse tres horas con ella
-¡Oye!- oh no… -¡Casi no nos vemos y cuando vengo no hablas y tampoco me dejas investigar un poco sobre ti! ¡Soy tu madre!- y allá iba con el cuento de siempre
-¡Eso ya lo sé! ¡Pero son mis cosas! ¡Por lo menos avísame!- y por supuesto él no se podía quedar atrás, no era que quisiera pelear pero no se iba a quedar callado, ese no era su estilo ni siquiera con su madre
-¡Me mandarías al diablo! ¡Siempre lo haces!- y comenzaba el drama de cada que lo visitaban -¡Nunca me cuentas las cosas! ¡Nunca me dijiste que salías con un chico!- ¡Y una mierda! ¿Qué tanto había leído?
-¡Leíste mis conversaciones!- su furia había escalado varios niveles -¿¡Por qué diablos hiciste eso!? ¡Era personal carajo! ¡PER-SO-NAL! ¿¡Entiendes eso!?- bramó
-¡No me hables así! ¡Soy tu MADRE Castiel!
-¡No te da derecho a meterte en mis cosas!- seguramente los gritos se escuchaban fuera del departamento
-¡De algún modo tengo que enterarme de que te pasa!- respiró lo más profundo que pudo para tratar de controlarse
-¡No tenías derecho!- estaba acostumbrado a que se metiera en todo pero eso había sobrepasado sus límites, lo había herido de algún modo
-¡Castiel por dios no es para tanto!
-¡Y una mierda! ¡Cállate de una vez!- y salió de la habitación dado un portazo dispuesto a salir del departamento ¿Cuándo había sido la última vez que habían discutido en serio? ¿Antes de emanciparse? Puso la mano sobre la manilla de la puerta
-Castiel…- se giró ligeramente ¿de dónde había salido su padre? –Debes disculparte con tu madre se te fue la mano…- ¿desde cuándo él tomaba partido? –Sabes que ella no quiere lastimarte…- rara manera de demostrarlo en su opinión –hablaré con ella… No husmeará de nuevo en tu computadora…- bufó como respuesta y salió, necesitaba enfriar la cabeza antes de hablar con ella de nuevo.
Tomó su celular y envió un mensaje rápido a Lysandro “¿Puedo ir un rato?” sacó un cigarrillo de su pantalón y lo encendió mientras caminaba, sintió el teléfono vibrar “Lo siento Cast… Seguimos haciendo inventario…” bufó y no respondió guardando de nuevo el aparato, se tendría que contentar con quedarse en el parque de por su casa hasta calmarse totalmente, se fumó varios cigarrillos antes de decidirse a regresar de mala gana, tendría que disculparse, tal vez si había exagerado un poco con su reacción a fin de cuentas él planeaba decírselo…
Entró despacio, oía a alguien en la cocina… Su madre probablemente, era la única con alguna habilidad culinaria en la familia, metió las manos en los bolsillos y se asomó, al parecer estaba preparando algo de comer, le estaba dando la espalda así que aún no lo había visto, suspiró un poco tomando algo de valor para hablar.
-Lo siento…- susurró al final sin moverse de donde estaba observándola con atención
-También lo siento Cassy… No debí revisar los mensajes…- era lo que siempre terminaba sucediendo, peleaban y luego las cosas se calmaban… -Solo me preocupa como llevas tu vida Cassy…
-Lo sé…- se rascó la nuca –Te lo iba a decir pero han sucedido demasiadas cosas… ¿Podemos dejarlo por hoy?- solo necesitaba un día más, su madre era extraña y estaba medio loca pero era una buena mujer y la quería…