Capítulo 25
Quédate
El que Castiel fuera a verlo era una noticia excelente, desde que se habían “declarado” una pareja formal sus ansias por pasar más tiempo a su lado no habían hecho más que aumentar… Sumando eso al hecho de que su visita de ese día había sido demasiado corta para su gusto estaba demasiado ansioso… La sensación de calidez que se había instalado en su pecho era sofocante y sentía que solo podría calmarse al lado del pelirrojo… Además que el comportamiento de Castiel no hacía más que alimentar sus sentimientos.
Querer a alguien de esa manera era casi doloroso, casi sentía que podía decir que lo amaba… Era la primera vez que experimentaba algo como eso, la libertad que ya estaba acariciando con la punta de los dedos, ese sentimiento recién descubierto hacia el pelirrojo era embriagante… Sofocante… Le hacía sentir que el pecho iba a explotar, sentía la imperiosa necesidad de pasar más tiempo con su ahora pareja, nada podría arruinar su felicidad en ese punto.
Recibió otro mensaje… Aunque esta vez era de su abogado al parecer por fin había logrado algo con sus padres, de no ser por qué su pierna seguía lastimada ya se hubiera puesto a saltar, por primera vez desde que todo eso había iniciado algo le estaba saliendo como se debía… Cada segundo faltaba menos tiempo para cumplir sus objetivos, se acostó y se estiró sin perder la sonrisa que adornaba ahora sus labios.
Su brazo ya había recuperado la movilidad y sus costillas ya estaban casi totalmente arregladas, el mayor problema aún era su pierna, según el médico la recuperación iba viento en popa pero aún faltaba poco más de una semana para poder empezar a apoyarla de nuevo, cerró os ojos y se estiró un poco, una semana más y sería libre del hospital y con un poco de suerte de sus padres también.
Su única entretención en ese lugar era el celular, la televisión o simplemente dormir que era lo que hacía la mayor parte de tiempo, suspiró, probablemente eso haría en ese momento, era una manera muy eficiente de pasar el tiempo rápidamente, dormido no sentía el correr de las horas, dejó el celular de lado dispuesto a dormir, suspiró y se estiró un poco, podría dormir por lo menos un par de horas antes de que le llevarán la comida.
No tardó mucho en quedarse profundamente dormido, no estaba seguro de que hora era cuando la enfermera entró con la comida, se talló los ojos varias veces y se estiró, se enderezó como pudo sin mover mucho la pierna, la chica acomodo la bandeja frente a él y le agradeció con una sonrisa, la joven devolvió el gesto con cortesía y se retiró dejándolo a solas, empezó a comer, ya se estaba acostumbrando a la falta de sabor de lo que le llevaban a diario, estaba en eso cuando su celular volvió a sonar anunciando un nuevo mensaje.
Suspiró y extendió el brazo, ese día estaba bastante solicitado, su propio pensamiento lo hizo reír con soltura, claro hasta que vio quien le enviaba el dichoso texto, alzó una ceja ¿Melody? No habían hablado desde el asunto de su “confesión” suspiró y se frotó el entrecejo ligeramente, lo había fruncido casi en automático, ¿ahora que quería la chica? Volvió a suspirar pesadamente, lo abrió, una oración sencilla “No se quedará contigo…” entrecerró los ojos ¿Qué se supone que significaba eso?
Respondió rápidamente “¿De qué hablas Melody?” el plato de comida había quedado en segundo plano, ¿Qué estaba pasando? Espero un par de minutos antes de recibir una respuesta “¿Realmente crees que alguien como él se quedara a tu lado?” hace un par de días la chica hablaba de culpa y esas estupideces y ahora estaba con eso… Quiso aventar el dichoso aparato contra la pared y hacer como si no hubiera visto nada.
Sin embargo se obligó a responder de nuevo “¿Puedes ser clara? Por favor” a pesar de su frustración mantendría la calma en la medida de lo posible, de nuevo la penosa espera, parecía que la chica se tardaba a propósito para hacerlo molestar, esta vez recibió un foto, dudo de nuevo, no quería caer en juegos con ella pero finalmente se decidió, abrió la dichosa imagen, la foto no era muy clara, veía a Debrah de espaldas y a Castiel…
No estaba seguro pero… ¿Estaba Debrah besando al pelirrojo? La imagen estaba borrosa, como si la chica la hubiera tomado muy rápido para no ser descubierta, frunció el ceño, pasó la lengua por sus labios despacio, él no iba a ser irracional… La foto no era clara, no parecía que Casiel la estuviera tocando… se pasó una mano por el rubio cabello antes de contestar el mensaje.
“¿Qué ganas con esto?” De verdad que no podía entenderla, no podía entender cómo funcionaba la mente de una mujer despechada… Espero y esperó, pero la respuesta no llegó, gruño con algo de molestia después de diez minutos de espera por una justificación, no estaba seguro de si la había hecho enfadar o la había incomodado pero ¡mierda! Respiró lo más profundo que pudo no iba a perder la cabeza por una foto borrosa…
Seguramente había alguna clase de explicación lógica, acababan de arreglar las cosas… Alguna jodida explicación coherente debía de haber… Eso seguramente era cosa de la castaña, no quería comportarse tan irascible como el pelirrojo cuando había sucedido lo de la otra delegada, iba a ser una persona madura… Una persona tranquila como siempre había sido, no iba a perder los papeles de esa manera, no iba a dejar que se arruinará su buen humor, a fin de cuentas lo vería al día siguiente y podrían aclarar las cosas.
Dejó el aparato de nuevo en el buró, había perdido el apetito, dejó la bandeja a un lado y se recostó, lo mejor era no seguirse atormentando por el momento, sólo le quedaba esperar a que el pelirrojo apareciera en la habitación del hospital, se entretuvo en la televisión de la habitación para pasar el tiempo, a la hora de la cena ni siquiera toco la comida, solo se tomó los medicamentos y se fue a dormir, a pesar de su férrea determinación no podía evitar sentirse herido y confuso.
El día siguiente tardó más en llegar de lo que hubiera deseado, y más aún el momento de que el pelirrojo llegará a visitarlo, cuando finalmente Castiel cruzó por la puerta todo lo que hubiera podido planear se borró de su cerebro, solo él lo perturbaba a ese grado, por un segundo se sintió capaz incluso de perdonarlo si le dijera que había besado a Debrah de forma intencionada, estaba tan acostumbrado a dejar que le pasaran por encima que el permitir que esta vez fuera su pareja no sonaba tan mal.
-Delegado…- lo vio esbozar una sonrisa ladeada tan típica de él que por un segundo barajeo la posibilidad de no decir nada -¿Estas bien?- el gesto ajeno había cambiado, al parecer se le notaba demasiado la confusión
-Cast…- respiró profundo y apretó el celular que mantenía entre sus manos –Quédate a mi lado…- sintió dos lágrimas derramarse por sus mejillas ¡mierda! Ni siquiera había empezado a explicar aún y ya estaba emocional, era tan jodidamente dependiente…