Capítulo 38
¿Solo…?
Definitivamente el ver el taxi alejarse desde la esquina fue extraño, era la separación definitiva por los meses siguientes, estaría solo, viviría por su cuenta… Todo era nuevo… Suspiró y empezó a caminar, era muy temprano en la mañana y aún no deseaba volver a casa, esperaría la llamada de Castiel mientras despejaba sus pensamientos caminando un poco, tenía que ir a clases el lunes siguiente y retomar su vida, nada sería igual que antes del incidente, no sabía qué clase de rumores se habrían esparcido en el instituto.
Melody en su visita había mencionado que había gente que decía que Castiel era el causante de que hubiera acabado en el hospital, paso número uno resolver esos chismes, le preocupaba que el que el pelirrojo se hubiera ido justo ahora que él regresaba no ayudará a su causa, no podía dar demasiados detalles de lo que realmente había sucedido así que no estaba seguro de cuantos creerían sus palabras si lo intentaba.
Suspiró con cierta pesadez al llegar a un parque no muy lejano del complejo de departamentos de su pareja, no había ni un alma a esa hora de la mañana así que sin pensarlo mucho se sentó, ¿debería simplemente dejarlo pasar? No quería empeorar el problema… Así funcionaban los chismes… Lo había aprendido muy bien gracia a cierta castaña, tal vez lo mejor sería callar y dejar que el revuelo de su llegada pasará a segundo plano, la gente olvida rápido, solo esperaba que ese fuera el caso en esa situación.
Estuvo un buen rato en ese lugar, solo dando vueltas a lo mismo y mirando el cielo matutino que poco a poco se aclaraba y se iba tiñendo de ese tono claro de azul que anunciaba un buen día, comenzaba a hacer algo de calor así que se levantó para volver a su nuevo hogar, se alisó la ropa y empezó a andar, Castiel aún no se comunicaba con él así que seguramente estaba ocupado aún con eso de instalarse y deducía que tendría que conocer al resto de sus nuevos compañeros.
Tenía que esperar a que fuese el pelirrojo el que se comunicará con él, estaba ansioso, era como si toda la seguridad que había sentido anteriormente se estuviera diluyendo, no podía decir que hubiera desaparecido, puesto que aún estaba convencido de haber hecho lo correcto por su pareja, pero no podía evitar que su mente viajará de forma constante a la castaña que lo acompañaba, confiaba en Castiel, pero definitivamente no en Debrah.
Había tomado rumbo a la avenida principal para tomar un taxi que lo llevase de vuelta a casa, no tardó en encontrar uno disponible, mantenía el teléfono en su mano mientras miraba por la ventana, las cosas en el exterior pasaban como borrones mientras tomaban camino a ese lugar que todavía no le era del todo conocido, aún tenía que acostumbrarse a todos esos cambios, cuando el auto paró alzó una ceja algo confuso de haber llegado tan rápido, pagó lo que el hombro en el asiento del conductor le dijo y bajó del auto.
Se quedó contemplando el edificio en silencio un rato, el día anterior no había tenido oportunidad de hacerlo, el día anterior se había dejado llevar por la curiosidad del pelirrojo por ver el interior del departamento, era un edificio sencillo que no destacaba especialmente, estaba bien cuidado y era de buen tamaño, pero simplemente era común… Y por alguna razón eso lo hizo sentir tranquilo, simplemente eso era lo que quería en ese momento, ser común, que todos sus problemas se desvanecieran entre la multitud.
Mientras subía al departamento su celular sonó y no pudo reprimir la sonrisa al ver el identificador de llamadas, ahí estaba el pelirrojo al fin, contestó con calma, la inquietud en su interior se apaciguó al escuchar la voz del otro, en su voz podía percibir el cansancio pero también escuchaba la emoción latente, incluso sonaba divertido con todo en el fondo, salir del país sin duda era una aventura, así que eso era inevitable, además de que el notar esa nota de felicidad le hacía sentí que había tomado la decisión correcta al final.
Sin embargo la sonrisa en sus labios desapareció lentamente al escuchar que no podría llamarlo a diario, de acuerdo, no quería parecer dependiente pero por alguna razón sintió como si su cuerda de seguridad se hubiera soltado, tardó unos segundos en recomponerse lo suficiente para contestar de forma adecuada, para sonar lo suficientemente tranquilo para no hacerlo sentir culpable o presionado, el problema real no era que no le llamará a diario, el problema recaía en que sentía como si Debrah le hubiese ganado una batalla al absorber el tiempo de Castiel de esa manera.
Una llamada de menos de 5 minutos, tendría que acostumbrarse a eso al parecer, colgó después de despedirse y suspiró frente a la puerta de su casa, se había detenido al llegar ahí mientras hablaba, solo eran unos meses y probablemente las cortas llamadas solo durarían hasta que el pelirrojo se pusiera al corriente con el repertorio de la banda de la chica, no había que exagerar, se sacudió como si de ese modo pudiera deshacerse también de sus contradictorios pensamientos y finalmente se adentró en su departamento.
El lunes tardó más de lo que le hubiera gustado en llegar y sin que su pareja diese señales de vida, había tratado de no pensar en ello pero no había recibido ni un mensaje aún, se había mantenido calmado al respecto, al final ya se lo había advertido, pero ese día era su primer día de vuelta en la escuela, y el pelirrojo no daba muestras de recordarlo siquiera, lo suyo seguramente era un asunto insignificante cuando su pareja debía de estar ahogado en ensayos y pendientes, pero de alguna manera los nervios que sentía de volver lo hacían sentirse solo.
Nunca había tenido amigos cercanos en el instituto fuera de Melody y de pronto eso le parecía aterrador, antes le importaba poco, mientras menos notasen su existencia mejor, pero ahora estaba asustado de enfrentar las preguntas por su cuenta, se sentía extrañamente solo, no podía apoyarse en la chica, puesto que seguramente ella sería la primera en esparcir rumores en esa situación, tal vez podría buscar al peliblanco amigo de Castiel, pero no estaba seguro de cómo tratar con él, siempre le había parecido tan distante que le parecía sorprendente que esos dos fuesen tan buenos amigos.
Terminó de alistarse y salió de casa, tomaría el autobús para ir al instituto, el dinero que le daban era suficiente para vivir pero no quería ir por ahí malgastándolo… Tenía que tener un ahorro para alguna emergencia, se cargó la mochila al hombro y salió rumbo a la parada, su padre solía llevarlo así que esa también era una experiencia nueva, había decidido cambiar un poco su manera de vestir, nada demasiado brusco, solo lo suficiente para él mismo sentir el cambio.
El trayecto fue más largo de lo que había calculado pero aun con eso llegó a tiempo, no parecía que nada hubiera cambiado en el instituto, al menos no por fuera, todo estaba idéntico al día en que su padre lo había arrastrado fuera y toda esa locura había empezado, actualmente una parte suya agradecía ese día… Si su padre no lo hubiera descubierto con el pelirrojo tal vez todo seguiría igual, estaría en su casa aguantando los golpes y quizá Castiel se habría hartado… No agradecía la paliza… Pero agradecía todo lo que se había desencadenado a raíz de ella.
Pensar en eso por alguna razón le devolvió algo de seguridad, tendría que aguantar algunos chismes y estaría “solo” pero era libre, esa palabra lo llenaba de valor cada que podía traerla de vuelta a su mente y recordar todo lo que significaba realmente, con eso en mente se armó del valor suficiente para entrar como si fuera un día más, como si no fuera a suceder nada apenas pusiera un pie en el salón… Su vida había cambiado, era consciente de ello, pero aprendería a sobrellevarlo…