Capítulo 39
Todo normal ¿no?
La escuela estaba como si nada hubiera sucedido, la emoción y expectativa inicial que había generado su regreso se había desvanecido en dos semanas, no era que los rumores hubieran dejado de correr pero al menos la gente había dejado de ser tan descarada como para decirlo en su cara, después de dos días de intentar corregir lo que se decía, se había dado por vencido, nadie estaba dispuesto a escucharle, no era que le sorprendiera, al final solo eran adolescentes y las historias siempre eran más divertidas que la realidad.
Fuera de aquellas extrañas historias que iban desde que Castiel lo había atacado en un callejón hasta cuentos donde el pelirrojo era básicamente un mafioso todo volvía a su curso, tuvo que ponerse al corriente y reincorporarse a sus actividades como delegado, todo seguía su curso… Como si nada hubiera pasado, en ocasiones incluso parecía que nadie notaba la ausencia del pelirrojo, todo seguía su curso.
Su hermana y sus amigas tan tranquilas como siempre, Peggy buscando primicias… Violeta en su mundo, todo era tan normal que casi le daba miedo, el mayor cambio era que Lysandro parecía especialmente distraído, supuso que en parte era por la ausencia de su mejor amigo y en parte por el otro “gran” rumor que dictaba que el peliblanco y el gemelo de cabellos negros sostenían una relación, sabía poco al respecto pero suponía que había algo de verdad en ello, por la forma de actuar de ambos podía asumirlo con relativa seguridad.
No había tenido más noticias del pelirrojo y eso le estresaba un poco, suspiró pesadamente mirando el pizarrón, Farrés hablaba de algo que realmente no le interesaba, podría estudiarlo después, por el momento solo estaba perdido en sus pensamientos, pos primera vez entendió la expresión soñadora que había constantemente en los labios del mejor amigo de su pareja cuando miraba por la ventana, a veces simplemente perderse era lo mejor.
Golpeo suavemente la pluma contra su cuaderno, tenía sueño, aún faltaban dos horas para salir y ese día en especial había tenido demasiado presente a su pareja, así que estaba demasiado cansado para pensar en más, no tenía el ánimo ni la energía para ir a la reunión que tenía más tarde con los demás delegados, más concretamente no tenía el ánimo para aguatar a la castaña cuyos coqueteos se habían vuelto más descarados ante la ausencia del pelirrojo guitarrista.
El timbre sonó y de inmediato guardó su cuaderno y el resto de sus cosas, tenía clase de arte así que tenía que cambiar de salón, sinceramente en ausencia del pelirrojo había llegado a una especie de muda convivencia con el de cabello blanco, se sentaban juntos en clase aunque realmente no se hablaban, simplemente era como si se hicieran compañía, como si buscarán en el otro alguna reminiscencia de Castiel, compañía muda pero compañía al final.
Cargó sus cosas y salió del aula para subir las escaleras, escogió un lugar del medio, y dejo el lugar junto a la ventana libre, no estaba seguro si ese tipo de actitudes podrían llegar a malinterpretarse, lo último que necesitaba eran más rumores sobre él, aunque mientras no recibiera una queja directa de cierto moreno no tenía por qué tener problemas, sacó sus materiales de dibujo en silencio, no era especialmente bueno pero hacía lo mejor que podía con ello, el salón se llenó poco a poco, los gemelos llegaron y tomaron un lugar al fondo, escuchaba la música de la consola vagamente, vio a su hermana con sus amigas tomar un lugar al frente.
El resto de las chicas se diseminaron en la habitación, no había rastro de Lysandro aun, sin embargo la que hizo acto de presencia fue Melody, su perfume dulzón lo invadió de golpe y no pudo evitar fruncir la nariz por el aroma, alzo la vista de su cuaderno para mirarla, parada a su lado en silencio con la mochila al hombro y cargando un par de libros contra el pecho, parpadeo un par de veces, ¿acaso había dicho algo? No había escuchado… ¿se había distraído de nuevo?
-¿Perdón…?- susurró alzando una ceja levemente, de acuerdo, no quería tratarla pero tampoco se le daba ser especialmente descortés con una chica.
-Que si me dejas pasar, por favor- la chica señaló el asiento a su lado –no hay más lugares junto a la ventana…- susurro ella y él no pudo evitar fruncir leve el ceño, Lysandro aún no aparecía, al parecer no tenía otra opción, tendría que aceptar, estaba enfadado y algo fastidiado con ella pero no le nacía ser descortés con una chica.
-Sí, está bien…- susurró muy leve levantándose para permitir que la joven tomará el otro lugar, ella pasó y se acomodó antes de que él volviera a sentarse, realmente deseaba que no le hablará.
Como si ella se hubiese dado cuenta de que no era del todo bien recibida no abrió la boca mientras esperaban a que el profesor apareciera, agradeció el silencio, el mejor amigo del pelirrojo no llegó, era la primera vez que veía que faltará a clase, aunque realmente no era asunto suyo si decidía no asistir, el docente apareció y la clase finalmente dio inició, sin embargo a los quince minutos comenzó a sentir un fastidio real por el perfume de su compañera, era demasiado dulce para su gusto.
Estuvo a punto de preguntarle el porqué de su cambio en el perfume, pero se detuvo en el último momento, ya que francamente prefería no decir nada que pudiera malinterpretarse como un interés romántico hacia ella, aguanto como mejor pudo ese aroma dulzón que llegaba a marearlo incluso, en cuanto el timbre le permitió abandonar su lugar, no dudó en hacerlo, tomó sus cosas y básicamente salió huyendo de clase, por primera vez tuvo el ciego impulso de faltar a clases al final solo era la última hora y no tenía deseos de asistir a la junta de delegados, podría excusarse con que no se sentía del todo bien aún.
Había tomado una decisión así que se encaminó hacia la oficina de la directora para disculparse por ese día cuando su celular vibró en el bolsillo de sus pantalones, lo sacó y alzó una ceja al ver que era un mensaje del pelirrojo, por fin daba señales de vida después de dos semanas, abrió el mensaje y lo leyó rápidamente, un texto sencillo pero que ayudó un poco con la ansiedad que había estado teniendo todo el día, no quería caer en ser dependiente pero suponía que lo que sentía podría considerarse normal tomando en cuenta como se había desarrollado su relación desde el principio.
El mensaje decía algo simple. “Delegado, la gira va bien, los ensayos son un infierno y aguantar a Debrah es peor pero al menos parece que el público me está recibiendo bien y el resto de la banda no es tan mala como ella, te llamaría pero seguramente estas en clases… Trataré de llamarte por la noche… Te amo…” el mensaje terminaba ahí y suspiró suavemente, se sentía mejor luego de leer eso, aún no tenía mucho ánimo para ir a clase pero al menos había juntado las fuerzas suficientes para aguantar el resto del día en el instituto, tomaría la última hora e iría a la dichosa junto, al final todo estaba normal ¿no?
Al menos eso era lo que se esforzaba por creer y por conseguir, retomar un ritmo normal en su vida, acostumbrarse a vivir solo, a la escuela de nuevo, a decir verdad era como si vivir por su cuenta, como si vivir lejos de sus padres, luego de liberarse del yugo de su padre en específico hiciera que todo fuera novedoso, todo era descubrir algo nuevo con el paso de los días, esa era su nueva vida y se aseguraría de disfrutarla, acostumbrarse a su soledad antes de reintegrar a Castiel a su vida