Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Idol por Comunidad SinJu

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Agradezco infinitamente los comentarios que tuvo el primer capítulo, ¡porque en serio me entusiasma que esta nueva historia haya sido tan bien aceptada! Es la segunda actualización y la hice en menos de un mes, para quien me tenga tiempo siguiendo sabrá que no es muy normal en mí, normalmente me tomo mi tiempo a la hora de actualizar.

Ahora estoy intentando que las actualizaciones sean más largas, de entre 6000 a 1000 palabras por capítulo.

Idol.

Capítulo 2.- Hombre malcriado. ¡Esta es la palabra del día!

Título alternativo: ¡Los sentimientos de Ran!

— Ah, aguarda un momento. —Murmuró, sosteniendo las dos cajas de bento en un brazo.

Judal asintió y se acercó otro poco por el frente, sujetando las dos cajas de bento para ayudarle. Sinbad agradeció con un asentimiento de cabeza y luego se toqueteó los bolsillos de la chaqueta en busca de su celular. En cuanto lo encontró deslizó el dedo pulgar por la pantalla hacia la izquierda para contestar, sin ver el número antes.

Y pensaba que Judal era un muchachito

- ¿Sinbad?

— Ah, eras tú, Ja’far. ¿Qué tal todo por la empresa?

Judal se entretuvo mirando alrededor. Las personas pasaban con normalidad, apenas una que otra lo miraba fijamente y luego miraba el celular. Era normal sospechar, ningún hombre tiene el cabello tan largo como el suyo, ni el estilo de trenzado similar.

Sinbad terminó al poco rato y luego de colgar tomó las dos cajas de bento de nuevo.

— Lamento eso, en serio. —Inglés, ya no puede más con el japonés.

Que fortuna que Judal esté tan bien educado.

— Ja’far es un nombre muy gracioso.

— Tan peculiar como Sinbad, me lo han dicho.

— Incluyamos “Judal” Ya tenemos un grupo de nombres extraños.

— Pero Judal suena bien, aunque la ‘r’ y la ‘l’ tienen la misma pronunciación por acá y no sé cómo se pronuncia tu nombre al final, en Estados Unidos la ‘l’ y la ‘r’ tienen sonido propio. Ni como se escribe.

— Es con ‘r’

Continuaron con el camino hasta la  casa del menor, ahora había una camioneta enorme estacionada afuera.

Mina estaba en casa por fin, luego de dejar a todas en la primaria y facultad. La pillaron justo cuando bajaba de la camioneta, del lado de acompañante. Kouen estaba como conductor, pero en lugar de bajarse espero a que Mina cerrase la puerta para despedirse con la mano libre y dar reversa para irse.

La interrogante de Sinbad fue rápidamente contestada;

— Comenzaron sus vacaciones.

— ¿Vacaciones?

— Kouen no va a ir con nosotros. Mira tampoco, solo iremos tú, Ran y yo. —Explico Judal, pasando de largo de esos dos para entrar a la casa.

Sinbad y Mina lo siguieron de cerca.

— ¿Y tú no vas a ir por... tus hijas?

— Así es. No pueden perder tanto tiempo de estudio, además algunas tienen clases de tenis, taiko y matemáticas. —Le dio una mirada a Sinbad antes de apresurarse a entrar a casa, cortando la conversación.

Era una pena, es una mujer realmente hermosa. Si tan solo gustara más de los hombres seguramente buscaría una oportunidad, pero siente que si intenta coquetearle ahora mismo se va a llevar algunas cuantas amenazas de muerte. Prefiere simplemente no arriesgarse…

Fue el último en entrar a la casa, así que él cerró la puerta. Se quitó el calzado y lo cambió por las sandalias, respetando la costumbre del país y su amor por el suelo de madera, y puso un pie en el escalón.

Joder la madera resbala terrible…

Con cuidado, caminó hasta la cocina. Ran estaba ahí para recibirlo con Judal, ambos sentados. Judal estaba de pie frente a una tetera en la estufa y Ran sentada en una de las sillas, con el celular. Esos pulgares deben estar terriblemente bien entrenados.

— Ya llegué.

— Ya te vi —Ran alzó la vista a su padre, y luego la bajó a los bentos. Con una mano cubrió su estómago, hambrienta. — Vamos Daddy, abre eso de una vez~

Para ser comida sin mucho color, no estaba para nada desabrida, a Sinbad le gustó. Ahora descansaba luego de haberse terminado todo el bento, con algo de té de limón y un mochi que compró Judal, quien no estaba ahora con ellos.

Apenas había terminado de comer puso una mano encima de la suya –poniéndolo ligeramente nervioso– y se levantó de la mesa, diciendo algo que no entendió muy bien. Maldito idioma, y él que se dejó el diccionario en la habitación.

— Iré a avisarle a Mira de nuestra decisión.

Ran por otro lado dejó de comer –aún no termina la pobre, es muy lenta para comer– para ver fijamente a su padre, interrogante. Ya que Sinbad tampoco entendió la situación, decidió peguntar, pero como era un hombre perezoso y Judal ya no estaba cerca, decidió gritar.

— ¿¡Qué dijiste que ibas a avisar!?

— ¡Mira! ¡Qué voy a decirle a Mira que-

— ¿¡A quién miro!? —Interrumpió Sinbad.

Ran cubrió su rostro con la palma de su mano, una épica Facepalm.

— ¡Eres un idiota! —Eso mismo piensa Ran de su Daddy, a veces. — ¡Te digo que voy a buscar a Mira! ¡MI-RA!

— ¿¡A quién!? —Volvió a preguntar Sinbad.

— ¡Hombre estúpido!

— ¡Dejen de gritar, par de tontos! —Se escuchó la voz de Mira desde una habitación— ¡Vengo estresada y la voz de pasiva de Judal me está molestando!

— ¿¡Cómo que voz de pasiva!? ¡Maldita mujer cuarentona! —Y luego se escuchó como alguien corría y abría una puerta para luego cerrarla, entonces un golpe.

Ese golpe fue el de la cabeza de Judal golpeando la puerta de madera, luego de recibir un certero almohadazo de la “mujer cuarentona”

— ¡Oi, pasiva, te han dicho que dejes de gritar!

— ¡Waruiko! —Cabreado, Judal alcanzó a agarrar la almohada y luego la tiró al suelo, enfadado.

— ¿¡Con qué se come eso!?

— ¡BASTA! —Chilló Mira, sobándose las sienes. — ¡Ambos son idiotas!

La estruendosa risa de Sinbad se escuchó absolutamente por toda la casa, Ran solo se cubrió el rostro ahora también con la otra mano y deseó que la tierra se la tragase.

Mientras tanto, en la habitación, la rubia le dio una mirada de advertencia al Idol.

— Ahora, si terminaste de masacrar a mi almohada, ¿Qué diablos querías decirme?

— Avisarte. —Intentó tranquilizarse con algo de respiraciones profundas, tomando aire por la nariz y soltándolo por la boca. Cuando se sintió menos alterado se acercó un poco a la cama, hincándose a un lado. Apoyó los brazos en el borde de la cama. — Voy a casarme. Aún no sé cuándo. Quiero que sea en diciembre del siguiente año, quiero que sea en diciembre, justo en mi cumpleaños para tener un doble regalo. ¿Me escuchaste?

Palabras era una respuesta que se esperaba, quizá un seco felicidades o que le dijera que ella no iba a apoyarlo económicamente para tal evento, pero lo único que recibió fue una tremenda bofetada.

— ¿¡Qué demonios haces!?

— No lo sé, debía hacerlo. —Mira se miró la mano, y luego la movió de arriba a abajo. Incluso a ella le dolió esa bofetada. Cubrió la muñeca con su mano libre y la dejó en su regazo. — Realmente no sé porque lo hice. —Esa era su disculpa.

Judal rodó los ojos, todavía sobándose la mejilla. Le dolió, a horrores…

Esta mujer es un hombre.

Ahora sabe lo que le espera a la hija mayor en cuanto Mira le diga que tiene novio y que quiere traerlo para la cena. Es más, no duda que vaya a dar la clásica amenaza que sabe usar una escopeta, o que tiene estudios de criminóloga y sabe perseguir a alguien.

Que de hecho, tampoco lo duda.

— Ya…

— ¿Entonces vas a casarte? —Un poco más tranquila, la rubia dejó sus dedos entrelazados y miró fijamente al azabache, quien todavía la miraba demasiado mal. — Ya supéralo, tampoco es la primera vez. —Suspiró.

Todavía se sobaba la mejilla cuando dijo: — Eres increíble.

— Lo sé, ¿y quién es la desafortunada criatura que va a casarse contigo? ¿La señorita Kougyoku?

La mueca de Judal se hizo aún peor. Esa chica loca. Era la hermana de Kouen y de tanto en tanto lo visitaba, era una real molestia desde que se enamoró de él. Incluso en la calle se la topaba demasiado por ‘casualidad’ cuando salía con la protección de Kouen.

Habían sido ya motivos para chismes en revistas y redes sociales, de ahí que hasta Ran conocía a esa pelirosa.

— Ew. No, jamás. Verás… —Dejó de sobarse la mejilla por fin y ahora jugueteó con un mechón de su largo cabello, suelto. — Sinbad me lo propuso hará una hora, cuando fuimos a comprar los bentos.

— …

Ante el silencio de Mira, el Idol vio correcto continuar hablando.

— Tengo algunas dudas sobre el por qué, pero creo que es por Ran. Quizá necesita a una madre para ella y me vio perfecto. Total, no me negué. —Se encogió de hombros, dejando en paz su cabello. — Me atrae, ¿bien? El estadounidense está muy bien. —Se mordió el labio inferior, nervioso.

No puede creer que haya dicho eso.

— …

— ¿No vas a decir nada? —Enarcó una ceja con interés.

— Creo que es perfecto.

Judal sintió todo el alivio ir y venir por su cuerpo en cuanto tuvo esa aprobación. Mira era lo más parecido que tenía a una madre en mucho tiempo, su opinión era más que importante.

— ¿Lo crees?

— La prensa va a explotar. —Ya lo está imaginando. Cerró sus ojos. — Sinbad, el afortunado ganador de un concurso enamorándose de un hombre al que tuvo la oportunidad de conocer en un mes. Un desafortunado padre con una esposa infiel y una hija de doce años que necesita el cariño de una madre. Un mar que los separa y aun así, no fronteriza su amor. Esa clase de dramas son muy buenos. Si ya haces que las chiquillas molesten a sus padres queriendo de todo contigo, ahora los pobres van a sufrir con lo que se aproxima. Pero… —Abrió sus ojos, clavando sus ojos violetas en los rojos de Judal. — No le daré mi aprobación hasta que el propio Sinbad pida tu mano conmigo. Adviértele de eso. Y aún no anuncies nada en redes sociales, será… una sorpresa. ¿Entendido?

Bueno no reaccionó mal y eso hace sentir bien a la estrella. Pero se esperaba un regaño o algo parecido por comprometerse con alguien sin conocerlo de más de un día.

Es tan profesional, está tomando esto como un capricho mío y piensa usarlo para crearme más fama. Esta mujer da miedo. Una mujer innegablemente fría e interesada, también inteligente.

Por eso se llevan tan bien.

— Es todo lo que quería decirte. Ponte a dormir o lo que sea que vayas a hacer.

— Sí, desde ya estoy gozando que te vayas, fíjate.

— Pero si aún no me voy…

— Pues cuando lo hagas, lo voy a gozar completo. —Y luego se puso un antifaz para dormir con bordados de encaje, siempre tan coqueta. Luego se cubrió con la cobija e ignoró completamente al Idol, que ya estaba abriendo la puerta para irse.

Aunque haya dicho eso, lo va a echar de menos. Desde hace 14 años que está acostumbrada a su molesta presencia. Un mes sin él…

— Judal.

Ei idol se detuvo, estaba a punto de cerrar la puerta para volver a la cocina.

— ¿Qué?

— Ya sabía que eras homo.

— …

Cerró la puerta, con las mejillas ardiendo.

 ●•○•●

Akibahara. El barrio de la electrónica, de la electrónica, del anime, del coleccionismo, de Idol.

Este barrio había visto nacer a muchos Idol que ahora mismo tenían fama internacional, y era a donde ahora se dirigían por capricho de Ran.

Tenían un objetivo y era buscar algunos cuantos mangas, pero Judal mencionó por el camino que había una cafetería de Idol por la zona que era frecuentada por estos últimos y vendían mercancía de una buena variedad, así que es posible que lleguen a comer de nuevo.

Pero había una cuestión. A Akibahara se llegaba en metro, era como una ley social, o eso les dijo Judal.

Así que ahí estaban, los tres sentaditos en el metro, con Ran entre ellos. Judal también explicó que el metro era un poco peligroso para los más pequeños. Dijo que había tenido un par de malas experiencias en él.

Sinbad se pregunta qué clase de experiencias fueron aquellas que tuvieron a Judal durante todo el camino mirando a todos aquellos que se acercaban demasiado y a veces protegiendo a Ran con su brazo.

— Mala idea venir sin Kouen… —Le había escuchado murmurar en su idioma por lo bajo. Bueno, algo así entendió, aun no es un maestro con el japonés.

No va a serlo en dos días.

Y lo de Judal… Quizá se lo pregunte luego, si es que lo recuerda.

Una voz femenina se escuchó por las bocinas, como muchos otros ellos también se levantaron. El propio Idol tomó a Ran en brazos y le indicó a Sinbad que la sostuviera. Claro que lo hizo, un poco confundido. ¿Y todo ese cuidado?

Su mano fue tomada por la de Judal, y pronto fue guiado hasta la puerta que apenas se abría. La gente salía a montones hacia la estación y pronto se dividían para ir a sus destinos. Judal los soltó hasta que llegaron a una zona algo apartada cerca de la estación, con varias máquinas de gaseosas tras ellos. Dejó a Ran en el suelo, aunque todavía le daba la mano.

— ¿Qué fue eso allá adentro? —No se contuvo, debía preguntar.

— ¿Cómo que qué fue eso? ¿Acaso no lo notaste? —El idol se hincó frente a la señorita y le bajó un poco más la falda, acomodándole la parte de abajo. Luego le dio una muy mala mirada a Sinbad que lo puso nervioso. — Es joven y bonita, el rubio llama la atención y tiene un cabello bastante lindo. Eso y la falda enloquecen a los pervertidos. Que padre tan descuidado… —Hay que mencionar que Ran estaba ya sonrojada y se cubría el rostro con las manos, sonriente.

Sinbad lo consideró un momento.

Sabe que su hija es bastante hermosa, como era de esperarse si tenía un par de padres bastante apuestos, ¿pero activaba ese instinto en los hombres? Pero si era una niña... ¿O será que él la ve así por ser su padre?

Ran en sí no tenía un busto exageradamente llamativo, lo adecuado para su edad dice ella. Sí era cierto que era alta, dos cabezas menos que Sinbad. Heredó esas condenadas piernas de araña de su madre, largas delgadas y ¿atractivas?

Mh…

No, aunque se esfuerce, simplemente no puede ver a Ran como cualquier hombre vería a una mujer. Es su pastelillo, cielos. Seria enfermo.

¿Pero había hombres en ese vagón que si lo hacían?

¡Demonios era una niña!

— Joder, que enfermos. —Declaró, frunciendo las cejas.

— ¡Que idiota! —Contestó Judal, alzando las cejas.

— ¡Sí, que idiotas! —Confirmó Sinbad.

— ¡Hablo de ti!

— Ah… ¡Pues ellos también!

— Judal acaba de decir que soy hermosa… —Ran seguía sin podérselo creer.

●•○•●

— ¿Estás feliz?

— Por supuesto que estoy feliz, Daddy. ¡Me siento como una celebridad con sus dos guaruras!

Ran tenía las manos de tanto Sinbad como de Judal con bolsas, en total 9 bolsas. Todas ellas estaban llenas de mangas y alguno que otro dulce, bebida extraña o figura coleccionable. Ella tenía otras dos bolsas, una en cada mano. Compró algo de ropa. Ahora iban a esa bendita cafetería a comer algo mientras tanto, Judal iba al frente.

Qué curioso que siendo un país en donde hay tanta gente, se pueda ir tan tranquilamente por la calle sin esquivar cada dos por tres a la gente, Sinbad siempre pensaba que caminar en las calles de Japón era igual a rozar a gente por ser tantas personas. Nada más lejos de la verdad.

— No puedo creer que me hayas hecho gastar tanto dinero en libros. ¿Al menos los entiendes?

— Daddy, se llaman mangas. Y sí. Bueno, no. Quizá pueda leerlos. ¿Sabes qué? ¡Puedo leerlos! Además no todos están en japonés, solo unos cuantos. Compré algunos en inglés.

— Al menos… —Murmuró, mirando de soslayo las bolsas que cargaba en la mano derecha.

— Llegamos. —Los interrumpió Judal, ambos familiares voltearon al frente.

La cafetería era llamativa. Principalmente siendo de color amarillo chillón. No se ve demasiado elegante, parece ser uno de esos sitios de broma.

Pero desde que un sujeto les abrió la puerta, entendió que no era ninguna broma. Realmente era una cafetería enorme, y adentro olía a café y crema.

Era un sitio bonito, y el final de su viaje a ese barrio. Apenas entrar la pared del frente tenía muchos carteles y fotografía de muchos Idol con platillos, unas letras que no comprendía y un número de tres cifras. Seguramente era el precio. Entre todos, Ran señaló uno y chilló emocionada.

— Oh. —Exclamó Sinbad, acercándose a ese poster.

Judal se quitó los lentes de sol y luego se cruzó de brazos.

— ¿Eres tú, Judal?

— ¿No puedes reconocerme? —Preguntó, enarcando una ceja. Ran estaba maravillada toqueteando el poster.

¡Por supuesto que era Judal! Vestía como un camarero y tenía en la mano una bandeja. Encima de esa bandeja estaba un plato hondo con sopa de miso, un cucharón grande, verduras, salchicha asada y lo que parece ser onigiri, una presentación atractiva.

Y era más atractiva con Judal ahí. O eso piensa Ran.

— ¡Yo quiero esto!

Judal se sintió alagado.

— No lo elijas solo porque estoy yo, mocosa. Quizá no te guste.

— Creí que era una cafetería. —Interrumpió Sinbad, acercándose a Ran por la espalda para alejarla de una vez de ese poster, se veía rara.

— Lo es. Pero también hay comida. Si quieres solo café visita un Starbucks, he incluso ahí hay postres. Esto es Japón, cariño. —Y luego de palmearle el hombro, caminó hacia alguna mesa.

El sitio no estaba precisamente vacío, con suerte encontraron una mesa, pasando entre muchas mochilas y demás cosas que los clientes dejaban en el suelo mientras comían. En cuanto pudieron sentarse ambos hombres dejaron las bolsas en el suelo, en cambio Ran dejó las suyas encima de la mesa, en una esquina.

— ¡Que sitio! Oh~ Mira, Daddy. Los portavasos tienen caras de Idol…

Sinbad estaba más ocupado mirando fijamente a una de las camareras, simplemente murmuró un Qué maravilla…

Ran se dispuso a ver los cuatro que había sobre la mesa.

— No está Judal. ¿Por qué no está Judal? Daddy, encárgate. —dijo desesperada Ran, dejando los portavasos de nuevo sobre la mesa, luego se cruzó de brazos.

— Lástima, cuando Mira firmó contrato aquí incluían portavasos. —murmuró Judal, mirando fijamente a Sinbad.

La emoción volvió a Ran.

— ¿En serio? ¡Debo encontrarlo!

— ¡R-Ran! ¿A dónde vas?

— ¡Debo encontrar ese portavasos y cambiarlo por este!

Ran pasó mesa por mesa buscando el portavasos de Judal. Los japoneses presentes no parecieron muy cómodos, quizá era cierto que eran algo reservados y agradecían mucho su privacidad. Pero en 5 minutos, estaba de regreso, victoriosa con el portavaso de Judal. Jadeaba.

Había recorrido todo el restaurante, mesa a mesa, en 5 minutos. Solo para conseguir un círculo de madera delgado con un retrato de Judal, su firma y detrás un texto corto sobre los gustos culinarios del Idol.

●•○•●

— Ah, creí que Kouen ya no iba a volver. —Dijo Sinbad en cuanto vio al pelirrojo sentado en la sala, con algunas pequeñas encima, y una adolescente rubia abrazándolo desde atrás por el cuello.

— Yo también. —Contestó Judal.

Ran fue la primera en terminar de quitarse el calzado, y cuando estuvo lista con las sandalias volvió a tomar sus bolsas y salió corriendo hacia la habitación, seguramente para dejarlas todas. Eran demasiadas bolsas.

El pelirrojo les dedicó una mirada en cuanto los dos se aparecieron por la sala. Uno parecía más cansado que el otro. Era Sinbad, quien parecía cansado de estar entre tanta gente. Porque en cuanto el sol se ocultó la gente comenzó a salir a montones por la calle y por el metro peor, se llenó de hombres que salían del trabajo.

No le gusta estar entre tanta gente masculina, le pone nervioso.

— Llevaré a Mira y a sus hijas a cenar.

— ¿Te vas a llevar a Mira? —Eso es malo. — ¿Y quién nos va a hacer la cena? —Qué problema, Judal…

Se encogió de hombros.

— Que Sinbad se encargue de la cena. —Absolutamente nada va a retrasar su cena con Mira y sus siete amores.

— Eso suena bien. Sinbad, ¿sabes hacer una buena cena, no? —Mira se dejó ver en la sala, tenía las manos ocupadas acomodando un collar en ese perfecto cuello blanco.

Joder la mujer era hermosísima, Sinbad de repente dejó de sentirse tan agobiado y la vio mejor.

Tenía cierto parecido con Sango. Se pregunta si Ran piensa lo mismo. Pero Ran no está ahora, se fue a la habitación y no ha salido. Si no se ha metido a bañar, entonces seguramente fue a dejar las bolsas.

Ese Kouen afortunado…

— Eh… —La verdad, no supo ni qué responder.

— Perfecto. Entonces tú te encargas de la cena, grandulón. —Le palmeó la mejilla un par de veces y luego tomó la mano de Pisti. — Kouen ya vámonos, tengo mucha hambre. Quiero comer sushi y luego caminar por la plaza. —Su tono sonó algo insistente.

Eso Judal lo entendió perfectamente, el que Mira quiera ir a cenar con Kouen y viceversa. Otra vez estaba usando ese tono autoritario y si seguía así, no faltaría mucho antes de que comenzaran los insultos.

— Va, va. Disfruten la cena. —Miró a todas las rubias. — Mocosas, quiero que me cuenten luego cómo les fue. Si comen postre y está bueno quiero que me traigan mucho mañana, quiero irme con muchos dulces.

Luego de recibir un coro de respuestas positivas, Kouen tomó a Mira por la cintura y la empujó gentilmente a la puerta para salir.

— Más vale te cuides, Judal. Si te mueres mi contrato me lo hará pasar muy mal.

— Me cuidaré, pero no porque quiera evitar que te maten. Es porque estoy con Sinbad y Ran.

— Mh. —El pelirrojo asintió y esperó a que todas las rubias terminaran de pasar. Cielos, Sinbad jamás ha visto a tantas rubias juntas sin verlas como cualquier hombre vería a una mujer hermosa. Luego de eso cerró la puerta.

Buen momento para que Ran volviera a aparecerse.

— Judal, papá no sabe cocinar. Es un inútil. Es un gordo por dentro, no sé cómo es que por fuera es tan macho men.

— Ran, eso no era necesario. — ¿Macho men?

— Lo era, Daddy. —La rubia jugueteó con un mechón de su cabello. — Lo era. —Le dio una sonrisa juguetona al idol, quien mantuvo una mueca pensativa un rato.

— Entonces tú vas a cocinar. La receta más sencilla es el curry, así que…

Realmente, Ran no hizo demasiado. Solo puso la bolsa de salsa en agua hirviendo para volverlo líquido y cálido, fue Sinbad y Judal quienes picaron la carne, papa y zanahoria, además de poner arroz en la arrocera.

Pero Judal era demasiado generoso con Ran, a pesar de hacer tan poco se llevó una buena felicitación de parte del Idol, Sinbad por otro lado se quedó solo sentado en una de las sillas.

— iiko~ —Felicitó Judal, palmeándole la cabeza a Ran.

Por supuesto que los ojos de la rubia se encendieron con emoción.

— ¿Qué le has dicho? —Preguntó Sinbad con tono curioso. Esa palabra no la conocía.

— Que es una niña bien portada. Waruiko es lo contrario. Significa niño mal portado. —Explicó, soltando la mano de Ran con el cucharón para tomar la tapa y cubrir la olla. Tomó a Ran por debajo de los brazos y la apartó, ocupando ahora él su lugar. — Bad Boy. —Pronunció con cuidado, revisando el arroz.

— ¡Oh! —Sinbad impactó su puño sobre su palma extendida. — ¡Ahora entiendo lo que me dijiste en la mañana! “Niño malcriado” — Rió jovialmente — Solo quería fastidiarte~

— Pues sí fuiste un real fastidio.

Ran estaba de acuerdo con eso. Qué vergüenza que a su padre se le ocurriera sacar esa faceta tan bizarra con su ídolo. ¡La deja en vergüenza!

Estaba listo.

— Santo cielo Daddy eso sonó demasiado sexy. Me muero. Debí grabar eso. Judal mas tarde deberás repetirlo para mí.

— Como quieras. Creo que esa será la palabra del día.

Por fin Sinbad habló de nuevo;

— ¿La palabra del día?

— iiko. Por Ran.

El curry que prepararon para la cena estaba delicioso, y lo mejor de todo fue que sobró bastante. Ya tenían un almuerzo mañana antes de irse.

Aunque las verduras estaban algo grandes. Sinbad debe aprender a ser un mejor ayudante de cocina.

●•○•●

Lunes por la mañana. La casa era un manojo de silencio. Sin las rubias en casa estaba algo silencioso. Mira les avisó antes de irse que regresaría en una hora y que los quería preparados para partir.

Así que luego de desayunar el curry que sobró anoche, todos se fueron a bañar. Ran y Sinbad juntos. Quizá Ran ya no era una niña, pero ninguno de los dos quería abandonar algunas cosas. Y no tenía nada de malo, ¿cierto? 

Sinbad es un buen padre.

El primero en salir fue Sinbad, Ran por otro lado le dio un excesivo cuidado a su cabello. Usó incluso acondicionador, a Sinbad le basta solo con shampoo.

Ran salió al menos 10 minutos después que el mayor, quien ya estaba terminando de vestirse.

— Daddy gritas “¡Voy de vacaciones!” por todos lados… —Murmuró Ran mientras tomaba el bonito vestido veraniego de la cama, ya tendida. Estaba todo listo para partir, todo en sus maletas. — Estoy segura de que te van a ver mucho. —Dejó el vestido de nuevo en la cama y tomó las bragas. Primero se las puso aún con la toalla, luego le dio la espalda a Sinbad y dejó caer la toalla hasta que su parte trasera la detuvo.

Buscó a tientas su sujetador y se lo puso, una vez en interiores se puso el vestido y acomodó bien el faldón.

— ¿Daddy? —Preguntó, pues no le había contestado.

— ¿Eh? —Estaba ocupado mirando la pantalla del celular.

Ran rodó los ojos y tomó la toalla del suelo para secarse el cabello con ella.

— Te decía que te ves bien. Vas a llamar la atención con esa camisa.

— Ah, gracias… Pff…

— ¿Qué pasa?

— Que mis amigos se han ido a beber anoche y parece que se divirtieron bastante, también veo que Sharrkan y Yamuraiha están tomados de la mano… ¿Qué habrá pasado? ¡Le llamaré luego para preguntar!

— ¿En serio? Dudo que alguien tan correcta como ella acepte a alguien taaaan libertino como Sharrkan. Osea, yo no lo haría. —Contestó Ran, sentándose en la cama para continuar con su trabajo. Cuando su abundante melena estuvo seca, se fue al baño para tender la toalla.

En ese momento Sinbad salió de la habitación para toparse con Judal en pleno pasillo.

Le dio una rápida mirada, y luego sonrió con ánimo.

— ¡Vaya, te has puesto bastante alegre para la ocasión, eh!

— Tampoco te ves demasiado serio. —Murmuró Judal, observando que tenía una camisa de botones bastante playera y unos shorts con palmeras, ¡Vamos, si Sinbad estaba ya bien dispuesto a sus vacaciones!

— No soy serio, ¿parezco ser alguien serio? ¿Por qué me ha dicho serio? —Le preguntó a Ran, quien solo rodó los ojos y se fue caminando hasta la sala, arrastrando con ella un par de maletas con fondo blanco y coloridas flores.

— Tu seriedad acaba de ahuyentar a tu hija. Mírala, como huye la pobre.

— Vamos, eso es crueldad. —Sinbad le golpeó el costado de forma divertida. Judal sonrió y se sobó la zona golpeada.

— Tú sí que eres crueldad.

Escucharon la tv encenderse, seguramente Ran.

Se miraron un rato sin decir nada y luego Judal pasó de largo para ir a la sala también, arrastrando consigo una maleta con ruedas. Sinbad por otro lado tenía una maleta más parecida a una deportiva, pero esta le era perfecta para todo lo que llevaba; pocos compartimientos y mucho espacio; y también una un poco más pequeña con ruedas. Nada tan extravagante como las de Ran.

Se unió a ver la tv un rato en la sala mientras esperaban a la rubia. Judal estaba sentado a un lado de Ran revisando el móvil, Sinbad estaba en el sofá individual moviendo los pulgares como todo un campeón. Ran era la única que prestaba atención a la tv.

Afuera, una camioneta recién llegaba. Mira tocó el claxon varias veces.

La hora de irse había llegado.

●•○•●

— Judal, vas a cuidarte. NO vas a salir de la habitación luego de las 12, no vas a beber demasiado, vas a cuidarte del sol muuuuy bien y me vas a contestar todas las llamadas. Es una advertencia. Si no lo haces, te mueres.

— Que linda.

Mira y Judal se abrazaron con fuerza. Sinbad notó que los dedos de la rubia se estaban aferrando demasiado fuerte a la espalda de Judal, y por un momento se preguntó qué tanto se querían esos dos, y qué clase de relación tienen.

En serio, no pudo evitarlo.

— Lo haré, cuarentona. Tampoco es que nos separemos demasiado… Oi, ¿ya te estás arrepintiendo? Te recuerdo que tú me obligaste a esto.

— … —La rubia sonrió y lo soltó. Tras ellos algunas otras personas estaban pasando, un sujeto con una cámara los apuntaba y una reportera les daba la espalda mientras hablaba.

En cuanto el Idol se vio libre, la reportera se giró y corrió hacia ellos para comenzar a cuestionarlos. Luego a Sinbad. Ran también quería salir, pero Judal la cubrió posándose frente a ella, robando la atención de la cámara completamente.

No quiere, Ran es demasiado hermosa y comenzarían a fastidiar luego. Era por el bien de la rubia, además era menor de edad.

La última llamada para el crucero, un último abrazo a Mira, una mirada de Sinbad a la rubia a despedida y luego los tres se fueron.

Ambos tomando de la mano a Ran, esa fue la última cosa que Mira pudo ver antes de que se le perdieran entre toda la gente. Pensó que iba a ser esa la última imagen que tendría de ellos antes de su partida, pero no fue así. Pronto Judal corrió al borde del crucero, a dos pisos de la base.

— ¡Mira! —Le gritó.

La rubia alzó la vista y se cubrió un poco del sol con la ayuda de su mano para poder ver.

Judal alzó la mano y la movió de un lado a otro, sujetándose con la otra mano del barandal de protección. Sinbad se asomó, curioso, y Ran se subió junto a Judal para despedir a la rubia con la mano, animada.

— ¡Te quiero!

— … —Los ojos violetas de la rubia por un momento brillaron un poco y se cristalizaron, pero de un pestañeo volvieron a ser como eran habitualmente. Sacó su celular y escribió algo. Luego lo guardó y volvió a alzar la vista al Idol.

En cuanto su celular vibró, Judal se enderezó y lo sacó. Lo desbloqueó y luego leyó el mensaje.

«También te quiero, mocoso estúpido.»

No dudó en contestar.

Te voy a echar de menos.

No tuvo una respuesta ya. Mira se disponía a irse.

Separarse por un mes de su “hijo” era doloroso.

Al poco rato el celular de Judal volvió a vibrar. Pensó que era Mira quien le escribía una respuesta, pero no fue así. Era de Kouen.

«Diviértete mucho.»

Cuida de la cuarentona mientras no estoy.

«Lo haré, no necesitas decírmelo.»

Por fin solos los tres, en una habitación algo amplia y con la brisa fresquita del mar entrando por una ventana circular. ¿Pero querían pasárselo en la habitación encerrados?

Para nada, solo iban a estar ahí por dos días. Debían aprovechar. Sobretodo Sinbad, quien tenía en mente comenzar con sus vacaciones al más puro estilo de un hombre.

Así que sin más, los tres subieron a la séptima y última planta del crucero, en donde la fiesta se daba. Con el sol del mediodía en lo alto y el clima tan agradable casi todos estaban fuera de sus habitaciones. Había una piscina enorme y mucha gente adentro, algunos tomando el sol y otros disfrutando del bar. Había tantas cosas por hacer… Ran y Judal buscaron dos sillas plegables juntas para descansar, tuvieron suerte en encontrar dos juntas y encima con sombrilla. Sinbad por otro lado se fue con ellos solo para encargarles su camisa y luego se fue directo a la piscina.

Judal no se perdió en ningún momento el clavado que el pelimorado se dio. Se recostó en esa silla y ladeó la cabeza para ver a Ran ahora, sonriente.

Ella estaba en el celular, presionando la pantalla con sus pulgares a una velocidad épica.

Se medio sentó y volvió la vista a la piscina, encontrar a ese pelimorado no fue nada difícil. Estaba dando algunas brazadas por el centro. En cuanto Sinbad sacó la cabeza para tomar aire, Judal decidió que se uniría. Desabotonó su camisa, la dejó en su asiento y le dijo a Ran que regresaría pronto.

Si hubiese estado más pendiente de su ídolo, seguramente se habría infartado de verlo sin camisa, pero parecía nerviosa mientras escribía. 

— ¡Sinbad, apártate! —Gritó a medida que iba acercándose, estaba tomando carrerilla para saltar.

El nombrado se limpió el rostro con las manos y luego dio algunos cuantos pasos hacia atrás.

Judal saltó apenas llegar al borde, fue un salto espléndido. Sinbad cerró sus ojos y se cubrió con las manos por ese chapoteo, luego Judal emergió del agua, tomando una bocanada de aire.

— ¡Eso fue espléndido! —Le aplaudió.

Ninguno de los dos notó que Ran dejó el celular a un lado y se abrazó las rodillas, claramente incómoda.

●•○•●

Ya el sol comenzaba a ocultarse, los tres estaban recostados sobre las sillas desplegables. Solo Judal tenía puesta la camisa, Sinbad también la tenía pero no abotonada.

El Idol dormía, pero Ran y Sinbad todavía disfrutaban del calor del lugar y del aroma del mar.

Bueno, al menos uno.

Ran por otro lado no se la estaba pasando muy bien.

— Daddy… —Lo llamó, volteando a verlo.

— ¿Mh? —Sinbad ladeó la cabeza para ver a su hija, aunque antes de verla a ella se fijó en Judal. Estaba dormido tan tranquilamente que daba hasta gustillo verlo.

— Quiero hablarte de algo que me tiene inquieta…

— ¿De qué trata, tesoro?

— … —Ran volvió a tomar su celular y lo desbloqueó, dispuesto a mostrarle una muy larga conversación.

Pero en lo que hacía eso…

— Hola, hola~

— No pudimos evitar acercarnos. ¿Te molesta si te acompañamos un rato?

Un par de morenas se acercaron. El mismo par que en toda la piscina no dejaban de verlo a él ya Judal.

Estaban justo frente a Sinbad, impidiéndole la vista de Ran. Por eso Sinbad no pudo ver su mueca.

Los párpados de Judal temblaron ligeramente, pero no despertó.

— Da-

— Claro, sería un placer tener la compañía de tan hermosas damas.

— Papi… —Ran apretó el celular en su mano.

Una de esas zorras se sentó con demasiada confianza en la silla, y luego la otra la imitó.

Las dos morenas le dieron una mirada demasiado sugerente al hombre y luego se levantaron para caminar a las habitaciones.

Extraño. ¿Se acercaron solo para eso? Pensó Ran.

Lo que no sabía ella, y Sinbad sí, es que eso era una invitación a algo más interesante.

— Daddy, lo que quería contarte…

Pero Sinbad se levantó y las siguió, parecía animado, vivo.

Ran cerró la boca y apretó los labios. Se quedó quieta un rato, temblorosa quizá, pero callada.

Hasta que abrazó sus rodillas y escondió su rostro entre sus piernas. Ya no quedaba mucha gente en la piscina, la mayoría se había ido a la zona de restaurant y al bar, así que Ran sintió la libertad de llorar por fin.

— ¿Ran…? —Pero Judal tenía el sueño demasiado ligero, y un sollozo lo hizo despertar.

Ran se sobresaltó, y ladeó un poco la cabeza para ver al Idol entre sus mechones de cabello. Judal tenía un rostro adormilado, parecía más dormido que despierto.

— Judal… ¿puedo contarte algo a ti? Papá se fue y… necesito ayuda. —Quizá no había demasiada confianza aún, pero ella era pésima para esta clase de cosas.

— Claro que puedes. ¿Qué pasó? ¿Por qué Sinbad se fue?

— No lo sé. Pero por favor escúchame…

Ran se sentó en el borde de la silla, de cara a Judal. Este la imitó, quizá porque sentía que era importante o quizá porque solo quería imitarla.

Comenzó a contarle a Judal todo. Resultaba que Ema, una “amiga” de Ran, estaba diciendo cosas de ella a sus espaldas y no precisamente buenas. Se enteró gracias a Eddy, uno de sus buenos amigos de la secundaria.

La enfrentó preguntándole directamente y luego de negar todo, se echó de cabeza repentinamente y comenzó el problema. Para Ran, Ema había sido una de sus mejores amigas y no comprendía por qué merecía una traición así.

La clase tan vulgar de mentiras que había dicho sobre ella al final resultaron por celos, no solo por tener la oportunidad de salir del país y viajar, sino por tener todavía a su padre. Pero no se disculpó, y de hecho, todavía continuó diciéndole cosas terribles.

Ran jamás se sintió tan insultada, triste y traicionada como en ese momento.

Terminó su relato llorando. En algún momento del relato Judal se había levantado para abrazar a Ran.

— Ella en serio piensa que soy detestable. E-Ella piensa que yo… detestable… ¡Oh Judal! —Y cubrió su rostro con sus dos manos, mordiéndose con fuerza el tembloroso labio inferior. Más lágrimas.

— Pero eso no significa que lo seas. —Intentó tranquilizar. Se inclinó a Ran y le apartó gentilmente las manos. El rostro de la rubia estaba completamente rojo, igual que sus ojos, se notaba que ese labio había sufrido por la mordida.

Presionando sus dedos pulgares en esas rojas y húmedas mejillas, consiguió limpiarle algunas cuantas lágrimas, pero estas no se detenían.

Puso sus manos sobre las del idol con la intención de apartarlo, pero sin hacerlo realmente. Solo las apretó y cerró sus ojos con fuerza.

Judal entendió entonces que no podía decir demasiado para hacerla sentir mejor. No insistiría por ahora. Volvió a ofrecerle sus brazos y esta vez, Ran sí se levantó para abrazarlo de vuelta, temblorosa.

— iiko, Ran-chan. —Le acarició el cabello, mientras la rubia se aferraba con más fuerza a su cintura y sollozaba en un tono más bajo, empapando su alegre camisa playera.

— Ella debe odiarme…

— Vamos, ¿Quién va a odiarte? Si eres deliciosa como persona. Tu energía es demasiado fuerte y contagiosa, así que si estás triste yo seguramente también me ponga triste. No me apetece estar triste así que deja de llorar, mocosa.

— Buh…

Ambos se recostaron en la cama, comenzaron un manga juntos, solo así fue como Judal consiguió que Ran parara de llorar.

A pesar del género (yaoi) Judal no pareció incomodarse para nada, de hecho hasta se asombró de que a Ran le llamara la atención esa clase de mangas entre tantos otros para mujeres.

Y aliviado, ¿cómo no? Si así tiene más fácil el camino para su futuro, en cuanto se casara con Sinbad no iba a tener problema alguno en que Ran lo aceptara como su nuevo padre.

— Ryusei es tan tierno con Kiba… —Dijo Ran, señalando un texto encerrado en un globo. — Hasta murmura su nombre entre sueños.

Leyó el pensamiento y luego asintió, pasando un dedo por encima del dibujo, en donde el personaje se mostraba dormido en toda la hoja.

— Kiba le gusta mucho.

Ojalá algún día pueda escuchar a Sinbad llamándolo en sueños.

No está seguro de si pueda enamorarse, pero no va a negar que haya atracción de su parte.

●•○•●

Con Ran ya dormida en su cama, algunos mangas botados en la cama y un café entre sus manos es como Judal estaba esperando aún a Sinbad.

Eran ya las 2 de la mañana y no se aparecía. Tenía la tv en un volumen bajo para no despertar a Ran mientras escuchaba una película, aunque hace un rato que ya le había perdido el hilo a la historia.

Por fin Sinbad se dignó a aparecerse; Judal primero escuchó algo de forcejeo afuera, apagó la tv y puso la atención en la puerta, bebiendo un sorbo largo de su café.

Ni siquiera sabe por qué bebe café, ni siquiera le gusta.

Ah, ya recordó, es para mantenerse despierto.

Cielos, el sueño le hace perder la memoria a ratos, eso está muy mal. Y el café también. Lo dejó en la mesita de noche, confiando en que el movimiento del crucero no haría que cayera. Era de lujo, y si había tv en perfecto estado una taza bien se podía mantener.

La puerta por fin se consiguió abrir, ¿Qué pasaba con Sinbad? Y cuando entró a la habitación notó su andar tan torpe, ¿bebió? ¿En qué momento?

— ¿En dónde estabas? —Preguntó con el tono más tranquilo que pudo.

Sinbad se sobresaltó y casi se tropieza con sus propios pies del puro susto, pero alcanzó a sostenerse de la manija de la puerta.

— Judaaaal —Susurró, cerrando la puerta de la habitación. A excepción de una lámpara al lado del Idol, la luz estaba en completa obscuridad ya con la tv apagada. Esa luz tampoco era tan potente, y en su penoso estado prefirió dirigirse a lo seguro: a la misma cama que el pelinegro. — Me sorprendiste.

— Te hice una pregunta, ¿en dónde estabas? —insistió, ahora no tan tranquilo.

La sonrisa tan estúpida de Sinbad fue legendaria, épica.

— ¿Recuerdas a las morenas de la mañana?

— ¿Las que te miraban raro? —Cómo va a olvidaras, prácticamente quería matarlas con la mirada en cuanto notó que veían demasiado a Sinbad.

— Sí. —Sinbad asintió con la cabeza. — Me divertí con ellas, incluso quedamos en vernos luego en el hotel. —El rostro del idol se contrajo en una mueca indescriptible. — No son hermanas como creía, solo amigas. —Pareció emocionarse por su descubrimiento, fastidiando un poco más al Idol. — Hombre que hace tiempo que no estaban con dos al mismo tie- —Una sandalia le dio de lleno en el rostro, impidiéndole así continuar hablando.

— ¡Inaceptable!

— ¿¡Eh!?

— ¡Hombre sucio, infiel! ¡Mal padre! —sus gritos consiguieron hacer que Ran abrazara con más fuerza la almohada, y que Sinbad se confundiera aún más.

¿Acaba de llamarle "infiel"? ¿”Mal padre”?

— Yancha no otoko… —Susurró, y luego se cubrió a si mismo con la cobija, junto con Ran.

Esas palabras Sinbad sí las entendió.

Malcriado. Hombre. Básicamente acababa de llamarlo hombre malcriado.

— Esa es la palabra del día. —Fue lo último que dijo antes de esconderse bajo la cobija.

Por suerte para Sinbad Judal no lo echó de la habitación, aunque se le notaba que no le faltaban ganas.

Durmió solo en su habitación, y no porque Ran haya caído dormida en la cama de Judal; esos gritos de hace un momento la consiguieron despertar, pero no quería ver a papá ahora.

Judal tiene razón. Esta vez Sinbad se portó muy mal, no la escuchó por irse con un par de nenas, ella está tan enojada como el propio Idol, ¿cierto?

Los dos se sienten heridos, y Sinbad frustrado y confundido.

Judal no consiguió dormir tan fácilmente. Hasta las 4 de la mañana tuvo los ojos abiertos, solo mirando fijamente la pared o el techo, escuchando a Sinbad roncar y siendo abrazado muy fuertemente por Ran. No puede respirar.

Con un brazo cubrió sus ojos. Tiente los labios curveados hacia abajo con disgusto, si sigue haciendo muecas tan lamentables iba a arruinar su rostro y todavía lo necesita.

Juró por Ran que Sinbad no volvería a fallar de esa forma. Que no iba a fallarle a él. Sinbad ya no va a fallar con Judal y Ran en este viaje, lo vigilaría a morir. Si aún no puede olvidarse de las mujeres entonces quizá Judal deba usar la técnica más antigua para que alguien deje de necesitar a más personas para el sexo.

Juró y juró, no consiguió pegar un ojo hasta que Ran lo soltó y se giró, solo cuando dejó de sentir esa presión tan fuerte pudo cerrar sus ojos y ponerse a dormir.

Nada bueno se aproxima para el pobre estadounidense, porque ya hay un japonés dispuesto a detener su libertinaje.

Y seguramente en cuanto le cuente a Ran de sus planes, la rubia no se vaya a negar, estaba tan o más dolida que el propio Judal.

Notas finales:

●•○•●●•○•●●•○•●

“La niña caprichosa no va a dejar de lloriquear hasta obtener lo que quiere. Mejor cede ante ella. Las consecuencias a un «no» son demasiado fastidiosos.”

●•○•●●•○•●●•○•●

*Ver y observar no es lo mismo. Ver es a la ligera, observar es fijar la vista en algo y observarlo con detenimiento: notar los detalles.

Por mero capricho, recomendaré estos canales para quien quiera aprender un poco sobre la vida en Japón sin ir allá. Mis canales preferidos son Ruti Beauty&Vlogs, una mexicana casada con un japonés con una familia ya formada, me gusta sobretodo seguir sus video blogs del día. Esa misma youtuber tiene otro canal llamado Ruthi San en donde habla de curiosidades y estadísticas, entre otros. Por ejemplo uno de sus videos que más me gustó en ese canal es en donde habla de la comida, cuando va de compras con sus hijos o cuando pasean. En sí, me he visto casi todos los videos de sus dos canales, osea (¿?) Además, en el canal Ruthi San ella toca temas sobre cómo es la política o la educación, entre otros, en Japón.

Otro buen canal que me gusta ver para aprender un poco de Japón es Nekojitablog, un español, Ernesto, que se casó con una japonesa, Yuko, y son entre video blogs y asuntos curiosos, los videos que más me han gustado de este canal trataban sobre ellos dos aclarando mentiras que se decían de Japón. Recomiendo en grande ver su lista de videos de Japón sin Cortes y Japón con Jamón. También recomiendo altamente los videos ADIVINANDO GESTOS JAPONESES [ESPAÑOL VS JAPONESA] | Japón con Jamón y JAPONESA ADIVINANDO GESTOS ESPAÑOLES: La Venganza.

Puedo jurarles estos youtubers son encantadores~ Si visitan uno de estos canales y ven los videos, pueden dejarle un comentario, se lo merecen.

Actualmente estos tres canales son los que me van a ayudar muchísimo para llevar a cabo este fanfic. Son buenos para pasar el tiempo y yo tengo mucho tiempo, ¡hasta hoy mis vacaciones siguen!

La petición para escribir pronto el tercer capítulo es la misma que el capítulo anterior: ¡8 reviews para este segundo capítulo! Pueden contestar esta pregunta en uno si desean: ¿Qué opinas de Ran?

Nos leemos en el siguiente capítulo, see ya~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).