Las nubes se iban poco a poco acumulando, creando una espesa masa con aspecto esponjoso que tenia un fuerte color gris oscuro, casi negro, que cubria cada parte de lo que habia sido un hermosos dia soleado. Su mirada se mostraba bastante aburrida, neutral e incluso, como algunos le decian, bastante fria, mientras miraba hacia el jardin de su casa, podia ver a su hermanito jugando solo, picando quien sabe que cosa con un palito que seguramente se habia encontrado por ahi, eso habia llamado ligeramente su atencion, ya que su hermano era curioso por naturaleza, asi que lo que fuera que estuviera mirando seria lo suficientemente interesante como para sacarlo de su aburrimiento. Giro un poco su cuerpo, encontrandose con su adorada madre que estaba barriendo con una inusual calma la alfombra color carmesi que decoraba la sala, manteniendo su rostro neutral se aventuro a hablar, aunque la respuesta negativa ya estaba haciendo eco en sus oidos. -Mama, ¿Puedo salir? Tarble esta jugando con algo afuera, y quiero saber que es-Su tono habia sonado bastante frio, quiza habia sido la resignacion a saber lo que le diria su madre... O tal vez era que habia olvidado como cambiar el tono de su timbre de voz. Aguanto las ganas de reclamarle a su madre al verla dirigirle una mirada desaprobatoria, mientras negaba suavemente con su cabeza. Escucho el sonido de sus zapatos acercandose hasta donde estaba el, asi que se giro, mirando de vuelta la ventana. El cielo estaba completamente negro y Tarble ya corria al interior de su hogar.
La calida y siempre consoladora mano de su madre acaricio su espalda, y se detuvo en su hombro, dandole un ligero apreton que, por su puesto, no sintio. -Cariño, recuerdo que es peligroso que salgas de casa, ademas Tarble ya viene, ¿Por que no arman un rompecabezas juntos? Sabes que el ama armar cosas-Su voz tenia ese tono amoroso con el que siempre le habia hablado durante toda su vida, dandole un sentimiento de nostalgia que no supo si interpetrar como algo bueno o algo bastante estupido, considerando que sentia su corazon frio. Agacho un poco la cabeza, encontrandose con sus manos, cubiertas por sus elegantes guantes blancos, y sus brazos que al igual que sus manos estaban siendo cubiertos por un grueso sueter de color azul rey que, mas que encantarle ya que era su color preferido, le traia recuerdos para nada agradables ni deseables. Se limito a simplemente responderle a su madre con un leve movimiento de cabeza, que vino acompañado de un pequeño sonido afirmativo de sus labios, los cuales permanecieron rectos, sin formar una sola sonrisa o una mueca de desacuerdo. La suave mano de su madre se retiro de su hombro, dejandole una extraña sensacion de frialdad que poco le importo. Se levanto del sofa para 4 personas, decorado con un hermoso estampado de flores, en su mayoria rosas de tonos opacos, y se dirigio a un lugar que no fuera la sala, acercandose peligrosamente a las escaleras. -Ten cuidado cuando subas las escaleras, cariño, no quiero que te tropieces o algo-
Si no fuera porque tenia modales y porque de verdad apreciaba a su madre, habia rodado los ojos en una mueca de fastidio y habria bufado molesto, pero no era lo suficientemente grosero como para hacer eso, asi que simplente tomo en cuenta la palabra de su progenitora. -Descuida madre, tendre cuidado-Y, con la sonrisa mas dulce que sus labios podian ofrecer, se dio la vuelta completamente, comenzando a subir las escaleras, dirigiendose a su habitacion, con una calma que le extraño mas de lo que deberia. En el tranquilo transcurso de camino hacia su cuarto, se vio tentado a cochar contra alguna de las paredes, quiza, y con algo de suerte, se golpearia la frente con algun clavo de donde antes seguramente colgaba un bonito cuadro que probablemente habia arruinado en algunas de sus ocurrencias mas estupidas. O tambien miro con interes los miles de jarrones que decoraban las mesitas de madera colocadas a lo largo del pasillo, todas tenian su encanto, algunas eran mas faciles de romper que otras, y cada una de ellas llevaban distintos tipos de flores, todas igualmente bellas y con algo que las hacia ser unicas a su manera. Aunque un jarron en especial llamo su completa atencion, porque ese jarron color azul cielo, era el unico que tenia unas muy lindas rosas de un marchito color rojo. Se detuvo un momento a miraras, observando como los petalos caian uno a uno, todos secos debido a lo viejos que estaban, claro que su atencion no iba solo a los tonos feos y marchitos de lo que alguna vez fueron unas hermosas rosas rojas, sino que mas bien miraba las espinas que cubrian su doblado y maltratado tallo de una manera tan encantadora que quiso tocarlas.
Y eso hizo, ignorando la voz de su madre regañandolo previamente gravada por su subconsciente, rozo con delicadeza la punta de esas bellas espinas. Primero fue un ligera rose, tan delicado que ni siquiera parecio haber tocado nada, despues ejercio algo mas de fuerza hasta que una de las espinas atravezo su guante y con eso su piel, provocando una herida que no tardo en comenzar a sangrar, manchando la impecable tela de sus finos guantes de marca. Aunque, el haberse hecho esa pequeña herida que a cualquiera le habria provocado ardor, al parecer para el no fue suficiente, asi que en un impulso de necesidad por sentir mas, abrazo el tallo de la rosa con su mano derecha, creando mas heridas que comenzaron a sangrar. "Como lo pense... Nada" Solto de golpe la flor y siguio con su camino. La poco recorfontante sensacion de algo calido resvalando por su palma no se hizo esperar, las gotas de sangre bajaban por sus dedos, traspasando la tela de su guante, hasta caer directamente a la elegante alfombra que cubria el suelo de madera, manchandola de su tono camersi, aunque ni siquiera se distinguia ya que la alfombra poseia un color entrelazado con el cafe oscuro y el rojo fuerte. Suspiro con algo de fuerza, ahora tendria que vendar, de nuevo, su mano. Y, mientras ya solo faltaba 1 puerta para llegar a su habitacion, sus pasos se vieron frenados de repente debido a un sonido fuerte que se escucho muy cerca de el. Con poca curiosidad se volteo, y se encontro con su hermito menor que miraba aterrado lo que habia hecho; Habia golpeado, sin querer, uno de los jarrones de su madre y este se habia roto en miles de pedazos al chocar contra el cuelo. De nueva cuenta suspiro, mirando como su hermano estaba teniendo un pequeño tic en sus manos, las cuales se movian inquietas de un lado para otro. -¿Estas bien, Tarble?-Con cuidado se le acerco, tomando con delicadeza sus manos, las apreto un poco y como respuesta recibio una fuerte cachetada directamente en su rostro. Aunque el impacto fue demasiado fuerte, el ni siquiera se inmuto.
-¡Hermano, lo siento AH! ¡Lo AHH Siento mucho!-Un nuevo tic aparecio, solo que esta vez fue su puño que fue a dar justo en su propio rostro. Se aferro al pecho de su hermano mayor, apretandolo con fuerza mientras que su boca emitia algunos extraños sonidos, totalmente involuntarios, al mismo tiempo que la mano del mayor acariciaba con cariño y sumo cuidado su cabeza y su espalda. Los movimientos de sus manos cedieron, su garganta al fin pudo dejar de producir esa clase de sonidos y se separo un poco de su hermano, mirandolo con su habitual y tonta sonrisa que acostumbraba a tener siempre presente en su rostro. -Perdona, es solo que... Pense que podria pasar un rato contigo, la cena aun no esta lista asi que...-Sus manos jugaron un poco entre ellas, mientras que su vista se agachaba un poco. Un nuevo tic aparecio en sus hombros, aunque solo fue un leve movimiento. -Q-queria pedirte que me leyeras un nuevo libro que papa me compro-Su vista regreso al rostro tranquilo de su hermano, quien le sonrio levemente, o lo que el creia que era una sonrisa. Le revolvio su cabello y el sonrio con mas alegria, sintiendo un pequeño tic en su rostro, al cual ni atencion le puso. -¡Vamos, se que te gustara! Es sobre seres sobrenaturales-Tomo la mano de su hermano mayor, jalandolo hacia su habitacion para poder leer tranquilos.
El chico azabache rio un poco, dejandose llevar por el leve y para nada significativo jaloneo de su hermanito menor. Cuando llegaron a la habitacion del mas chico, se podian apreciar los multiples agujeros que decoraban la pared, casi atravezandola hasta llegar al otro cuarto, tambien la ventana estaba tapada con padera pues hace algun tiempo la habia roto con un fuerte puñetazo. Camino un poco mas y pudo notar que el estante al que se dirigia Tarble tenia algunos golpes bien marcados que hicieron que su ceño se frunciera con preocupacion. Se acerco a su hermanito y le acaricio la cabeza. -Debes buscarte un pasatiempo Tarble, el intentar estudiar en tu estado... Creo que es un acto siucida-No habia pensado muy bien en las palabras que habia utilizado, y por un momento temio haber ofendido a su lindo hermano menor, pero rapidamente se relajo al ver que este reia un poco, tomando entre sus manos un grueso libro de tonos oscuros, en la portada se podia apreciar el cuerpo de una chica que parecia estar dandole la espalda a una ciudad. Tarble se lo dio, al mismo tiempo que un nuevo tic aparecia, uno mas agresivo que casi lo hace caer, aunque logro sentarse en la cama. El mayor se le acerco, leyendo el titulo para despues levantar una ceja con curiosidad. -¿Cazadores De Sombras? Hmp, crei que la pelicula te habia parecido una completa idiotez-Menciono con un tono divertido, mientras se sentaba a un lado de su hermano, abriendo el libro en la pagina de inicio.
El menor sacudio violentamente su cabeza para despues dejarse caer en las piernas de su hermano, si se mantenia relajado y se concentraba en las palabras de aquel libro, entonces los tics no serian tan fuertes y, de paso, podria dormir un poco, bajo la seguridad de su amado hermano mayor, quien carraspeo un poco, dispuesto a leerle. -Por cierto, espero y te vendes las manos despues, mama te matara si ve cortaduras en tus palmas, Vegeta-Como respuesta a su sugerencia, recibio un ligero golpe en su cabeza. Sabia lo mucho que le molestaba a su hermano que lo llamara por su nombre. El era el menor, asi que debia de mostrar respeto a su hermano mayor, y eso solo lo lograba evitando mencionar su nombre en la misma oracion. Se volvio a acurrucar en las suaves piernas de Vegeta, dejandose llevar por la tranquilidad de sus palabras, ignorando ese molesto tic que le dio en los hombros antes de caer dormido.
...
-Ey, Tarble, despierta~-Sus manos, ya vendadas y descubiertas por la ausencia de sus guantes, acariciaron el cabello de su hermano menor, despertandolo con ciudado. Le hubiera encantado recibir un "Hola, hermano" o tal vez una sonrisa o algo parecido, pero en su lugar recibio un sonido extraño que, por mas raro que le sonara a los demas, para el era una clara señal de que su hermanito se habia despertado por completo. Lo miro bostezar, mientras que su cabeza se movia de un lado para otro de manera repetitiva, hasta que ese tic ceso fue cuando Tarble le dirigio la mirada a su hermano, sonriendole con calidez al mismo tiempo que un pequeño grito salia de su garganta. Vegeta rio un poco, para despues levantarse de su lugar. -Vamos, la cena esta lista y mama quiere que bajemos lo antes posible-Tomo de la mano a su hermanito Tarble y le ayudo a levantarse. El menor agradecio la ayuda, con un pequeño sonrojo que dejaba ver lo apenado que se sentia al tener que necesitar ayuda por parte de su hermano. El sabia la razon de su pena al pedirle ayuda, sabia que el se autollamaba molestia o problema, por eso lo ayudaba en casi todo en lo que el necesitara ayuda, asi tal vez le quitaria esa idea de la cabeza, "Tu no eres una molestia, tonto, eres mi hermanito". Con calma, y mucho cuidado, bajaron las escaleras. Vegeta siempre al pendiente de los tics de su hermano, cuidando que sus piernas no lo traicionaran en ese momento o que sus manos no le hicieran una mala jugada.
Ya estando en el primer piso, el aroma siempre exquisito de la comida de su madre les lleno sus sentidos del olfato, haciendolos sentir una repentina y fuerte hambre que solo seria calmada al comer. Tarble, por un momento, lanzo un pequeño sonido con la boca, seguido de un involuntario manotazo que fue a dar contra el pecho de Vegeta. El menor, con un rostro lleno de completa culpa, se disculpo y abrazo a su hermano mayor, quien le sonrio y acaricio su cabeza, tratando de calmarlo, repintiendo que no era su culpa. -Niños, mantengan la voz baja, su padre se quedo dormido en el sofa-Ambos fueron interrumpidos por la suave voz de su madre, quien les llamo la atencion desde la entrada de la cocina, vitiendo un delantar blanco con un lindo estampado de girasoles. Los dos hermanos, casi de inmediato, voltaron a ver el gran sillon de la sala, y ahi estaba, su padre, con un rostro tan tranquilo y una respiracion calmada. -Vengan, vamos a comer-La mujer de azabaches ojos se adentro de nuevo a la cocina, y seguido de ella fue Tarble, quien sintio un pequeño tic al caminar que facilmente controlo. El unico que se habia quedado aun en la sala habia sido Vegeta, su mirada neutra se quedo mirando fijamente por unos largos segundos el rostro dormido de su padre, para despues acercarse un poco a su mejilla, la cual beso con cariño y, en un ligero susurro, le hablo en el oido.
-Que descanses papa, espero y esta vez despiertes para llevarnos a la escuela-Claro que sus deseos no serian cumplidos por mas que los deseara con todas sus fuerzas. Suspiro con fuerza, no era su culpa, no era culpa de ninguno de su familia el que cada uno fuese alguien raro, padeciendo algo raro que al final, mas que perjudicarlos a ellos mismo, perjudicaban a los de su alrededor.
CONTINUARA...