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Bienvenido a mi Corazón [YOONMIN] por knvlchan

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Notas del capitulo:

No odien a Jongin por favor ;-;

Dos semanas pasaron pero seguían con la misma rutina. Solo que Jongin cada vez se tardaba más en las llamadas. Al principio el menor no lo había notado tanto hasta que cayó en la cuenta que el chico no era el mismo de antes. Ahora ni siquiera hablaba frente a él sino que salía de la habitación para platicar con aquella persona. Cuando entró Jongin después de hablar por celular Jimin se notaba molesto.

 

–Necesito hablar con el profesor Daesung antes de ir a casa –Soltó Jimin.

–Como quieres Jiminie~ Entonces me voy adelantando –Contestó Jongin mientras guardaba las cosas en su mochila.

 

Se despidió de Jimin dándole un beso en la frente y regalarle una de esas sonrisas características del rubio. Jimin también se despidió con una sonrisa pero cuando el mayor salió del cuarto se puso de cuclillas abrazando sus rodillas. Quería llorar pero no podía dejar que los sentimientos lo consumieran.

 

Quería olvidar a Yoongi y había intentado dar su todo al nuevo pero parecía que las cosas no estaba funcionando como el quería. Cerró los ojos para tranquilizar sus emociones pero alguien abrió la puerta. Se paro automáticamente de su lugar para ver quien era la persona que había entrado.

 

–Yoongi… –Pronunció el castaño.

–¿Sin honoríficos? –Preguntó el mayor.

–Lo siento, hoy no estoy para juegos –Le contestó el menor intentando evadir su mirada.

–No nos hemos visto en casi dos semanas y así me recibes –Le reprobó el pelinegro.

–No es eso hyung. Hoy no me siento bien –Le objetó el chico.

 

Yoongi lo miró. Jimin parecía completamente diferente a lo que era hace dos semanas. Se veía más delgado y parecía que no había dormido mucho últimamente. ¿Habrá sido por lo que vio la otra vez? Recordó que el día que fue a la compañía a hacerle unos arreglos a su canción, Jimin y Jongin parecían diferentes. Se entristeció porque el humor de Jimin provenía de aquel tipo pero aún así le dolía verlo sufrir así.

 

–Salgamos Jimin. Perdámonos del mundo hoy –Le sugirió el mayor.

–¿A qué te refieres? Te dije que no tenía ganas –Bufó el menor.

–Hace tiempo no nos vemos –Reiteró el pelinegro.

–Pero tengo novio –Contradijo el castaño.

–Y no digo que no lo tengas. Es una salida de amigos Park –Hablaba en serio.

 

Lo tomó de la mano y salieron de aquella habitación. Jimin alcanzó a agarrar su mochila con dificultad a tiempo antes de salir. El tacto de Yoongi era justo como lo recordaba, suave pero no tan cálido como él. Su corazón comenzó a palpitar por la cercanía que tenía con el mayor y sintió como sentimientos nuevos comenzaban a surgir dentro de él.

 

El aire que provocaba la rapidez con la que caminaban hacia que la fragancia del mayor se impregnara en el menor. Extrañaba ese olor familiar que desprendía Yoongi. No era nada comparado con el olor que tenía Jongin, Jungkook o Taehyung. Era un aroma que solo le pertenecía a Yoongi, su Yoongi.

 

Llegaron a una pequeña plaza después de caminar algunos minutos. Ni siquiera lo había sentido aunque conocía aquella plaza. Caminando de seguro se habrían hecho unos 25 minutos pero el tiempo se le había hecho tan corto a lado del pelinegro. Entraron a una especie de sala de juegos, habían algunos niños corriendo y otros jugando con las máquinas que ahí se encontraban.

 

–¿Qué hacemos aquí? –Preguntó el castaño.

–Estamos quitándonos el estrés acumulado Jimin –Le sonrió juguetonamente el mayor.

 

Maldita sonrisa que se cargaba Yoongi. Era esa sonrisa la que embelesaba al chico. ¿Cuánto hacia que no había visto esa sonrisa? Parecían años pero estaba agradecido con la vida de permitirle verla una vez más. Yoongi pagó en la taquilla para comprar un tarjeta que recargó con algo de dinero.

 

Entró al establecimiento con la mano todavía sujeta firmemente a Jimin. Se acercó al primer juego que vio y dejó que Jimin lo probara. Después de algunas horas ambos chicos ya habían pasado por lo menos una vez en cada juego. Habían ganado bastantes boletos y Jimin estaba emocionado porque quería cambiarlo por dulces.

 

–No quiero Jimin. Quiero cambiarlo por algún recuerdo que podamos conservar –Sugería el mayor.

–No Yoongi. ¿Te va a servir de algo? Se acumularan cosas innecesarios en nuestra casa y de que serviría –Reprochó Jimin.

–Dos cosas Jimin. Usa honoríficos cuando estés a mi lado y escuché bien. ¿Dijiste nuestra casa? –Se enojó el mayor.

–Tú dijiste que podía omitir los honoríficos y no dije nuestra –Se defendió el castaño.

–Claramente escuché nuestra. Y si lo dije, pero era otra situación no esta –Le recordó Yoongi.

 

Jimin se sonrojó por aquel memoria. Su mente lo recordaba a la perfección.

 

–Yoongi-hyung, mete otro dedo por favor –Rogó el castaño.

–No me llames Yoongi-hyung, simplemente llámame Yoongi –Le contestó el mayor.

–Quiero otro dedo Yoongi –Obedeció.

 

–Veo que ya recordaste Jimin –Se burló Yoongi.

–Cállate –Bufó el chico.

–Entonces ganó yo. Será un recuerdo –Se volvió a burlar Yoongi.

–Jódete –Le contestó el menor.

 

Eligieron un colgante de celular en forma de osito de peluche café. O más bien, Yoongi eligió el colgante.

 

–Según la leyenda si regalas un osito de peluche a la persona que te gusta con tu nombre tu amor podrá ser correspondido –Intentó sonar indiferente Yoongi.

–¿Qué estupideces estás diciendo? –Le reprochó el menor.

–Toma. Se llama Yoongi –Estiró la mano en dirección al chico sin mirarle la cara.

 

Jimin lo aceptó a regañadientes pero por dentro se moría de la emoción. Lo puso en su celular y observó como se veía. Extrañamente combinaba muy bien con su celular. Yoongi pensó Jimin en el nombre que le había puesto Yoongi al osito.

 

Definitivamente el humor de Jimin cambió con aquella salida. Regresó a su apartamento completamente feliz. Habló por un rato con Taehyung por el teléfono pero no podía ocultar su emoción que el menor lo notó en seguida.

 

–Así que Min~ esta de mejor humor ¿Eh? –Se burló su amigo del otro lado del teléfono.

–¿Tanto se me nota? –Preguntó incrédulo el castaño.

–Eres tan idiota que sin verte puedo decir que estás sonriendo de oreja a oreja –Le argumentó Taehyung.

–No soy idiota. Es más, soy el rostro del grupo –Le contestó a su amigo.

–¡Qué no eres el rostro del grupo! –Gritó Taehyung pero se escuchaba otra voz también.

–¿Con quién estas Taetae? –Interrogó molesto el mayor.

–Es Kookie. ¿Quién más podría ser? –Se excusó el castaño.

–Bien, los dejo. Hoy dormiré porque estoy cansado –Dijo Jimin.

–¿Y ese milagro? –Preguntó el menor.

–Solamente –Se defendió el chico.

 

Se despidieron y Jimin se fue directo a la cama. Es cierto que estaba cansado pero en realidad Yoongi lo había regañado durante su pequeña cita.

 

–Hoy tienes que dormir. Estás todo feo por andar descuidándote. Quiero debutar con Jimin pero si te desmayas durante la presentación perderás la oportunidad –Lo regaño el mayor.

 

Debutar con Yoongi era una idea que no se había imaginado aún. Cabía la posibilidad pero estaba así de arruinarlo si continuaba descuidándose. Esta vez le haría caso y dormiría. Se recuperaría por todo lo que había estado haciendo esos últimos días.

 

–¿Era Jimin? –Preguntó desde la otra habitación Yoongi.

–Así es –Respondió Taehyung mientras seguía abrazando a Jungkook en el sofá de su casa.

–El muy idiota está feliz porque saliste con él –Argumentó el menor.

–¿Jimin? –Preguntó Hoseok mientras entraba a la casa.

–¿En serio relacionas la palabra idiota con Jimin? –Se burló Yoongi riendo.

–¿Quién más podría ser? –Le siguió el juego Hoseok.

–No digan esas cosas del chico cuando no está–Los regaño Jin mientras salía de la cocina de Taehyung con unas panques que había horneado.

–Deja que digan lo que quiera. Es Jimin de quién hablamos –Los defendió Namjoon que venía detrás de él con algunas tazas y una tetera.

 

–Vaya, se tardaron mucho y moría de hambre –Decía Taehyung mientras se abalanzaba a los panques.

–Cuidado Taetae o te vas a quemar la lengua –Advirtió el mayor pero había sido demasiado tarde.

–¡Ah! –Gritó Taehyung sacando la lengua por el ardor que había sentido en sus papilas gustativas.

–Serás idiota –Bufó su novio.

–Otro que va con la palabra idiota –Le siguió el juego Yoongi.

–No lo puedo refutar –Contestó Hoseok.

–La línea 95 es muy idiota –Se rió Namjoon mientras sorbía un poco de su té.

 

–¿Qué no tenías trabajo? –Preguntó Taehyung intentado desviar la conversación.

–Serás tonto amor –Inquirió el menor.

–Taehyung, deje el trabajo la semana pasada para enfocarme en la presentación. Además estoy seguro de que seré elegido para debutar. No es por presumir pero lo que preparamos Jungkook y yo es perfecto –Contestó Yoongi mientras leía un libro que había agarrado de la pequeña mesita de Taehyung.

–Creído –Refunfuñó el chico.

–¿Y por qué en esta foto no sale Yoongi? –Preguntó Namjoon mientras agarraba la foto del cumpleaños de Taehyung.

–Él tomó la foto –Contestó Jungkook.

 

Namjoon iba a dejar la foto en su lugar cuando inexplicablemente se le resbaló de las manos y termino cayendo. Se rompió el vidrio y todos se quedaron en silencio. Jin soltó un pequeño grito por lo que su novio había hecho. Yoongi se levantó de su lugar y comenzó a recoger los pequeños vidrios.

 

–Aléjate o vas a acabar lastimándote a ti mismo –Le advirtió el mayor.

 

Jin lo jaló hacia él para luego acercarse a Yoongi y ayudarlo a recoger el desorden. Namjoon se disculpaba por lo que había hecho pero Jungkook le decía que no había problema. Taehyung también se levantó pero se dirigió a su cuarto. Trajo con él un portarretratos completamente nuevo. Con mucho cuidado saco la foto del que estaba roto y lo metió en el nuevo.

 

–Ese no me gustaba pero fue un regalo de alguien –Le dijo Taehyung con una sonrisa a Namjoon para tranquilizarlo.

 

Era mentira porque ese portarretratos era su favorito pues Jimin se lo había regalado con mucho esfuerzo. Sabía que su amigo había estado ahorrando durante un tiempo para comprarle el obsequio que ahora estaba hecho añicos en el suelo.

 

Jimin lo comprendería porque Namjoon era una persona amable y buena. Además siempre invitaba la comida y no es que él comiera poco. Agradecía cada gesto por lo que no sintió pena por el portarretratos. Algún día podría recibir mejores regalos de Jimin y sonrió para si mismo después de haber pensado eso.

 

Después de que hubieron terminado sus alimentos cada quien eligió una habitación. Irían a practicar los detalles finales de su presentación y después verían una película.

 

Jimin despertó con mucha hambre. Yoongi y él no habían comido nada durante su cita así que era normal que tuviera mucho apetito. Se levantó con dificultad de su cama para checar la hora, otra vez marcaban las 8:46 de la noche.

 

¿Qué siempre tenía hambre a esa hora? Se preguntó. Volvió a revisar su alacena pero nuevamente estaba vacía. Jimin a veces era descuidado o más bien siempre lo era. Agarró la primera chamarra que estaba a su alcance y lo mismo hizo con los zapatos.

 

Cuando estaba llegando a la tienda de conveniencia los volvió a ver. Jongin con aquella chica hablando tan amenamente. No sintió nada al verlos. Sabía que estaba mal porque era su novio y claramente la relación que tenía con aquella chica no era normal. Esta vez caminó hacia la tienda de conveniencia. Durante las últimas dos semanas no había podido superar aquella distancia al verlos hablar juntos pero hoy no sería así.

 

Entró como si nada a la tienda y eligió unos cuantos paquetes de ramen para hacer en casa. Luego eligió uno que pudiera hacer ahí mismo. Lo preparó con sumo cuidado pues incluso le había pedido un huevo al dependiente para poder ponérselo a su ramen. Se veía delicioso así que devoró todo el plato con bastante rapidez. Cuando miró hacia fuera Jongin ya no estaba con la chica.

 

La noche era oscura y él por primera vez se sintió solo.

 

–Gracias Ji Soo. No sé como agradecer lo que has hecho por mí –Le sonrió el rubio a la chica.

–Oppa, ¿Ese chico tan importante para ti? –Preguntó la chica de cabello largo.

–Lo es. Pero es tan idiota que si no hago esto él no lo podría hacer –Resopló el mayor.

–Entiendo. Aún así ya sabes que esto no puede quedarse con simple actuación –Lo miró coquetamente la chica.

–Tienes razón. Pero primero necesito tiempo para olvidarlo Ji Soo. Necesito acostumbrarme a la distancia –Sonó desganado el chico.

–No te preocupes Oppa. Sé que puedes superar esto. Aunque no quiera sabes que no hay otra manera –Lo intentó animar la chica.

 

Ese día habían hablado por teléfono para hacer un acuerdo.

 

–Hola Ji Soo, soy Jongin –Dijo Jongin totalmente nervioso por lo que estaba a punto de hacer.

–Oppa, ha pasado un tiempo. ¿Necesitas algo? –La voz de la chica era dulce, justo lo que él necesitaba.

–Sí, en realidad quería pedirte un favor –Comenzó a explicar Jongin o eso intentaba porque su mente estaba en completo caos.

 

–Dime –Le respondió la chica.

–¿Fingirías ser mi novia? O más bien… ¿Fingirías ser mi amante? –Le preguntó a la chica sin tapujos.

–¿¡Qué!? –Gritó desde el otro lado, Jongin solo pudo alcanzar a despegar su oreja para no dañarse los tímpanos.

 

Jongin entonces explicó que había un chico que realmente amaba. Pero el chico tenía ojos para otra persona además de que sabía que no tendría el corazón ni la razón para cortarlo. Si lo llegaba a hacer sabía que se sentiría culpable porque era un chico muy sensible a esa situaciones. Jimin era un chico sentimental para ese tipo de cosas. Sabía lo que pasaba por la mente del castaño.

 

–Entiendo pero no será fácil –Le argumentó la chica.

–Lo sé. Simplemente tenemos que confundir su realidad –Respondió Jongin.

–Bien. ¿Cómo piensas hacerlo? –Volvió a cuestionar la chica.

–Él tiene la costumbre de cenar un ramen a eso de las nueve de la noche. Normalmente él es una persona descuidada por lo que siempre tiene que ir a la tienda de conveniencia para comprarlo. No sabe que tiene esa manía pero podemos usarlo a nuestro favor.

 

Jongin había pensando esa estrategia durante algún tiempo después de todo esa era su manera de encontrarse con Jimin en el pasado.

 

De esa manera fingían llamadas antes y después de las prácticas. Cada parte de la conversación estaba planeada previamente. Y Jimin estaba tan perdido en su mundo que ni siquiera lo había notado. Ni siquiera se había dado cuenta que solo lo hacía frente a él. Solo platicaba con Ji Soo cuando Jimin estaba presente. No cuando Taehyung o Jungkook rondaban por ahí. Al parecer Jimin había caído redondito en la trampa.

 

Poco a poco Jongin intentaba distanciarse de Jimin. Debía ser sutil para no dejar entrever que todo era falso. Había checado algunas historias en internet para ver como fingían las demás parejas sus infidelidades.

 

A veces se preguntaba por que lo hacía pero el rostro de Jimin se lo decía todo. Ese chico nunca fue para él. Nunca había tenido oportunidad con ese chico pero ahora parecía que el castaño estaba atado a él irremediablemente. Sentía culpabilidad porque fue él quién insistió en meterse entre ellos dos, así que al menos tenía la necesidad de querer arreglarlo.

 

La primera vez. La segunda vez. La tercera vez. Las demás veces fue lo mismo. 8:40 p.m. se dirigían cerca de la tienda de conveniencia para platicar o más bien fingir. Siempre Jimin se detenía en aquel poste, los veía por un rato y se alejaba hacia su departamento nuevamente. Ahora Jimin parecía más delgado por su culpa pero sabía que esto pronto acabaría porque ellos serían nada dentro de poco.

 

Por primera vez también se sentía vacío en aquella noche tan solitaria.

 

 

Notas finales:

Bien... Subí el capítulo hoy porque pienso terminar el fic esta misma semana y concentrarme en el otro que estoy haciendo. Gracias a aquellas personitas que me han seguido, no saben lo agradecida que estoy porque lean lo que escribo.

En serio los amo!


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