Jungkook llego muy exhausto y muy sudado a la compañía, entró muy agitado al primer salón que vio y lo encontró vacío. De haber entrado unos minutos antes, tal vez se hubiera encontrado con Jimin y Yoongi cuando aún se encontraban en el salón. De todos modos, el chico tenía una corazonada, había olvidado algo, pero no sabía muy bien que era aunque estaba dispuesto a encontrarlo.
Busco en el suelo durante un rato pero sin éxito se salió del salón. Iba caminando cerca de la sala de prácticas cuando de repente escuchó unas risas, se preguntaba quien estaría a esas horas practicando por lo que se asomó al lugar de donde provenían las risas.
Y ahí estaba, el chico de sus sueños totalmente abrazado por otro chico, al principio pensó que era imaginación suya o estaba pensando de más, pero luego confirmó lo peor. No era su imaginación, claramente Namjoon se acerco a darle un beso a Jin, y este se había dejado en toda la extensión de la palabra, Jungkook permaneció inmóvil durante algunos segundos viendo aquella escena, su corazón sintió como se les partía en mil pedazos y él no podía hacer nada.
Le dolía, le dolía mucho ver como el chico que tanto le gustaba ya tenía a alguien que lo hacía feliz. No dijo nada a nadie, simplemente camino en silencio de aquel lugar y regresó a su casa, sin objeto y sin felicidad.
–Te he estado llamando por horas y no contestas el teléfono –Taehyung se encontraba al otro lado de la puerta, enojado y preocupado por el menor que aún no había dirigido una palabra hacia él.
–Lo siento Taetae, estaba ocupado –Contestó Jungkook, pero su tono de voz delataba que había estado llorando.
–¿Jungkook, ocurre algo? –Esta vez el tono del mayor sonó completamente preocupado, y aquellos rastros del enojo habían desaparecido completamente.
Se acercó hacia Jungkook e intentó tocar su mejilla, pero este se alejó inmediatamente. Taehyung agarró más valor y entró a la casa del menor completamente. Por algunos minutos nadie dijo nada, hasta que Jungkook comenzó a hablar.
–Jin hyung tiene a alguien –Su voz sonó quebradiza, cuando lo dijo ni siquiera volteó a ver a Taehyung a los ojos, solo miraba el suelo y movía su pie derecho en círculos.
Taehyung no dijo nada, se acercó hacia Jungkook y solamente lo abrazó. Tomo su cara con delicadeza y sacó su lengua un poco como era su costumbre, lo miro a los ojos. Solo lo miró y esa mirada transmitía ternura, ternura y tal vez algo más, pero no dejaría que Jungkook se diera cuenta.
Tampoco había nada que decirle, no quería decirle las típicas frases que se le dicen a un amigo cuando se da cuenta que no tiene oportunidad con alguien que le gusta, solamente quería estar junto a él, apoyándolo y mirándolo. Transmitirle la sensación de que no estaba solo, y que lo tenía a él, que a pesar de que el mundo le diera la espalda, Taehyung estaría a su lado siempre.
–¿Así te sentías verdad? –Ambos se encontraban el sillón, el mayor abraza al menor mientras veían un programa que estaba en la televisión.
Jungkook podía sentir el calor del castaño que lo abrazaba fuertemente. Su cabeza se apoyaba en el pecho del mayor y se sentía completamente protegido.
Pero ninguno ponía atención al programa, el pequeño pensaba acerca de la escena que había presenciado, mientras que el mayor lo miraba a escondidas e intentaba tranquilizar a su corazón debido a la cercanía que tenían en aquellos momentos.
–¿A qué te refieres? –Mientras acariciaba un poco el hombro derecho del menor.
–El chico que te gusta, me dijiste que ya tiene a alguien pero aun así te gusta –Lo dijo mientras se recargaba en su pecho.
–No precisamente Kookie –Dijo mientras suspiraba.
–No entiendo –Kookie quería saber pero sabía que estaba entrando a terreno desconocido.
–No es necesario que lo hagas –Dijo mientras lo apretujaba con más fuerza.
Ambos se quedaron callados después de aquella conversación, el menor pensaba quien podría ser el chico del que hablaba Taehyung, pero la única persona que salía de sus pensamientos era Jimin. El castaño pensaba si algún día podría confesarse hacia el menor, pero nada concreto salía, prefería estar en el anonimato y continuar protegiéndolo para no perder su amistad.
–Lo he recordado –Se emocionó Jungkook.
–¿Él que? –Taehyung lo miró sorprendido.
–Lo que olvidé –Mientras se levantaba de su lugar.
Taehyung lo miró extrañado pero lo dejo ser. Jungkook fue a su cuarto y trajo consigo una caja más o menos grande.
–Fue tu cumpleaños y nunca te di nada. Hace tiempo que la compré pero nunca te lo entregué –Enseñó triunfante.
–Kookie, mi cumpleaños fue hace medio año –Le reprochó el mayor.
–Lo sé. Pero hace poco fue el de mi mamá y le mandé un regalo. No quería quedarme con esa sensación y te lo compré –Le explicó.
–¿Y eso qué tiene que ver con que vayas a la compañía a buscarlo? –Le preguntó.
–Ni idea. Pero al menos tómalo –Le rogó el menor.
–Eres imposible Kookie –Lo dijo mientras tomaba el obsequio.
Cuando lo abrió vio que era una una chamarra color café. Sonrió por el regalo y se la puso para probársela.
–No la estrenes todavía. Hazlo un día que sea especial –Le advirtió el pelinegro.
Taehyung entonces se la quitó a regañadientes. Llegaría el día que la estrenaría y Jungkook no podía decir nada.
–Gracias Kookie –Lo abrazó.
–De nada Taetae –Correspondió a su abrazo.
Cuando Yoongi llegó a la compañía no sabía muchas cosas, tampoco le hablaba a nadie y él no era el tipo de chico que iniciaba una conversación. Siempre había sido así, desde que su conciencia le permitía recordar, nunca había hecho los grandes amigos. La primera clase que tuvo fue de baile, en esa época lo único que sabía hacer era componer y escribir. Así que la clase de baile fue un completo desastre, las siguientes clases fueron buenas pero no podía olvidar aquella primera clase.
Fue Jimin el primero en acercarse.
–Así que eres nuevo –Mientras le sonreía.
–Sí –Contestó a secas, porque Yoongi no era muy bueno con las palabras.
–Comamos juntos –Sonrió.
Jimin era muy directo, su forma de hablar sorprendió al chico que estaba frente a él, pero tampoco pudo negarse. Nunca podía negarse cuando se trataba de Park Jimin. Y la situación de estos momentos tampoco era la excepción.
Yoongi se acercó al chico lentamente, el castaño se puso tenso en cuanto lo vio. Se quedo inmóvil mientras observaba como el chico iba acortando cada vez más la distancia entre ellos dos.
Sus rostros estaban tan cerca el uno del otro que Jimin podía sentir la respiración de Yoongi en su piel. Con cada exhalación que hacia el pelinegro, lograba erizar la piel de Jimin por completo. El aroma que emanaba el mayor lo estaba volviendo loco, mentalmente quería negarse, pero su cuerpo le decía lo contrario.
Después de algunos segundos de estar en la misma posición, Yoongi tomó el primer paso. Acerco sus labios al menor, lamió un poco su comisura derecha y después tomó sus labios. El beso comenzó lento, Jimin estaba completamente inmóvil, tenía una crisis mental dentro de sí mismo.
¿Negarse? Podría dejar de pasar una preciosa oportunidad para estar junto a Yoongi aunque fuera de esta manera. ¿Aceptarlo? Pero tampoco sabía si estaba haciendo lo correcto si lo aceptaba así como así. De todos modos su mente fue débil, y su cuerpo comenzó a responder a las caricias que el mayor le estaba haciendo en su espalda. Inconscientemente sus manos fueron a parar hacia el cuello del pelinegro y los labios los abría por completo para dejar pasar al mayor.
El beso se hacía más profundo, y el calor que emanaban ambos cuerpos no era una broma. Yoongi acercó todavía más al castaño para poder sentir el contacto de su calor, pero mientras más lo hacía, mientras más tiempo lo sentía, su cuerpo pedía mas. El calor que proporcionaba Jimin no le era suficiente, y Yoongi buscaba más del menor.
Comenzó a meter sus manos en la camisa del chico, y a masajear suavemente el contorno de su espalda. Dibujo con uno de sus dedos una línea imaginaria que iba desde los omoplatos del chico, contoneando toda la columna vertebral y llegando casi al lugar donde comenzaba su trasero. Aquel toque hizo que Jimin gimiera un poco en la boca del mayor, lo que excito todavía más al pelinegro.
Yoongi vio los lunares que el menor tenía en su cuello, y fue entonces que el castaño comenzó a ser atacado por los labios del mayor. Chupaba y mordía levemente sus lunares y después se extendía por todo el cuello, Jimin entonces podía sentir su lengua y los dientes recorrer todo su cuello, mientras el aliento de Yoongi chocaba en su piel.
Yoongi fue empujando poco a poco al chico hacia una pared, pero el menor ni siquiera se había percatado por estar distraído con los toques que le proporcionaba Yoongi. Cuando chocó con la pared, Yoongi entonces lo volteó y puso sus brazos sobre su cabeza. Con una mano agarro ambas manos de Jimin, aprisionándolas desde la muñeca. Y con la otra mano, comenzaba a juguetear con el bulto del menor. Esta vez Jimin gemía más por los toques que estaba recibiendo del mayor. Yoongi por otro lado, se encontraba muy ocupado en el cuello del castaño porque realmente le gustaba mucho ese cuello.
Se acerco lo más que pudo al trasero de Jimin, y le pego su bulto para que este lo pudiera sentir
–¿Lo puedes sentir? No eres el único que lo desea –La voz de Yoongi sonaba áspera mientras le susurraba en el oído a Jimin.
Maldita voz tan sensual que se cargaba el maldito. Jimin estaba incontrolable, los toques que hacía el mayor eran demasiado para él, estaba sudando demasiado y su cabeza a punto de explotar, quería más de Yoongi, mucho más.
En la misma posición, por fin Yoongi le metió la mano en el miembro del castaño. Comenzó a masajear suavemente, mientras hacia unas leves estocadas con su propio culo. La mano de Yoongi al principio estaba fría, pero se sentía tan jodidamente bien en el miembro caliente de Jimin, que no paraba de gemir.
De repente, Yoongi lo soltó por completo.
–Entonces, ¿Qué es lo que deseas Jimin? –Maldito Yoongi, lo había usado totalmente.