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La Señal por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Así después de un largo tiempo habemus actualizaciones.

Cómo se que varias y varios estaban locos por este cap nos vemos abajo.

 


            Naruto llevaba semanas teniendo pequeños lapsus, escuchando voces a lo lejos, de Deidara, Kakashi junto Iruka, pero casi siempre era Itachi que le hablaba. Era extraño, le pasaba cuando estaba muy cansado, por eso apenas estaba durmiendo, porque además de tener esos extraños episodios, estaba teniendo parálisis del sueño.


Podía incluso en esos episodio de sueño profundo sentir como tocaban su mano, una caricia en su frente, sus labios siendo besados suavemente por Itachi. Cosas sutiles, tenía miedo porque entendía que estaba en coma y sus seres queridos le hablaban.


Sentía que se volvería loco en cualquier momento, trató de poner atención en la voz de su profesor para dejar de pensar en aquello que lo agobiaba. Era tan ridículo que fuese a la preparatoria, ¡Por todos los cielos!  Daba clases en la Universidad, y no había día que no se tenía retirar de la preparatoria porque lo necesitaban en el hospital. Una total locura asistir a ese lugar por segunda vez en su vida, por eso no podía creer que esa realidad era una mentira, ¿Por qué diantres iba a querer volver a la preparatoria?


Estaba perdiendo la paciencia y parte de su cordura, se cuestionaba qué era lo que estaba sucediéndole, sabía desde el momento que despertó en esa realidad (así lo llamaba Naruto como también la dimensión desconocida, cuando estaba de humor) Podría estar viviendo un lúcido sueño, pero todo lo que estaba viviendo era tan real que le parecía tan extraño, aromas, sensaciones, caricias de otros para con él,  cosas que le eran imposible replicarlos tan perfectamente  en su inconsciente.  Mas la verdad como médico sabía que el cerebro y la mente era un misterio infinito que quizás jamás nadie iba a descubrir, por cual podría ser muy plausible que su cerebro replicara ese tipo de cosas en un lúcido sueño.


¡¡Mierda!!


Se rascó la cabeza un momento desesperado, quería quedarse donde estaba, su hermano Yahiko estaba vivo, su madre lo estaba. Tenía una relación amorosa con Sasuke, la persona que amaba con locura, casi obsesiva, no quería volver a esa realidad que lo atormentaba. Simplemente quería quedarse junto al amor de su vida siendo un tonto adolescente.


Naruto aceptaba ese amor obsesivo casi insano por el menor de los Uchiha podía ser enfermizo y que nació de esa forma. Lo odió por haber tapado la violación que sufrió y salvar a esos hijos de putas de la cárcel, haciendo la vida de Naruto aún más miserable y triste.


Su  vida se convirtió en una misión parar hacer la vida de Sasuke a cuadritos, haciéndole vivir lo mismo que él padeció. Por supuesto que lo hizo, pero al mismo tiempo comenzó a transformar ese odio en un loco amor, no se dio cuenta cuándo comenzó a desearlo, ni cuándo realmente comenzó a disfrutar de la compañía del Uchiha, sobre todo al tenerlo a su cargo en el hospital. Añorar su compañía, sus conversaciones y debates acalorados, a amor la sonrisa del Uchiha, a desear pasar su vida con él.


Recordó como ambos habían caído en una vorágine de deseo, se habían liado en una atracción sexual que salían chispa por la tensión que había entre ambos, comenzaron locamente a sexo casual por todo el hospital secretamente, ni siquiera podía recordar cómo pasaron de un momento a pelear para luego comenzar a besarse y terminar teniendo sexo como un par de animales desatando sus más fervientes de deseos de posesión por el otro.


No importó que ambos estuviesen en parejas con otras personas, Sasuke con una tal Sakura Haruno, y él con Itachi, aún así, ambos cayeron en una relación de amantes muy toxica. Hasta que llego el final gracias a su propia búsqueda de venganza destruyó al amor de su vida, llevándolo a la cárcel.


Lo peor fue cuando le lloró y le grito perdón a Sasuke, y este le dijo que todo estaba bien, que él debía pagar por sus pecados, de la misma forma que él, Naruto, debía pagar sus hechos atroces  haciendo feliz a las personas, entre ellas a su hermano mayor Itachi. Sasuke le dijo que si quería expiarse con él, tenía que comenzar queriendo y respetando a su hermano mayor.


La razón detrás de estar con Itachi y hacerlo feliz era su redención hacía todas las personas que había dañado, hacia el amor de toda su eternidad. Naruto comprendió que el camino de la venganza era doloroso y destructivo, que cuando maldices a alguien tienes que cavar una tumba más, la suya. No podía pensar que podía andar por la vida cobrando una venganza y maldiciendo a todos a su alrededor y salir impune de eso, o siquiera creer que tenía derecho a ser feliz.


Ahora en ese nuevo lugar quería hacer feliz a la persona que amaba esperando tener una relación sana y no toxica como en su otro futuro, y deseaba la felicidad de los demás. Por eso rogaba a ese Dios de cual no creía existencia, pero que si de verdad lo hacía, le dejara vivir en esa realidad para siempre.


Sasuke observó desde su puesto a su novio, sentía que algo mal estaba con su rubio, no era porque estuviese atochado de cosas todo el día,  ya que eso parecía manejarlo increíblemente bien.


Se coló varias veces en la universidad donde daba cátedras a estudiantes de Salud, medicina, enfermería, entre otros, era una cosa increíble ver la manera en la que se desenvolvía para atraer a los estudiantes con sus historias y casos clínicos, como los hacía participes. El primer día pocos estudiantes llegaron un tanto escéptico por ser un crío que les daría una charla, pero al finalizar todos salieron alucinando de ahí, la segunda más gente llego y la tercera tuvieron que cambiar de salón porque se hizo pequeño ante tanta aglomeración, incluso habían alumnos y profesores de otras universidades asistiendo.


También en el hospital muchos quería operarse con él, o que éste llevase sus casos, Naruto se rodeó de los mejores residentes para seguir sus casos y de los mejores internos para hacer el trabajo sucio, tenía a ocho personas bajo su mando, su teléfono no dejaban de llegar mensajes.


Le daba risa ver como el rubio batallaba con su teléfono tipo almeja decía que era lo más engorroso del mundo. Parecía un viejo la mitad del tiempo, a Sasuke le daba la impresión que Naruto era más grande de lo que aparentaba, sí, lo sabía, era una locura, pero no podía dejar de pensar que su Novio parecía un adulto a pesar de sus fachas de joven.


- Namikaze, sé que mis clases te pueden parecer aburridas pero me gustaría que dejaras de mirar tu celular – Habló el profesor molesto, era la clase de biología. Toda la clase inmediatamente miró al mencionado.


- No es que quiera mirar el celular para molestarlo – Dijo sin dejar de presionar furiosamente el teclado del teléfono – Con agrado dejaría este aparato del averno, pero a menos que usted sepa otra manera de comunicarme con mis residentes e internos para ayudarlos a cuidar a mis paciente y que no los maten en el intento, lo escucho – Terminó dejando de mirar su teléfono para mirar a su profesor.


- … – El profesor sintió que la vena de su sien se hinchaba de la furia – Ven adelante y explícame los principios básicos de la genética – Gritó molesto.


- Está bien – Se levantó orgulloso, tomó el rotulador para pizarra, y borró todo lo que había en ella, ante el enojo de todos en el lugar, porque sus compañeros aún no terminaban de escribir – Bien gente, dejen de tomar apuntes, póngame atención, ¿Qué entienden ustedes sobre genética? …


 Un portazo se escucho cuarenta y cinco minutos después, el profesor de biología salió furioso de ahí, gracias a toda la maldita clase y Naruto, se sentía humillado, ese mocoso dio una clase magistral de genética básica. Dolía aceptar que por algo el mocoso era llamado para hacer charlas y talleres por la mismísima Universidad T, era increíble. Nadie, absolutamente nadie podría creer que un muchacho de casi dieciséis años que había entrado con horribles notas, fuese todo un prodigio con un CI de 265, una cosa de locos.


- Naruto, sucede algo – Sasuke caminaba a su lado hacía la salida del instituto.


- Por qué lo preguntas –


- Estás raro, más nervioso, me preguntaba si hay algo que no puedes manejar –


Naruto observó como Sasuke estaba ansioso por él, sonrió tontamente, tomando la mano del Uchiha, agradecido de su preocupación – Nada graves, solo no he podido dormir bien, me ha costado descansar –


- Sé que no te gusta, pero quizás deberías dejar de hacer tantas cosas a la vez – Opinó.


- Naruto soltando una rama, no lo creo – La voz de Shikamaru Nara, uno de sus amigos del instituto, que iba cerca de ellos se inmiscuyó en la conversación de los otros.


- No te han dicho que los metiches caen mal –


- Los amargados también Sasuke – Dijo divertido el Nara.


- Shika me acompañaras a la universidad, pasado mañana – Naruto soltó la mano de Sasuke para ir con su amigo. En su otra vida eran muy buenos amigos, y quería seguir teniendo ese lazo con él.


- Te dije que sí, pero deja de ser pesado – Bostezó – Irás al hospital –


- No – Contestó con rapidez sonriendo como un zorro – Iré a una cita –


- Suerte con eso Sasuke – Shikamaru miró al Uchiha divertido – Los dejo entonces, no quiero ser mal tercio, nos vemos mañana – Se despidió para seguir su camino.


- ¿Una cita Dobe? – Sasuke enarcó una ceja, no sabía nada de eso.


- Sí, no quieres salir conmigo – Sonrió coqueto, cerrándole un ojo pícaro, haciendo reír a Sasuke.


- Adónde me llevaras rubio sexy –


- A cielo mi amor…


Deidara salía de la universidad, cargando una gran caja, temía que se le cayera, dentro llevaba una pieza de escultura en la que estaba trabajando, sintió que lo empujaban, cerró los ojos por inercia, soltando un improperio de aquellos, la caja cayó de sus manos. De rodillas al suelo fue a parar, escuchó risas a su alrededor, abrió sus ojos, buscando la caja, pero solo vio unas zapatillas negras en su lugar.


- Pensé que preferirías que salvase la caja antes que a ti – Itachi le dijo mientras sostenía la pesada caja – Te llevo a casa – Vio como el menor se levantaba con dolor, seguramente sus rodillas escocían.


- Gracias por salvar mi proyecto – Limpió sus manos en la tela de su pantalón de jeans, arregló su cabello – ¿Pasarás a dejarme a casa? – Preguntó, la casa de Itachi quedaba lejos de la suya, a parte que había que tomar otra ruta distinta para llegar a ella.


- Sí, pensé quedarme en tu casa, tengo certamen – Sonrió suavemente.


- Ya, te vas aprovechar de mi buena voluntad –


- Esa es la idea Dei – El rubio soltó una leve carcajada.


Itachi aseguró la caja de Deidara en la parte trasera de su automóvil, para luego emprender camino hacia el departamento del Namikaze.


Pasaron al taller del rubio a dejar su proyecto de Arte,  Itachi se fijo en todas las cosas que había ahí, varias esculturas de una gran variedad de  pájaros, un dragón, pero más allá divisó una estatuilla diferente, era una del tamaño de una botella de vino, la de un hombre con el brazo levantado y en la mano tenía un pájaro. Intrigado Itachi se acercó hacía ella, abrió sus ojos sorprendido viendo que la estatuilla en cuestión era él en escala, y el pájaro era un cuervo, su animal favorito.


Deidara se puso de todos los colores habidos y por haber al darse cuenta que Itachi estaba viendo su retrato en escultura – ¿Te gusta? –


- Es hermosa – Estaba hecha a base de cerámica en frío por lo que pudo notar.


- Aún faltan detalles por terminar y la pintura – Llegó al lado de Itachi sonriendo, feliz de que el Uchiha le gustará.


- Me la venderás –  El rubio negó – Entonces me la vas a regalar –


- No, es mía -  Contestó.


- Dámela –


- No –


- Por qué no –


- Porque es mía – Itachi se giró para quedar a un centímetro de Deidara, haciendo que este quisiera dar un paso atrás, pero el Uchiha lo tomó de la cintura – Qué haces –


- Persuadirte para que me la des – Susurro cerca de los labios del rubio.


- Y cómo lo vas hacer –


Itachi sonrió – Así – Acortó la distancia entre ambos y besó a Deidara.


El rubio cerró los ojos disfrutando del suave y delicioso beso, se abrazó a Itachi, haciendo casi una locura lo junto que estaban, sentía que sus piernas le iban a fallar, ¡Diablos! Itachi besaba como los dioses, sus lenguas se mezclaban entre sí.


Itachi no pensó que besar a Deidara fuese tan erótico, era como si estuviera profanando algo sagrado con su boca, el rubio increíblemente era tímido, a él le encantó conocer esa parte de Deidara, de por sí el rubio tenía una personalidad avasalladora, cascarrabias, muy explosivo. Pero con él, Itachi, Deidara era más calmado, aunque perdía más rápido la paciencia, cuando le buscaba pelea el Uchiha.


La falta de oxigeno fue el causante de su separación, ambos se miraron a los ojos, ambos sonrojados, en silencio Deidara volvió a capturar los labios del moreno. Él era una persona codiciosa, en todo sentido de la palabra, y un solo beso con el amor de su vida, no le bastaba. El Uchiha había abierto la llave de su más ferviente deseo y ahora que estaba fluyendo era imposible cerrarla de vuelta.


- Tu proposición, sigue en pie – Susurró acalorado por el deseo.


- Sí – Itachi sabía que se trataba de su ofrecimiento de acostarse juntos - ¿Aquí? –


- No, en mi cama, me niego que mi primera vez sea en otro lugar –


Itachi esperó que lo llevase a su habitación en el gran piso que tenía con sus hermanos, pero no, lo llevo a una habitación contigua a su taller, solo había una cama, un mesón y un cuarto de baño. Por supuesto, ese taller era en realidad en algún momento fue un departamento.


Con una necesidad cernícalo comenzaron la rápida labor de quitarse la ropa entre ambos, como si cada segundo que pasaban con ella puesta les restaba vida.


Cayeron a la cama entre risas nerviosas, caricias suaves, besos juguetones, ambos corazones unidos deseosos de ser uno solo.


Yahiko observó a su banda, sonriendo como hace mucho no lo estaba, tenía un gran grupo, Nagato como Vocalista principal; la segunda voz era Konan, ambos hacían dúos increíbles; Sasori se encargaba de crear las canciones pero también estaba a cargo del teclado y el sintetizador, era mejor que Konan en eso; Kizame era el encargado de la batería y la persecución;  había encontrado a dos tipos muy raros pero divertidos uno era Hiddan que era un extraordinario bajista; por último Kakuzu (la otra persona que encontró) era la segunda guitarra; Ya que él era la primera guitarra.


Estaban ensayando, las nuevas canciones creadas por Sasori, estaban creando el ritmo y la melodía a la letra, estaban creando un demo para ver si alguna disquera se interesaba en ellos. A pesar que cada uno de ellos estaba en la universidad estudiando distintas carreras, pero todos estaban unidos por el sueño de ser músicos. Cada uno de ellos estaba esperanzado de hacer de la música su manera de ganarse la vida a través de su más grande pasión.


La música resonaba en el lugar, todos buscando la manera de darle coherencia al ritmo, todos ellos aportaba para la melodía. El mayor de los Namikaze se sentía feliz, escuchaba cada una de ellas, pensando una manera de conectarlas, por primera vez en mucho tiempo se sentía vivo, sonrió mirando a Nagato, su  primo, hijo del medio hermano de su madre. Naruto se lo presentó a los días de volver del coma, y de ahí no habían dejado de estar juntos.


No sabía qué era Naruto, pero agradecía el cambió en él, había traído geniales cambios para todos. Una parte de él extrañaba a su hermanito que fue, era extraño, si bien le pidió a Sasori que lo ayudara con una canción despidiéndose del que fue su hermanito menor, era como vivir un duelo sin un cuerpo, muy extraño. Mas el nuevo Naruto era un excelente hermano, se notaba el dejo de arrepentimiento por su comportamiento destructivo en su antigua futura vida.


Bueno al menos agradecía saber que su muerte ayudo a Naruto a centrarse y salvar la vida de Deidara. Lamentaba todo lo que su hermano menor vivió y que eso lo llevara hacer un tifón de destrucción con todos a su alrededor.


Ahora por otro lado tenía problemas graves, si bien quería mucho a su novia Konan, se estaba enamorando de su primo Nagato como lo hizo en la otra vida de su hermano menor. El problema es que no quería perder a Konan pero al mismo tiempo quería estar con Nagato, ese era un gran maldito problema, porque la única solución que se le ocurría era que fuesen un trío.


Estaba completamente seguro que iba a morir a manos de Nagato o Konan, cuando les dijese su plan.


Naruto llegó junto a Sasuke a casa del Uchiha, luego de cambiar de planes, los padres de Sasuke estaban de viajes de negocio, Itachi le mando un texto a Sasuke que estaría con Deidara. Así que la casa estaba solo para ellos dos, entre infantiles peleas había ido a un supermercado en busca de ingredientes para hacer Ramen casero, la idea había sido del tozudo de Naruto.


Dejaron sus compras sobre el desayunador de la gran cocina de los Uchiha, aún Naruto alucinaba con lo bonita que era la casa, una mansión con mucha clase.


Sasuke tomó a Naruto del brazo para acercarlo a él y besarlo con esa hambre que no podía dejar de tener por el rubio, sentía que sería capaz de comerse a ese rubio completo, lo traía de cabeza. El Namikaze correspondió el deseo  fogoso del moreno, llevo sus manos al trasero de Sasuke haciéndolo gemir por la caricia atrevida.


- Hoy quiero entrar en ti – Dijo Naruto deseoso por estar en medio de ese culito sexy que tenía su amante.


- O sea hoy me tocará morder la almohada – Sasuke enarcó una ceja no muy convencido – Qué obtendré a cambio –


- Además de todos los orgasmos que te daré – Musitó egocéntrico el rubio.


- Eso no cuenta, porque yo también te doy muchos a ti – Rebatió.


- Está bien, está bien, primero yo entro en ti y luego si te quedan energías puedes hacerme lo que quieras – Mordió el labio de Sasuke, en ningún momento habían dejando de besarse perezosamente, solo cortando la intima caricia para hablar sobre los labios del otros.


Sin más que decir corrieron escalera arriba, para llegar a la habitación del Uchiha. Los dos eran tanto activo o pasivo, la primera vez que estuvieron juntos Sasuke tomó a Naruto, al pasar las horas haciéndolos como conejo fue su turno de abrirse para el rubio en el baño, de hecho el Namikaze lo asaltó perversamente apasionado en la ducha.


Era un hecho que los dos eran unos lujuriosos con las hormonas revolucionadas a mil por hora, eran capaces de hacerlo en cualquier lado, no podían tener las manos lejos del otro.


Naruto internamente rogaba para que no lo llamaran del hospital, bueno tampoco iba a contestar, su prioridad estaba sobre la cama con ese magnífico torso níveo desnudo, ahí todo expuesto solo para él. Se lanzó de lleno sobre el Uchiha comenzando a besar el pecho de éste casi con devoción, jugando con los pezones de éste, escuchaba los jadeos y palabrotas de placer que salían de la boca de su amado, le encantaba volverlo loco. Su mano juguetona fue hasta la entrepierna del moreno, comenzando a tocar ese trozo de carne sobre la tela del pantalón de uniforme de la  preparatoria.


Sasuke soltó unos cuantos “¡Oh sí! ¡Oooh Mierda!” Naruto tenía una manera de volverlo loco con sus caricias, sabía cómo torturarlo exquisitamente, Santos ángeles lujuriosos como amaba a Naruto Namikaze.


Las últimas prendas de ropa salieron volando para caer en algún lugar de la habitación, ambos desnudos y toqueteándose con fervor, cada uno chupeteaba el pene del otro, en la controversial pero deliciosa posición 69, ambos además competían entre ellos, cuál de los dos hacia venir al otro primero, penetrando con sus dedos la entrada del otro, estaban casi estallando en placer, alguno de los dos siempre paraba unos segundos porque el otro lo había nublado de placer.


Naruto se vino primero que Sasuke, solo por segundos, pero lo suficiente para hacer reír a este último socarronamente, el Uchiha se colocó de manera de estar sobre Naruto, sentado sobre las caderas de  éste, comenzando a casi bailar eróticamente sobre él, mientras chocaba su cadera con la entrepierna del rubio para despertar su miembro, Naruto llevo una de sus manos para masturbar a Sasuke. La pareja comenzó a calentar al otro para volver a tener una erección, cuando lo lograron, el Namikaze tomó control de la situación, girando al Uchiha dejándolo debajo de él, tomó sus piernas y las colocó sobre sus hombros, para así tener mejor accesos a la entrada de su pareja, entró lentamente, haciendo gemir a Sasuke por la intromisión, si bien dolía era tolerable, además el placer que venía luego era lo único importante, las envestidas comenzaron de inmediato, llenando a ambos de goce.


Ellos no tenían idea, que sus hermanos mayores estaban en las mismas que ellos, teniendo loco y desenfrenado sexo, la única diferencia es que ellos eran más responsables y estaban usando condón para evitar ETS (Enfermedades de transmisión sexual)


Eran un lío, no sabían donde comenzaba uno y terminaba el otro, los cabellos largos de ambos se mezclaban. Ni Itachi o Deidara tenían consciencia de cuántas horas llevaban intimando, olvidando que al otro día tenían trabajos y certámenes en la universidad. Nada de esas cosas importaban, la virginidad de Deidara había acabado en cosas de minutos y con ella solo vino dolor para luego pasar a esa agónica delicia  que le hacía perder la cabeza.


Itachi envestía a Deidara, el mayor estaba parado sobre el suelo, mientras que el rubio tenía medio cuerpo tendido en la cama, sus piernas eran sujetas por las manos de Itachi, los jadeos y gemidos se mezclaban. El Uchiha supo que su pareja se iba a venir porque apretó y contrajo su entrada, le dio más fuerte golpeando la próstata haciendo que Deidara se viniera, él lo siguió momentos después.


Se acomodaron en la cama, ya agotados, veían desde la ventana de la habitación que la noche había caído ante ellos. Itachi le sonrió al rubio besándolo castamente en los labios.


- Siempre me pregunté por qué la gente perdía la cabeza por el sexo – Deidara descansaba sobre el pecho de Itachi – Ahora lo entiendo, no quiero dejar de tener estos maravillosos orgasmos –


- Yo nunca he tenido este tipo de orgasmo alucinante que he tenido contigo – Reveló Itachi – Así que creo que no te dejaré ir –


- Oye, no soy una muñeca para tu deleite personal – Mordió uno de los pezones del mayor.


- Auch – Se quejó divertido – No, no eres una muñeca, aunque me calienta la idea de que me hagas hacerte lo que desee mientras actúas como una –


- ¿Quieres volver a tener sexo conmigo? –


- Por supuesto que sí Deidara, ¿Tú no quieres? –


- Siempre quiero estar así contigo -


- Decidido entonces – Itachi acarició la espalda del rubio con ternura – Desde ahora seremos novios –


- ¿Novios? – Deidara se levantó mirando a los ojos del mayor - ¿Estás seguro? – Pensó en el amor que éste profesaba por su hermano menor.


Itachi debió adivinar lo que estaba pensando porque le dijo – Me gustas Dei – Reveló con las mejillas levemente teñidas – Realmente me gusta estar así contigo, lo que tuvimos hoy ha sido lejos lo mejor que he experimentado en mi vida y quiero seguir teniéndolo contigo. Yo de verdad te quiero, quiero que estés tranquilo, ya no amo a Naruto, lo quiero, siempre lo querré, pero no como antes, y tampoco quiero que pienses que eres mi segunda opción, no quiero malos entendidos entre nosotr…-


Deidara se lanzó sobre los labios del Uchiha, completamente tocado, sentía que había ganado la lotería y no lo sabía, se subió sobre Itachi, con un deseo sexual completamente renovado. El moreno simplemente sonrió feliz de complacer a su novio.


Kushina y Minato se miraron incómodos, estaban solos, ninguno de sus hijos llegaría a cenar, Naruto llamó diciendo que se quedaría con Sasuke en su casa; Deidara avisó que estaba enfrascado en un trabajo y que no quería comer; Yahiko había salido a comer con su grupo de música; Gaara y Sai decidieron comer juntos en su habitación. Razón actual porque la ex pareja ahora estaban juntos.


- Esto está simplemente delicioso – Minato alabó la pasta  con salsa de pesto genovés con gambas que Kushina había hecho para la cena.


- Gracias – Sonrió al hombre que una vez fue todo para ella.


De nuevo el silencio incomodo los invadió, ambos no sabían cómo actuar o hablar con el otro, tanto tiempo separados, tanto dolor entre ellos.


Kushina bebió de su copa de soda, Naruto le tenía completamente prohibido beber, de hecho estaba en tratamiento, a insistencias del menor se hizo cuánto examen el niño le solicitó hacerse, para descubrir que tenía tumores benignos cerca del páncreas e hígado, por lo cual debía ser tratado con radioterapia para luego ser extirpados por cirugía. Habían peleado pero Naruto dijo que él llevaría todo el caso y que solo confiaba en sus propias habilidades para operarla, algo nada ético ni bueno si el resultado no era victorioso, pero el chico insistió que prefería hacerlo él, aún si algo salía mal, cosa que reiteró una y otra vez que eso no sería así.


- Cuando nos volvimos unos extraños – Dijo la mujer mirando a su ex.


- Quizás en el momento que te engañé – Susurró apenado Minato – Yo de verdad siento todo el daño que te hice, todos los malos momentos y sobre todo haber faltado el respeto a nuestro matrimonio, quebrantar nuestros votos de amor. Perdóname por arruinar nuestro matrimonio y nuestra familia – Sus mejillas estaban rojas, visiblemente avergonzado de sus acciones.


- Vaya, está es la primera vez en casi diecisiete años que me pides perdón por engañarme – La mujer dejó de comer para poner toda su atención en el varón – Te puedo preguntar algo – Minato asintió – Tanto amas a Madara Uchiha –


- … –  Minato se quedó callado, pensando en la pregunta, porque no era cuánto lo amaba, sino si ¿realmente lo amaba?


- Qué pasa – Kushina a pesar de todos esos años conocía bien a Minato, como para saber que algo no estaba cuadrando en la vida de éste.


- No lo sé – Respondió desganado – Ni siquiera sé si lo amo –


- Cómo –


- Simplemente siento que fui arrastrado a un torbellino llamado Madara y estuve en él durante años, hasta que nuestro Naru cayó en coma y despertó siendo otra persona, fue como si Naruto remeciera todos los simientes de las cosas que creía creer, entre ellas el amar a Madara – Explicó, quizás con Kushina podía ser honesto y ser él.


La mujer no sabía ni como sentirse, pero sonrió levemente, si había una sola posibilidad la iba a tomar – Entonces me estás diciendo que puede que me dejaste por alguien que no amabas – Dijo un tanto molesta – Por Dios Minato, qué tipo de ser humano es Madara, para lavarte el cerebro de tal manera de enredarte con él, cuando no lo quieres –


- Kushina no sé si lo amo, lo estimo y una parte de mí lo quiere, son años a su lado, pero no lo amo – Dijo con resolución, abriendo sus ojos con sorpresa al darse cuenta de lo que había dicho – Dios, no amo a ese hombre…


Naruto se quedó dormido luego de tener mucho sexo con Sasuke, exhausto. El Uchiha por el contrario seguía despierto abrazando  su hermoso rubio, teniéndolo entre sus brazos.


Escuchó de pronto como balbuceaba y decía cosas sin sentido, de pronto sintió como el agarre de Naruto se hacía débil y el brazo de éste caía por el costado de su cintura, Sasuke se incorporó lentamente preocupado de no escuchar sonido parte de Naruto, prendió la luz de la mesita de noche.


- Naruto – Gritó asustado, dándose cuenta que no estaba respirando, cómo mierda había pasado, solo unos segundos antes había balbuceado algo – Oye Dobe – Gritó comenzándolo a mecer, qué hacía, él no era médico. Tomó el teléfono de la mesita y marcó a emergencias.


- En qué puedo ayudar – Se escuchó e la otra línea.


- Mi amigo no despierta – Gritó asustado – Mi dirección es calle amanecer rojo 42 – Informó cuando la mujer le pregunto.


- ¿Esta respirando? –


- No lo sé, creo que no –


- Qué estaban haciendo –


- Estamos durmiendo, lo escuché balbucear y luego sentí que no lo hacía, que no emitía ruido – Estaba aterrado pero aún así buscó el móvil de Naruto y busco el número de Kakashi. Su rubio le dijo que inclusive antes de llamar a sus padres en caso de cualquier cosa, siempre llamara al Hatake primero, así que marcó rápidamente – Kakashi estoy en mi casa con Naruto, no respira – Grito cuando fue atendido – Tengo a emergencias en la otra línea –


- Tranquilo voy camino a tu casa – Kakashi le dijo, justo iba manejando, habían salido a cenar con Iruka e iban de vuelva a casa – Estaremos ahí en unos minutos – Aceleró el vehículo muy preocupado por su “hijo”


Naruto abrió los ojos observando la pared blanca con celeste de la habitación del hospital, sonaba el monitor de signos vitales, su garganta estaba seca y cuando hablo salió solo un sonido ronco, pero lo suficiente para llamar la atención de la persona que estaba con él en la habitación.


- Naruto, Dios mi amor despertaste –


El mencionado buscó un tanto ido al dueño de la voz cuando lo vio todo sonriente, lo único que deseo fue comenzar a llorar.


- Naru que pasa – Itachi se acercó a su lado – Mi amor no sabes cuánto esperé que despertaras…


 

Notas finales:

Hagan sus apuestas, que creen que está pasando ????????????????

Los leo en los comentarios, nos vemos pronto en otro cap de alguno de mis fic's, las y los quiero.

Silvi


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