Él me sonríe mientras desliza sus largos dedos por mi cabello. Presiono su mano contra mi mejilla y él me besa suavemente. Esto es todo lo que deseaba, lo único que necesito ahora es que diga que me ama y todo será perfecto.
*
“¿Te encuentras bien? dijo Hoseok, trayéndome de nuevo a la realidad. Yo odiaba esta realidad; prefería vivir con la que mi mente recordaba, incluso después de todo este tiempo.
“¿Y tú?” le contesté, limpiando la lagrima que caía sobre mi mejilla.
“Pregunta estúpida. Lo siento”. él mumuró, sentandose en el sofa junto a mí.
“Lo siento”
“Está bien”
“No puedo dejar de pensar en ellos… en Yoongi” suspiré.
“No hay día que no piense en ellos, pero es obvio que tu caso es diferente al mío” Hoseok respondió.
“Yo lo amaba, hyung. Lo amaba tanto que dolía, pero él nunca me amo, no de la forma en la que quería”
“No tienes que decírmelo, Tae”
“Me amó a su manera, supongo. Él debió hacerlo, dormimos más de una vez; pero él siempre pensaba en Jeongguk y le era imposible evitarlo”
“Tae…”
“Oh, lo siento” atiné a responder, frotando mi rostro con mis manos. “Has tenido suficiente de mi por tres meses. Voy a estar bien. No necesitas venir hasta aquí cada semana”
“He notado el estado de este departamento cada fin de semana que regreso, Tae” Hoseok río en respuesta. “Ni siquiera has empezado a desempacar” añadió, señalando con la cabeza hacia las cajas llenas detrás del sofá.
Sonreí ligeramente, mirando al suelo.
“Sabes que puedes regresar con nosotros. Namjoon, Binnie yo viajaremos mañana así que puedes acomodarte en la habitación que tú prefieras”
“No puedo” contesté, sacudiendo la cabeza.
“Jimin regresará de Busan en un par de días de todas formas, no será como si estuvieras solo”
“Siempre he sentido como si estuviera solo” susurré, mientras las lágrimas comenzaban a caer de mis ojos. Hoseok me atrajo hacia él, envolviendo sus brazos con fuerza alrededor de mí. Se separó después de unos segundos, como sentí un diminuto cuerpo presionado contra mi brazo. Abrí mis ojos y encontré a Yoobin con sus pequeños brazos envueltos alrededor mío.
“No llores, tío Tae” dijo ella, escondiendo su pequeña cabecita en mi hombro. Me incliné a besar su frente y la acerqué cerca de mi pecho.
“Voy a extrañarte mucho, Binnie” hablé a su oído.
Hoseok apretó mi hombro. “Nosotros te extrañaremos también, y sabes que puedes ir a la casa cuando quieras. Binnie, ¿puedes ver si papá Jonnie ya terminó de arreglar el auto?”
“Sí, apa”
“¿Por qué todas las personas que amo terminan dejándome?” murmuré.
“No te estamos dejando, Tae. Siempre que nos necesites, ahí estaremos”
¿Por qué esto se me hacía tan familiar? “Nunca pensé que ellos pudieran dejarme, pero lo hicieron” dije en voz baja, con más lágrimas cayendo por mi rostro.
“Ellos no podían evitarlo, y tú lo sabes”
“Pero eso no los traerá de vuelta Hoseok, eso no hará que deje de doler por más tiempo que pase”
“Por favo, Tae. No…”
“Odio decirlo pero si bien Yoongi perdió a Jeongguk, él todavía me tenía a mí. Yo lo amaba y él pudo haberme amado, pero él ni siquiera pensó en ello”
“Entiendo cuanto lo amabas Tae pero no puedes decir algo así” Hoseok dijo con molestia.
“Lo sé Hoseok, pero puedo y quiero” dije sin titubear. “Lo amé más que a nada en mi vida y eso a él le importó una mierda”
“Controla tu boca, Taehyung. Binnie puede estar aún fuera”
“Ya no sé, Hoseok. Simplemente ya no sé si pueda seguir con esto”
“No seas idiota, Tae”
“Lo peor de todo es que ahora sé cómo se sentía. Perder a la persona que amas más que a nadie en el mundo, duele mucho”
“Taehyung, para”
“No quiero seguir haciendo esto, Hobi. No quiero seguir sintiéndome solo. Los pensamientos que tengo últimamente me aterran” le susurré, mirándolo, y pude sentir las lágrimas en mis ojos.
“Tae, no digas esas cosas” su voz comenzó a quebrarse; él también estaba llorando.
“A veces…” dije, mientras remangaba mis mangas, mostrándoles las cicatrices y cortes grabadas en mis brazos, algunos aún frescos. “A veces pienso en presionar un poco más, dejar que corte más profundo, quizás lo suficiente para que no duela más”
“Taehyung” Hoseok sollozó, abrazándome con fuerza. “Tae, cuanto lo siento. Lo siento mucho, yo-yo no sabía…”
“¿Por qué deberías?” respondí, tratando de bajar mis mangas mientras él me sostenía con fuerza.
“Vamos a ayudarte, Tae. Voy a quedarme contigo, y hoy mismo regresaras a la casa ¿esta bien? Sé que a Namjoon no le molestará aplazar nuestro viaje. Es más, ¿no deberíamos hacer uno todos juntos? Estoy seguro que Seokjin cogería el primer vuelo a Corea si es por ti.” Hoseok trató de sonreír. “No vas a volver a sentirte solo Tae, te lo prometo”
Correspondí al abrazo con la misma fuerza con la que Hoseok lo hacía. Yo deseaba que fuera cierto, que pudiera creerle, pero no podía. Nadie podía ayudarme. Realmente deseaba que ellos pudieran pero sabía que después de varios años, mi corazón aún seguiría roto y no había nada que se pudiera hacer al respecto.
*
“Tienes que descansar un poco” él susurró, acariciando mi espalda. “Mañana tenemos que estar muy temprano en el aeropuerto. ¿A qué hora llegaba el vuelo de Jeongguk?” dijo, quitando el contacto de sus dedos sobre mí; mirando su teléfono, con ese brillo característico en sus ojos cada vez que hablaba de él.
Lo besé. De alguna forma, el calor de sus labios engañaba al frío que dejaba sus palabras. No era culpa de Yoongi, y tampoco mía. Simplemente, “él” había llegado primero.
“Vuelve pronto” sonreí y él sonrío conmigo.
“Por supuesto que lo haré” Yoongi contestó, presionando sus labios suavemente sobre mi frente “Estaré de vuelta en menos de medio hora”
“Bien, porque realmente necesito a mi almohada favorita esta noche”
“Me quedaré contigo toda la noche, Tae” Yoongi cogió mi mano y la besó. “Siempre que me necesites, estaré allí. Lo sabes”
Si de algo era dueño yo, era de su amabilidad. Esa amabilidad que había hecho que esto se convirtiera en más que una sola noche. Esa misma amabilidad que cada noche me gustaba disfrazar de amor.
“Te amo” dije, casi en un susurro, después de ver a Yoongi salir por la puerta de mi habitación.