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Four seasons por kurotsuki_mikoto

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

Fic con algunos capítulos basados en canciones, un hibrido de songfic y normal (¿)

No hay una línea temporal fija, pueden pasar horas como días o semanas entre cada capítulo y se aclarara en el texto.

 

Advertencias:

*Relación chico x chico

*Contenido explicito, si no te gusta no leas uvu hay gente que le encanta ver a dos hombres viéndose el nepe.

*A partir de este capítulo se dividirán en dos partes. La primera siempre será de Hiccup y Jack, la segunda (que puede variar en tamaño) será de Jackson y Eros porque ¡OMG! ME EMOCIONO SABER QUE TAMBIEN LES ESTABA GUSTANDO ESTA PAREJA Y GRACIAS POR QUERER A MI NIÑO ;V;

Espero que no me odien cuando sepan que la razón de que aquí tiene pareja es porque ya lo hice muy miserable en otros fics y quería ponerlo contento y feliz aquí (¿) XDDDDDDDDDD

EN FIN, EHEM.

 

—Dialogo—

Personaje cantando en voz alta

Canción de fondo

Recuerdos o pensamientos

-Mensajes de texto

—¿Te puedo preguntar algo? — Jack interrumpió su propio estudio para hablar con el castaño que estaba sentado en su cama, hundido en lo más profundo de sus pensamientos y la música que sonaba con discreción en sus audífonos. Llevaba media hora viendo el techo de la habitación sin interrumpir la sesión de estudio que Jack le pidió permiso para llevar a cabo en su cuarto porque su hermano y Merida no dejaban de hablar sobre lo que podían hacer en la obra, las horas que tendrían que sacrificar para ensayar tanto por esa apuesta como por deber propio.

Por eso y más, él prefería tener esas excusas para pasar mayor tiempo a solas con su novio que solía tener la habitación para el solo gracias a los entrenamientos y comidas que Patapez tenía con su equipo y con Heather.

 

— ¿Es de música?

 

Le sorprendió que Hiccup pudiera escucharlo a pesar de tener los audífonos y eso hizo que se preguntara si realmente estaba escuchando alguna melodía o sólo lo fingía para no interrumpirlo a él.

 

—Algo así, pero no te preocupes es algo que incluso tú puedes responder— aunque hablaba con la mayor calma que sus distracciones le dejaban, Jack estaba lidiando internamente con la vergüenza que se desarrollaba en la boca de su estómago y subía hasta la punta de su lengua.

 

—Entonces hazla.

 

Es una pregunta simple, suéltala relajado, no le des importancia. Hazlo jugando o darás otra impresión, no te veas incomodo ni ansioso. Es algo normal, totalmente normal.

 

Se repitió una y otra vez la misma línea, sonriendo y mirando fijamente su cuaderno a pesar de que ya no estaba escribiendo nada coherente.

 

—¿Recuerdas el juego de la botella, cuando te tocó el reto? ¿Cuándo tuviste esa erección?

 

Ya, lo había soltado. Podía sentirse orgulloso de lo estúpido y soso que pudo escucharse e incluso ocultarse cuando Hiccup se irguió de golpe en su lugar.

 

No, creo que no estaba listo para esa pregunta. Demasiado pronto, rápido, cambia de tema, Jack. Cambia de tema.

 

Sonrió sin poder controlar su propio rubor que sentía en las orejas.

 

— ¿Las tienes a menudo?

 

¡Noooo! ¡Eres un imbécil! ¡Cambia de tema! ¡Cambia de tema!

 

—Digo, en las mañanas es normal para todos pero…— se aclaró la garganta al no encontrar otro punto a donde escapar y estuvo a punto de decir “nada, olvídalo” cuando Hiccup le ganó la palabra.

 

—¿Desde cuándo tienes esa duda?

 

El albino apretó los dientes con sorpresa y vergüenza por ver que su novio parecía sorprendido pero divertido ante sus dudas existenciales. Si le pagaran un dólar por cada impulso de ahorcarlo por su franqueza, Jack tendría suficiente para comprar la comida del día para dos jornadas.

 

—Se me acaba de ocurrir.

 

—No te creo.

 

—Me lo pregunté cuando me lo contaste, y acabo de acordarme.

 

—¿Por qué piensas en cómo tuve mi erección en vez de poner atención a tus apuntes?

 

—Bien, bien. Ya entendí, dejaré de hacer preguntas estúpidas y me concentraré en mis estúpidos apuntes.

 

Bufó con cierto mal humor, dejando que la irritación durara el mismo tiempo que Hiccup tardó en acercarse, recargarse en su silla y apoyarse en su coronilla como si depositara un beso en él.

 

—No es una pregunta estúpida, sólo no me la esperaba y creí que te daría vergüenza hablar de esas cosas.

 

Jack apretó los dientes, intentando mantener su mal humor para empujarlo a que se acercara de nuevo y le rogara por su perdón por ser tan cabeza hueca con sus palabras. No era común que él iniciara los contactos físicos y saber que tenía la forma de que lo hiciera…Bueno, no iba a desperdiciar esa oportunidad. Sólo tenía que mantenerse molesto, alejarse de él y dirigirle la mejor mirada iracunda que su orgullo le pudiera sacar.

 

—¿Qué pregunta esperabas entonces? ¿De tu materia? — se levantó con lentitud, respirando hondo y tropezando al retroceder cuando escuchó la silla moverse y su humor no parecía afectar al castaño que volvió a cortar distancia para sujetar su cintura como si fuera la cosa más normal del mundo.

Con esa sonrisa y sus ojos…Era difícil, casi imposible, seguir enojado aun si lo fingía y estaba seguro de que aún si realmente lo estuviera, no podría durar enfadado con esos estúpidos ojos de cachorro.

 

Maldito y sensual cabeza hueca.

 

—No lo sé, quizá por qué Patapez no está en la habitación, cuándo va a volver, qué papeles nos tocaran o si Astrid va a ser cruel con nosotros…— su voz bajó de volumen hasta convertirse en sólo un susurro que interrumpió con un casto beso que dejó caer en sus labios —no lo sé…— y otro —esperaba otra pregunta.

 

Jack subió sus brazos hasta dejarlos cómodamente apoyados en sus hombros, acercando un poco más su rostro para darle un tercer beso y hablar al mismo volumen que él lo hacía.

 

—Bueno… ¿Entonces? ¿Cuándo fue?

 

— ¿Tengo que responder eso? — Hiccup desvió la vista y por fin Jack pudo ver ese color carmín que ocultaba parte de sus pecas y ponía sus papeles en un nivel más equitativo.

 

—Eventualmente vas a tener que decirme, no puedes negarme ese tipo de información— susurró en tono juguetón e intentó sonar lo más seductor que pudo. Algo que intuía, tuvo éxito, por el agarre del contrario que se aferró más a su cintura y por un segundo le pareció ver un brillo de deseo en sus orbes esmeralda. —No a mí.

 

—Bien, te diré si tú me dices si alguna vez has tenido una pensando en mí.

 

— ¿Hablas en serio? — al por fin hablar en voz alta, teniéndolo tan cerca y con sus labios rozando los suyos con cada impulso que ambos tenían de interrumpirse mutuamente, todo eso y más fue suficiente para que Jack se olvidara un poco de la vergüenza y dejara que sus palabras salieran por sí mismas sin pensarlas dos veces —He llegado a masturbarme pensando en ti, la pregunta ofende.

 

Ver su sorpresa le sacó una carcajada suave que ahogó en otro beso, disfrutando la textura de sus labios aun cuando podía sentirlos rasposos por la sequedad que iba aminorando con cada contacto que se daban.

 

— ¿Eres consciente de lo sexy que eres? — sonrió sin desperdiciar su sorpresa y la forma torpe en que intentaba mantener el ritmo pese a que parecía más asombrado con eso. Sin embargo, la satisfacción no le duró lo suficiente, y esta vez fue Jack quien se sorprendió cuando sus manos bajaron a sus muslos y dejó de sentir el suelo en la planta de sus pies. En su lugar, ahora estaba sentado en el escritorio con Hiccup inclinándose más sobre él, dejando que sus cuerpos rozarán y alcanzará a sentir su agitada respiración que parecía mantener bajo control con grandes bocanadas de aire.

 

—No, la verdad no— su voz ronca le sacó un escalofrió que le fue difícil ocultar —la mayoría del tiempo estoy viéndote a ti— hizo otra pausa que a Jack le pareció eterna y un martirio por la forma tan lujuriosa en que empezaba a acercarse a él y el delicioso cosquilleo que sus dedos le provocaban con el camino lento que trazaban desde la mitad de su muslo hasta su cintura —Creo que tú no eres consciente de lo sexy que eres, Jack.

 

Ahora fue Jack quien se quedó sin palabras, intentando procesar lo que Hiccup le había dicho sin dejar de corresponder al beso que volvía a iniciar con más ímpetu, mordiendo su labio y acariciando su paladar con un atrevimiento que él sólo pudo seguir al aferrarse a sus hebras; al enredar sus dedos con su cabello e intentar no caerse del escritorio que empezaba a temblar bajo su peso cuando  volvía a moverse.

Escuchó un crujido que no pudo diferenciar si venía del inmueble o la puerta al anunciar una visita y fue entonces que rodeó su cintura con sus piernas para evitar caerse si lo que se quejó era el escritorio y no la puerta.

 

Su acción tuvo una reacción que no se hizo esperar: Hiccup dejó de sujetarlo y mantuvo sus manos a cada lado de su cuerpo, respirando de forma pesada e incluso interrumpiendo el beso que a ambos los había dejado sin aliento. Jack habría pensado que el contacto lo había molestado si no hubiera sido capaz de sentir su erección con ese último acercamiento que los dejó en una pausa obligada cuando volvieron a escuchar el ruido y ambos tuvieron que bajarse del escritorio para no agregar un adeudo material escolar innecesario.

 

—¿Hiccup?

 

Y por si fuera poco, sí estaban tocando a la puerta.

 

Lo que faltaba. Genial, creí que esto sólo pasaba en las malditas películas.

 

Jack respiró hondo, intentando enfriar su cuerpo por pura inhalación y exhalación de aire. Buscó a tientas la orilla de la cama mientras el otro iba a abrir la puerta y veía qué era lo que quería su amigo quien, intentó adivinar, se trataba de Patán por el tono bravucón que empezaba a usar cuando no consiguió que le abrieran la puerta al primer toque.

 

“Creo que tú no eres consciente de lo sexy que eres, Jack”

 

Sus palabras se repitieron de forma automática en su cabeza, haciendo más difícil la tarea de relajar su propio cuerpo (que estaba igual o más caliente que el de Hiccup) y que el cosquilleo en su piel continuara en todas las zonas que Hiccup había tocado con sus dedos, lo ponía en un estado que el más mínimo contacto o roce con su propia ropa le devolvía las sensaciones de momentos atrás.

 

—Ya.

 

Jack respiró hondo, siguiendo los movimientos del castaño que iba de la puerta al escritorio para revisarlo, sacar un rollo de papel de baño y sentarse a un lado de él con el rollo higiénico detrás de ellos.

 

—…¿Vas a ir al baño? — intentó adivinar, algo que empezaba a acostumbrarse a ser un total fracaso cuando se trataba de él.

 

—No, es para no mancharnos la ropa.

 

No hizo falta preguntarle a que se refería con eso, ni tampoco le fue difícil darse cuenta que Hiccup no era el tipo de chico que dejaba las cosas a medias o el típico nerd tímido que no se atreve a dar de nuevo el paso después de haber sido interrumpido.

Lo descubrió y gozó cuando sus labios volvieron a estar sobre los suyos, su lengua retomaba aquel masaje curioso en su paladar que lo hacía temblar e incluso iba más lejos cuando fueron capaces de recostarse sin el temor a romper la cama.

 

— ¿No van a interrumpirnos? — Jack apenas fue capaz de reconocer su propia voz cuando Hiccup empujó un poco su cadera contra él y por poco olvidó su pregunta después del suspiro que se le escapó por la extraña sensación de placer que le dejaba tenerlo tan cerca, pero con la ropa limitando cualquier contacto entre su piel, aumentando la sensación de éxtasis; el sentir su cadera moverse contra la de él a un ritmo que sólo había imaginado en sus más salvajes fantasías y que ahora se quedaban cortas en comparación con la realidad y ascendían al siguiente nivel de imaginar cómo sería eso, sin ropa.

 

—Cerré la puerta con seguro.

 

—¿Lo hiciste? — suspiró sin dejar de sonreír, aferrándose como podía a su espalda para intentar grabarse las líneas que se sentían por debajo de su playera y moviendo su coxis para sentir de nuevo ese delicioso cosquilleo que le erizaba cada centímetro de su piel.

 

—Lo hice— añadió Hiccup sin poder pensar en algo más para responder y ninguno pudo agregar más.

 

Continuaron con la fricción, con los besos y en algún punto Jack gimió en protesta de la marca que su pareja le había dejado en el cuello cuando se distrajo en decir su nombre. Ninguno recordó el papel de baño que ya estaba en el suelo después de todo el revuelo que hicieron para encontrar una posición cómoda y, si Jack dio imagen de ser un impaciente, Hiccup no pareció molestarse en lo absoluto cuando aumentó las caricias con su mano por debajo de su ropa interior.

Sólo interrumpió su acción para tomar su mano, sacarla de las telas y ponerla directo en el bulto que provocaba su miembro en el pantalón deportivo que llevaba puesto. Eso dejó a Jack al borde del colapso en una extraña combinación de risa nerviosa, suspiros, un gemido que ninguno guardó cuando la mano de Hiccup hizo lo mismo y ambos se encontraban con sus dedos sobre la hombría del otro. Acariciándose con la impaciencia que ambos guardaban, dándose besos espontáneos que intentaban callar sus voces en balde hasta que ninguno fue capaz de aguantar más, hasta que el clímax llegó casi al mismo tiempo en ambos.

 

Jack tuvo que mantener su mano en la entrepierna ajena unos segundos más, respirando de forma entrecortada sin despegar la vista de Hiccup quien se aferraba a sus piernas al alcanzar el orgasmo con un cansancio que lo tumbó sobre su cuerpo sólo unos cuantos momentos. Luego rodó un poco, lo suficiente para no aplastarlo, pero sus manos se aferraron a su cintura para abrazarlo contra él.

 

—Jack…

 

—Hiccup— respondió aún con la respiración entrecortada pero sonriendo al ver que estaba con una expresión que nunca le había visto poner.

 

—…Nos manchamos la ropa.

 

Estuvo tentado a decirle que no le importaba, que en ese momento podían manchar todo su guardarropa si con eso repetían el faje tan satisfactorio que había tenido, pero al pensar en su ropa también recordó que compartía algunas prendas con su hermano.

Echó un vistazo rápido a su pantalón, suspirando de alivio al darse cuenta que no formaba parte del guardarropa compartido.

 

—Sí…es una lástima— empezó a hablar mientras pensaba en cómo regresaría a su habitación con la ropa en ese estado —Deberíamos sacarlo a la siguiente. Tú sabes, para que no se manche la ropa interior o el pantalón.

 

Hiccup lo miró atónito unos segundos antes de soltar una carcajada que Jack apreció con el beso que venía acompañada.

 

—En serio que no te das cuenta de que tan atractivo eres, Jack.

 

—Deberías demostrármelo más a menudo o se me va a olvidar— jugó con las cuerdas de su pantalón, jalándolas para apretar su cintura y remarcar la doble proposición que había en sus palabras.

 

—Me parece un trato justo, pero antes de que te vayas te voy a prestar un pantalón. Creo que tengo unos bóxers nuevos que-

 

— ¿Intentas conseguir un segundo round, Haddock?

 

— ¡Intento ser un novio responsable!

 

Jack soltó una carcajada, regresándole el beso que le había dado antes.

 

—Buena suerte con eso entonces.

 

Negó con la cabeza sin dejar de sonreír, pero no hizo ademán de tener el segundo round con el que Jack bromeó. En su lugar, tomaron un pequeño descanso en donde Jack aprovechó para cambiarse de ropa, algo que Hiccup intentó respetar al mirar a otro lado pero resultaba obvio que la curiosidad le ganaba y en más de una ocasión Jack lo atrapó mirando en su dirección. Le cobró con otra prenda, tomando incluso una playera holgada que no pudo negar su comodidad y frescura a pesar de que le quedaba relativamente grande.

 

Después de eso no hablaron de otra cosa que no fueran tonterías, recostándose de nuevo en la cama para quedar cara a cara y seguir hurgando un poco más en los gustos del otro o temas banales y algo incómodos que empezaron con: “el momento más vergonzoso de la primaria” hasta lo que consideraban como penoso en público tanto para actuar como para hablar. Jack tenía que admitir que la mayoría de los comentarios que podían considerarse como “rudos” por parte de Hiccup eran más encaminados a que los consideraba como algo normal que a los demás no debía de darles pena expresar en voz alta.

Y su plática continuó, con Jack explicándole que no podía decirle a las chicas que su cabello nunca se vería bonito en los días lluviosos por la humedad que esponjaba su melena, que era ridículo que se preocuparan por su apariencia cuando no podían ni siquiera aparentar inteligencia con buenas calificaciones y que tampoco podía reclamarle a los profesores por más equivocados que estuvieran. Había modos de hacer válida su opinión y Jack tendría que enseñarle al menos algunos si no quería que lo expulsaran por mal comportamiento.

 

Con todas las cartas en la mesa, ninguno recordó la obra de teatro. Optaron por relajarse en aquel sentimiento de cercanía que los abordaba con cada encuentro que tenían y al parecer, el pequeño momento hormonal de ambos sirvió para solventar más dudas que ninguno dejó salir en voz alta, pero que fueron capaces de responderse de forma discreta con sus dedos entrelazándose mientras hablaban, o las sonrisas que tenían con cada tontería que el otro decía.

 

Jack no lo sabía, pero después de eso Hiccup dejó de preguntarse si era normal tener aquellos impulsos espontáneos de sentir el tacto del otro. Le había dejado muy claro que él se sentía de la misma forma.

 

 

--------(------)---------

 

 

Mientras su hermano se encontraba a saber en dónde, su mejor amiga planeaba junto a Rapunzel la forma de librarse del peso de la humillación y su tarea lo esperaba con paciencia en su mochila que lanzó apenas entró en su habitación, Jackson no dejaba de practicar (mentalmente) lo que diría apenas la puerta del salón se abriera y tuviera que pedirle a Eros que saliera a hablar un momento con él.

 

Tan sólo unos días atrás el chico le había propuesto ir juntos al festival “Juventud y Música” donde tocarían dos de sus bandas favoritas y él, por pensar en que no podía ir a un evento de esa magnitud sin sus amigos y verse como un traidor, rechazó la oferta con una mentira piadosa acerca de su tiempo limitado.

 

Pero no pasó la semana antes de que sacara el tema con discreción, preguntándole a sus amigos si ellos harían lo mismo por él dando un ejemplo de las bandas favoritas de Merida y Rapunzel, y ellas de inmediato respondieron que no dudarían dos veces en aceptar la invitación, porque “rechazar una salida productiva gratuita es de mala educación” y siguieron comiendo mientras él se sentía el tonto más grande del mundo.

 

Por eso, ahora tenía que ir personalmente a decirle a Eros que había “limpiado su agenda” y si aún tenía el boleto disponible estaba dispuesto a acompañarlo. Sólo esperaba que no dijera algo que tirara su dignidad o lo obligara a rogar por los boletos.

 

Abrió la puerta para dar un rápido vistazo, divisando primero a la baterista que parecía limar la madera para quitar astillas de las baquetas, luego al bajista de nombre Frid que no dejaba de hablar en voz baja sobre la posición que tenían sus dedos en la clavija y, justo frente a él, estaba la persona que buscaba. Por unos segundos su mirada chocó con la del bajista, luego éste la desvió y continuó hablando sin prestarle atención.

 

—Oye, cerillo, te buscan.

 

La baterista señaló al castaño con fastidio. Uno que Jackson tuvo que ignorar a pesar de que empezaba a sentirse fuera de lugar pero aguantó al ver que la expresión de Eros cambiaba apenas volteaba a verlo.

 

—¡Hola!

 

—Oye, aún no terminamos de afinar los detalles para la siguiente canción.

 

—No necesitamos afinar nada, eres muy bueno, yo también, Lily también. Nos saldrá perfecto aún si no ensayamos.

 

Jackson respiró hondo y apretó los dientes sin saber si valía la pena ir a un lugar con aquel chico que parecía tener el ego por los cielos. Ni siquiera recordaba la línea que tanto había practicado cuando él le robó cualquier protagonismo en la conversación.

 

—¿Pudiste hacer espacio en tu agenda? — le preguntó apenas cerró la puerta para tener un poco más de privacidad en el pasillo.

 

—¿En cuál? — Se corrigió al recordar la excusa —Ah, sí. Solo tenía que-

 

—Genial, entonces ¿vamos este fin de semana a comprar los boletos del camión para ir y regresar? Son tres horas de camino y saldrá a las ocho de la mañana y regresaríamos a las once o doce de la noche. Si no quieres perder clases de la mañana podemos tomar el camión que sale a la una de la tarde, sólo nos perderíamos algunos anuncios y comida— Eros soltaba la información sin darle siquiera una pausa para que él también hablara. —Pero al día siguiente estaríamos muy desvelados para la clase siguiente, podemos dormir durante el viaje para no perder ninguna de las-

 

—Eros— Jackson lo sujetó de los hombros y casi lo soltó cuando se dio cuenta que la blusa que llevaba puesta tenía algunos girones abiertos a la altura de los hombros y por un segundo el cambio de textura lo sorprendió —Relájate. Podemos tomar el camión que sale a las ocho de la mañana. Nunca he ido a esos festivales y me gustaría tomarme mi tiempo si tú estás de acuerdo. Y voy muy bien en la escuela, puedo permitirme faltar las primeras horas del día siguiente para recuperar las horas de sueño. Este fin de semana no puedo ir... — esta vez no era mentira, había acordado ir con Merida a comprar una maquina de humo y no viviría para ir al evento si la dejaba plantada.

Una solución factible era darle el dinero y que fuera él, pero no consideraba justo dejarle todo el trabajo cuando se había tomado la molestia de invitarlo a él.

 

En primer lugar ¿por qué me invito a mí si nos llevamos fatal? Probablemente se enojó con su baterista y bajista y por eso no los lleva, o no puede escoger entre uno y otro.

 

Optó por creer que era eso y no por la letra o videos que compartía en sus redes sociales. No lo creía capaz de estar al pendiente de esas cosas.

 

—Puedo ir yo…

—¿… Vamos hoy después de clases?

 

Ambos hablaron al mismo tiempo, y mientras Jackson reía algo incomodo, Eros parecía más divertido por la diferencia de planes que se habían puesto en mente.

 

—Por mí está bien después de clase. No tengo nada mejor que hacer.

 

—Ah, bien. Entonces vamos a que pierdas el tiempo conmigo— gruñó al interpretar sus palabras como un comentario despectivo.

 

—Claro.

 

—Si ya terminaron de perder el tiempo en este momento— La puerta del salón se abrió detrás de él, revelando al bajista que se ponía a un lado de su compañero y rodeaba su cintura con una confianza que a Jackson le pareció hasta cierto punto desagradable —¿Qué te parece si empiezas a invertir un poco de tu día en el ensayo de hoy, Er? Tengo una cita en quince minutos que no me puedo perder, tú sabes~

 

—Claro, claro— y a pesar de que parecía invadir su espacio personal no hizo nada por apartarlo. Otra cosa que a Jackson lo incomodo más —Entonces nos vemos después ¿te mandó mensaje cuando termine?

 

Cuando recibió un seco “sí” como respuesta, ambos entraron al salón y Jackson respiro hondo, con el mal sabor de boca esparciéndose por toda su lengua  e incluso su estomago al darse cuenta de otra estupidez que había hecho en el día.

 

Un mensaje. Pudo haberle mandado un maldito mensaje en vez de ir hasta ahí para decirle algo que fácilmente podía plantearle en un mensaje de texto sin todo el maldito show que tuvo que presenciar por sus tonterías.

 

Decidió no darle más vueltas y apurarse a llegar a la siguiente clase. Podía ser incomodo, pero al menos hablar con Eros era más agradable cuando se encontraba solo y no rodeado de sus amigos que parecían tener colgado el letrero de “patanes” con letras mayúsculas y fosforescentes. 


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