Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Four seasons por kurotsuki_mikoto

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Advertencias: uso de lenguaje ligeramente explicito

Aclaraciones: El idioma que hablan los personajes es el ingles, en este capítulo la canción esta en español ;)

 

—Dialogo—

Personaje cantando en voz alta

Canción de fondo

“Pensamientos”

-Mensajes de texto

—No, no tiene estilo.

 

Jack suspiro exasperado al mostrarle por quinta vez su conjunto a su jurado que se había tomado las molestias de fabricar un letrero que por un lado pintaba una enorme equis y del otro un circulo que aprobaba su vestimenta.  Llevaban casi la mitad de la tarde ahí desde que las clases terminaron y el festival comenzaba desde los pasillos y salones del primer piso hasta el gimnasio de usos múltiples donde se las habían arreglado para armar un escenario donde pasaría cada banda a tocar hasta que la batería de todos acabara por completo y las gradas de cemento solo podían servir para la gente que iba a escuchar música, charlar, ver a los otros bailando en la pista, besarse, quizá agarrarse de la mano o algo más...

 

—Eso dices de todo pero no me aconsejan nada.

 

—Oye princesita, ya te dije que podías ponerte y tú fuiste el que empezó a quejarse de que eso no iba contigo o que no era acorde a la ocasión— Merida frunció el ceño sin bajar el pequeño letrero improvisado de papel que marcaba la equis en alto.

 

—Bueno Meri...tampoco creo que fuera buena idea que Jack se pusiera eso.

 

—Quiere captar la atención de Mr. Músculos ¿no? Entonces eso es perfecto.

 

—Si hermanito, yo apoyó a Merida en eso.

 

— ¡Pero no quiero llamar su atención con ese estúpido vestido!

 

—Deberías, te trae buena suerte— añadió la pelirroja sin recibir otra queja de su amiga que intentaba mantener su risa al margen para no dejar a Jack solo en eso.  —Es el que usabas cuando conseguiste su número ¿no? Además con un buen corte y excelente bastilla podrías ponerlo por encima de tus rodillas y ta-da.

 

Jack intento no sonrojarse al imaginarse a si mismo usando la prenda en medio del ambiente acalorado que el lugar podía ocasionar, con Hiccup a un lado hablando de temas aburridos y absurdos como la fuerza y magnitud que las ondas de sonido podía alcanzar, ambos intercambiando miradas con la distancia siendo más corta y...

No, no. Eso podía ser sin el estúpido vestido.

 

—Oh dios, realmente lo consideraste.

 

—No— mintió demasiado tarde cuando estallaron en carcajadas y Rapunzel tuvo que esconderse detrás de sus manos para evitar ofenderlo por caer en la broma del dúo dinamita.

 

—Lo considero.

 

—Se le ve en toda la cara.

 

— ¿Por qué no combinas el traje de diamantina con el que usaste para la última presentación? — Rapunzel retomo el tema del atuendo antes de que pudiera pasar a segundo plano y les llevara más tiempo ir al gimnasio. No era un secreto que quería participar en el concurso de baile grupal que tenían programado para las diez de la noche.

 

Y en realidad, no era una mala idea ponerse unos pantalones de seda algo ajustados, con líneas azul rey que podían brillar en la oscuridad y si tenía sus zapatos de baile quedarían perfectos con la camisa estampada con siluetas de edificios y un buen chaleco que podía ser el toque final para un atuendo ni tan casual ni tan formal.

¿O debía buscar otro tipo de atuendo?

 

—Mira hermanito, usa lo que quieras pero recuerda que vas a tocar en frente de todos— agregó lo obvio aunque para Jack fue una buena ayuda para decidirse por un atuendo más discreto aunque no por eso menos atractivo.

Solo esperaba que Hiccup no fuera a vestirse como lo harían en las discotecas de los ochenta.

 

__________________________

 

Decir que estaba en paz y sin nervios sería una mentira, y confesar que no estaba impaciente y emocionado caería en una falacia.

Apenas entraron Jack ya sentía la música moverlo como lo haría un titiritero a su marioneta. Cada pulso emitido por las bocinas que flanqueaban al DJ lo empujaban a la pista de baile donde muchos aún intentaban mantener conversaciones, señalaban a lugares aleatorios o gritaban emocionados por la segunda llamada que anunciaba el concurso de baile y dejaba algunas indicaciones donde señalaban los puestos de comida en los salones del primer piso, los baños que estaban abiertos y el siempre recordatorio de que no se permitían bebidas alcohólicas o conductas impropias.

Algo que nunca respetaban y no dejaban maestros a cargo de supervisar el evento, por lo que toda la responsabilidad caía en la sociedad de alumnos que nunca tenían problemas por los pocos problemas que siempre lograban poner debajo del tapete sin que llegaran a oídos de los profesores.

Jack se consideraba uno de esos problemas si consideraba lo que había hecho en la fiesta pasada.

 

— ¡Jack!

 

Eros estuvo a poco de tirar a su amigo con aquel abrazo que parecía más dispuesto a hacerle una llave que a darse a notar.

Ahora que Jack sabía su secreto no se pregunto porque parecía no prestarle atención, no es que lo considerara menos si no que la persona que realmente quería ver aún no llegaba.

 

—Hola Eros ¿buscas a mi hermano?

 

—Am, no. Bueno no lo busco para verlo, quiero que él me vea— se señalo a sí mismo y Jack no pudo ocultar la carcajada que su atuendo le saco.

 

—Eros ¿qué rayos?

 

— ¿Qué? Me dijeron que resaltara y...

 

—Eres un maldito arco iris andante. Si mi hermano no ve que eres gay, solo te falta el letrero con luces de neón...pero si quieres llamar su atención, creo que le va a ser imposible no voltear a verte— inspecciono su playera de manga larga con estampado multicolor que dejaba al descubierto su clavícula y era más como un vestido cortó que algo elegante.

Bueno, ahora entendía porque Hiccup no pudo ser orientado en lo que uno consideraba como “normal” en vestimenta.

 

Pero ¿y si sus extraños gustos no calificaban como algo bueno lo que él llevaba puesto? No había pensado en eso y quizá sus esfuerzos por una buena impresión para sacarle más de un pensamiento indecente eran en vano.

 

—Entonces cumplo con el objetivo ¿no?

 

—Sí, supongo que sí. Am ¿has visto a Hic?

 

Con suerte, Eros sería lo bastante estúpido para no darse cuenta de que le gustaba su mejor amigo.

 

—No, creo que no va a venir o al menos es lo último que me dijo. No se Jack ¿Dónde está tu hermano?

 

El nombrado miro por el rabillo del ojo a sus amigas que se mantenían al margen y parecían hacerle señas al castaño sobre la situación actual.

 

—Aún no llega, va a tardar más pero ya vendrá amigo no te preocupes.

 

—Bien...está bien, no importa. Iré a matar el rato bailando ¿entraras a la competencia?

 

—N-

 

Jack fue interrumpido por todo el escuadrón que lo rodeo como lo haría una manada de lobos a su presa.

 

— ¿Disculpa? ¿Escuche que vas a participar? — Merida frunció el ceño con ese brillo competitivo que Jack tanto conocía.

 

—Me sorprende que puedas escuchar con todo este ruido, pero si. Eso dije— Eros se encogió de hombros y Jack pidió mentalmente a los dioses que no dijera nada estúpido.

 

—Bien, nos veremos en la pista de baile entonces ¿también va a participar tu bandita de segunda?

 

—No necesito compañía para aplastarte en una competencia, pelirroja.

 

—Necesitas más que compañía para mantenerte en pie— Jackson frunció el ceño y Jack intento calmar las cosas al no dejar que se acercara a Eros con la intención de golpearlo.

 

— ¿Cómo mi cerebro? ¿Quieres que te lo preste para aprender a caminar o qué?

 

—Okay, chicos— Jack agradeció que Rapunzel secundara sus intenciones de mantener a los dos busca pleitos a raya —hoy es para festejar, no para pelear.

 

—Si Jacks, no resolverán nada así.

 

—Buen punto, te aplastare en la pista de baile, maldito fanfarrón.

 

Merida siguió a Jackson con paso enfadado mientras discutían la rutina que podían llevar a cabo para dejar en ridículo al moreno que parecía satisfecho consigo mismo.

 

— ¿Se puede saber que pretendes ahora?

 

— ¿Qué? ¿No te diste cuenta? — Eros sonrió y enarco sus cejas con orgullo —quiere verme en la pista de baile.

 

—No, te quiere aplastar, humillar, derrotar.

 

—Yo sé que me desea muy en su interior.

 

—En el fondo del mar es el único lugar donde te desea.

 

Jack se dio por vencido cuando los otros dos integrantes de Ravens alcanzaban a su vocalista y este se despedía de él no sin antes desearle una bonita noche.

 

“Una bonita noche”

 

Si, no debía distraerse por problemas que no le incumbían. Ahora que el malentendido con Eros se había aclarado no existía nadie que fuera capaz de amargarle la noche, la música se iba calmando conforme el tercer y último anuncio indicaba que despejaran la pista para el concurso y muchos aprovechaban ese espacio para ir por una que otra chatarra para picar o bebida para matar la sed que los gritos de ánimo o abucheos de emoción fuera a provocar. Algo que se vio obligado a imitar cuando los primeros concursantes salieron al escenario y todos se concentraron en rodearlos para ver mejor aunque a una buena distancia para no estorbar a los movimientos que hacían.

 

— ¡Pero si es nuestro cliente número uno!

 

Brutacio y Patán alcanzaron al albino con una enorme sonrisa en el rostro. Jack ni siquiera tuvo que preguntarles que llevaban en la botella de sangría que intentaban mantener a bajo perfil a toda costa.

 

— ¿Quieres un poco? Te aseguro que no sabe como nuestro elixir de la vida del juego.

 

—No gracias. Esta noche me gustaría resguardar mi dignidad ¿el juego se pospuso hasta mañana, no?

 

—Si, no solemos hacerlo de esa forma pero hoy es una excepción por todo el asunto que se está armando acá— Brutacio le quito importancia aunque no le quitaba los ojos de encima a la mesa de bocadillos que estaba a dos puestos de distancia.

 

—Supongo que es algo razonable— admitió sin querer sonar tan impaciente como se sentía en ese momento. — ¿van a venir todos?

 

—Si, Brutilda, Astrid y Heather vendrán hasta las once. Cosas de chicas.

 

— ¿Y Patapez? — pregunto por el chico que siempre estaba con Hiccup y el cual podría servir como un buen indicador del paradero del castaño que no había regresado a la habitación desde que partió a sus clases como todos los días.

 

—Pff, ese tonto nunca viene para acá. Odia estos eventos igual que Hiccup

 

—Seh. Escuche que Hiccup iba a venir esta vez pero no le creo nada. Dijo lo mismo cuando iniciamos la universidad pero ni siquiera porque Astrid era su novia vino.

 

—Bueno, la última vez vino pero fue solo para regañarnos.

 

—No vendrá, estoy seguro de eso.

 

—Probablemente— Jack secundo sus carcajadas a pesar de que quería gritar de la frustración y esconderse debajo de una mesa para calmar el enojo y los nervios contando hasta diez. Veinte. Treinta podía ser útil pero no suficiente.

Los dejo con una excusa barata sobre buscar la chatarra o bocadillo perfecto, matando el tiempo al caminar de un lado a otro conforme los minutos pasaban a una tortuosa lentitud en la que solo podía escuchar la música aumentando la velocidad del ritmo, los gritos y abucheos que el publico daba a los concursantes y los anuncios, noticias o chismes escolares que daban entre cada espacio.

 

Hiccup aún podía llegar, apenas eran las once y si la memoria no le fallaba, nunca dijo lo contrario acerca de su presencia en el lugar, no tenía hora fija para dormir y tampoco tenía limite el festival.

Ni siquiera se molesto en meterse a la discusión que ahora tenía su hermano con Eros por algo sobre hacer trampa y dejar caer agua en la pista de baile donde Merida estaba hecha una furia y Rapunzel buscaba alguna lesión en sus brazos por lo que Jack podía suponer, fue una caída a mitad de rutina.

 

Doce y cuarto.

Astrid, Heather y Brutilda no paraban de hablar con Rapunzel y Merida, está un poco más calmada aunque mandaba miradas iracundas al guitarrista que parecía más afectado por la discusión que había terminado en algunos insultos por parte de Jackson y los compañeros de Eros.

 

Una y media de la madrugada.

Si en algún momento las chicas parecían molestas, ya se habían olvidado por completo del asunto. Todas estaban bailando a su propio ritmo hasta que el turno de las bandas locales comenzó y estas comenzaron a reemplazar al DJ que se despidió con un gesto amable y animado en dirección a su público antes de dejar el sonido a los estudiantes que no perdieron la oportunidad para lucirse con más de algún espectador con el que desearan quedar bien.

 

Jack no quería verse desesperado y eso era lo único que lo detenía a enviar un segundo mensaje al castaño que no se dignaba ni siquiera a responder su mensaje donde le preguntaba si todo estaba en orden.

 

“Probablemente está haciendo algo de su proyecto o en el peor de los casos, olvido que el evento era esta noche”

 

Si, algo imposible si tenía en cuenta que la música podía escucharse hasta el piso más alto del edificio que su facultad tenía y debías ser sordo y ciego para no ver o escuchar las luces y el escándalo que el lugar se llevaba.

 

—Ya es hora.

 

Solo Jackson pudo romper el hilo de sus pensamientos que empezaba a armar un montón de escenarios posibles donde ninguno era favorable para él.

 

— ¿De qué?

 

—Nos toca después de esta canción Jacky, muévete.

 

—Ah sí.

 

Lo siguió sin mucho ánimo a seguir pensando en que la tensión en su interior iba creciendo con cada minuto que pasaba en el lugar y la duda le pesaba con más ahincó que antes.

¿Y si todo era una simple ilusión de él? Nada le aseguraba que Hiccup fuera a ir cuando todos parecían opinar lo contrario gracias a su expediente y experiencia tratando con él. Podían tener tiempo hablando uno con el otro, pero Jack no podía significar tanto en su vida como para romper aquella costumbre de evitar lugares que le parecían desagradables o nada cómodos.

 

Aún así, Jack no podía evitar sentir la ligera esperanza de que el castaño se presentara y todos sus planes de fantasía acerca de darle un tour por el lugar y burlarse de los pasos de baile de los demás se hicieran realidad. El solo quería que Hiccup fuera a pasar un buen rato con él y demostrarle que las cosas no eran tan malas como él podía pensarlo, que el desastre que solían poner sobre aquellos eventos no eran lo que parecía.

Que esa parte de su personalidad no era un desastre como parecía.

 

—A ti era a quien buscaba— Eros se interpuso en su camino a la puerta, caminando a su lado mientras seguía a Jackson tras el escenario y todos comenzaban a tomar sus instrumentos. No necesitaba verlos para adivinar la expresión que tenían en ese momento cuando vieron con quien estaba hablando —Hic dijo que al final no podía venir, que te avisara que no quería entrar.

 

Tan pronto término con el aviso Jack podía sentir como sus emociones comenzaban a mezclarse con enojo, decepción, alivio, tristeza y una horrible sensación que parecía querer ahogarlo en un movimiento brusco en su garganta.

Que Hiccup no asistiera algo que ya tenía contemplado como una posibilidad, pero el hecho de que no se lo dijera de forma directa a él y enviara a alguien...

¿Qué no tenía su maldito número de teléfono?

 

—Apúrate Jack, ya nos toca. Ya estas acá.

 

El nombrado apretó los dientes mientras intentaba poner sus pensamientos en orden y se aferraba a la mano de Eros antes de que este se retirara del lugar.

 

—Am...¿Estás bien? No te ves muy-

 

—Toca en mi lugar, algo me hizo daño.

 

Ni siquiera pensó en las consecuencias de darle su guitarra al moreno que la sujeto con trabajo y volteaba a donde los otros se acercaban tan confundidos como enojados por ese acto que el albino no se pensaría dos veces.

Por primera vez en su vida escolar quería un lugar silencioso para calmar todo el enredo que sentía en ese momento y olvidarse de los estúpidos impulsos que le pedían dejar salir su frustración por su garganta, algo que debía tragarse por su pequeño pacto personal de silencio, mismo que lo llevo hasta la salida del gimnasio y lo guio a la entrada trasera de los dormitorios donde podría tener la libertad de maldecir a cuanta creación del universo se le atravesara en frente, en especifico a cierto castaño desconsiderado.

 

—Ese idiota— gruño por lo bajo y su ira solo aumento cuando una bicicleta mal estacionada bloqueo su camino al edificio.

El único motivo por el cual aquel medio de transporte se salvo, fue porque su dueño estaba a un lado y Jack no tuvo más remedio que morderse la lengua para no gritarle que era el colmo tenerlo escondido en ese lugar.

 

—Pecas.

 

Lo saludo con más desdén al que creyó sentir, pero no podían culparlo. No cuando estuvo toda la semana planeando esa noche que Hiccup arruino con su palomita mensajera.

 

—Blanca nieves.

 

Jack apretó los dientes ante la osadía que tenía el otro al seguir bromeando y se maldijo a si mismo una y mil veces por pensar en la posibilidad de perdonarlo cuando le sonrió de esa forma tan tonta que le encantaba.

 

—Entonces...Creí que no ibas a venir.

 

— ¿Por qué? ¿Eros no te dijo que te iba a esperar aquí afuera?

 

Ante eso solo pudo mirarlo consternado y confundido.

 

— ¿Le dijiste eso?

 

—Sí, intente mandarte mensajes pero me quede sin crédito y solo tenía internet.

 

Oh. Un pequeño detalle del que Jack carecía en su móvil y no considero prudente evidenciar el enojo que se extinguía en su interior al ver que todo era obra de una cadena de eventos desafortunados que pudieron arrastrarlo a un malentendido enorme con el castaño.

 

—Sí, no me llegaba bien la señal allá— se encogió de hombros aunque no pudo ignorar el extraño atuendo que el otro portaba en un vano intento por combinar el atuendo vaquero con el deportivo de una manera que Jack no entendía como podía lograr juntar las piezas sin sentirse incomodo. —Entonces ¿Qué era lo que me querías decir Hic?

 

—Ya esperamos toda la noche, creo que podemos esperar un poco más.

 

Era la primera vez que Jack sentía el impulso de ahorcar a la misma persona dos veces en el mismo día.

 

—¿Vas a volver a la fiesta?

 

“¿Vale la pena hacerlo?”

 

Se pregunto el albino sin separarse de la bicicleta que parecía tomar más relevancia e importancia en el lugar que el hecho de que Hiccup estaba invadiendo su espacio personal para mover su medio de transporte.

 

—No, ya hice todo lo que quería allá.

 

Jack se mantuvo en su lugar sin entender del todo a que iba Hiccup con aquellos gestos que solo señalaba el campo empastado donde música no llegaba tan fácil y lo único que iluminaba un poco el campo eran las luces que emanaba su edificio.

 

—¿Qué?

 

—Bueno, quería que me enseñaras a bailar pero no quiero estar en donde apenas y puedo caminar sin que alguien me empuje.

 

Proceso la invitación una y otra vez en su cabeza, deduciendo que Hiccup intentaba coquetear con él a pesar de que la otra mitad de su cabeza intentaba encontrar otra explicación a su invitación a pasar tiempo a solas en una noche donde prometió decirle algo importante...

No, no había ninguna explicación lógica o heterosexual ahí. Hiccup estaba coqueteando con él y sería el estúpido más grande del mundo si se hacía del rogar.

 

—Me parece bien— tampoco necesito que le indicara que hacer cuando ambos ya montaban la bicicleta y ahorraban los pequeños cinco minutos que podían perder si se decidían a caminar, algo que Jack agradeció muy en su interior  al no perder más tiempo al que tenía en lista desde que la noche había dado inicio con la música y luces estrambóticas que rebotaban de un lado a otro.

El corto paseo solo tuvo como meta que fuera capaz de controlar sus nervios, pensar en las diferentes conversaciones que podían tener en ese momento y en que tan fuerte ahorcaría a Eros por haber transmitido de forma errónea el mensaje.

No tuvo que preguntarle a dónde irían para la famosa y esperada practica hora del baile (que Jack no pudo imaginar más perfecta al estar a solas) cuando Hiccup apretó el freno de la bicicleta y ambos bajaron en dirección al campo de futbol que era usado por los de rugby y futbol americano. Un lugar tan grande que parecía ofensivo que ellos solo ocuparan una mísera parte de las orillas que conformaban el lugar pero a ninguno de los dos pareció importarle ese detalle.

 

Jack espero a que el castaño terminara de acomodar la bicicleta en un lugar donde no estorbara y escogiera la canción que quería bailar.

¿Punk? ¿Country? ¿Pop? La intriga carcomía su mente con cada segundo que pasaban en el mortal silencio de la espera.

 

—Entonces...Jack ¿hablas español?

 

A pesar de que la pregunta no le parecía encajar en el momento, dedujo que solo intentaba mantener un tema de conversación decente para no dejar que la vergüenza los comiera vivos.

 

—No.

 

No era mentira. Jack no sabía hablarlo, podía leer algunas frases y entendía más al escuchar pero siempre le parecía difícil el idioma con sus palabras y los diferentes significados que podían darle a cada palabra.

Para su sorpresa, Hiccup pareció complacido con la respuesta y si no fuera porque el ritmo de la melodía casi logra hacer que se ahogara con su risa, hubiera reclamado la razón de su burla.

 

Lloraré hay lloraré

Lloraré

Lloraré las penas

 

El coro se repitió al mismo tiempo que ambos se alineaban en el lugar y Jack luchaba contra las ganas de aclarar que entendía perfectamente de que iba la canción.

Pero Hiccup se la debía y no soltaría la información tan fácilmente.

 

Mi corazón está en tus manos

Porque todo te lo he dado

Y entre tanto sufrimiento

Creo que se me ha maltratado

Estoy muriéndome

Por tus caricias y tus besos

Desnudándome la piel

 

Otro punto que debía anotar en su lista de cosas que nunca salen como las esperas, era el estilo de baile con el que contaba el castaño. El cual no podía ser criticado como algo nefasto pero tampoco era la gran maravilla del mundo.

Hiccup se movía al ritmo de la música, moviendo solo su cadera, sus hombros y sus brazos adelante y atrás en un movimiento simple pero rítmico que le recordaba la trayectoria de un marcador de tiempos que solía usar para tocar el piano.

Sin embargo lo siguió, imito sus pasos lo mejor que pudo y no podía aguantar la carcajada que algún tropiezo de su zapato en el césped provocaban en mitad de alguna nota musical.

 

Mi corazón está en tus manos

Y no puedo rescatarlo

No sé cómo se libera

Un corazón enamorado

Esclavo de tu amor

Vagabundo que agoniza de dolor

 

Jack no podía evitar preguntarse una y otra vez el porqué Hiccup había escogido esa canción específicamente. Intentaba leer sus expresiones pero no tenía gran éxito cuando ambos estaban en constante movimiento y si se topaban, era solo para sonreírse por lo torpes que se veían intentando bailar una canción que exigía más atención al mensaje que al gocé.

 

Veo pasar las noches en mi cruda soledad

Y que en la luz del alba se que tú me extrañarás

Lloraré las penas de mi corazón enamorado

Sufriré el lamento de este corazón ilusionado

 

Llego el momento en que ni siquiera se detenía a pensar en el paso que seguía para ese momento y solo se dejaba llevar por el paso ligero y despreocupado que el castaño le presentaba con cada paso que avanzaba hacia cualquier lado, adelante o atrás.

Pero no te voy a perdonar

Yo sé que no volveré a pecar

Estas viejas trampas no funcionaran

 

Chocaban sus manos como un aplauso en conjunto, bailando a la par con una separación que podía ser tortuosa, divertida y exquisita de forma casi enferma al no poder romper el ritmo o considerar siquiera hacerlo.

No era lo que tenía en mente, pero lo estaba disfrutando.

 

Lloraré las penas de mi corazón enamorado

Sufriré el lamento de este corazón ilusionado

 

Quizá no sabía claramente cuáles eran las intenciones de Hiccup o que pasaba por su cabeza. Si solo eran ideas suyas o se daba falsas esperanzas en base a situaciones que el exageraba, pero no había desechado el objetivo inicial que se propuso cuando aún no hablaba con el castaño y lo único que quería era ser su amigo o por lo menos, alguien más cercano a él.

 

Sé que tu calor voy a extrañar

Pero el tiempo sabio sanara

Esta herida anclada en mi corazón enamorado

 

Si Jack lo pensaba fríamente, las cosas nunca le salían de la manera en que planeaba o siquiera esperaba. Hiccup tenía un doctorado en poner patas arriba cualquier plan, pensamiento o resultado que Jack se planteara en la cabeza.

Quizá el truco estaba en solo dejarse llevar, en no pensar en el resultado y solo concentrarse en disfrutar ese desbalanceado y estúpido baile con el chico que le gustaba. Con pasos desfasados, la música sonando en su celular y el césped siendo su pista de baile mientras la música de la fiesta desaparecía hasta que solo estaban ellos dos, riendo por la pésima coordinación que llevaban y disfrutando de la nueva coreografía que estaban creando.

Jack lo estaba disfrutando, se está divirtiendo.

 

Veo pasar las noches en mi cruda soledad— No sabía la canción completa, pero con tantas veces que la letra se repetía en el ritmo, no le fue difícil coordinarse con lo que parecía la última parte de la melodía para dejar que no solo su cuerpo disfrutara de esa pequeña velada secreta —Y que en la luz del alba se que tú me extrañarás~

 

Sus pasos fueron obstruidos por unas manos que se posaron a cada lado de su cintura y la distancia que ambos mantuvieron durante todo el baile llego a su fin cuando pudo escuchar la voz de Hiccup intentando dar el tono cuando se encontró cerca de él.

 

Lloraré las penas de mi corazón enamorado, sufriré el lamento de este corazón ilusionado~

 

Jack quería reírse, preguntarle a que se debía el repentino atrevimiento e intentar aplastarlo con sus excelentes habilidades en el canto pero ocurrió algo mejor, algo que Jack se imagino más de tres veces al día en sus pequeñas fantasías y que en ese momento se tornaba realidad con sus labios teniendo aquel suave contacto que lo dejo pasmado y con la música en segundo plano.

 

—¿Hic?

 

—Ya sabes, tu dijiste— el nombrado se encogió de hombros con una tonalidad de rojos invadiendo sus pómulos y orejas conforme iba hablando y Jack no tuvo que esperar a que siguiera con el relato al recordar la pregunta que tuvo que responder en el juego de la noche anterior.

 

—¿Y porque no pusiste una canción que si pudiera cantar completa?

 

—No lo sé, supongo que no lo pensé bien al final.

 

A pesar de la culpa y vergüenza que podía transmitir con su mímica, Jack podía notar que parecía algo orgulloso de su plan improvisado que pudo formarse incluso con dos o tres minutos de anticipación.

Tras unos momentos de silencio volvieron a su tarea de bailar, esta vez sin aparentar que respetaban el espacio personal de el otro, turnándose para liderar el baile (con Jack liderando la mayoría a causa de que la práctica de baile no era una excusa al parecer) y regalándose sonrisas intimas que despertaban una docena de avispas (porque no, Jack no pensaría en mariposas) en sus entrañas.

Era difícil entusiasmarse cuando el beso había sido tan fugaz e impulsivo que Jack tuvo problemas en creerse que no fue ninguna alucinación o exceso de imaginación y que realmente se había besado con Hiccup Haddock mientras bailaba una canción extranjera con mensajes subliminales luego de esperarlo más de tres horas en la pista de baile.

 

No era algo tan fácil de digerir y sin embargo Jack disfrutaba cada paso que daban al ritmo de lo que le siguió a las anteriores.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).