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Four seasons por kurotsuki_mikoto

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Notas del capitulo:

Advertencias: Ninguna…salvo por el contenido homo ;)

Aclaraciones: Solo Eros es OC

 

—Dialogo—

Personaje cantando en voz alta

Canción de fondo

“Pensamientos”

-Mensajes de texto

—Podría continuar todo el día y tengo energía de sobra para seguir en la noche.

 

Jack intento poner su mejor expresión de remordimiento. Quería demostrar que estaba arrepentido por haber abandonado a su banda o por lo menos una pizca de culpa, pero el recuerdo de un fugaz beso de la noche anterior solo provoco que una sonrisa se le escapara y la tuvo que ocultar tapando su rostro antes de que su hermano y Merida notaran que el regaño no estaba afectándole en nada.

 

—Es decir, si, entiendo que no estabas en tu mejor humor.

 

— ¡Lo cual nos da igual!

 

—Pero de todos los sustitutos posibles, tenías que ponerlo a él. ¿No te llevas bien con Denis? ¿Qué tal Bryan? ¡Incluso el mismísimo Teodoro pudo funcionar pero no, tuviste que buscar entre la multitud al vocalista más irritante de la escuela para sustituirte en nuestra noche e irte a ver si puso la marrana! ¡¿Qué te pasa?! ¿Es porque te estuvimos molestando con Hiccup? Porque entonces estás jugando sucio Jack.

 

—No, no fue por eso. Escucha, sé que lo que hice estuvo mal y realmente lo siento— no se arrepentía, pero tampoco era bueno seguir empujando más la paciencia de su hermano. —En serio, en ese momento no estaba pensando claro y lamento si Eros arruino la función.

 

—En realidad…— Rapunzel formo parte de la conversación, un recurso que no utilizo durante el sermón ya que su silencio era una forma de regaño indirecto para el albino —No la arruino...

 

— ¿No? — Jack miro sorprendido a su gemelo que por un momento tuvo que tragarse sus palabras —pero creí que-

 

—Aquí el punto es que buscaste a mi némesis para ponérmelo justo a un lado, al mismísimo vocalista de nuestra banda rival que tiene un oído musical malditamente bueno y no necesito escucharnos o ver las malditas notas para saber cómo iba la melodía.

 

“Eso es porque el escucha todas nuestras canciones”

 

Jack guardo aquel pensamiento sin despegar su vista del castaño que ahora caminaba de un lado a otro.

 

—Entonces ¿dirías que lo hizo bien?

 

—Sí, lo hizo excelente y eso es muy molesto. Ahora, vuelve a dejar tu puesto de esa manera y te vas a arrepentir que nuestra casa sea la misma en vacaciones Jack, te lo advierto.

 

—Está bien, en serio. Lo siento, no volverá a pasar.

 

Espero a que el ambiente pesado se dispersara entre ellos, solo lo suficiente para disfrutar un momento a solas en la esquina de la habitación en compañía de su celular y sus fieles audífonos que ahora lo protegían de las quejas que daba Merida sobre las otras bandas y los comentarios que daba Rapunzel acerca de actitudes groseras que tomaron muchos en el lugar cuando la fiesta llegó a su fin.

 

-Adivina a quien impresiono el bobo cabezón.

 

No tuvo que esperar mucho para que Hiccup le respondiera.

 

-¿A quién? :O

 

-A mi hermano, dijo que toco excelente. Casi le vi las orejas rojas por tener que decirlo en voz alta. Es un mal perdedor.

 

-Sera mejor que no se lo digas a Eros o va a enviarle flores con abejas para darle un arreglo y miel al mismo tiempo.

 

-¿Debería preocuparme porque no me costó imaginarlo?

 

-Te acostumbras.

 

-Espero que no te refieras a las flores, abejas, polen y todo eso.

 

-Sabes de que hablo, tengo que irme. El juego de hoy será en la habitación de un amigo de Patán, nadie quiere entrar hasta que tu hermano cumpla el último reto.

 

Jack estuvo a punto de soltar una carcajada al recordar aquel viejo reto que parecía algo lejano y de poca relevancia para ese momento.

 

-Oooh~ ¿lo de la puerta?

 

-Sí, se lo toman muy en serio.

 

-Puedo darme cuenta

 

Cuando los mensajes dejaron de llegar, dejo a un costado su celular con tal de disfrutar unos segundos de la calma antes de la tormenta que le seguiría al haber terminado con las materias básicas de evaluación y tener los conocimientos especializados a la vuelta de la esquina.

 

—Oye Jacks— llamo a su gemelo sin mucho ánimo — ¿Hiciste los ejercicios de solfeo?

 

—Si pero creo que están todos mal.

 

— ¿Me los puedes prestar para compararlos con lo que quiero poner?

 

Aunque el castaño no pareció muy convencido al principio, accedió por la única razón que podía pedirle su tarea de historia de la música a cambio de ese pequeño ejercicio.

Merida y Rapunzel comenzaron a hablar sobre la clase de coro, algo que Jack encontró más interesante que el ejercicio de solfeo que tuvo que dejar por unos segundos para tomar su celular y revisar aquel mensaje tardío que interrumpía sus ya decadentes ganas por trabajar.

Al menos fue suficiente motivación para volver a trabajar.

Una mensaje que respondió de inmediato con un corto “Claro” que no pudo alargar o terminaría escribiendo o terminaría tecleando letras sin sentido.

Hiccup solo había escrito:

 

-¿Quieres salir a caminar antes de ir al juego?

 

¿Salir a caminar después de no haber tocado de nuevo el tema sobre el pequeño baile privado que tuvieron hace tan solo unas horas?

 

Encantado.

____ (____) _____

 

Jack llego más temprano a lo que tenía planeado al comedor, paseo un buen rato frente al menú, ordeno un helado de frambuesa y dio otra vuelta en el lugar mientras intentaba enfriar su cabeza con el helado que intentaba tragarse tan rápido como el ataque de nervios lo invadía cada que pensaba en las posibles causas que llevaran a Hiccup a querer hablar antes de encontrarse con sus amigos.

Ahora que pasaba la emoción solo quedaba la sospecha, el pánico.

 

Esos últimos días Hiccup había estado ocupado con algunos trabajos, con entrenamientos y si la noche anterior sirvió para relajarlo, no estaba seguro de que fuera algo impulsivo y natural en el castaño besar a quienes consideraba de confianza…Bien, era estúpido considerarlo, pero tendría en cuenta que Hiccup podía tener costumbres fuera de lo común si contaba que su mejor amigo era un chico que intentaba ligar en la universidad como niño de preescolar.

 

Sus preocupaciones tuvieron que detenerse cuando un tonto se puso en frente de él y estuvo a poco de ahogarse cuando la cuchara del helado le pico la garganta.

 

— ¡Fíjate por-

 

La tos interrumpió el insulto que estuvo a punto de dirigir al castaño que se volteaba preocupado a verlo y Jack no pudo estar más agradecido de que el utensilio de plástico lo ahogara en el acto.

 

—Jack, perdón, estaba algo distraído. ¿Todo bien?

 

—Excelente ¿Por qué no habría de estarlo?

 

—Bueno, el material del que está hecho este cubierto puede llegar a causar una lesión o irritación en tu-

 

—Okay, mejor olvida mi pregunta. ¿De qué quieres hablar? — quizá le pediría que dejaran lo que pasó la noche anterior como algo espontaneo, que no lo mencionara a sus amigos o que lo repitieran.

Para esas alturas Jack no podía apostar por ninguna de las opciones que tenía en la cabeza debido a lo impredecible que resultaba el nerd que tenía frente a él.

 

—Nada en particular. Hoy fue un día difícil y como me relaja hablar contigo…— se encogió de hombros de manera torpe y haciendo más movimientos de los necesarios con sus manos —pensé que sería bueno salir y pasar un rato juntos ¿tenías otra cosa que hacer?

 

Si, Hiccup era impredecible y ese aspecto empezaba a gustarle a Jack.

 

—No me puedo imaginar en otro lugar en este momento.

 

A pesar de que sus palabras fueron cursis e impulsivas, tuvo que ahogar una risa de satisfacción y gusto cuando noto que los gestos de Hiccup comenzaban a ser más torpes conforme la conversación avanzaba.

 

Durante las horas que siguieron no hablaron de otra cosa que no fueran tareas entregadas a última hora, algunas anécdotas alocadas y sin sentido que guardaban en su expediente en compañía de sus amigos y algún comentario adicional sobre la difícil situación en la que se encontraban con cada día que las vacaciones de invierno se acercaban a ellos.

 

— ¿Qué es lo más raro que te ha pasado? — Jack le paso el pequeño bulto de aluminio que guardaba la papa ahumada rellena de tocino y queso que ambos habían comprado para simular una pequeña estafeta de turno.

 

—Bien, am…hay algo que fue muy raro, muy bizarro y me sucedió este año— Jack esperaba escuchar alguna historia que superara la ocasión en la que, según Hiccup le contó, termino suspendido de clases por haber hecho un experimento fuera de clases en la oficina del director en secundaria solo porque era el único lugar donde podía encontrar una cafetera a su alcance. —Y fue culpa de Patán y Brutacio, en fin. Lo más bizarro que me sucedió hasta el momento, es que me reencontré con un chico, que no canta nada mal, me dio una pésima primera impresión pero demostró ser una excelente persona estando ebrio y sobrio.

 

Jack entrecerró los ojos, con una pequeña punzada de celos en la nuca al notar que Hiccup hablaba con más sinceridad que antes.

 

— ¿Por qué es bizarro?

 

—Porque me termino gustando un chico que va al baño con tacones de doce centímetros ¿qué hay más raro que eso?

 

— ¿Quién demonio-Ah— Ahora quien se encontraba de color tomate era Jack al no poder preguntarle una segunda vez para no parecer un idiota al que se le tenían que repetir las cosas. —… ¿desde cuándo?

 

—No sé. Supongo que después de todos los mensajes— Hiccup se encogió de hombros más de una vez, alzando las cejas y mirando a los lados como si buscara las palabras exactas que le hicieran parecer como el genio que era y no como un chico que acababa de confesarse después de una plática distractora de más de dos horas.

 

—Entonces… ¿mis tacones no tuvieron nada que ver?

 

Ambos soltaron una risa entre dientes antes de que Jack pudiera armarse de valor para tomarlo del cuello de su horrible chaleco y plantarle un beso rápido que tuvo que dejar a un lado cuando escucho que el aluminio chocaba contra el suelo y al voltear se encontraba la horrible escena de su aperitivo desparramado en el suelo.

 

— ¡Hiccup!

 

— ¡¿Q-Qué?! ¿Cómo esperabas que lo sostuviera cuando ayer tuve que mentalizarme todo el día para la posibilidad de un contacto físico en la noche?

 

— ¿Qué? — a Jack le costaba trabajo mantener su risa bajo control mientras el otro se ajustaba mejor su ropa y recogía la comida del suelo para quitarle las partes manchadas.

 

—Nada.

 

— ¿Qué es lo que tenías en mente ayer para la fiesta de la noche?

 

—Nada.

 

—Oh vamos Hic, puedes confiar en mí.

 

—No, después te cuento. Ya se está haciendo tarde y tenemos que ir a ese tonto juego que tú empezaste. Asume las consecuencias.

 

—Bien señor “todo-lo-se-y-si-no-me-lo-invento”, iremos si tu…si tu aclaras nuestra situación social actual.

 

Porque si Hiccup quería hablar con propiedad, él también podía intentarlo para evitar tener una plática cursi que terminaría pintándolos a ambos de un color tan rojo que no se podría quitar ni con un baño de agua fría.

 

—Pues…si estás de acuerdo, podríamos entablar una asociación intima que vaya más allá de la amistad.

 

—…Eso nos lleva a…

 

— ¡Te estoy proponiendo que seas mi novio! Por Odín Jack, lo primero que te voy a regalar es un diccionario o un libro con definiciones qu-

 

Jack lo volvió a interrumpir con otro beso, pero en esa ocasión no le importo que el bocadillo se cayera de nuevo o que Hiccup tardara en reaccionar para sujetarlo de los hombros para proseguir con el beso de una manera que opacaba sus torpes movimientos de baile y lo defendían de cualquier burla que Jack pudiera hacerle por no haberle sujetado la nuca en lugar de los hombros.

 

Al separarse poco tuvieron que decir cuando ya intentaban regular su respiración y encontrar palabras que describieran ese hormigueo que invadía a ambos en los dedos y vientre.

 

—Entonces…

 

—Eso es un sí en el lenguaje coloquial de los jóvenes, Hic. También podría darte un diccionario para entender a los chicos de tu edad.

 

—Eso me sería muy útil.

 

—Opino lo mismo.

 

Ambos soltaron una última risa de euforia antes de un tercer beso que ponía fin a aquella platica y les dejaba el camino tranquilo hasta el dormitorio con más bromas que iban dirigidos a sus amigos ahora que recibían la noticia de que la sede del juego se llevaría a cabo en el mismo lugar.

 

Siguieron caminando hasta el dormitorio del curso deportivo, hablando en voz más baja conforme se acercaban al piso donde los demás los esperaban y ninguno parecía dispuesto a pasar a la habitación.

 

—¿Por qué cambiaron de lugar?

 

—La habitación que iban a prestarnos término cerrándonos la puerta en la cara, ahora tenemos que esperar a que alguna victima pase por este arco— Brutacio señalo el marco de la puerta con la misma dramatización de siempre —y acepte su destino o terminaremos jugando en el suelo.

 

—¿Mi hermano no ha llegado?

 

—No pero no tardara en llegar— Astrid levanto el celular donde tenía  algunos mensajes registrados —Merida dice que van a tardar unos diez minutos en llegar porque el profesor le dejo trabajo extra.

 

—Seguramente volvió a decirle viejo roñoso o algo por el estilo— Jack se encogió de hombros sin que la imagen de la pelirroja insultando a un profesor le fuera difícil formarse en su mente. —Entonces ¿Qué hacemos mientras llegan?

 

—¡HI~C!

 

A pesar de que no era a él a quien llamaban, Jack volteo de todas formas y no pudo evitar sonreír al toparse con aquel pequeño salvavidas que caminaba en dirección a ellos con un extraño objeto en la mano.

 

—¡Eros! ¿Qué haces aquí?

 

—¡Jack! — el moreno camino hasta el para tenderle un reloj que Jack conocía muy bien —te estaba buscando, bueno en realidad estaba buscando a tu hermano pero no lo encontré ¿podrías darle esto por mi? Se esta haciendo tarde y ya me tengo que ir a mi-

 

—En realidad— el albino puso sus manos sobre los hombros del pelirrojo que seguía dispuesto a escuchar —la última vez que yo lo agarre lo termine rompiendo y es algo muy importante para él ¿Por qué no lo dejas en la mesa de allá?

 

Ninguno de los presentes puso alguna objeción a la idea e incluso dieron algunos comentarios para apoyarlo.

 

—Si viejo, él vendrá a jugar con nosotros y entonces le diremos que viniste a dejar el reloj.

 

—…Oh bueno— la “victima” acepto su destino tal y como Brutacio había predicho y con su avanzar todos pudieron entrar a la habitación con una sonrisa de victoria que solo indicaba una cosa: No dejarían que Jackson se escurriera de esa.

 

—¿No se lo quitaste ni robaste, verdad?

 

—No. Despues de que tocamos juntos los tres se fueron casi corriendo y Jackson lo olvido en el escenario.

 

Jack tuvo que disculparse mentalmente con Eros por la actitud de su hermano, tanto la pasada como la que les esperaba ahora que estaba al final del pasillo y se veía de mal humor al ver al moreno en la habitación y Merida tampoco parecía muy contenta a su lado.

 

Una vez dentro, tuvo que interponerse entre su hermano y Eros para ablandar cualquier intención de discusión.

 

—Jack ¿Qué-

 

—Antes de que digas algo, solo vino a traerte tu reloj que se te cayó en el escenario.

 

—Si ¿no tienes algo importante que decir al respecto?

 

El castaño volteo a donde Brutilda sostenía un retazo de papel con la palabra “beso” y señalaba de manera indiscreta a la espalda de Eros que no se daba cuenta de lo que sucedía.

 

—Oh, no. No, prefiero tomarme la botella entera, dámela.

 

—¿De qué botella habla?

 

—Lo siento amigo, eso debiste decidirlo cuando fue el momento, ahora es demasiado tarde para arrepentirse.

 

Merida se tapó la boca como si hubiera recibido la peor de las noticias, algo que Rapunzel imito aunque ella estaba más sonrojada que horrorizada.

 

—¿Entonces…?

 

—Oye Hic, ¿de que hablan?

 

—Botellanal.

 

—¡Oh dios! ¿Ya llevan la semana? ¿Aún no es tarde para que me una?

 

—Oh no, el juego ya esta muy avanzado y no te puedes meter— Jackson frunció el ceño aún palido por lo que el reto le exigía.

 

—Oh minucias. ¿Llevan ya tres días?

 

—No, apenas llevamos uno y sabes el costo que trae unirte tarde— Brutilda sonrió con una pequeña caja que no era más grande que un cartón de jugo y en él solo había diez tarjetas rojas que Eros tomo sin siquiera detenerse a mirar la primera que tuvo en la mano.

 

—Lo cumpliré mañana, les mandare mensaje media hora antes. Entonces ¿qué reto te toco para que no quieras hacerlo? ¿Lamer el retrete?

 

—Oh no, algo mucho peor, creeme.

 

—¿Qué hay peor que eso? ¿Tiene que ver con insectos?

 

Las preguntas siguieron por un buen rato en el que todos tuvieron tiempo para preparar sus asientos y poner la botella en medio de ellos en lo que el duo terminaba por discutir sobre las cosas más asquerosas que existían en el planeta hasta que en un impulso de enojo Jackson se acerco a robarle un beso tan rápido de los labios que Eros continuo discutiendo por otro rato hasta que Hiccup y Jack tuvieron que arrastrarlos a lugares alejados para que guardaran silencio y se sentaran para seguir con el juego a pesar de las quejas que el castaño parecía querer presentar.

 

No fue hasta después de dos turnos que Eros agito la manga de Hiccup y Jack pudo escuchar que le preguntaba si realmente Jackson lo había besado y amenazaba con tener un ataque si no se distraía con algo. Un rezo al que tuvo respuesta cuando la botella apunto en su dirección y le toco el reto de caminar de manos por toda la habitación hasta que la botella volviera a señalar su lugar.

 

¿Avanzo? No, pero al menos parecía poder sostenerse de forma decente parado de manos antes de que se inclinara y cayera en un montón de cajas de películas y empaques de chatarra.

 

—Vamos J, deja de poner esa cara— Jack sonrió al ver que su hermano y Merida continuaban frunciendo el ceño a donde estaba el moreno y no le daban tregua aun cuando tenían que cumplir con algun reto o contestar alguna pregunta.

 

—¿Crees que haya sido mala idea que…?

 

—No, dales tiempo. Mi hermano puede ser rencoroso pero no está en su naturaleza odiar a alguien y menos si lo ve a diario. Creo que esto podría ayudarlos a acercarse aunque sea a un vínculo de amistad— Jack se encogió de hombros e intento ignorar que los dedos de Hiccup estaban a pocos centímetros de los suyos, que solo bastaba con deslizar un poco su mano a un lado para un roce, un contacto que terminara con esa pequeña tentación que ahora tenía en mente.

 

—Si, creo que no son los únicos que pueden “acercarse” — Astrid pasó en frente de ellos con una sonrisa que puso tensión en ambos y tuvieron que erguir sus espaldas cuando la rubia les dirigió una sonrisa complice.

 

—¿Ella sabe?

 

—Ella sabe.

 

No volvieron a tocar el tema después de que Hiccup tuvo la tarea de actuar como un chimpancé y rugir por la ventana, Jack tuvo que beber refresco con limón concentrado de un zapato, Astrid dio un masaje de pies (que se vio doloroso) a Patapez y Merida bebio del jugo misterioso cuando el reto le ordeno sentarse en las piernas de la persona que tenía a un lado y Eros la invito a tomar asiento en su regazo con burla al grado que Jack temio que fuera a soltarle un puñetazo.

 

Pero no todo fue malo, para las tres de la madrugada la tensión ni siquiera existía.

Patán se encontraba desesperado por devolver su celular al idioma español sin tener éxito por no saber alemán y tampoco tener un traductor que le dijera como llegar a configuraciones, Patapez recitaba todo en prosa, Merida tarareaba el abecedario con un sonido que intentaba ser un ratón, Brutacio seguía intentando quitarse el cinturón utilizando solo sus codos, Brutilda no dejaba de hablar en rap, Astrid seguía preparando un sándwich sin usar las manos y Jackson no parecía tan enojado como al inicio del juego a pesar de que Eros lo había escogido para el último reto que le toco y tenía su mano armada con un cubo de hielo que pasaba por la espalda del castaño que daba su mejor esfuerzo por no temblar.

 

Si Jack no lo conociera, podía interpretar su expresión como burla o intento de humillación, pero en ese momento que podía verlo de cerca, era obvio que tenía emoción contenida por estar tan cerca de Jackson sin que este se alejara o le dijera algo ofensivo respecto a sus acciones.

 

—Sabes, agradecería un poco de ayuda.

 

Se quejo Jack al no lograr desabotonar ni siquiera el primer botón del chaleco del castaño que no dejaba de reírse cada que su pie se iba a un lado.

 

—No quiero opacar tus habilidades Jack.

 

—¡No puedo quitarte los botones de tu estúpido chaleco usando mis pies! ¡Me va a dar un calambre!

 

—No te va a dar nada.

 

—Claro que si.

 

—Claro que no, mira— Hiccup sujeto su tobillo para levantar un poco la tela de su pantalón y acariciar su piel con un cuidado que Jack pudo sentir los escalofríos recorrer su espalda hasta llegar a su cerebro donde su imaginación no tardo en imaginarse más de una escena que le siguiera a ese contacto y ninguna era buena para menores de edad. —Tus músculos están en perfecto estado y no creo que tengas problemas en los tendones porque se podría sentir de inmediato.

 

Quiso burlarse, pero lo único que pudo hacer fue estornudar y tallarse los ojos para quitarse el ardor que empezaba a tener en sus ojos.

 

—¿Te sientes bien?

 

—Si, creo que es solo por estar descalzo.

 

—¿No tiene que ver con ayer en la noche que no llevabas abrigo?

 

La pregunta atrajo como carne podrida a las moscas a Merida y Rapunzel que los miraron de forma acusadora y maravillada.

 

—¿Cómo sabes que no tenía abrigo?

 

—¿Estaban juntos?

 

Jack pudo decirles que no les importaba y dejaran de ser tan indiscretas, pero Astrid pareció adivinar sus intenciones y le mando una mirada de advertencia sobre ocultar las cosas.

O al menos él lo interpreto de esa manera.

 

—Si…

 

—¡Oh dios! ¡Con razón te fuiste corriendo y nos dejaste solos Jack!

 

El nombrado se sonrojo de forma brutal al ser evidenciado de esa manera.

 

—¿Y-

 

—Pensandolo bien, no me siento tan bien y ya es tarde— el albino se apresuro a ponerse de nuevo el calzado y jalar a Hiccup para ayudarlo a ponerse de pie —¿Mañana a la misma hora? ¿Ya nos vamos?

 

—Aún no me puedo ir hasta que el hielo se derrita— Jackson señalo su playera empapada donde Eros continuaba pasando el hielo congelado y les daba señales para que se fueran sin ellos. —Los podemos alcanzar después. Ya saben, deben de querer un poco de privacidad ¿no?

 

Jack quería ahorcar a su hermano.

 

—En realidad si, gracias. Eres muy amable.

 

Jack comenzaba a preguntarse si Hiccup era capaz de notar el sarcasmo que la gente utilizaba al hablar o si solo lo ignoraba en ciertas ocasiones donde podía salir perdiendo.

Cualquiera fuera la explicación, no siguió buscando una respuesta cuando ya caminaba en dirección a la salida.

 

¿Fue una caminata agradable? Si y no podía sentirse más afortunado cuando a medio camino Hiccup camino tan cerca de él que el dorso de sus manos apenas se tocaban al balancearse y los dejaba con la tentación en el aire de tomar su mano o no.

Eran dos noches perfectas y Jack estaba seguro de que podía seguir con la racha de buena suerte sin problema alguno, pero la realidad no tardó mucho en tocar a su puerta, en tirarla y básicamente taclearlo a media clase cuando su temperatura aumento hasta alcanzar una fiebre exagerada y se vio en la penosa necesidad de regresar a su habitación para descansar un poco.

 

Tenía un maldito resfriado marca diablo.

 

Le dolía la cabeza, no podía respirar, le costaba conectar ideas y ni siquiera podía ponerse de pie sin que sus piernas le temblaran y hasta el más débil de los vientos intentara tumbarlo.

Su hermano prometió explicar sus faltas pero no podían hacer mucho para que su fiebre mejorara cuando la encargada de enfermería no regresaría hasta pasada la semana y se encontraban cortos de medicina con solo pastillas para el dolor de cabeza y unos cuantos tés para el dolor de garganta.

 

—¿Cómo te sientes?

 

Jack sonrió ligeramente al ver el rostro preocupado de su novio frente a él.

 

Novio. Una palabra curiosa que no imagino utilizar tan rápido en el castaño que lo ayudaba a sentarse en la cama.

 

—Bien, no me dejo. No siento mi cuerpo, me cuesta respirar, siento que voy a morir…pero no me quejo.

 

—¿Cuál es tu temperatura?

 

—No se Hic, cuando estoy contigo siempre se me sube.

 

—Bueno, tu hermano no volverá hasta la noche, creo que podría-

 

—¿Deshacerte de mí?

 

—No, en realidad iba a decir “cuidarte” pero si continuas con tus dramas podemos hacer eso tambien— bromeo al tiempo que lo ayudaba a recostarse de nuevo y le quitaba las sabanas para darle una más delgada y fresca —bien, antes de venir leí un poco sobre las enfermedades más comunes y sus cuidados.

 

—Claro, porque siendo el chico perfecto nunca te has enfermado y no sabes que hacer.

 

—Por lo general evito tener una baja inmunitaria usando ropa adecuada a la estación, tomando baños después de exposiciones extremas a temperatura y-

 

—Voy a morir Hic, voy a morir y tu haces que me duela más la cabeza.

 

El nombrado puso los ojos en blanco por el dramatismo que el chico estaba poniendo entorno a su condición pero no dijo nada al respecto.

 

“Esfuerzate un poco”

 

Ese había sido el único consejo que Astrid pudo darle para que la relación que apenas empezaba no terminara como la de ellos. Algo que tampoco era malo si tenía en cuenta que la rubia era su mejor amiga pero que no le parecía correcto volver a su actual novio como otro mejor amigo.

 

—Lo siento, vine aquí a cuidarte y eso haré. ¿Ya comiste algo?

 

—¿Me ves en condiciones de poder comer? Ni siquiera puedo pararme.

 

—Bien, bien. Primero debo revisar tus constantes fisiológicas ¿de acuerdo? Despues te llevare al comedor o te puedo traer algo de comer.

 

—Bueno— Jack sonrió de manera floja sin dejar de reir entre dientes —Tu eres el doctor y yo el paciente, me gusta. De niño jugaba a eso con mi hermano, pero yo hacía de veterinario y el de un perro atropellado.

 

—¿Por qué un perro? — Mientras la platica seguía, Hiccup se acerco a poner sus dedos en el cuello ajeno y conto el pulso por quince segundos, luego su frecuencia respiratoria y al final saco el termómetro que Jack intento sujetar de manera torpe. —No te muevas tanto o te vas a marear. Bajate un poco los pantalones.

 

—…Wow, wow ¿qué? ¿Por qué? — Jack cayó de nuevo en las sabanas al intentar retroceder cuando Hiccup subió a la cama con él para cuidar que no se golpeara en la cabecera de la cama. —¿Vas a hacer de doctor en película porno? Hiccup aún es muy…estamos, todavía es muy pronto.

 

—N-No Jack, necesito tomar tu temperatura.

 

—¿Y para que quieres que me baje los pantalones?

 

—Por qué solo tenían termómetro rectal en la farmacia.

 

—…

 

—…

 

—…..OH, NO. NO, NO.

 

—Escucha, ni siquiera te va a doler. — Hiccup intento persuadirlo de no huir pero la idea fue suficiente para que Jack se escabullera de la cama y avanzara a gatas hasta la mitad de la habitación con la sabana siendo su escudo.

 

—¡Ese no es el punto! ¡¿Por qué demonios quieres saber mi temperatura! ¡Tengo fiebre! ¡Debe de estar por los 37 grados! ¡Ya!

 

—¡Pero necesito saber tu temperatura de este momento para tomarla después y ver que el medicamento que te traigo si te funcione! ¡Además es uno de los pasos a seguir!

 

—¡No voy a dejar que me metas esa cosa en el trasero!

 

—¡No te va a doler Jack! ¡Esta delgado y ni siquiera es hasta el fondo!

 

—¡Lo que me dolerá es en mi dignidad! ¡Metetelo tú!

 

—¡Eso no es higienico si tu también te lo vas a meter!

 

—¡¿Por qué demonios estamos discutiendo de esto?!

 

—¡Porque estoy intentando ser un novio decente y tomarte las tontas constantes correctamente!

 

Por unos largos segundos Jack se mantuvo al margen hasta que pudo apoyarse en el mueble para ponerse de pie para dirigirse a la cama y recostarse con su espalda dirigida al castaño sin poder verlo a la cara.

 

—…Bien, pero que sea rápido y nadie debe enterarse de esto ¿oiste?

 

—Prometo no decir nada.

 

El albino quedo con su atención fija en la pared, sintiendo su calor corporal aumentar más de la cuenta y confundiendo el rubor con la fiebre al sentir el tacto frío y húmedo de sus dedos que parecían tener guantes.

 

—No puedo creer que este dejando que hagas esto.

 

—No te preocupes, estoy usando guantes y ya desinfecte el termómetro. No creo que te irrite.

 

—No me refiero a eso.

 

—Jack, no tienes nada de que avergonzarte. Todos tenemos la misma anatomía y enfermarse es algo natural en-

 

—Hablo de que no puedo creer que deje que me metas algo en el trasero cuando llevamos menos de una semana saliendo…— hubo una ligera pausa en la que ambos se sumergieron en el silencio que la vergüenza los hundía a causa de que Hiccup por fin había entendido que era lo que atormentaba al otro. —¿Ya lo quitaste?

 

—…Tiene que estar al menos un minuto en-

 

—¡Oh vamos!

 

—¡Eso dice la caja Jack!

 

—¡Al diablo las reglas, solo sácalo!

 

—¡Faltan quince segundos!

 

—No puedo creer que esta sea nuestra primera experiencia casi-sexual y tenga un termómetro en el trasero, esto apesta, ya. Mejor que se me cierre la garganta.

 

—No es para tanto Jack.

 

—La próxima vez que tu te enfermes yo te voy a meter un termómetro en el trasero, a ver que sientes.

 

—Probablemente nada porque esta muy delgado…

 

—No me ayuda que te estes riendo en mi oído.

 

—Perdón, es que esto es…Creo que esto desplaza la vez que intercambiamos números en el baño.

 

—¿Por qué arruinas todo lo cliché?

 

—Vamos Jack, no es para…Oh dios, tienes casi 40 grados de temperatura, necesitas medicamento ya.

 

—Deberiamos besarnos.

 

—Cuando se te quite la fiebre, ahora tomate tu medicina ya.

 

Jack gruño mientras se subía los pantalones y tomaba las pastillas que Hiccup le ofrecía para aliviar el dolor en su garganta y bajar la fiebre.

Hiccup podía ser un buen doctor, pero prefería mil veces los tratamientos comunes como la automedicación y reposo excesivo.

 

No más termómetros por un tiempo.

 

___(____)____

 

“¿Dónde esta Eros?”

 

“En la azotea haciendo sus cosas, preferí no quedarme, es incomodo”

 

Jackson camino lo más rápido que su condición física se lo permitía hasta la azotea de los dormitorios donde se presumía, estaba el pelirrojo que no se había molestado en devolverle la guitarra de su hermano.

Bien, era su culpa por no habérsela pedido antes, pero si era su responsabilidad Jackson seguía creyendo que era su deber devolvérselo cuando no le pertenecía a él.

 

Y justo cuando creía que podía ser una persona decente, llegaba Hiccup a decirle que se encontraba haciendo cosas indebidas en la azotea de su edificio al grado que ni siquiera su mejor amigo se animaba a ponerlo bajo control.

 

“Al final solo es otro-“

 

Dejo todo insulto a un lado cuando el olor a tabaco lo golpeo en la cara y se encontró con el moreno fumando con una extraña expresión en el rostro que parecía considerar, por unos segundos, saltar de la orilla del edificio para evitar ser detectado.

 

—¿Q-Qué haces aquí?

 

—Le pregunte a Hiccup donde estabas.

 

—Maldito asmático chismoso…Bueno, esto no es lo que crees, no soy un adicto ni nada pero-

 

—Viejo, está bien— se encogió de hombros al no esperar que el otro se tornara nervioso y a la defensiva por sus acciones. —No eres el único que fuma en este edificio y no hay letreros que lo prohíban.

 

—Pero no soy un adicto.

 

—¿Fumas una cajetilla a la semana?

 

—Al mes. O a veces me duran dos meses, pero no soy un adicto.

 

—Creo que eso ya me quedo claro.

 

Un incómodo silencio se formó entre los dos antes de que Eros retomara la plática con la cajetilla en alto y un encendedor en la mano.

 

—Am…¿lo has probado?

 

—Una vez, casi me ahogo pero creo que salió bien.

 

—…¿Quieres probar uno de nuevo?

 

Quería declinar la invitación, pero la opción a que Eros se burlara de él por no saber ni siquiera como fumar correctamente un solo cigarrillo le molesto lo suficiente para tomar el primero que le extendió y estiro su mano para recibir el encendedor.

 

Esperaba una burla o alguna acción que le permitiera contratacar con algún comentario sarcástico. No que el otro tomara su mano para acercarse y encenderle el tabaco con la punta del propio que aún tenía cenizas encendidas.

 

Bien, quizá le debía una disculpa mental por haber pensado lo peor pero en ese momento solo podía pensar en que estaban cerca, demasiado cerca.


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