Por la mañana se levantó sin intenciones de nada, pese a haber dormido lo suficiente y quizás un poco más no se sentía con energías ni ánimos para continuar con lo que dejó a medias el día anterior. Apenas y había comido un poco pues tampoco sentía hambre, simplemente pensaba dejar el día pasar sin más hasta que recibió la llamada de su amiga.
—¿Se puede saber por qué no estás aquí?—la molestia era evidente y ni siquiera había intentado disimularla—Si no mal recuerdo acordamos que vendrías a ayudarme con los detalles que faltan, tengo que enviar el archivo listo para impresión a más tardar mañana por la tarde.
—¡Mierda! Lo olvidé por completo—no mentía, con la visita de su hermana y la llamada de su amiga había tenido muchas cosas en las que pensar como para recordar su promesa—De verdad no fue a propósito, simplemente... Sabes, no importa, te veo allá...—y sin esperar respuesta ni decir más cortó la comunicación y se cambió tan rápido como le fue posible.
Tomó un par de cosas que necesitaba antes de salir y a paso veloz atravesó el parque rumbo al hogar de su amiga. Quizá sólo era su forma de protegerse ante la situación y sólo estaba evadiendo la realidad y el resto de responsabilidades que tenía, pero necesitaba un descanso, distraer su mente y mantenerse ocupada en algo que consumiera su tiempo lo suficiente para afrontar lo que viniera como es debido.
Estaba demasiado concentrada en sus pensamientos como para prestar atención a su alrededor, tanto así que pasó junto a la escritora y ni siquiera notó cuando esta intentó hacerle una broma respecto a la prisa que llevaba. Simplemente quería llegar con la chica y distraer su mente en algo que absorbiera su tiempo lo suficiente para no pensar en más.
—Esta niña...—le fue imposible contener el largo bufido al sentirse ignorada—Si tan sólo fuera más responsable no tendría que pasarse la vida corriendo de un lado a otro—se tumbó sobre la banca mirando entre las ramas de los arboles—Además debería dejar de desperdiciar su juventud en tonterías, es tan efímera que antes de que pueda darse cuenta se le habrá terminado y seguirá reprendiéndose por ello el resto de la vida...
Un último suspiro nostálgico escapó de sus labios antes de buscar en el bolsillo de su abrigo un cigarrillo y, tras colocarlo sobre sus labios y acercar el encendedor, aspiró profundamente dejándose invadir por la sensación que el tabaco le provocaba.
Había pasado una noche bastante pesada, luego de haber salido de su departamento no volvió sino hasta unas horas después del amanecer esperando que su conquista hubiera salido ya. Para su suerte la mujer partió sin dejar ningún rastro, sin ninguna nota de despedida y sin siquiera una pequeña muestra de interés por mantener contacto.
—Ojalá todas fueran así, me hubieran ahorrado tantos problemas con Carolina...—suspiró profundamente antes de dejarse caer sobre el sofá con expresión agotada—Que aburrido... Casi comienzo a extrañar que esté todo el tiempo sobre mi preguntando si tengo algún progreso con el libro...
Se sentía frustrada, no tenía mucho por hacer al menos hasta que consiguiera comprador para su departamento o por fin encontrara motivación para su siguiente historia. Estaba desmotivada y no encontraba mucho por hacer, definitivamente no pensaba regresar al bar pues sus costumbres seguirían siendo las mismas por un buen tiempo y quería empezar a cambiar.
El cigarrillo había durado mucho menos que siempre, quizás era a causa de la ansiedad o el hecho de no haber comido nada desde la noche anterior pero simplemente no había podido separarlo de sus labios ni un minuto hasta que lo terminó. La cajetilla aún tenía más de la mitad de su contenido y pese a lo acontecido no tenía ánimos de siquiera de consumir otro, simplemente se quedó a contemplar las nubes pasar sin intenciones de hacer más.
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Llevaba un par de horas en el lugar y, pese a lo mucho que la chica había pedido que se esforzara y lo mucho que ella quería despejar su mente, no había conseguido más que realizar un par de garabatos y colorear apenas una décima parte de la viñeta en que se encontraba trabajando. Cansada de la situación la mayor caminó hasta donde se encontraba y, tras sentarse frente a ella con expresión seria, se dispuso a encontrar la razón de su estado.
—Suéltalo de una vez, no mencionaste nada sobre estar indispuesta ni aplazaste la llamada tanto como te fuera posible pero por más que pases sentada ahí no has logrado hacer más que el boceto de un personaje que tú misma diseñaste y lo que estás coloreando no tiene ni el más mínimo avance, será mejor que me digas de una vez que te pasa.
—Lo de siempre, ya no debería sorprenderte—suspiró de manera cansada antes de fijar su vista en la pantalla y seguir con el coloreado fingiendo que todo estaba en orden—Además, sólo estaba descansando un poco, dormí tarde ayer y los ojos me arden, sabes tan bien como yo lo molesta que resulta una pantalla en casos así.
—Claro, y tu descanso se prolonga más de dos horas y no puedes avanzar ni un poco con tu trabajo—hizo a un lado el aparato para asegurarse de que la mirara—No voy a volver a consentirte hasta que decidas hacer algo, no puedes seguir dejando que esto te afecte tanto—frunció el ceño cuando la menor lanzó su flequillo mientras desviaba su mirada—Angélica, tienes veinticinco años recién cumplidos, has sido amiga de Araceli desde que estuvieron en preparatoria, intentaste olvidarla saliendo con otras personas aunque en el fondo sólo querías encontrarle un sustituto. Confió en ti para que la ayudes a organizar su boda ¿Y? ¿Sumirte en la miseria y pensar en lo mucho que te hace sufrir la situación va a hacer que por arte de magia se dé cuenta de que te ama y deje a su prometido para irse a vivir un hermoso romance?
—Sé que no, tengo muy claro que no hay manera de que algo así suceda y créeme que intento dejar de pensar en ello—un profundo suspiro escapó de sus labio sin intención de ahondar mucho en el tema—Ayer por la noche me llamó y me explicó lo que quería para su fiesta de compromiso, nos pidió a todos reunirnos para darnos la noticia y necesito empezar con el diseño de las invitaciones para la fiesta antes de que nos reunamos pero no doy una, intenté hacer varias propuestas y ni una resultó algo factible, soy un lío con esto y no pude hacerlo.
—Sabes que si no tuviera la fecha de entrega encima no me preocuparía tanto por esto y te ofrecería mi ayuda con tu problema y no quiero ser grosera pero te necesito al cien, si no puedes hacerlo no tiene caso—entendía la situación de su amiga pero no quería hacer algo de lo que después pudiera arrepentirse—Creo que lo mejor será que regreses a casa, buscaré a alguien que pueda ayudarme con el trabajo mientras te liberas de tu otro compromiso y...
—¿Crees que vine sólo porque sí? Estar en casa me tiene de malas, sólo puedo pensar en que estoy aplazando las cosas y en vez de relajarme y poder trabajar todo es mucho peor—sacudió un poco su cabello antes de volver a mirar la pantalla cerciorándose de que la selección de colores fuera la correcta—No quiero estar pensando en todo eso, quiero despejarme un rato y no preocuparme por ese asunto. No voy a negar que sólo estoy huyendo pero no me siento preparada para enfrentarme a aquello...
—Luego de tantos años he aprendido que no tiene caso discutir contigo—volvió a su lugar dando un largo suspiro, no es que en verdad estuviera desinteresada en ella sino simplemente prefería darle su espacio—Pero si en verdad quieres despejarte del otro asunto será mejor que dejes de perder el tiempo y termines ese coloreado y la viñeta con que estás trabajando.
—Yup, ya voy—fingió una sonrisa mientras volvía a clavar los ojos en la pantalla dispuesta a seguir con su labor hasta tenerla terminada.
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—¿Se puede saber qué significa esto?—la molestia en la voz de la mayor era evidente, había pasado más de media mañana intentando contactarla y tras no obtener ninguna respuesta visitó el antiguo hogar de la escritora encontrándose con el anuncio de venta.
—Pues justo lo que ves, me cansé de vivir ahí y decidí cambiarme. Mis papeles están en orden y seguí todo tal cual lo pidieron—una vez más no tenía intenciones de revelar su verdadero motivo así que simplemente prefería evitar el tema—Lo único que realmente me sorprende es que todo estuviera arreglado tan pronto, no pensé que trabajarían tan rápido. Aún no hay comprador pero el anuncio está hecho.
—Déjate de bromas, entiendo la compra-venta mucho mejor de lo que lo haces tú pero lo que estoy pidiendo que me expliques es que pretendes con todo esto. ¿Fuiste a esconderte a algún hotel? O déjame adivinar, ¿Alguna de tus pretendientes o conquistas te brindo asilo?—quizás estaba yendo demasiado lejos con el regaño pero no entendía el motivo de su desaparición luego de los resultados tan positivos que obtuvo.
—Si no tienes nada importante por decirme me voy, tengo un millón de cosas por hacer con este asunto de la mudanza y el tiempo no me alcanza para perderlo con tonterías.
—¿Mudanza? ¿Qué es lo que estas planeando?—su voz demostraba lo sorprendida que estaba por la noticia ya que regularmente estaba enterada de las decisiones importantes en la vida de la menor—Verónica, no te atrevas a hacer una locura hasta que hayamos hablado...
—Cuelgo...—y tras aquello sólo alejó el aparato de su oreja y se aseguró de silenciarlo mientras se recostaba en el sofá—Unos días más y le daré la dirección, al menos por ahora quiero relajarme y no tener que pensar en eso, ya habrá tiempo para sus regaños y las explicaciones.
E ignorando la constante vibración de su celular se dispuso a disfrutar del silencio y la tranquilidad que aquel sitio le otorgaba. Tenía bastante espacio aún pues no lo tenía totalmente acondicionado para cambiar su residencia a ese lugar y ya estaba pensando en los objetos que iba a adquirir y la distribución que les daría.
Sin dudarlo más, la búsqueda de lo que tenía en mente comenzó mientras verificaba dimensiones, colores, materiales y estilos de aquello que le parecía interesante con la intención de asegurarse de que lo que comprara concordara perfectamente con lo que ya tenía. Era un espacio sumamente pequeño comparado con su antiguo departamento pero estaba totalmente entusiasmada con iniciar esos pequeños cambios.
Se sentía liberada en cierto sentido, con esa sensación que los mayores de edad experimentan al salir de casa e iniciar su vida independiente. Hacía varios años que poseía esa independencia pero esta tenía un toque diferente, ya no se trataba del cuarto que le prestó su profesor cuando huyó de casa ni del espacio ya amueblado que consiguió en sus búsquedas una vez que el éxito surgió, esta vez era sólo ella y su espacio en el que todo sería una decisión propia para sentirse cómoda y sin presiones.
La motivación fluía por sus venas y apenas podía esperar a mostrarle a su editora que esto no era otro de sus caprichos sino el comienzo de un nuevo ciclo, una nueva etapa en la que esa chica que se arriesgó a entrar al mundo de los adultos aún sin ser uno tomaba las riendas de su vida. No es que sintiera que debía demostrarle algo a la mayor, simplemente entendía la preocupación que sentía por ella y esperaba que mostrándole esa nueva faceta suya entendiera que no es la misma niña que conoció esos sentimientos se apaciguaran.
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Una semana había pasado, la entrega resultó un éxito pues, aunque pareciera casi un milagro, consiguieron terminar los pendientes y aún tuvieron tiempo de actualizar los adelantos para el siguiente capítulo antes de que el plazo venciera.
—Así que ibas en serio con alejarte de todo y refugiarte en el trabajo—ahora que la presión había pasado se sentía con muchos más ánimos de molestar a la menor y no perdería la oportunidad—Si todo el tiempo trabajaras a este ritmo no necesitaríamos dormir tarde nunca más. Eso te dejaría tiempo libre para leer tus mangas sin reprocharme que no vas al día, incluso podrías hacerte un espacio para buscar pareja y quizá con ello se te quitaría lo molesta. Incluso podría ser que viendo eso tus padres...
—Sandra, en este momento no. De verdad no tengo ganas de pensar en el trabajo, desvelos, mi vida amorosa y mucho menos en todo lo atrasada que voy en los mangas que sigo ¿Tienes idea de la angustia que me genera pensar que por fin dejo lo tsundere y se confesó y yo no esté ahí para leerlo? O peor aún ¿Qué tal que ya hasta se casaron y todo el fandom está celebrando por ello y yo aquí? Eso simplemente no es justo—el drama era lo suyo y decidió tirarse sobre el sillón como si todas sus dudas la derrumbaran.
—Sí claro, no creo que todo haya pasado tan rápido y sin que te enteraras ¿O sí? Aunque en estos días tu celular estuvo increíblemente silencioso, pensé que seguro Araceli te llamaría y ni siquiera tu mamá lo hizo.
—Lo apagué luego de llegar aquí, no quería tener el odioso sonido de los miles de mensajes preguntándole que cual era la noticia y porque tanta urgencia mientras intentaba recordar porque Kevin había dicho o hecho justo eso. A veces es difícil para mí recordar la trama original de...—su mente se bloqueó por unos instantes, no sabía cómo corregir sus palabras para que su amiga no descubriera a que se refería.
—Eso explica porque no te vi revisándolo cada dos segundos. Y créeme, si intentas seguir ocultando lo que haces por más tiempo sólo vas a lograr que en verdad me enoje. Me han sido enviado incluso capturas de ello preguntando si es parte oficial de la historia o si no han estado robando mi contenido sólo porque el estilo de dibujo es demasiado parecido.
—Lo siento ¿Sí? No creí que pudiera llamar mucho la atención pese a que actualmente tengo bastantes seguidores—rodó los ojos antes de lanzar su flequillo—Y sobre todo no esperaba que notaran lo similar de los trazos o siquiera que te buscaran, he hablado sobre la obra original, he dejado los links y todo.
—A mí no me causa problema que lo hagas, de alguna manera sabía que esto pasaría—negó varias veces con la cabeza para restarle importancia—No creí que de verdad quisieras encargarte al cien de un personaje sólo porque sí.
—Ya no sé si eso es o no un regaño, preferiría que fueras un poco más clara si en verdad esperas que lo entienda.
—A lo que me refiero es a que te conozco desde hace tanto que no me sorprende en absoluto que hayas decidido hacerlo, recuerdo que hace bastante incluso me pediste que fuera la primera en leer tus historias para hacer correcciones o saber si ibas por el camino indicado. Nunca te he juzgado por ello pero es un poco raro que lo hagas con esto y sobre todo que lo ocultaras como si en verdad fuera a reclamarte por algo.
—Así que básicamente es un permiso para seguir con mis cosas mientras no interfiera con las tuyas—la miró con cierta curiosidad hasta notar el ligero movimiento de cabeza con el que la mayor indicaba que estaba en lo correcto—¡Genial! Nunca pensé tener el consentimiento de un autor para mis fanfics o doujinshis... Esto merece una celebración, leer un buen manga o dormir el resto del día, ambas son excelentes ideas.
—Sólo preferiría que cual sea la que elijas la hagas en tu propia casa, no quiero que Sergio piense que estoy explotándote y menos aún después de como te vio la vez anterior—lanzó uno de los cojines que tenía cerca sobre la más pequeña haciendo que tuviera que levantarse para esquivarlo.
—Claro, es como cuando mamá y papá quieren celebrar su aniversario sin nadie que los moleste y envían a los niños con la abuela. Sabía elección, nadie quiere enterarse de su forma de celebrar—hizo expresión de náuseas causando que su amiga lanzara otro cojín directo a su rostro—Felicítalo de mi parte, y si pregunta dile que estoy bien, que probablemente vaya a casa o con mi hermana. Quizá sea el momento adecuado de elegir un nuevo tinte, así también puedo pensar cual combina mejor para todo este asunto de la boda, luego de eso volveré a teñirlo. Y no, no tiene nada que ver con eso que tú y mi hermana piensan—se levantó de donde estaba y tras recoger los proyectiles que lanzó su amiga y colocarlos en su lugar comenzó a buscar sus cosas antes de partir.