Se encontraba sentada en la sala pasando canales de televisión sin intenciones de ver algo concreto. En realidad sólo tenía encendido el aparato para generar ruido en la casa y no pensar mucho en lo que la castaña había dicho.
La ansiedad comenzaba a pesar pero llevaba casi un año sin fumar y no le quedaban cajetillas, ni siquiera un simple cigarro. Iba ya por la quinta cerveza del día y el sabor la estaba desesperando pero no había más licor en su departamento que una caja de chocolates envinados que dejó su anterior conquista.
-¡Carajo!-golpeó la mesa molesta y se levantó del sillón-Necesito un cigarro, o alcohol o cuando menos un buen polvo...-revisó su celular en busca de algún mensaje-Está tardando mucho...-tamborileo con sus dedos sobre el sillón-Voy a salir, necesito algo urgente-tomó sus llaves y salió del departamento directo hacia el supermercado en busca de sus cigarrillos.
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-Si no fuera porque me veo muy joven seguro creerían que soy tu mamá-hizo un gesto de desagrado mientras se sentaba junto a ella en la banca.
-Calla o empezaré a llorar y gritar que quiero que me lleves con papá-hizo un puchero sin dejar de comer el helado que habían comprado antes de llegar al parque.
-Eres todo un caso-jaló su flequillo para molestarla-¿No deberías volver a teñirte? Ya se ve lila...-miró hacia otro lado.
-No he comprado el tinte, tenía flojera de salir y estaba pensando usar otro color, teñirlo todo o comprar una peluca. Vivir haciendo cosplay no es mala idea...-enredó un mechón entre sus dedos y lo estiró para verlo.
-Creo que te tomas demasiado en serio que no hay mejor solución para el mal de amores que cortarse el cabello y comer.
-Si viene mi mamá y ve mi cabello más corto que ahora se infarta...-estiró su cuerpo por completo-Ya viste como se puso la primera vez que lo corté y cuando lo teñí.
-Tu hermana es menor y parece que no le causó problema con tus padres el cambio.
-Tú sabes que somos casos completamente opuestos. Para mis papás mi hermana ya es un adulto responsable que puede tomar sus propias decisiones y yo la adolescente que quiere independizarse pero necesita de su cuidado aún.
-Sin molestar pero la culpa es tuya por comportarte como lo haces. Aunque exageran, los adolescentes ya no son vírgenes o mínimo tiene pareja pero tú... Ni una ni otra y veo lejano el día que pase.
-¡Eres una grosera! Vas a ver que en nada consigo pareja y termino menos virgen que tú-le sacó la lengua antes de seguir comiendo-Y ya que hablamos del tema... ¿Cómo va todo con Sergio?
-Como siempre ya sabes, cuando tengo algo de tiempo él no y cuando tiene tiempo yo no... Ha sido así desde la escuela, pero sabemos equilibrarlo así que todo está bien.
-Ya deberías proponerle que vivan juntos, estoy segura de que le va a encantar la idea y así tendrán más tiempo para estar juntos.
-Quiero esperar un poco, acabas de ver el lío que tengo y antes de vivir juntos me gustaría tener más orden...-Angélica suspiró tras escucharla antes de levantarse para caminar.
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-Tengo un lugar aquí cerca...-susurró al oído de la mujer que acababa de conocer-Si tienes tiempo podemos ir ahora mismo-bajó la mano que antes tenía en su cintura hasta su cadera.
-Me agrada la idea-le respondió en tono de deseo-Vamos ahora, no tengo más que hacer...
Y fue así como la salida de la escritora en busca de cigarros y algo que beber había terminado en otro de sus encuentros sexuales con una completa desconocida. Tras un par de horas la chica había quedado dormida sobre la cama y Verónica se levantó para prepararse un trago.
-Nadie conoce a tu chica de la libreta-dijo la editora tras abrir la puerta y adentrarse en el departamento-Fui a todas las escuelas de la zona pero...-lanzó sus llaves sobre la mesa y al ver a la menor desnuda las palabras se atoraron en sus labios.
-¿Pero qué?-había terminado de preparar su bebida así que le dio un gran sorbo-¡Deja de verme así! Tardaste mucho en regresar y necesitaba algo para beber o cuando menos un cigarro.
-¿Y por eso terminaste desnuda?-reclamó tras escucharla-Dejame adivinar, de nuevo encontraste alguien en el camino y no pudiste evitarlo... Además apestas a tabaco y estás bebiendo no-sé-qué-caminó hasta ella intentando quitarle la bebida.
-¡Tranquilizate!-evitó que se lo quitara-Es sólo vodkca y con jugo. En cuanto a lo demás tú sabes que después de una buena sesión de sexo no hay nada mejor que un buen cigarro. Y dejame decirte que fue tan buena que un sólo cigarro no bastaba...
-¡No me interesan tus experiencias!-aprovechó que estaba distraída y le quitó el vaso-¿No habías dejado el cigarro? ¡Y si no mal recuerdo ya no había alcohol! ¿No puedes dejar de estar de viciosa?
-¡Me hartas! ¿Sabes que tan molesto es escuchar esto a diario? No eres mi madre y ni ella se preocupó tanto por mí, le importaba una mierda mi vida ¿Quién crees que eres para venir a decirme esto?
Los gritos habían despertado a su conquista y se levantó envuelta en una sábana preguntando que ocurría viendo a la escritora y luego a la castaña cubriendo más su cuerpo.
-Cambiate y vete-hizo presión en el puente de su nariz-¡Y tú deja de verme como si esto te sorprendiera!-se alejó de allí dispuesta a entrar al estudio.
-Es mejor que te vayas-dijo a la chica alejándose también-Y por favor no menciones nada de esto-antes de seguir su camino tomó su bolsa y sacó una chequera-Si es necesario pagaré por tu silencio ¿Está bien?
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Eran ya las 10 PM y la más baja seguía tirada en el sillón de la casa de su amiga sin hacer más que leer manga y escuchar música viendo como la otra chica seguía trabajando sin descanso.
-Si te dejé descansar toda la tarde y cumplí todos tus caprichos fue para que te sintieras mejor y te pusieras a hacer esto-le reclamó lanzando una hoja de papel arrugado que estaba sobre el escritorio-Ahora deja de vagar y ponte a trabajar-regresó su mirada a la PC.
-No me entiendes Sandy, ese es el problema-dejó su lectura y se quitó los audifonos para poder ver a la chica-Sé que te parece una tontería y quizá lo sea pero de verdad me duele...
-Tampoco empieces de sentimental, ya me contaste lo que pasó con Araceli y dejé que te desahogaras, no quieras hacerme quedar como la mala de la historia.
-¿Y ella qué tiene que ver aquí?-la miró confundida-¡Estoy hablando del manga! Es que si vieras como los está haciendo sufrir sensei...-fingió estar llorando devastada por lo que leía.
-¿Qué edad crees que tienes?-la retó sin despegar su mirada de ella-¡Por favor Angélica! Tienes veinticinco años... Ya no estás en edad de querer evadir la realidad con eso.
-¿Sabes qué? Fue una pésima idea venir a abrumarte con mis tonterías y esperar que solucionaras mis problemas-apagó el aparato que traía en las manos y se levantó del sillón-Creo que regresar a casa es la mejor opción.
-Ajá, regresar a esta hora y sin llaves ¿Quieres tener que volver a llamar a tus papás para que te traigan una copia o te consigan un cerrajero y además de todo paguen su trabajo?-la más baja hizo un puchero-Deja de armar un drama por todo y ponte a trabajar. Quieres ser un adulto responsable pues empieza por esto.
La otra chica puso su flequillo por completo sobre su rostro antes de soplarlo, clara señal de que no tenía más que decir. Simplemente se acercó a su amiga dispuesta a ayudarla en el trabajo que aún faltaba.
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-¿Por fin estás dispuesta a hablar?-preguntó Carolina sentada sobre el sillón de la estancia con las piernas cruzadas y su codo sobre el reposabrazos para sostener su mentón contra la palma de su mano-¿O acaso tu conquista agotó tus energías lo suficiente para no querer tener una conversación que dure más de diez minutos y no involucre sexo, cigarros o alcohol?
-Deja de tratarlas como si fueran prostitutas, no tienes que pagarles por venir a llenar mis huecos sentimentales-fue lo primero que dijo ignorando el resto-Las traigo aquí para pasar un buen rato, lo que quiera o no hacer es cosa mía, no tienes porque pagarles cuando se van. Pero realmente no es un tema del que quiera hablar, mejor dime que pasó con la chica del cuaderno.
-Tú no lo entiendes, le he ofrecido dinero a un par pero sólo para mantenerlas calladas... Y no hay nada de esa niña-recalcó la última palabra para dejarle en claro que no quería que se involucrara con ella-Busqué por todas las escuelas y nadie tiene idea de quien podría ser.
-Quizá deba buscarla yo por donde la vi ese día y creeme que mis intenciones con ella no son ni tantito parecidas a lo que imaginas-se tiró sobre el sillón a su lado-Te dije ya que no es mi tipo y realmente no tengo intenciones de sufrir con una menor de edad, son insoportables cuando se trata de una mujer mayor y más si creen que ella busca estar por siempre a su lado.
-Espero que hables en serio porque no tengo ganas de ir a parar a un juzgado y tener que escuchar el drama de los padres por la atrocidad que cometieron contra su pobre pequeña e indefensa hija.
-¿Estás de broma?-la menor estallo en risas-Lo que menos quiero es un drama como esos, en el peor de los casos la corren de su casa y viene a buscarme esperando que la reciba pero eso nunca va a pasar conmigo...-la editora la miró confundida-O no sé, lo mío no son las historias de amor adolescente después de todo.
-¿Qué viste en ese chiquilla que estás empeñada en encontrarla?-giró hacia ella para estar frente a frente-No quiero que discutamos por ello pero cada que te acercas a alguien es buscando algo a tu favor y no sé que es lo que esperas.
-Si te soy sincera hasta cierto punto me hace pensar en mí, en como sería mi vida si no hubiera cometido la gran estupidez de querer ser escritora y pensar que mis padres me apoyarían pese a ser homosexual-levantó la mirada con cierta nostalgia-Por eso quiero hacer algo bueno por ella... Por eso no pienso involucrarme con ella-río con ironía.
-Verónica, sabes que no me gusta entrometerme en tus decisiones ni nada parecido pero creo que antes de querer ayudarla deberías dejar de culparte por todas esas cosas del pasado...
-Si no quieres entrometerte no lo hagas, así de simple...-evitó mirarla-Hoy tengo ganas de escribir así que no estoy para nadie, deja la libreta por ahí, después iré a buscarla...-caminó hasta el estudio tomando un six-pack de cervezas y dos cajetillas de cigarros antes de encerrarse en el lugar.
-Sí claro, vas a escribir...-rodó los ojos y dejó la libreta sobre la mesa-Asegurate de abrir bien las ventanas y no dejes encendido nada y menos fuera del cenicero-dijo de pie junto a la puerta del estudio-Dejé la libreta en el recibidor, si necesitas algo llámame, regresaré en un par de horas de cualquier manera.
La escritora no respondió, estaba demasiado ocupada bebiendo y fumando como para poder hacerlo. Sabía de sobra que eso no iba a solucionar nada y ya había aprendido a ignorar esos sentimientos sin sentido cada que recordaba parte de su pasado pero de vez en cuando la razón cede ante lo que pide el corazón y eso la llevaba a encerrarse en su mundo sin querer saber nada más.
-Una menor no debe involucrarse con una mujer que ya tiene una vida hecha...-suspiró de manera pesada antes de tomar un gran sorbo de cerveza agitando la lata para asegurarse de que estuviera vacía-Y menos aún si entre sus planes no está cargar con otro adolescente...-botó el recipiente lejos de ella y encendió el tercer cigarro para darle una fuerte calada-¿No es así, mi querida Mariana...?-sonrió de manera irónica acariciando su pecho a la altura del corazón.
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-¡No puedo creer que apenas terminemos!-se quejó la chica de los mechones ahora lilas mientras se tiraba sobre el sillón-Me recuerda a cuando estábamos en la escuela y ya me había alcanzado la fecha de entrega y no tenía nada-rio de manera sonora estirando sus músculos.
-Para ti esto es nada pero llevo mucho sin desvelarme de esta manera-su amiga se sentó a su lado soltando un gran bostezo-Vamos a dormir, no quiero que el sol nos alcance-miró el reloj de la pared sólo para confirmar que eran las tres de la mañana.
-Como digas pero quitate que este es mi lugar-quitó los tenis que usaba sin desamarrar las agujetas y los lanzó lejos de ahí y luego quitó su sostén lanzando sobre la mesita frente al sillón.
-Si no estuviera tan cansada te obligaría a ordenar esto...-suspiró resignada-Descansa pequeña-sacudió su cabello y su voz era por completó burlona mientras se alejaba bostezando hasta su cuarto.
La menor se tiró sobre el sillón mirando al techo con los brazos cruzados bajo su cabeza intentando asimilar todo lo que había pasado.
-¿Siempre lo supe no? La vida no es como en los mangas, por más que estés enamorado de alguien no siempre vas a ser correspondido ni tendrás a alguien más que te ame incondicionalmente y podrás tener un final feliz...-cubrió sus ojos intentando contener las lágrimas-¿Por qué la vida no es un manga?
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Varios días habían pasado desde su encuentro con la chica del cuaderno y pese a que en cada uno de ellos fue al mismo parque no pudo encontrarla. Se estaba hartando de todo aquello y justo esa tarde en que había decidido que no seguiría intentándolo la chica hizo su aparición con los audífonos cubriendo sus oídos y su mirada fija en el suelo.
-¡Hey!-se aproximó hasta ella intentando captar su atención, un intento fallido pues la chica no se percató de su presencia y terminó chocando contra el cuerpo de la escritora-¿Quieres poner un poco de atención cuando alguien te habla?-le reprendió tomando su mano para evitar que cayera.
-¿Disculpa...?-la miró de manera retadora intentando ocultar la incomodidad que sentía dada la diferencia de estaturas mientras se quitaba los audífonos-Fuiste tú quien se atravesó en mi camino, en lugar de estar reclamandome deberías ofrecerme una disculpa por hacerlo.
-Quizá si pusieras atención por donde caminas y no escucharas la música tan alto te darías cuenta de lo que pasa a tu alrededor-el volumen de su voz aumento, la actitud de la más baja le estaba molestando-¡Mocosa ingrata! Eso me pasa por meterme en asuntos que no me interesan, tanto lío armé por algo que seguro ni te interesa-sacó el block de su bolso y lo estiró frente a ella.
-Así que ahí estaba...-tomó la libreta sin siquiera mirarla-¡Que bien! Pensé que tendría que organizar las cosas en casa para encontrarla-pasó una por una las hojas asegurándose de que todo estuviera en orden-Menos mal que nadie más lo vio... Sobre todo Sandra, si se entera que muchos de esos doujinshi los hice yo y que use información oficial que no ha revelado seguro intentaría asesinarme...
-¿Ni siquiera un gracias por haberlo recuperado? Si no tienes ni siquiera la delicadeza de agradecer lo que se hace por ti deberías tener más cuidado con tus cosas y no dejarlas abandonadas a la mitad de la nada.
-Mira, no tengo idea de quien seas ni porqué armas tanto alboroto por devolverme esto. Si tanta molestia te causo mejor la hubieras dejado donde la encontraste y asunto arreglado...
-¿¡Qué!? ¿De verdad eres tan desconsiderada?-su paciencia se había agotado y no podía hacer más que reclarmarle por lo que estaba diciendo-Para mí hubiera sido mucho más fácil dejar esto abandonado como si nada pero pensé que era importante y quizá podría hacerte falta.
-Esa fue tu decisión, yo no te obligué a nada como para que quieras argumentar eso ¿Te agradezco por recuperarla? Sí, pero eso no te da derecho a venir y gritarme todo cuanto se te ocurra juzgarme-la mayor se defendió, si bien no era su costumbre discutir cosas que no llevaban a ninguna parte la actitud de la otra mujer consiguió desesperarla-No todo gira sobre ti y lo genial que eres, si hiciste una buena acción sientete bien por ello y no armes alboroto. Pero ya que tanto lo necesitas: Gracias, recuperaste algo muy preciado e importante para mí, no sé qué habría hecho sin ti, te debo la vida-su voz sonaba totalmente exagerada provocando que la escritora no supiera que responder mientras ella se alejaba.
Estaba sorprendida, realmente no esperaba un agradecimiento como ella había dicho, simplemente lo había hecho para expiar sus culpas intentando hacer algo sin buscar su beneficio propio. La situación la tomó desprevenida y pese a que esa "niña" no es ni parecida al tipo de mujer que ella buscaba ni la clase de persona con quien entablaría amistad algo le decía que su historia no debía quedarse sólo en eso.
-Quizá somos más parecidas de lo que creí...-miró el lugar por el que la chica había partido con una pequeña risa formada en sus labios-Puede que esto sólo sea por sentirme bien conmigo pero si consigo que su infierno sea menos tormentoso habrá valido la pena-tomó sus cosas para regresar a casa dispuesta a encontrarse nuevamente con aquella chica y ser lo que ella no tuvo: una amiga.