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El error más dulce de mi vida. por Emi_Sakura

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Notas del fanfic:

  1. Los personajes principales pertenecen a Akira Toriyama y a quienes sean sus colaboradores, etc.
  2. La trama me pertenece exclusivamente A MÍ. Ahórrate problemas y no copies. Si vas a hacer algo muy parecido, dame los debidos créditos. Gracias.

 

Notas del capitulo:

Hallo.

Un nuevo fic. Una idea que tengo desde hace dos años y por fin materialicé en palabras. Me sentí muy bien al hacerlo. Mis disculpas si hay algún error o incoherencia. Espero lean y degusten, luego, los veré abajo en las notas finales. <3

 

Tocó el timbre, esperando a que un hombre alto y fornido de cara marcada le abriese la puerta del que siempre ha sido su hogar. Trataba de parecer algo calmado, a pesar de todo estaba muy entusiasmado por volver a ver a su progenitor, nada le confortaría más que fortalecer (o tratar por lo menos) su relación. Lo conocía bien, y su padre a él también, no le agradaría ver a su hijo sonriente como si nada hubiera pasado luego de haberse equivocado tanto en su corta vida.

No podía evitarlo. Si algo aprendió de su preciada madre es a siempre sonreírle a la adversidad. No sólo mentalmente, sino físicamente también. “Eres un niño precioso, dulce y alegre, jamás debes dejar de sonreír; por más dificultades que puedas pasar siempre sonríe que de alguna forma se solucionarán”. Fueron palabras de su madre, las últimas, de hecho. Así, nunca pero nunca dejó de sonreír.

Acomodó mejor su carga en los brazos al oír chillar levemente las bisagras algo oxidadas de la puerta.

—Hola, papá. —pronunció algo tímido. Por un momento el hombre mayor se sorprendió, segundos después sus facciones volvieron a su posición habitual, luego pasaron a una forma que denotaba algo de decepción, sintió algo crujir en su pecho al presenciarlo.

—Así que los rumores eran ciertos. —habló neutro.

—B-Bueno… —bajó su mirada centrándose ahora en sus zapatos.

—Pasa. —dijo suavemente luego de inhalar y exhalar.

El hombre más alto hizo un gesto para que entrara, el menor intentó tomar los dos bolsos que traía consigo pero no pudo al sostener el otro bulto en brazos. Su padre se sintió ligeramente apenado o dolido, era difícil saberlo, así que se dispuso a tomar los dos objetos mientras evadía la mirada agradecida del joven.

—¿Quieres algo de té? Hacía mucho frío allá afuera. —sugirió normalmente, logrando encararlo.

—Sí. —no pudo evitar sonar algo necesitado. Sonrió al sentir el aroma que sólo su hogar poseía, los muebles estaban como siempre… las cortinas… el cuadro de su madre… Todo estaba igual, agradeció eso. Suspiró, luego tomó asiento al ver aproximarse a su padre con dos tazas de humeante té de hierbabuena.

—Estaba ansioso por que lo conocieras. —mencionó esbozando una pequeña sonrisa muy emocionada mientras acomodaba mejor al bebé.

—Goku…

—¿Sí? –contestó con una sonrisa en la boca, mirando al pequeño, sonriendo, como si nada hubiera pasado.

—Ese niño es tu hijo. —trató de buscar la mirada del mencionado, éste sólo tenía una pequeña sonrisa mientras tocaba suavemente al pequeño, la sonrisa se distorsionó un poco, viéndose ahora como una mueca nerviosa.

—Sí… ¿Es precioso no crees? —descubrió mejor al bebé— Mira, pequeñín, abuelito. Abueliiitoo… —hablaba y señalaba con la pequeña manito, ignorando el semblante y el sentido de la pregunta de su padre con ayuda de la voz infantil con la que le hablaba a su pequeño hijo.

—Goku. ¡Es tu hijo! —levantó moderada pero bruscamente la voz sobresaltando un poco al menor y logrando captar por completo su atención— ¡Es-tu-hijo! —repitió haciendo énfasis pausadamente.

—…Yo… lo sé… —su voz se distorsionó al igual que su rostro.

—¡Tienes dieciocho años! —colocó con firmeza la taza de té en la mesa enfrente.

—¡Lo sé! —la voz empezaba a quebrársele. Apretó fuertemente sus ojos mientras mordía su labio tratando de contenerse.

—¿¡Cómo puedes decir simplemente ‘lo sé’!? —el más bajo sintió temblar su cuerpo por aguantar tanto sus lágrimas, pese a ello, sostenía firme al pequeño.

—¡¡No lo sé!! No me grites, ¡¿sí!? —ahora empezó a llorar para su propia vergüenza.

—¿¡Cómo no quieres que te grite si me parto el ser para enviarte a la universidad!? ¡¡Día y noche trabajando en la maldita construcción para que me salgas con esto!! —el joven ahora lloraba sin contenerse de manera alguna, abrazando levemente a su criatura—. Ah. —suspiró— Quería… que tuvieras algo mejor que lo que tengo yo ahora… —susurró calmándose rápidamente, su voz empezaba a quebrarse igual.

—Lo siento… -murmuró con voz nasal.

—Yo… necesito pensar, ¿sí? Lo que más requieres ahora es apoyo… pero creo que en esta situación, no puedo dártelo, estoy… conmocionado, aún no creo que mi hijo que nunca pero nunca tuvo pareja en secundaria, me haya dado un nieto a los dieciocho… Sube, tu habitación está igual como siempre. Yo subiré a pensar un poco mejor las cosas. Buenas noches. —cortó algo desanimado. Apretó al pequeño quién dormía plácidamente en el seno de su madre; al igual que su padre, estaba muy confuso, todo lo que había pasado… las falsas promesas, ilusiones… Ya no sabía qué pensar.

La actitud de su padre le sorprendió, pensó a primeras que lo que iba a hacer era echarlo de su casa y no reconocer a su pequeño nieto; eliminando cualquier rastro de temor, se armó de la valentía suficiente; no podía esconder al niño por el resto de su vida y menos cuando su padre se había enterado ya por medio de terceros.

Subió las escaleras de madera rústica en silencio, abrió con cuidado la puerta de su habitación. Estaba igual… como siempre… como cuando la dejó para ir a la universidad hace dos años aproximadamente. Sólo quería descansar. Sacudió un poco la cama y allí ubicó al bebé en lo que buscaba en los bolsos que amablemente le subió su padre, una pequeña cuna desarmable. Sacó las piezas y en minutos la tenía lista.

—¿Por qué no has llorado? Te toca la comida de las 8… —habló para el pequeño con un semblante extraño. Le tomó suavemente y de la misma forma lo dejó reposar en la cunita junto a su cama. Sin preocuparse más de lo necesario, dejó dormir al niño, él, por su parte, se reconfortó de una manera inimaginable al sentir el característico aroma de su adorada almohada.

“Recuerdo cuando mamá se sentaba aquí… Y me leía de esas historias que me ayudaban a dormir siempre…” —pensó con una efímera sonrisa. Aspiró una vez más el aroma antes de dejar rodar por su mejilla una lágrima solitaria.

—Mamá… No sé qué hacer… Ayúdame por favor… —murmuraba entre sollozos mientras a esa lágrima se le sumaban muchas más.

Entre sollozos e hipos, logró quedarse dormido.

 

 

Despertó en la madrugada, por un suave y a la vez estridente llanto agudo que por supuesto también escuchó su padre. Bardock no pensó nada malo, sin embargo, su instinto le empujó a ir a revisar la situación en el cuarto de su hijo.

Fregó sus ojos por todo el camino. Dos golpes suaves con los nudillos a la puerta antes de girar la manija lentamente.

—Goku, ¿está todo bien? —habló bajito. El aludido se sorprendió un poco, sus mejillas más pálidas de lo normal tomaron un sutil rosa en ellas.

—S-Sí, sólo que… se despertó, no había comido… —su mirada se ensombreció mientras daba de mamar a su pequeño hijo.

Bardock miraba fijamente a la criatura alimentarse, sus ojos neutros ante el momento trataban de superar el trance; el impacto anterior no lo había abandonado. Agudizó su vista apretando el ceño. El joven nunca se sintió más incómodo, pero comprendía. Luego de varios minutos succionando, el pequeño llenó su estómago de su alimento vital y se desprendió del pecho de su madre.

—Sabes que debes golpearle suavemente la espalda una vez termina para sacarle los gases, ¿cierto? —casi murmuró aun observando la escena. Goku de inmediato volteó hacia su padre con algo de sorpresa, a la vez, limpiaba la boca del bebé y a sí mismo.

—Por eso lloraba mucho en las noches… —tomó al pequeño y lo colocó boca abajo en sus rodillas. Bardock de inmediato reprendió.

—Así no. Lo harás vomitar. Debes colocarlo en tu hombro. —murmuró con paciencia.

—Ah… claro… —un poco apenado, hizo lo sugerido.

Pasó  un largo silencio incómodo

—Bueno… supongo… que descanses. —cerró detrás de sí la puerta.

—Igualmente, papá… —una vez fuera el hombre mayor, Goku abrazó con mucho amor a su hijo mientras tomaba su almohada y le susurraba emocionado.

            —¿Viste eso, mamá? Se preocupó por mí… Aun se preocupa por mí… —casi lloraba de la felicidad. El pequeño tomó un largo bostezo en miniatura, ante tal acción, un joven feliz inhaló y exhaló pesadamente mientras colocaba al niño en la cuna, para un reparador descanso juntos.

—Vamos a dormir, pequeño. Mañana nos harán muchas preguntas, y conoceremos mucha gente… Será un día largo para pensar y explicar… Buenas noches, mamá… —habló a la almohada; ahora dirigiéndose dulcemente a su cría—. Buenas noches, Veg…

Notas finales:

 

¿Qué tal? ¿Tiene madera de Fic?

Pueden dejar un comentario al respecto en los reviews más abajo, valga la redundancia.

¿Ya sacaron conclusiones? ¿Qué tal el prólogo?

¿Ya se van haciendo idea de quién es el villano aquí? Literal…

A lo largo del fic, es decir, de ahora en adelante, abriré una encuesta. Algo muy sencillo. Los que vendrán de FB ya sabrán… No tengo Seme definido para este Uke. Tengo 4 opciones, todos ellos saldrán en el Fic pero debo decidir quién sería la pareja oficial que se vendría desarrollando en la historia. Candidatos:

-Broly—Bills/Beerus(obviamente versión humana, si gana subiré el boceto que hice de cómo vendría siendo en mi fic)—Kakarotto—Turles.

Pueden dejar su comentario a ver si me ayudan a decidir cuál les gustaría más. Estará abierto durante todos los caps siguientes de este fic. Un capítulo antes de la ‘hora de la verdad de Goku’ cerraré la encuesta/votación. Es primera vez que hago una cosa de estas… Como generalmente escribo un neto VegeKaka…

Bueno, suerte y que gane el mejor Seme. (No arena :v)

Les recuerdo la página donde anuncio mi actividad con el Yaoi y publico contenido rikolino de CualquierSemeQueQuieras x Goku:

> Zelda

Nos veremos pronto, ya ni recuerdo qué fic debería actualizar… En fin, gracias si leyeron todo, los quiero mucho y nunca me cansaré de agradecerles por todo el apoyo que me han brindado desde que llegué a AY. Inmensos besotes y abrazotes virtuales. Lo amo.

Tschüss!

 

-Remiya.


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