Capítulo 4
(Presente)
– Oye, despierta. ¡Oye, despierta! –grita un sujeto.
Frunzo el ceño y abro los ojos con dificultad. Me siento débil. Somnoliento y agotado.
“Quiero seguir durmiendo, deja de molestar”
Me giro hacia el otro lado y trato de seguir durmiendo aprovechando este cansancio, pero el sujeto continúa gritándome y no puedo dormir.
Abro los ojos molesto, dispuesto a decir un par de cosas, pero luego recuerdo dónde estoy… y qué pasó… eso último lo recuerdo cuando caigo sobre el hombro izquierdo y miles de agujas de dolor se clavan en esa zona.
– ¡Agh! –grito apoyándome en el otro lado.
– Hasta que al fin despiertas, niño –.
Es el bastardo número uno, el primero en venir a visitarme. Lo reconozco por su voz relajada y descuidada.
– Te he traído un par de cosas extras, fuera de lo habitual. Lamentablemente Randy fue… ligeramente regañado por su conducta y no creo que vaya a volver por problemas de salud –“así que se llamaba Randy, ese otro bastardo” – Así que ahora estoy a tu cuidado permanentemente. Parker se ha negado a seguir viniendo por temor a matarte en un próximo encuentro, y si te mata, entonces la misión se va al carajo –suelta una risa divertida y comienza a mover cosas dentro de una bolsa– Si te mata, entonces todo hubiera sido para nada. Luke, eres parte de una misión muy importante.
– Misión… ¿Qué cosa es eso en donde la vida de las personas es recluida de su libertad por derecho? No entiendo ¿Quieres que me sienta orgulloso de formar parte de ello?
– Lo sé –suspira y comienza a quitarme la ropa del lado izquierdo, su mirada se ha tornado más amable de lo que imaginé… su voz se ve un poco distorsionada por la máscara, pero de igual modo sigue siendo un tono suave– Sé que esto es difícil para ti, pero lo entenderás. Nosotros sólo cumplimos con lo que nos piden. Pronto vas a ver la verdad. Ahora, quédate quieto o te va a doler –.
Comienza a desinfectar la herida y los sonidos de dolor que hace deben de ser por cómo luce la zona afectada. Duele, pero ya no duele comparado a cómo dolía cuando Parker indagaba la herida con sus dedos para sacar la bala.
– Creo… que voy a vomitar –dice mirando a otro lado pero sin dejar de vendar alrededor del hombro.
Miro hacia otro lugar porque tampoco quiero ver la herida. Debe de ser horrible.
– Aunque Parker hizo un buen trabajo sacando la bala y deteniendo la hemorragia.
– No lo sé, quedé inconsciente.
– Bueno, lo hizo… y listo. Estás como nuevo –se ríe– Ahora a comer.
– No quiero –mascullo mientras me vuelve a vestir– No tengo hambre.
– Nada de eso, que hoy cocinó Parker. La comida de él es la mejor que he comido en ningún restaurante –.
Dejo que me dé de comer y efectivamente descubro que es delicioso… lástima que no logro comer más de tres cucharadas porque siento ganas de vomitar. El sujeto me tapa la boca y me obliga a no hacerlo y así se lo pasa, dándome comida y obligándome a mantenerla dentro… pero no logro comer ni siquiera la mitad del plato.
De alguna forma este hombre me inspira confianza, tal vez se deba a su tono de voz tan relajado. Parker, luego de lo que me hizo ya me da miedo y el otro, Randy, ni hablar, sin embargo éste, el chico sin nombre… me hace sentir un poco mejor… me hace sentir cálido… como Renner me hacía sentir.
– ¿Cuánto tiempo llevo aquí? –murmuro antes de que se vaya.
– Un par de meses –responde deteniéndose antes de salir.
– ¿Cuántos exactamente?
– Un año desde que te secuestramos, probablemente estamos en el mismo mes en que desapareciste…
– Gracias.
– No agradezcas. Nos vemos mañana –.
Cierra la puerta con llave y escucho sus pasos alejarse lentamente. Tal vez… este sujeto no sea tan malo… tal vez… con él pueda encontrar algo de ayuda.
***
Días. Noches. Días. Noches. Una, dos, tres, cuatro… ¿o cinco? Siete… no, no lo sé. Ya perdí la cuenta. Cada vez que trato de mantener la cuenta de los días que transcurren, termino perdiéndola. Me confundo y lo olvido… supongo que la memoria ya me está fallando por la falta de comunicación y los otros factores agotadores.
Sólo tengo contacto con un hombre ahora y ese es el primero de ellos, el despreocupado y amable. Es raro, pero he comenzado a encariñarme con él, la rutina ha logrado infundirme algo de confianza en este encierro interminable.
Lo observo en silencio siempre que me visita, él habla y habla de cosas al azar mientras me da de comer y cuida de la herida en mi hombro, me he sentido tentado a preguntarle su nombre, y últimamente también de pedirle que se quite la máscara.
Creo que él lo intuye. El lazo invisible que ha creado con su rehén, pero no dice nada al respecto. Tal vez cree que soy su mascota y por eso me trata tan cariñosamente a veces… lo único que le falta es que me dé palmadas sobre la cabeza…
– El día ha estado bastante agradable ¿no? –la comida de hoy es una sopa de color extraño pero misteriosamente sabe bien– Lástima que ya está llegando a su fin. El verano va a terminar en un par de días… las noches se tornarán más heladas… Parker ha estado hablando de que tendremos que trasladarnos a otro lugar para que no vayas a coger algún resfrío. El clima nos ha favorecido hasta el momento, las cartas están a nuestro favor, Luke. Si nos vamos de aquí… sólo te irás con Parker. Mi parte de la misión ya ha sido cancelada y todo acaba cuando te vayas de aquí… –se aclara la garganta y deja la comida de lado para sentarse frente a mí– Sabes, Luke… yo no debería hacer esto, pero no puedo evitarlo ahora que he tenido que lidiar contigo estas últimas semanas. Supongo que me he encariñado con la mascota del mes –.
Levanta su mano y por un momento pienso que va a golpearme. Por instinto retrocedo y cierro los ojos, sin embargo no hay ningún golpe, sólo una leve caricia en la mejilla que luego se desliza hasta mi garganta… abro los ojos con desconfianza. No entiendo muy bien qué es lo que pretende, pero no importa de todos modos. Es él. No va a hacerme daño… es lo que me trato de convencer.
De repente quita su mano. Se encorva, bajando la cabeza todo lo que le da entre los hombros. Suspira audiblemente y susurra unas palabras que no logro comprender, entonces con una mano se quita la máscara dejando al descubierto su rostro… el rostro del que tanta curiosidad tenía.
Lentamente levanta la cabeza para mirarme. Cuando alza por completo la mirada, choca esos ojos oscuros con los míos y la sensación que me recorre es algo que sólo puedo comparar a escalofríos, pero no sé si mis instintos son una advertencia o una reacción a otra cosa.
– Estoy en problemas –murmura con una sonrisa relajada.
“Entonces así es como luce su sonrisa”
Apoya el brazo sobre una pierna y se despeina el cabello que a simple vista se ve un poco largo. Un rostro pulcro y de suaves facciones puede engañar a cualquiera, sin embargo la mirada pícara y traviesa no pasa desapercibida.
Tengo miedo pero no ese miedo de huir, sino que miedo de lo que esos ojos son capaces de comunicar. Se lame los labios con esa sonrisa que he quedado mirando y se tapa el rostro con la mano que tiene apoyada sobre la rodilla doblada. Suelta un risa nerviosa y niega con la cabeza.
– Que esto no salga de estas cuatro paredes, Luke ¿vale? –pone un dedo sobre sus labios y me guiña un ojo.
Saca un cuchillo del cinturón y se acerca para quitarme las ataduras de las muñecas y tobillos. La libertad de mis articulaciones se siente como lo mejor del mundo. Mi espalda es la más aliviada, y me dejo caer al suelo estirando los brazos a los lados para sentir más placer relajante al estirar los músculos.
Él me observa con una sonrisa cálida y luego se levanta hablándome desde su altura.
– ¿Crees que puedas caminar un poco? –me da una mano para levantarme y asiento como respuesta a su pregunta.
Me tambaleo bastante al ponerme de pie después de tanto tiempo. Cuando Parker me llevaba al baño siempre me cargaba para evitar quitarme las ataduras, él se encargaba de todo sin poner ninguna traba. Me daba vergüenza al principio, cuando tenía un poco más de energía siempre me negaba y le hacía un escándalo, sin embargo, luego de un tiempo, ya dejé de oponerme y me dejaba hacer.
Ésta vendría a ser la primera vez que logro caminar luego de un año… se siente extraño y creo que por esa razón trastabillo casi cayendo, de no ser porque él me sujeta del codo. Hace que pase un brazo por sobre sus hombros y así me ayuda a caminar. No sé a dónde vamos, pero salimos de la habitación y todo es oscuridad. Las ventanas están cerradas con tablas y cartón, evitando que se filtre la luz. No hay ninguna bombilla de luz porque el suelo está lleno de cristales rotos que crujen con cada paso que da el sujeto a mi lado. Lo poco que logro ver, es algo desastroso, como si hubieran entrado a la casa a saquear todo lo que había.
– No pises con el pie entero, camina de puntillas hasta que consigamos algo de calzado para ti –dice sujetándome de la cintura y elevándome un poco del suelo.
Hago como dice y continuamos avanzando en la oscuridad. Llegamos a un cuarto pequeño, al caminar dentro, mis pies sienten lo frío del suelo y tiemblo un poco, un par de pasos más adentro veo que esto es el baño. Hay un espejo… no, trozos de lo que era un espejo que iba desde el suelo hasta el techo, pero todavía queda un trozo de cristal lo suficientemente grande como para poder echarle un vistazo a mi rostro… al desastre que soy.
Tierra, sangre… sólo suciedad en un rostro que alguna vez fue limpio.
– Apóyate en la pared un momento –dice.
Se aleja caminando a lo que parece ser la bañera, pone a correr el agua y el vapor comienza a salir abarcando en poco tiempo toda la habitación.
– Aquí hay un par de toallas, jabón, shampoo y lo necesario para asearse, puedes ocupar el perfume, la rasuradora, todo lo que hay aquí dentro ¿vale? No tienes que pedir permiso, al fin y al cabo esto ha estado aquí desde que llegamos… la mayoría de las cosas están nuevas… –se cruza de brazos y me queda mirando– ¡Ah! Bueno, yo te dejo solo. Cuando hayas acabado golpea a la puerta dos veces –.
Sale cerrando el lugar con llave y me quedo solo en una habitación en la cual me permito relajar todo… me aseo completamente y no sé cuánto tiempo estoy encerrado aquí, pero cuando estoy listo me veo mucho mejor de cómo había entrado.
Al menos ahora estoy presentable, sin embargo mi rostro está más hundido, noté, mientras enjabonaba mi cuerpo, que he bajado mucho de peso. Los huesos de mis caderas se notaban más de lo usual, al igual que las clavículas un poco hundidas. Las mejillas hundidas también delatan el mismo resultado.
No quiero usar la misma ropa de nuevo, así que me armo de valor y amarro la toalla negra a mis caderas, doy dos toques a la puerta y esta se abre a los segundos después.
– ¿Cómo estuv…? –abre los ojos sorprendido y se aclara la garganta mirando a otro lado– Eh… Luke…
– ¿Tienes algo de ropa que puedas prestarme? –murmuro bajando la mirada a sus pies calzados en botas de combate negras.
– Ah, claro… espera aquí, lo siento, debí traerte ropa y calzado, no lo pensé antes –camina rápidamente por el pasillo de la izquierda, contrario por el que llegamos, y vuelve a los minutos después con un par de camisetas y pantalones deportivos.
Cierro la puerta nuevamente para vestirme. La ropa tiene un agradable olor, es cálida y me queda bastante grande, pero no importa porque es cómoda para mí. En el sweater que me ha pasado el sujeto, se nota un ligero olor a quemado… como el olor que quedó en la habitación cuando Parker me disparó a quemarropa.
– Voy a dejar aquí fuera un par de zapatos, creo que son de tu talla –.
Suspiro acomodando la ropa para que no esté tan floja y salgo nuevamente. Me pongo los zapatos, que de casualidad me quedan buenos, con el par de calcetines que están sobre ellos, pierdo el equilibrio mientras abrocho uno de los cordones, pero me apoyo en la pared terminando la acción. Cierro los ojos y me quedo ahí mirando la puerta, la sombra que se ve al lado se remueve un poco para acercarse.
– ¿Estás listo?
– Sí –susurro.
– ¿Necesitas algo?
– No –me levanto a duras penas y pruebo a dar un par de pasos hacia adelante, hasta él– ¿Ahora qué viene?
– Ahora… –suspira y me toma de un brazo– Vamos a descansar –.
Todo esto es tan extraño… sé que viene algo más, ese “descansar” es un poco raro viniendo de él. Se supone que él es el secuestrador al que le están pagando, presiento que quiere hacer algo más que cuidarme, de otro modo no me habría dado tantas facilidades para estar decente.
Caminamos por el pasillo de la izquierda, alejándonos cada vez más de la habitación que ha sido mía por meses. Hay una mesa con cuatro sillas, la mesa apenas se ve porque está llena de papeles, hay un par de armas, granadas y demás cosas que desconozco. Hay libretas que se lucen como pasaportes, tarjetas que parecen de crédito… hay muchas cosas que no se encontrarían con personas normales, pero de alguna forma aquí se ven como algo normal.
Me lleva a una pieza igual de oscura que el resto del lugar, la cama es gigante y se encuentra deshecha de un lado que es donde él debe de dormir.
– Puedes dormir aquí –dice dejándome caminar solo.
– ¿Seguro? –pregunto caminando hasta la cama pero sin sentarme sobre ella– ¿No hay trampas?
– Eres muy astuto –se ríe– Pero no hay trampas por el momento, así que descansa –.
Me empuja contra la cama y caigo fuerte, no me muevo cuando lo veo acercarse, simplemente lo observo, de todos modos, él sólo me estaba domesticando, siempre fue eso. Como si pudiera negarme frente a un hombre que está en mejores condiciones físicas que yo.
Sujeta mis tobillos y levanta mis piernas para meterlas bajo las sábanas.
– Descansa –murmura sonriendo.
Acomoda las mantas tapándome hasta las orejas y se va retrocediendo, esa sonrisa promete tantas cosas que en algún momento hubiera repudiado, me hubiera asqueado, hubiera luchado, pero ahora ya no tengo fuerzas. Y de todos modos para qué, si ya he desaparecido en el mundo, encerrado en este lugar por un año, nadie debe de estar buscándome a estas alturas… me gustaría pensar que Renner está preocupado por ahí… pero de seguro ya se ha olvidado de aquel novio que una vez tuvo.