Capítulo 6
Parker vuelve un par de horas después… al menos parecieron horas para mí. Se detiene en el umbral de la puerta observándome. Yo no me he movido de donde estoy sentado. No sé qué habrá pasado con el otro sujeto, pero no escuché ningún sonido de balas, así que deduzco que no lo ha matado.
– Nos vamos –murmura sin moverse.
Se gira después de darme una mirada con una orden silenciosa para que lo siga.
Busco los zapatos en algún lugar bajo la cama y me apresuro a estar listo para no perderle el paso a Parker. Debo de agradecer que al menos no me está maniatando. Un poco de libertad luego de todo este infierno restringido, alivia brevemente el cruel final de mi vida impuesto por este sujeto, el líder de este ridículo plan sin fundamentos.
Una vez llego a lo que parece ser el comedor de este lugar, Parker se acerca con algo en las manos, lo digo por la sombra que veo, ya que todo continúa sumido en la oscuridad, salvo por los delgados rayos de luz que se cuelan por entre las aberturas de las ventanas cubiertas de cartones y tablas.
No dice nada. Yo por mi lado tampoco. No tengo ánimos de interrogarlo para no obtener respuestas. Así que trato de no sobresaltarme demasiado cuando toma mis muñecas para amarrarlas detrás de mi espalda, luego pone una bolsa de tela sobre mi cabeza.
Me sostiene del brazo, sin soltarme y yo no me muevo, esperando a que me empuje para caminar hacia a algún lado. A estas alturas ya ni siquiera me resisto. ¿Por qué? Por miedo a Parker y porque de qué me serviría escapar cuando no tengo idea de dónde estoy, mi oponente es mucho más fuerte que yo, sobre todo ahora que no tengo ni un cuarto de la fuerza que solía tener… no tengo ni un cuarto de la vitalidad que solía tener. Para qué escapar, no hace falta ser adivino para saber que este sujeto, que me sujeta del brazo, va a encontrarme antes de siquiera dar un paso con ese plan. Él es inteligente y de temer.
El movimiento de su mano haciendo contacto con las mías me vuelve al presente. Sus manos tibias sobre las mías heladas no pasan desapercibidas, esto no es algo de mi imaginación. Suspira audiblemente, más fuerte y a la vez más suave que sus habituales suspiros, a los que ya estoy acostumbrado a escuchar cada vez que está molesto.
Acoge mis manos entre las suyas gentilmente y vuelve a suspirar, ésta vez más despacio. Siento un suave peso sobre mi hombro derecho… ¿está apoyando su cabeza en mi hombro?...
No muevo ni un músculo.
¿Parker… apoyándose en mí?... no, no, voy a reformular mi pregunta de incredulidad ¿El secuestrador más implacable está apoyándose sobre el recluso?
– Nunca debí haberte dejado al mando de otras personas –susurra– Debí asumir todo por mi cuenta. Nada de esto habría ocurrido de haber sido yo quien… olvídalo –sujeta mi brazo con fuerza, recuperando de inmediato la actitud que ya conozco.
“¿Qué ha sido eso?”
¿Un momento de debilidad? No lo creo… ¿Por qué el secuestrador se encuentra tan arrepentido por lo que me han hecho? Es un poco extraño. Además, no es su culpa ¿no? Maldición, creo que estoy empatizando con el enemigo…
Caminamos, bueno, él me guía a donde vamos a ir, yo sólo sigo sus empujones. Por lo que escucho a mí alrededor… estamos en una casa pequeña con escaleras a la entrada. El trayecto hasta el medio de transporte está cubierto de piedras pequeñas que suenan como un crepitar de papel arrugado, con cada paso que damos. El ambiente se siente un poco cálido pero de igual forma fresco, asumo que debe de ser por la mañana todavía.
No es habitual escuchar el sonido del agua a lo lejos, como si fuera… el mar… a lo lejos se escucha un ligero oleaje… quizá estuve todo este tiempo encerrado en una cabaña veraniega. El problema es que no se escucha el sonido de personas alrededor, lo que sería habitual si se tratara de un lugar para descansar…
“¿Dónde estoy?”
Nos detenemos de pronto, Parker abre la puerta del vehículo y me ayuda a subir. Me pone el cinturón de seguridad, suelta mis manos amarradas dejándome libre… lo cual es un poco sospechoso… además de que me dejó sentarme en el asiento del copiloto.
Lo sospechoso se debía a que no iba a disfrutar del paisaje como un pasajero normal dentro de un vehículo. El piquete agudo que se clava en mi cuello me pilla de sorpresa, no alcanzo siquiera a reclamar antes de que me pesen los párpados y pierda la conciencia inducido por alguna droga somnífera.
***
Suave sonido. Un chisporroteo. El aroma leve del humo en el aire. Pasos lentos moviéndose hacia la distancia hasta que son amortiguados cuando la persona desaparece dentro de una habitación. Parpadeo despacio, muevo mi cabeza tratando de quitar esa pesadez de mis extremidades. Mover mis manos me toma más tiempo, ni qué decir tiene que no puedo mover el cuerpo.
A mi lado hay una fogata recién tomando fuerza. Por la ventana que se encuentra al fondo de la estancia, se ve que la noche ha caído hace horas, lo que me hace pensar… que quizá hemos viajado durante todo el día. O tan solo es que he estado durmiendo todo el día debido a lo que me inyectó.
Hay una colcha que cubre mis pies y una cómoda almohada bajo mi cabeza… demasiadas comodidades para un rehén. Quizá hay algo detrás de esto al igual que con el otro sujeto ese, Dylan. Justo cuando comenzaba a tener una opinión distinta de Parker.
– Es bueno que despiertes al fin –murmura Parker apareciendo a los pies del sofá en donde estoy recostado– Creí que se me había pasado la mano con los sedantes –mira mi cuerpo, ascendiendo hasta que llega a mis ojos. Su máscara sin expresión lo cubre como siempre, y la capucha de la chaqueta le cubre el cabello– Eres libre de tomar un baño, asearte, quitarte todo… eso… –masculla– Del cuerpo. Cuando termines, dirígete a la cocina –.
Da media vuelta caminando a otra habitación que, deduzco, es la cocina. Se enciende una luz y la puerta se cierra lentamente.
Me levanto con una leve molestia en las caderas y un punzante dolor en mi entrada. Tomo la oportunidad que me ha dado para asearme, sin dudarlo. Busco el baño abriendo todas las puertas cerradas, hasta que al fin he dado con la indicada.
Echo a correr el agua y espero hasta que la bañera se llene para darme un baño largo y tendido, a ver si así logro quitarme esa sensación que me invade, incluso hasta los poros.
***
Salgo de la habitación adormilado por el agua caliente, la piel me arde porque me restregué con tanta fuerza que en algunas partes llegó a salir sangre. Sinceramente me sentí un poco mejor al ver mi piel al rojo vivo… alivió algo dentro de mí, una parte de mi conciencia que estaba frenética por deshacer la traumática experiencia de mi cuerpo.
Definitivamente hay heridas físicas. Las descubrí mientras me limpiaba con la toalla. No sé qué es lo que debería hacer para disminuir el dolor palpitante de mi entrada, tampoco sé qué es lo mejor para hacer con ello, solo espero que no sea algo grave.
Abandono la habitación a paso lento. Llevo la toalla húmeda en mi mano y me dirijo a la cocina. Doy dos toques antes de entrar. Abro la puerta lentamente para ser recibido por un tentativo olor a comida casera.
Parker está moviendo algo en una sartén con una cuchara de palo, de espaldas a mí. Sé que me ha escuchado entrar, pero no dice nada. Se ha quitado la chaqueta quedando solo con una camiseta negra que se estrecha a sus hombros y caderas… bonito cuerpo por no decir demasiado atractivo.
Suspiro. De no haber sido por las circunstancias en que nos conocimos, hubiera dejado que los sentimientos aflorasen. Supongo que le habría dado una oportunidad para enamorarme. Pensándolo bien, creo que mi sentimiento de confianza hacia él se debe a la similitud co…
– Toma asiento –murmura por sobre su hombro. Mueve la sartén nuevamente y las verduras saltan como si las estuviera cocinando un chef profesional… ¿Por qué el tan solo verlo me relaja a pesar de que me infunde miedo?
Tomo asiento en el lugar en donde está el plato con los cubiertos y el vaso de agua. Dejo la toalla húmeda colgada del respaldo de la silla. Frente a mí, a unos pasos más allá, hay una ventana. Una ventana que tiene vista a un bosque oscuro, supongo que la luz de la luna es lo único que ilumina entre las arboledas y ramas frondosas.
“¿Estamos en una cabaña en medio de un bosque? ¿Qué es esto? ¿El escenario para una película de terror?”
Mi atención es capturada de nuevo por un flameante fuego. Me alerto de inmediato creyendo que se trata de un incendio, sin embargo la llama es controlada profesionalmente por el cocinero.
“Ahí va otra vez” pienso.
Cada movimiento… ¿Por qué es tan…?
– Come, antes que se enfríe –ordena dejando un plato humeante frente a mí.
El olor me hace olvidar todo porque de inmediato mi estómago ruge de forma vergonzosa. Las comidas de Parker siempre son deliciosas y el olor no me defrauda.
Sujeto el tenedor para comenzar a comer, sin embargo me detengo a pesar de que tengo la boca echa agua.
– ¿Tú no co… mes? –termino la oración luego de ver que estoy solo. Parker se ha ido.
Ataco la comida sin poder contenerme más. Debido a que me obligaban a comer, he comenzado a hacerme al hábito de tener algo en mi estómago, al menos una vez al día. Por lo menos ya no vomito todo lo que como.
Acabo luego de unos quince minutos. Mi apetito está saciado por completo. Levanto los trastes sucios para lavarlos de inmediato.
Cuando acabo, salgo dirigiéndome al sofá en donde estaba durmiendo antes de despertar por completo. Parker no se ve… bueno, no es como si viera mucho en la oscuridad, la única luz es la de los leños ardiendo en la chimenea. Tomo asiento frente al fuego cubriéndome con la manta. Cierro los ojos sintiendo la calidez que emana desde las llamas.
– Sólo quiero que esto acabe –susurro con mi voz rara por las lágrimas contenidas– Que acabe pronto, por favor –.
Me tapo el rostro con las manos y revuelvo mi cabello tirando de algunas hebras desafortunadas de sentir dolor. Pierdo la cordura. Con cada cosa que sucede ya ni siquiera sé qué corresponde a lo correcto. Ya ni siquiera sé nada. ¿Qué debería sentir en este momento? ¿Cómo debería conllevar todas las emociones? ¿Qué es todo este infierno con rostro de tranquilidad?
– ¡¡YA BASTA!! –grito perdiendo el control de mis pensamientos inquietos, atormentadores, dolorosos… me dejo caer hacia un lado del sofá, ahogando los sollozos en la almohada que me fue facilitada. Los gritos que quieren salir de mi interior se desbordan de su contenedor y se hacen escuchar.
Siento que me falta el aire mientras los gritos desgarradores me hacen daño pero a la vez cura algo. Un algo que necesitaba expresar fuera de mí. Ese algo que necesitaba ser expulsado para que el mundo lo escuche.
Las imágenes de los últimos meses se agrupan una después de otra como si fuera la exposición de una galería. Una galería bastante trágica y penosa. Finalmente, mis puños se rinden golpeando el cojín del sofá, mis gritos se van desvaneciendo hasta ser tan solo patéticos gimoteos.
Sollozos silenciosos. Supongo que he explotado después de todo.
– Oye, oye… oye, Luke… Luke… Luke, respira –murmura una voz, repitiendo insistentemente esa orden “respira”…
Frunzo el ceño al no encontrarle sentido a esa palabra.
Mis muñecas son tomadas con fuerza, pero no alcanzo a abrir los ojos. El sueño me vence.
***
“Todo acabará. Todo acabará. Todo acabará. Ya verás. Todo terminará. Todo se esfumará. Todo se irá. El dolor va a desaparecer. Los recuerdos van a huir. Todo lo que conoces, va a desaparecer”
Silencio.
Más silencio.
“Todo va a tomar rumbo, solo espera. Un poco más de paciencia y el plan terminará. Todo tiene un rumbo. El plan va a llegar a su fin dentro de poco. Sólo debo esperar una llamada. Con una llamada, ya no tendrás que verme nunca más. Con una llamada, vas a desaparecer de aquí. Con una simple confirmación, nos separaremos para encontrarnos en otro camino.”
Silencio.
No quiero abrir los ojos, porque lo que estoy escuchando, son susurros. Palabras que suenan un poco desesperadas. Parker.
“Todo va a cambiar, Luke. Lo siento. No puedo protegerte. Ya no puedo protegerte. Cuando el plan se acabe, cuando la fecha final llegué, ya no podré protegerte. Sé lo que vendrá. Sé lo que te va a pasar, pero no puedo hacer nada”
Mi corazón se acelera al escuchar esas palabras. Una sentencia silenciosa es dada entre esas palabras.
“Lo siento. Perdóname. Nunca quise esto para ti. Lo siento, Luke. No sé por qué de entre todas las personas en el mundo, tuviste que ser tú el elegido. No sé por qué de entre los billones de personas en el mundo, fuiste tú el que terminó aquí… no sé, Luke, no sé. No debiste ser tú. Creí que iba a ser otra persona, pero finalmente terminaste siendo tú. Lo siento, Luke. Perdóname”
No digo nada a pesar de todas las preguntas que tengo. Todas las confusiones que sus palabras dichas en susurros han ocasionado. ¿Qué es lo que va a suceder? ¿Por qué se disculpa tanto?
No escucho nada más que silencio.
Silencio, su respiración lenta y sus movimientos sigilosos.
Escucho que la puerta se abre con un leve chirrido, y en ese preciso momento, su teléfono vibra a intervalos. La vibración se detiene.
– Habla Parker –murmura. Espera unos segundos en silencio. Suspira con pesadez, como si se estuviera resignando a una idea que no le gusta– Está todo listo –confirma– Todo listo –repite como si estuviera convenciéndose de algo– Estaré allá en una hora –.
De alguna forma. La sentencia que creí que estaba más lejana… estuvo oculta detrás de una llamada, esperando a que bajara la guardia para atacarme con más impacto.