Capítulo 7
Me levanto de la cama apenas la llamada se acaba. No espero a que Parker me lo ordene y él se sorprende por mí actuar.
– No estaba dormido –digo dándole la espalda– Así que está bien… ¿Por qué te disculpabas con tanta insistencia? –.
Se va de la habitación sin responder. Suspiro con cansancio recorriendo mi cuerpo y mente, doy un paso adelante para seguirle, sin embargo debo detenerme de inmediato.
– Aquí tienes ropa. Tienes cinco minutos –murmura.
Siempre murmurando. Nunca hablando con un tono normal, sino que siempre bajando la voz, como si temiera gritarme.
Abro el bolso de lona que tira sobre la cama y comienzo a sacar la ropa para vestirme. Sorprendentemente todo me queda a la medida, como si hubiera sido escogida especialmente pensando en mí. Incluso los zapatos, toda la ropa es cómoda, me hace sentir como en casa, aunque eso está muy lejos de suceder.
Doblo la ropa de la que me he deshecho y la guardo dentro del bolso para luego llevarlo conmigo al salir de la habitación.
Parker me aborda de inmediato.
– Manos –murmura con un deje molesto.
Suelto el bolso en el suelo mientras llevo las manos a la espalda. Ata la cuerda firmemente, sin tener cuidado en si me hace daño o no. Acto seguido pone una bolsa de tela en mi cabeza.
– Camina –me empuja con fuerza y trato de no tropezar al no saber hacia dónde voy.
– ¿A… A dónde vamos? –no sé de dónde saco el valor para preguntarle esto cuando sé que no anda de buen humor.
No responde. En vez de responder me agarra del cuello ejerciendo presión hasta que me saca un grito de dolor. Advertencia suficiente para hacerme callar.
Aún no es de día, tuve la oportunidad de ver ese detalle antes de abandonar la casa, creo que debe ser cerca del amanecer.
El trayecto al auto es parecido al anterior. Subo al asiento del copiloto, sorprendiéndome cuando no me desata las muñecas. En cambio amarra el cinturón de seguridad por mí, luego cierra la puerta un poco más fuerte de lo necesario.
No entiendo por qué está tan molesto. Aunque… qué más da. Hay muchas cosas que no entiendo y no he tenido ninguna respuesta tampoco, ya que si las pido, no me las dan. O me golpean. O me dan una respuesta completamente disparatada, lo que significa que se están burlando de mí.
Me inclino hacia adelante para que no me duelan tanto los músculos de los brazos y la cintura. Dejo que el cinturón de seguridad me contenga. Parker sube al vehículo luego de unos minutos. Enciende el motor y acelera de inmediato.
No hace falta que pueda ver para notar que va muy acelerado. Demasiado.
– Luke –bajo. Su tono es muy bajo, no es como escucharlo en un lugar silencioso, sus murmullos aquí son muy bajos debido al sonido del motor– Sólo quiero que recuerdes lo que vivimos. No manches nuestros recuerdos, a pesar de todo lo que te hice. Mantenlos iluminados por los sentimientos que construimos juntos. Sé que me quieres. Sé que te gusto. Sé que soy tu esperanza. Sé que has depositado en mí la confianza de tus sentimientos. Por eso te pido que los mantengas de esa forma, sin importar lo que vaya a ocurrir. Recuerda esto… –espera unos instantes antes de seguir. No sé qué pensar sobre esto, pero no me enfoco en analizarlo, sino que sólo me dedico a escuchar y a retener las palabras– Nosotros cruzamos nuestros destinos de una forma inesperada, amamos, sufrimos, lloramos, peleamos… pero siempre juntos –.
“Siempre juntos… siempre… recuérdalo. Eres mío. Lo serás por siempre. Estamos unidos, Luke. Te amo”… esa frase se reproduce en mi mente de inmediato. Renner me la dijo una vez cuando estábamos en la cama una noche. Nos mirábamos fijamente antes de quedarnos dormidos.
Y ahora la persona que me dice esas dos palabras no es otra que el líder de mi secuestro sin motivo. A decir verdad, es… un poco… raro. Parker. Siento que Parker es un poco inestable psicológicamente. Si analizo sus actos, recuerdo que siempre me trató de forma distante, con frialdad, hasta con cierto odio algunas veces. Después de todo cuando me disparó fue cruel, diciendo que él no era mi amigo, que sólo estaba ahí con fines específicos… que no importaba si conocía su nombre porque de igual modo iba a morir… ¿No es raro? Últimamente me ha estado tratando diferente ¿O es sólo mi imaginación? ¿O tal vez se debe a que últimamente he tenido la oportunidad de estar a solas con él?
No lo sé, pero sigo creyendo que es inestable. Quizá está un poco loco. Sobre todo escuchando esas palabras sentimentales saliendo de sus labios… “nuestros recuerdos”… no tenemos muchos recuerdos, pero de alguna forma se siente como que para él son importantes.
Con respecto a las cosas que él dice saber de mí, sobre mis sentimientos hacia él… tal vez son ciertas. Sólo tal vez… pero qué importan, si de todos modos se va a ir. Me pregunto… quién será la persona que está detrás de todo este secuestro. Al fin y al cabo, como Parker me ha dejado saber, él sólo está cumpliendo un trabajo.
Asumo que estoy camino a conocer al responsable de todo esto. Camino a conocer la respuesta a todas las interrogantes.
– No te despidas como si me fueras a abandonar –murmuro sin saber de dónde salió eso. Ni siquiera lo tenía planeado– Al menos miénteme diciendo que te quedarás y estarás ahí cuando me maten –mis labios tiemblan. Mi pecho duele de alguna forma familiar. Sentimientos que ya conozco comienzan a aflorar– Al menos no me dejes tan fácil si dices que siempre estaremos juntos.
– Siempre estaré contigo, Luke. Siempre lo he estado, desde que tuve que conocerte –responde.
Se me escapa un suspiro tembloroso, ya que trato de no llorar… pero Parker tiene que poner su mano en mi cuello dándome a entender que está ahí y me acompaña… eso da rienda suelta a mis emociones alteradas de miedo, dolor, sentimientos amorosos que me recuerdan mucho el pasado… todo.
– Todo acabará dentro de poco –murmura.
***
El trayecto es silencioso y extenso. Creo que las horas que pasamos viajando son eternas, tal vez se debe a las ansias de llegar pronto para saber de una vez por todas quién es el responsable de todo.
La velocidad del vehículo disminuye lentamente, hasta que se detiene con un leve sonido. El motor se apaga y ahora sólo escucho nuestras respiraciones.
Creo que Parker quiere decir algo… sin embargo, en vez de hacerlo, se baja y me ayuda a bajar para luego guiarme como siempre.
Nuestros pasos resuenan una vez llegamos dentro de… donde sea que estemos. Los ecos me dejan saber que estamos en un lugar vacío y extenso, si es que no me equivoco.
Nos detenemos. Parker me suelta. Quita mi capucha y parpadeo varias veces antes de poder acostumbrarme a la luz artificial de los focos.
Es un almacén. Un gigante almacén desprovisto de todo, sólo la estructura de metal alzándose hacia el techo en donde focos están ubicados en cada esquina, iluminando la estancia vacía. El suelo de cemento provoca que la temperatura aquí sea un poco más baja de lo habitual.
Estamos solos los dos.
– No voy a abandonarte –susurra situándose frente a mí.
Me muestra una tela delgada de color negro. Hace un gesto indicándome que va a vendarme los ojos. Lo miro con nerviosismo pero no me muevo.
Ata la tela con un fuerte nudo y así como me fue devuelta la visión, me es quitada de nuevo.
No veo nada, ni siquiera puedo ver algo si trato de mirar por debajo.
Las manos se Parker son cálidas. Acarician mis mejillas, toca mi cabello y sus pulgares se mueven por mis labios tocando con suavidad. Aparta su tacto unos segundos para luego volver a tocarme gentilmente.
Siento una cálida respiración cerca, una respiración que se acerca más y más, unas manos cálidas que me sostienen, un cuerpo cálido que se acerca también.
“Tan cálido”
Cierro los ojos a pesar de que de todos modos no veo nada. Doy un pequeño paso adelante presionándome con él, con su cuerpo fuerte. Elevo el rostro buscando sus labios ya que es más alto que yo. Me permito dejar que los impulsos se hagan con el control, sin importar si es un desconocido, si es incorrecto, si no se debe hacer.
Nuestros labios se rozan un poco antes de que me bese. Sus labios acarician los míos con suavidad, siempre tan considerado. Acaricia. Lame. Besa con intensidad. Se hace con el control, manejándome como si fuera una marioneta. Me derrito en sus brazos. Nuestras lenguas se unen haciendo que la intensidad sea aún más fuerte.
“¿Qué es esto? ¿Por qué… es tan…?”
No puedo pensar más. Sus labios, su boca, nuestras bocas se devoran mutuamente, y justo cuando creo que quiero más, se detiene. Dejándome maltratado. Con los labios hinchados y el pecho doliendo. Esto fue como una despedida.
Tiemblo aguantando las ganas de recriminarle, suplicarle que me lleve de aquí. Que no hay nadie a la vista para que escapemos, para que se arrepienta de este secuestro.
– No volveré a cometer el mismo error –susurra en mis labios. Me da un suave beso y me suelta.
Se va. Se aleja. Sus pasos se oyen más lejos. Una puerta se abre, una persona se va. Y todo queda en silencio.
– Mentiroso –murmuro llorando. Como siempre… un mentiroso.
Me dejo caer al suelo de rodillas. Dejando que mi dolor se vaya con los sollozos. Últimamente sólo puedo llorar para aliviar el dolor.
El tiempo pasa. Me calmo y nadie viene. Todo sigue en silencio. Parker no vuelve y no me ilusiono con que lo haga.
Silencio. Segundos pasan… minutos quizá… horas también. Nadie viene
Un ronroneo a lo lejos. Como una especie de camión. Un vehículo se acerca. Se detiene fuera de aquí. Personas hablan, se dictan órdenes. Una rampa se abre, lo identifico por el chirrido. Cosas caen al suelo, como si fueran sacos. Más órdenes, luego silencio.
Me tenso. Alguien se acerca. Varias personas se acercan. Hablan en murmullos. No escucho lo que dicen, pero una vez la puerta se abre, dejan de hablar.
Continúan caminando. Giro la cabeza hacia el lugar de donde provienen las pisadas. Me irgo sobre mis piernas y espero. Las personas… creo que son cuatro, se detienen unos metros más allá de mí, excepto la que se acerca por detrás situándose detrás de mí. Lo hace en silencio, tan silencioso como Parker lo era, pero de igual modo lo escucho. De alguna forma, mis sentidos se han vuelto más agudos.
Cinco personas.
Otras más se escuchan fuera de aquí. Al parecer esto es realizado por alguien con mucho dinero como para tener a tantos empleados.
Me quitan la venda de los ojos y los mantengo cerrados. Espero unos segundos antes de abrirlos. Parpadeo para quitar la vista borrosa… y ahí está.
Un hombre alto. Con una fuerte estructura. Poderoso. De imponente presencia. Se encuentra de espaldas a mí, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Viste con ropas sencillas, nada de lo que creí que llevaría mi captor. Un jean oscuro, zapatos café, un abrigo café oscuro que le tapa hasta las rodillas. Un cabello negro azabache…
Los tres hombres sobrantes están distribuidos uno a cada lado suyo y el último está frente a él. Todos se ven inofensivos a simple vista, a excepción del rictus serio en sus rostros. Ese que da miedo con tan solo mirarlos.
Frunzo el ceño ante esta escena. Aún no logro verle el rostro. La persona detrás de mí suelta mis muñecas con brusquedad. Me masajeo la zona en donde está comenzando a cicatrizar la piel herida. Miro mis manos. Mis muñecas… frunzo más el ceño si es posible.
Subo la mirada por mis brazos, hasta el codo, luego veo hacia mi estómago. Miro mis piernas… ¿Qué es todo esto?
– ¿Qué es todo esto? –murmuro. Bajo el cierre del la sudadera que llevo y levanto la camiseta mirando la tela gastada– ¡¿Qué mierda es todo esto?! –grito.
Me levanto. Observo todo mi cuerpo. Desde mis pies hasta mi pecho. No entiendo nada. Levanto la tela del jean delgado para mirar los calcetines… todo… todo es…
– Hasta que por fin lo ves –dice la persona llamando mi atención alterada. Respiro más rápido porque estoy demasiado sorprendido– Ahora, tal vez deberías practicar ese saludo. No es así como recibes a tu novio, cariño –.
Gira cuando dice esa palabra. Gira dándome la cara. No hace falta verle el rostro ahora que he escuchado su voz. Lo miro lentamente, desde los pies hasta que llego a su rostro.
– No… –se me escapa en un susurro.
De todas las personas que me imaginé, jamás, nunca, ni siquiera en un escenario remoto, me lo imaginé a él. Si es posible que una persona se rompa dos o tres veces o más… esa persona debería ser yo. No hay forma de que vuelva a recuperarme luego de todo esto. Mucho menos cuando el culpable de todo mi dolor y desgracia siempre ha sido él. Renner.