Capítulo 8
– Bienvenido, cariño –dice con una sonrisa cálida.
No. Él no. No puede ser él. No después de todo este tiempo… sin embargo… si fuera él realmente, explicaría muchas cosas. Como que contratara a Parker para que me cuidara y nadie me haga daño… aunque falló estrepitosamente. También explicaría la ropa que estoy usando, ya que no es otra que la que siempre acostumbraba a usar en casa una vez llegaba del trabajo, los jeans rotos, los calcetines oscuros que siempre tenía entre mi ropa, los zapatos café oscuro que Renner me regaló, la camiseta delgada y un poco desteñida de tanto usarla y lavarla, la sudadera color burdeo que tenía los puños un poco deshilachados… toda esta ropa que utilizaba cuando estaba junto a él.
– Renner –digo con un hilo de voz– Renner… ¿Qué es todo esto?... ¿Qué… Qué has hecho?
– Luke, querido –da un suspiro incrédulo, niega con la cabeza, se lleva una mano a la boca tocándose el labio inferior– Querido, querido, querido… mi querido Luke. Tan amado. Mi novio tan apasionado. Mi hermoso amante… mírate… Cómo te han tratado esos malditos… por suerte me he deshecho de todos, excepto de uno –dice mirándome como si esperara una respuesta de mí, pero sólo dejo salir un aliento de alivio al saber que Parker sigue vivo– Ahhh, ya veo… así que me has reemplazado por un ladrón. Dime, ¿Te has enamorado de él? Después de que jurabas amor eterno por mí, te has enamorado de un completo desconocido, al que nunca le has visto el rostro. ¿Por qué, Luke? ¡¿Por qué?! –grita– ¡Me has reemplazado completamente por un ladrón!
– Renner… no es así –murmuro con la voz temblando. Me levanto tambaleante por los temblores que recorren mi cuerpo entero. El hombre detrás de mí me sujeta cuando casi me caigo– Renner… ¿Por qué has hecho esto? ¡¿Qué es lo que me has hecho?! ¡¡Te das cuenta de todo lo que me has hecho!! –grito. Por primera vez en todos los años que lo conozco, con todo el amor que le siento, por primera vez le grito– ¡¿Ves lo que me han hecho?! ¡Me has tenido encerrado en un cuarto, sin nada, ni siquiera una cama! ¡Eres un… maldito! –camino hecho una furia. Le grito cuánto lo odio por todo lo que me hizo, lo golpeo con todo lo que tengo y él se deja, hasta que me sujeta, y me abraza, me contiene entre sus brazos, ahogando mis gritos, mis sollozos, mis quejas descontroladas.
Trato de empujarlo lejos de mí, pero su agarre es fuerte. Sus brazos… tan familiares. Su calidez… Todo esto… tan familiar.
– Siempre juntos –murmura– Recuérdalo, Luke, siempre juntos –.
Dejo de moverme.
Mi corazón se paraliza.
Abro los ojos todo lo que puedo y retrocedo un paso.
Él retrocede para mirarme el rostro. Su mirada compasiva. Sus ojos oscuros. Su rostro…
Miro hacia el suelo recordando tantas cosas. Tantas palabras, tantos actos, tantas miradas, tantos tactos familiares, tantos murmullos cuando podía hablar normal, tantos sentimientos cálidos conocidos.
¿Cómo es que no lo noté antes?
– ¿Cómo? –digo levantando la mirada con los ojos llorosos– ¿Cómo es que no me di cuenta antes? –su mirada cambia a una fría… y eso ya es lo último que lo confirma– Parker –susurro.
– Vaya, lo has descubierto antes de lo que imaginé –murmura– Quería divertirme un poco más, pero bueno, me has descubierto –guiña un ojo divertido, toma mi mano y me da un beso en los nudillos– Creo que ya sabías… que tengo muchas identidades, una de ellas es Parker. Un atractivo sujeto ¿no? si te enamoraste de él con sólo mirarlo. Créeme, fue muy difícil controlarme para no tocarte como siempre. Sólo Dios sabe lo difícil que fue verte ahí.
– ¿Por qué, Renner? –mascullo. Mi corazón está sobrepasado de emociones. Colapsaría de no ser porque aún no recibo una respuesta concreta.
– No lo sé, Luke. Mejor dejemos que alguien más te lo explique, porque yo también tengo la misma duda –mira a los sujetos que están detrás de él y éstos se marchan asintiendo con la cabeza.
Cuando todos se van, Renner me sujeta con suavidad y me abraza. Escucho su corazón latir rápidamente, su cuerpo tiembla, pero apenas se nota. Agarro su camisa con mis manos en puños, y lo alejo. Lo zamarreo todo lo que puedo. Lo miro con una súplica silenciosa. Ya no puedo soportar más.
– Ya no puedo más –sollozo– Ya no soporto más, Renner. Ya no puedo más. No puedo. Qué es lo que quieres de mí… qué… qué es lo que esperas… yo, que te dediqué todo mi corazón. Todo mi ser a ti… ¿Por qué me haces esto? Renner. Renner. ¡Renner! –aparta la mirada con los ojos vidriosos– ¡Si te duele tanto, por qué me has hecho esto! ¡¿POR QUÉ NOS HAS HECHO ESTO?! –no puedo respirar porque los sollozos me consumen.
Las piernas me fallan. Las fuerzas me abandonan. Qué puede ser peor. Ya no puedo sufrir más. No puedo. Esto ya me consume. Mi pecho duele tanto que apenas puedo respirar. Las lágrimas que creí que ya se habían agotado, siguen corriendo por mis mejillas.
Renner… ¿o debería decirle Parker?... él me sostiene para no caer, se arrodilla en el suelo con mi cuerpo laxo entre sus brazos. No dejo de hipar. No veo nada porque estoy absorto en mí mismo. Absorto. Paralizado.
Amaba a este hombre. Pensaba en él cada vez que caía en desesperación. Mis pensamientos iban hacia él cada vez que sufría. Entonces apareció Parker. Ganándose los pedazos de mi corazón partido. Se los dejé a él de alguna forma. Sin planearlo ni pensarlo demasiado, me encariñé con él, con su familiaridad. Ahora sé por qué cada vez que lo veía recordaba a Renner, sin embargo, antes de poder nombrarlo en mis pensamientos, siempre me interrumpía trayéndome a la realidad, recordándome que él era Parker y no Renner. Ahora sé por qué me enamoré de Parker.
Dejé que Parker se quedara con mis últimos resquicios de confianza y sentimientos, porque en el fondo me recordaba a Renner. Porque en el fondo no era otro que Renner. No lo pude ver con mis ojos, pero lo vi con mi corazón… el problema es que nunca quise aceptar que ambos se parecían, porque quería decirme que estaba superando a Renner, y Parker era totalmente distinto.
Ahora todo era un caos. Renner es el culpable de todo. Él me secuestró. Me mantuvo encerrado en condiciones deplorables por un año. Me cuidó. Me defendió de maneras extrañas. Y me trajo aquí. Al desenlace final.
Terminé amando a dos hombres cuando siempre fue sólo uno.
– Perdóname, Luke –murmura con esa voz que atribuyo a Parker– Perdóname, pero aguanta un poco más, cariño. Todo acabará dentro de poco. Todo acabará, te lo prometo, aguanta un poco más –me despeja el rostro y limpia mis lágrimas dolorosas– Te amo, Luke. Te amo.
– No… –susurro negando con la cabeza– No. Deja de dañarme. No quiero más, Renner. Por favor –lloro– Acaba con esta tortura y mátame de una vez.
– No, cariño. No digas tonterías –me da besos en el rostro acercándome más a su cuerpo. Me abraza con fuerza, como si estuviera desesperado– No soporto verte así, cariño, por favor, aguanta.
– No quiero más –lloriqueo.
– Shh… –dice tocándome el rostro, meciéndome como si fuera un niño.
Maldición. Cada una de sus acciones me tranquiliza. Me trata igual que lo hacía cuando yo enfermaba. Me tomaba en sus brazos y me mecía para hacerme dormir. Quiero apartarlo, alejarlo, golpearlo… pero nada sería suficiente.
Nada va a ser suficiente nunca. Jamás he sido una persona vengativa y no voy a serlo ahora.
La puerta se abre y entran los sujetos que se marcharon. Entran los cuatro junto a dos personas más. Cada pareja de matones trae a una persona.
Las dejan frente a nosotros. Las dos personas son puestas de rodillas, pero a ninguna le quitan las bolsas de la cabeza.
– ¿Qué es todo esto? –susurro dejando de lado toda esta debilidad. De pronto… siento que estoy sudando frío.
– Luke… Luke, mírame –me toma de la barbilla para que le mire a los ojos. Esos ojos tan cambiantes y desconocidos– Vas a saber todo ahora. Te amo. Siempre estaré contigo. Jamás nos separaremos ¿Sí? Te lo prometo. Ahora que te he conocido, jamás estaremos lejos uno del otro ¿me lo prometes, Luke?
– No –respondo.
Sonríe con un poco de tristeza. Se acerca y me besa. No cierro los ojos, no le respondo el beso que quiere darme. Él no insiste mucho. Solo une nuestros labios como si estuviera esperando por algo. Se aleja y gira la cabeza observando a las personas que están de rodillas frente a nosotros.
Sigo el rumbo de su mirada.
– No puede ser –susurro sin creerlo.
Justo cuando creía que ya nada podía ser peor.
¿Qué es esta clase de tortura?
¿Siquiera es permitido que una persona sufra de esta forma?
– ¿Qué es esto? –susurro saliéndome del regazo de Renner.
Me arrodillo con las manos temblando. Observo los rostros de las dos personas frente a mí. Sus ojos llorosos, sus expresiones de dolor y arrepentimiento.
– ¡¿No te basta con matarme de esta forma?! –le grito a Renner volviendo el rostro hacia él.
Renner sólo se mantiene en silencio. Baja la mirada y suspira. Se levanta, me toma de un brazo y me hala hacia él. Me sostiene de la cintura con firmeza.
– Muéstrale a tus padres la pareja que has escogido –dice en tono desafiante– Muéstrale a tus queridos padres, las preferencias que tienes.
– Mamá… –susurro sin poder creerlo todavía– Papá… –están arrodillados con una tela sobre sus bocas para evitar que hagan ruidos. Ambos están llorando– Renner, por favor, lo que sea que quieras de mí, tómalo, pero deja a mis padres. Ellos no tienen nada que hacer aquí. Por favor. Esto no es culpa de ellos…
– Ellos tienen culpa de sobra –masculla Renner haciéndome callar.
– No. Renner. Déjalos ir, te lo pido, por favor –giro en su agarre para mirarlo de frente. Apoyo las manos en su pecho. Sujeto su rostro entre mis manos obligándolo a que me mire. Me toma un par de segundos lograrlo. Para cuando me mira… jamás he visto tal cantidad de odio en sus ojos, pero no me detengo– Renner, cariño. Por favor, déjalos ir ¿sí? Prometo que estaré contigo para siempre. Nunca nos vamos a separar. Te amo. Te amo demasiado, Renner. Por favor, déjalos ir. Siempre estaremos juntos. Siempre –su mirada de odio se suaviza a una amorosa y cálida. Toma mis manos y me las besa con ternura, luego acaricia mi mejilla y me dejo.
– No te preocupes, cariño, conservaré tu promesa, pero ellos no se pueden ir todavía. Tienen muchas cosas que explicar –me da un beso y le respondo. No importa si Renner es el malo, a su lado, mi corazón siempre se ha sentido mejor, incluso ahora, cuando debería de odiarlo, ni siquiera eso puedo controlar. Puedo decir que lo odio, que quiero que se muera, pero aún sigo siendo un idiota.
Se separa de mis labios y junta nuestras frentes.
– Sólo quiero lo mejor para nosotros –murmura.
No le digo nada… porque esto no es lo mejor para nadie. Tal vez mis suposiciones, de que Parker era inestable psicológicamente, son ciertas.
– Quítenles las mordazas –ordena elevando la voz– Quédate a mi lado. Hay algo que debes escuchar –.
Camina en dirección a mis padres. Sus pasos son cautelosos, yo no le sigo y me quedo estático. Observo a mis progenitores con miedo en mis entrañas… conociendo a Renner, puede perder el control en cualquier momento.
– Señores padres de Luke –dice elevando la voz para que se escuche por sobre los lloriqueos– Les voy a hacer algunas preguntas y quiero que las respondan con voz clara –se detiene frente a ellos, no más lejos de un metro. Ellos lo miran hacia arriba con temor– ¿Son los padres biológicos de Luke?
– S-Sí –responde mi padre.
– ¿A qué edad tuvieron su primer hijo? –frunzo el ceño ante la extraña pregunta.
– A los veinte –responde mi madre sonando más segura que mi padre– Lo tuvimos a los veinte.
– Luke tiene 21 años ¿no?
– Sí –responde ella sin apartar la mirada de Renner– Es nuestro bebé. Nuestro único bebé –solloza.
– Vaya, qué curioso, señora Catherina –Renner gira en redondo para mirarme y reírse– Es curioso ¿no, Luke?
– No lo sé –murmuro inseguro. No sé cuál es el rumbo de sus preguntas. No es nada ya no sepa. Le conté la historia de mi vida, él sabe todo de mí.
– ¿A usted no le parece curioso, señor Henry? –dice preguntándole a mi padre.
– No –responde.
– Bueno, entonces pasemos a la otra pregunta ¿Qué les parece que su único hijo esté enamorado de mí? –.
Los rostros de mis padres se congelan. Se observan el uno al otro. Mi padre me mira con una expresión que no he visto antes. Mi madre baja la mirada al suelo.
– Ese no es mi hijo –masculla mi padre con veneno en sus palabras.
– ¡Henry! –lo reprende mi madre– Él es nuestro hijo sin importar los gustos que tenga –solloza– Es algo que nos ha pillado de sorpresa, pero sigue siendo…
– Ése maricón no es mi hijo, Catherina –masculla lanzando un escupo al suelo. Repudiándome.
No sé qué duele más. El hecho de que mi padre me tenga asco, o que me niegue como su hijo.
– Papá… –murmuro dando un paso adelante.
– ¡No me llames papá con esa boca, maricón! –grita exaltando a mamá y a mí.
Renner se tensa, preparado para golpearlo, pero me acerco a su lado y le sujeto la mano. Me mira buscando una indicación pero niego con la cabeza para que se tranquilice.
– Es-Está bien –murmuro tragándome las lágrimas– Sólo está impactado.
– Henry, no puedes tratar así a tu hijo –lo reprende mamá– Es el único que tienes, así que vas a tener que aceptarlo, de otro modo, eres tú quien va a terminar solo y amargado.
– No te preocupes mamá –estoy a punto de agacharme para darle un abrazo, sin embargo Renner me detiene impidiéndome hacerlo.
– Todavía hay algo que falta.
– Renner, basta, ya has hecho todas tus preguntas, si esto se trataba de que nos acepten, ellos lo harán. Estaremos juntos, ahora libéralos.
– Espera un momento –murmura Renner poniendo su mano sobre mi pecho para echarme hacia atrás– Catherina, usted dice que Luke es su bebé, su único hijo… entonces, ¿Qué haría si se lo arrebato?
– ¿A qué te refieres con eso? –murmura mi madre con el rostro serio y luciendo pálida– No le hagas nada a mi hijo –masculla.
– ¿Cómo se sentiría si su hijo estuviera viviendo en las ruinas, con la peor clase de personas, donde no tendría comida si no robara, donde todo lo que hay es maldad?
– Sufriría por mi hijo, trataría de sacarlo de ahí sin importar si debo dar mi vida para protegerlo –responde.
– ¿Cómo se sentiría si su hijo fuera abandonado en la calle? –hay algo raro. La voz de Renner de pronto ha comenzado a temblar.
– Jamás permitiría que eso le ocurra a mi hijo –dice sin dudar.
– Entonces ¿Por qué me dejaste solo? –mi madre cambia la mirada desafiante por una confundida. Frunce el ceño con preocupación mientras poco a poco palidece más y más. La mirada confusa es reemplazada por una de miedo, pánico, dolor, culpa… me mira a mí con mucho arrepentimiento y dolor.
“¿Qué es eso de que lo dejó solo?...”
Parece que después de todo… realmente es inestable. Está loco.
– Dime, ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué me dejaron? –cambia la pregunta mirando a mi padre también.
Mi padre… está pálido como nunca antes lo había visto. Como si estuviera viendo un fantasma.
– ¿Creyeron que se iban a librar de mí como si fuera un perro? –interroga Renner riendo. Me mira y sus ojos contienen el dolor y la ira mezclados. Oscura mirada de sentimientos insanos.
– No puede ser –murmura mi padre.
– Tú… eres… –mi madre se tapa la boca y me mira nuevamente– No… no… no con mi bebé. No –niega con la cabeza insistentemente. Como si un terrible pecado se hubiera cometido.
– Sí. Luke y yo hemos estado juntos por dos años –me toma de la mano– Hemos vivido juntos todo este tiempo. Nos amamos ¿Verdad, cariño?
– S-Sí –murmuro asintiendo. Me acerco a su lado, sujetando su mano con las mías– ¿Qué pasa, mamá? ¿Hay algo malo? –.
Guarda silencio.
Todos se quedan callados.
Me siento excluido de algún tipo de secreto.
Renner ha vivido algo con mis padres al parecer, un pasado del que no tengo conocimiento porque he sido apartado. No entiendo qué quiso decir con todas esas preguntas. Si quisiera hacerme daño, ya no me importa. Si quiere algo de mí, está bien. Mientras mis padres salgan libres, todo me da igual.
– Mentirosos –dice Renner rompiendo el silencio– Por qué mejor no dicen la verdad de una vez.
– Hijo –me llama mamá. La miro… pero ella no me mira a mí, sino que mira a Renner– Eres… mi… nuestro hijo… –habla como si estuviera repitiendo una verdad de la que se arrepiente mucho.
No entiendo qué es lo que trata de hacer.
Mi madre mintiendo de esta forma cruel para seguirle el loco juego a Renner.
El problema es que cuando miro a Renner, que tiene los ojos llorosos, pero los puños apretados de ira; a mi madre llorando como una magdalena, pidiendo perdón a Dios; a mi padre mirando a Renner arrepentido… no pienso que esto sea una broma… pienso… que todo esto es una pesadilla en vez de la realidad.
“Tengo que despertar”