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Somos una casualidad llena de intención por Kim YoonHee

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Notas del capitulo:

Esta historia tenía otro camino, pero tomó vida propia y quiso ser muy cursi. 


Espero lo disfruten. 

Desde que estuvo en la universidad siempre rogaba, suplicaba, pedía poder participar  en cada congreso que había. Aunque era una tarea difícil, le gustaba la idea de dar a conocer su forma de ver las cosas y sus investigaciones.

 Se graduó de la universidad con honores, y no fue ninguna sorpresa que optara por hacer un postgrado para perfeccionarse en la línea investigativa que más amaba.  Tampoco fue grande la sorpresa cuando decidiera seguir investigando y presentándose en congreso.

Y ahí estaba, al lado de su póster, sonriendo a cada persona que se acercaba, respondiendo cada una las dudas que nacían a partir de su investigación y recibiendo todas las tarjetas de presentación que le ofrecían.

-       ¿Qué hago con esto? – Preguntó mirando todas las tarjetas con recelo, recordando las miradas que le lanzaron algunos asistentes.- Espero hayan tomado en serio mi trabajo… Y no solo hayan querido ligar conmigo.

Y No era que se sintiera la octava maravilla del mundo y que todos los ojos del mundo se posaran sobre él, pero no era tan despistado para no darse cuenta cuando alguien se le acercaba con dobles intenciones, sobre todo cuando ese alguien sobrepasaba los cuarenta y no era muy bueno disimulando sus miradas lascivas.

Se estremeció al recordar a algunos señores, negando rápidamente ante sus pensamientos. ¿Por qué llamaba tanto la atención? Si bien es cierto, no era un chico feo, tampoco era uno que podría dejar sin aliento ante la primera mirada ¿Tal vez su cabello azul llamaba mucho la atención?

-       No, creo que es culpa de mi trasero…- Soltó un suave suspiro mientras abultaba sus labios.- Menos mal que la jornada está por terminar.- Susurró para sí, negando al darse cuenta que estaba hablando solo.

Paseó su vista por los pocos asistentes  que quedaban a esa hora de la tarde; sintiéndose observado por uno de ellos.  Soltó un nuevo suspiro, volviendo a agitar sus azules cabellos. El cansancio de la presentación y lo extraña que había trascurrido la tarde lo estaban volviendo loco.

-       Treinta minutos,  solo treinta minutos…-Susurró para sí, mirando su reloj de pulsera, rabiando internamente al ver lo lento que avanzaba el segundero.- Ya quiero irme a la cama.- Alzó la vista con frustración, esperando que el salón se vaciara pronto y así los organizadores  permitieran que él y los otros que presentaban póster se fueran antes.- Y también tendría tiempo de ver lo que han investigado el resto.- Miró a su alrededor, aun sintiéndose observado, encontrándose con un par de ojos negros, que le miraban con intensidad. Rápidamente se estremeció, desviando la mirada- ¿Qué le pasa a ese tipo?- Le miró de reojo mientras sacaba su celular para disimular.- Hay demasiada gente loca dando vuelta por el mundo.

Con resignación, guardó su celular, intentando ignorar el hecho de que lo seguían mirando de un modo extraño ¿Cómo era posible que alguien le mirara con tanto descaro? Además, qué podría querer.

Si tiene dudas solo tiene que acercarse y preguntar. Pensó mordisqueando su labio inferior. Aunque tampoco quiero que se acerque… Mierda.

-       Buenas tardes- Forzó una sonrisa mientras hacía una tenue reverencia al asistente que lo miraba tan intensamente, y quien se había decido por acercarse.

 

-       Buenas tardes ¿Eres de la universidad de Seúl?-  La  voz del desconocido mirón se escuchaba bastante bien a los oídos del peliazul.

 

-       ¿Ah? Ah, sí, soy de la universidad de Seúl, de la facultad de ciencia.- Respondió rápidamente.

 

-       Soy de la misma universidad, de la facultad de medicina. Park Yoochun ¿Qué estudias?

 

-       Kim Junsu, estoy haciendo mi postgrado.- Respondió desviando la mirada.

 

-       ¿En serio? Yo también lo estoy haciendo. –El ya no tan desconocido asistente, sonrió amplio mirando con curiosidad el póster  de Junsu.- Quise acercarme apenas entre, pero estuviste lleno de personas toda la tarde, y creo que debes estar cansado ahora para explicarme de qué trata tu investigación.

 

-       No, para nada- Mintió, sonriendo al mirar su póster.- Se trata sobre las actividades biológicas de microorganismos extremófilos que viven en los geiseres  de los fondos marinos.

 

-       Oh, parece  interesante ¿Qué profesión ejerces?

 

-       Soy biólogo marino.- Junsu le miró con algo de desconfianza. Se comportaba igual que esos caballeros que solo querían sacarle información personal. Pero parece más joven que ellos ¿Cuántos años tendrá?

 

-       Se les informa a todos los asistentes que las presentaciones en póster han concluido. Muchas gracias por su asistencia. – Se escuchó una voz por el  altoparlante.

 

-       Es una lástima.- Susurró YooChun, desordenando sus negros cabellos-Supongo que mañana en la cena de clausura podrías explicarme mejor de qué va tu investigación.

 

-       ¿Qué? ¿Yo?

 

-       Sí, entonces nos vemos mañana. Hasta la cena.- Yoochun se despidió con una venia, yéndose antes de oír una negativa.

 

-       Ash… Me volveré loco.

-       ¡Yoochun!- Una suave almohada fue a aparar a la cabeza del nombrado, logrando su cometido de llamar su atención.- ¡Concéntrate en la presentación!

 

-       ¡Pero Junsu! Si estoy trabajando.- Se defendió viendo a su amigo tendido de lo más confiado en su cama.- ¿Y tú? ¿Por qué estás flojeando en mi cama?

 

-       Porque yo ya terminé.- Junsu mostró su lengua on una sonrisa juguetona bailando en los labios, centrando nuevamente su vista en su celular.- Te dije que mi trabajo estaba muy avanzado. Solo tuve que echarle un vistazo. Pero tú no has hecho nada. Y la presentación es pasado mañana.

 

-       Sabes que he tenido mucho trabajo en la clínica.

 

-       Pero agradece que eres un médico establecido y no de esos que deben correr de allá para acá en emergencia.

 

-       Tenme compasión.- Yoochun suspiró suavemente, volviendo a centrarse en los  papeles que descansaba en la mesita de trabajo que tenía dentro de su dormitorio.

Yoochun y Junsu se habían hecho amigos en la cena de clausura del congreso de dos meses atrás. Al principio el peliazul se mostró desconfiado, reticente; pero cuando se dio cuenta que Yoochun mostraba verdadero interés en su investigación y que no tenía segundas intenciones, se soltó y pudo darse cuenta que Yoochun era un tipo agradable, a su parecer. Que a veces Junsu podía ser bastante inocente. Y ya que pertenecían a la misma universidad y se pasaban  tres días a la semana ahí, solían encontrarse en la cafetería  y en la biblioteca con frecuencia.  Partieron siendo compañeros de estudio y ahora ya se consideraban amigos.

La química y la confianza fueron muy naturales.

-       Siempre te tengo compasión, YooChun-ah.

 

-       Recuerdo que la semana pasada te enojaste mucho conmigo.- Comentó con gracias el pelinegro, acercando su silla a la cama, con papeles entre las manos.- No fuiste nada compasivo.

 

-       Porque haces increíbles investigaciones  y no te animas  a publicar, además, tampoco participas en congresos como expositor. Ya te dije  que si no quieres pararte frente a muchas personas, puedes hacerlo con póster.

 

-       Prefiero concentrarme en mis pacientes, no en hacer crecer mi curriculum.

 

-       Yo también me preocupo de mis animales, sabes.- Y ahí estaba la misma cara de refunfuño de Junsu, cruzándose de brazos mientras se sentaba en la cama.- Y tus  investigaciones  podrían ayudar a muchos.

 

-       Lo estoy pensando, Junsu, lo estoy pensando.- Sonrió mirándole con diversión.- Sonríe ¿Si? Te ves más lindo así.

 

-       Te ganarás otra almohada.

 

-       Que falta de respeto a tus mayores.- Susurró Yoochun riendo bajito, dejando sus papeles a un lado antes de lanzarse a hacerle cosquillas al contrario,  quien era demasiado cosquilloso y soltaba su armoniosa risa con libertad.- Así aprenderás~.

 

-       No, Yoochun, no.- Junsu intentaba detener al otro, pero las cosquillas lo debilitaban y solo podía retorcerse de risa, apenas intentando tomar las manos que lo atacaban.

 

-       Tienes que aprender de algún modo.- Rio apresando a su compañero.

 

-       ¿Hijo? ¿Yoochun?- La voz de la madre del mayor se hizo presente en la habitación, deteniendo los movimientos de ambos, lo cuales no podrían disimular su asombro y la vergüenza.

 

-       ¿Madre?- El pelinegro sonrió, colocándose de pie para saludar a su madre que estaba en la entrada de su habitación.- No me avisaste  que venías, omma.

 

-       Lo siento, no quería interrumpirte con tu… ¿Novio?- La mujer susurró lo último, mirando a Junsu con una suave sonrisa.

 

-       No, no, no…- Negó rápidamente el peliazul, sintiendo sus mejillas calentarse, esperando que  no se colorearan.- Somos amigos.

 

-       Es un amigo de la universidad, omma. – Yoochun guió a su madre fuera de la habitación, seguido de un Junsu que se arreglaba la ropa y su cabello que se había alborotado con el forcejeo.- ¿Qué haces aquí?

 

-       Pensé que como era domingo, podríamos salir a almorzar juntos.- Habló la mujer, sentándose en el sillón de la estancia.- Podríamos ir a comer los tres.

 

-       No, yo no...

 

-       Vamos, Junsu, sabes que no podré avanzar en el trabajo y hemos estado toda la mañana encerrado.- Yoochun interrumpió la negativa que saldría de los labios del menor.- Iré a buscar las chaquetas.

 

-       Bueno…-Sonrió Junsu, mordiendo su labio inferior con un nerviosismo inexplicable al quedarse solo con la madre del pelinegro.

 

-       ¿Y tú qué estudias, querido?- Le preguntó la mujer mayor, volteando su atención en él.

 

-       Soy biólogo marino. Aunque ahora hago mi doctorado en la misma universidad que Yoochun.

 

-       ¿Y se conocieron ahí?

 

-       Omma, no interrogues a Junsu, que lo asustarás.- Comentó Yoochun entrando a la sala, entregándole una chaqueta al peliazul.- Ya te contaremos todo.

 

-       Solo estaba iniciando una conversación. Disculpa si te incomodé, querido.

 

-       No, está bien.- Junsu rio bajito, colocándose de pie, relajándose ante la presencia de Yoochun, aunque su madre no intimidaba nada.- Yoochun teme que hablemos de él mientras no está.- Susurró lo último con la intensión de molestar  a su amigo.

 

-       Mi hijo siempre ha sido un paranoico.

 

-       ¡Omma!

Y entre risas salieron a un prometedor almuerzo.

-       ¿Estás seguro de esto?

Yoochun miró con curiosidad el rostro de Junsu, no entendiendo el nerviosismo que sufría el más bajo aquella tarde. Solo era una cena con sus amigos. Yoochun le presentaría a Jaejoong, y Junsu le presentaría a Yunho. No entendía cuál era lo que alteraba al menor, sería una cena amistosa. Para Junsu el asunto no era tan simple, no era una simple cena, era una cena de presentación. Donde la sobreprotección de Jung Yunho se haría presente en su totalidad.

-       Todo saldrá bien.- Susurró Yoochun, acariciando sus brazos.- Deja de moverte.

 

-       No conoces a Yunho, puede ser muy malo cuando quiere… Menos mal que ChangMin no pudo venir. No saldrías con vida, Chun.- El peliazul se mordió su labio inferior, quedándose quieto, mirando sobre el hombro del mayor.

 

-       Estás sangrando.- La voz de Yoochun sonó algo alarmado, sacando un pañuelo para limpiar el labios del menor que sangraba.- Lo mordiste muy fuerte.

 

-       Estoy bien, doctor.- Sonrió Junsu, tomando la mano de Yoochun que le estaba limpiando.- Tengo los labios sensibles.- Añadió percatándose de la cercanía que mantenía con el otro. Suspiró suave, sintiendo un nuevo nerviosismo algo diferente del inicial.

Y no era primera vez que lo sentía. Desde que conoció a Yoochun sintió algo raro. Pero lo atribuyó al hecho de conocer a un desconocido, luego lo atribuyó al hecho de  hacer un nuevo amigo. Y últimamente, lo atribuía al hecho de estar volviéndose loco.

Tal vez necesitaba unas vacaciones.

-       A veces eres muy de cristal.- Comentó con diversión, manteniendo una sonrisa en los labios.

 

-       No soy frágil, Yoochun.- Junsu abultó los labios, fingiendo indignación, desviando el rostro para también tranquilizarse.

 

-       Oh, tendré que  hacerte cosquillas otra vez.- Amenazó abrazándole por la cintura; una manía que hacía que a Junsu se le acelerara el pulso.

 

-       Yoochun…-Gimoteó aún con los labios abultados, arrugando el ceño para darle seriedad al asunto.- Deja de abrazarme así. Luego no podemos sacarle la idea a tu madre que soy tu novio.

 

-       No es mi culpa, me queda a la altura.- Yoochun se encogió de hombro, quitándole el dramatismo a la situación- Por cierto, mi madre quiere que salgamos a comer el próximo fin de semana. Ya le dije que sí, así que no hagas planes.

 

-       Chun, había pensado salir con mi hermano.

 

-       Que venga también, así aprovecho de conocerlo ¡Llamaré a mi hermano! Todo arreglado.- Habló con entusiasmo, apoyando su mentón el hombro del peliazul.

 

-       No hay caso contigo…

 

-       ¿Interrumpo algo?- La voz de Yunho se hizo presente, logrando que Junsu soltara un pequeño suspiro de resignación, sobre todo con que su hyung no dejaba de pensar que Yoochun le traía gana, lo cual Junsu no podía creer porque Yoochun no ha mostrado interés en él.

 

-       Nada, hyung.- Susurró apartándose de Yoochun para que lo soltara- Yunho- hyung, te presento a Yoochun,  y Yoochun, este es el hyung sobreprotector del que te hablé.

 

-       Un gusto.- Saludó Yoochun, dándole la mano al contrario, el cual no tenía cara de muy buenos amigos, pero es que estaba jugando bien su papel.

 

-       Yunho-hyung siempre ha sido así, conmigo y Changmin.- Explicó Junsu, soltando un suave suspiro.

 

-       Vale, tampoco es para tanto, pero entenderás que me preocupe por Junsu.- Sonrió Yunho hablándole a Yoochun.- Es demasiado despistado y torpe. Con las cosas y las personas.

 

-       Algo de eso he entendido. – Yoochun miró de reojo al peliazul, sonriendo con tensión, que la mirada de Yunho lo estaba escaneando.

 

-       ¿He llegado muy tarde? – Jaejoong apareció tras Yoochun, provocándole un salto, que hizo reír a Junsu.

 

-       Hyung…-Se quejó Yoochun, negando.-  Junsu, él es Jaejoong, y Jaejoong él es Junsu y Yunho, su amigo.- Los presentó Yoochun, acercándose Junsu.

 

-       Un placer.- Sonrió mirando primero a Junsu y luego a Yunho.- Yoochun me ha hablado mucho de ti, Junsu. Creo que hasta a los bebés que sana solo escuchan de ti.- Bromeó el castaño, cubriendo sus rojos labios.

 

-       Yo también he escuchado mucho de usted.- Junsu miró a Yoochun sonriendo.

 

-       ¿Entramos ya?- Cuestionó Yunho, acercándose a la belleza que era el amigo de Yoochun.

 

-       Vamos, que estoy muriendo de hambre.- Concordó Jaejoong, caminando a la entrada  junto a Yunho mientras iniciaban conversación.

 

-       Se han olvidado de nosotros.- Susurró Yoochun en el oído del peliazul, ganándose un suave codazo.- ¿Y ahora qué hice?

 

-       Asustarme…-Negó el más bajo, tirando de la manga del mayor.- Vamos,  por lo menos esta noche no tendremos un cadáver que esconder.

 

Y estaba frente a la casa de Junsu, respirando irregular, sintiéndose por primera vez nervioso. Y es que el menor le había invitado a un almuerzo con sus padres  y su hermano. Yoochun intuía que era una venganza por parte del menor, por las veces que  le arrastraba a los almuerzos con su madre.

Dudó en voltear y reportarse enfermo, pero estaba seguro que no funcionaría. Junsu sería capaz de ir a ver cómo estaba.

-       A veces se preocupa demasiado.- Susurró sonriendo, tocando el timbre, balanceándose sobre sus talones.

 

-       ¡Yoochun!- Junsu le saludó con una sonrisa temblorosa, juntando la puerta tras de él, dejando  ambos fuera.- Ya llegaste…- Habló atropelladamente, mirando a todos lados menos al mayor.- ¿Quieres ir a comer un helado? ¿Pasear por la plaza?

 

-       ¿Qué? ¿No vamos a comer con tus padres? Traje vino…-Yoochun no entendía la reacción del contrario, pero sí le parecía lo suficientemente tierna para querer abrazarlo.

 

-       E-eso… Tal vez… La situación… La casa… Ash…-El menor se veía realmente angustiado ante los ojos del mayor,  éste seguía sin entender qué tanto balbuceaba.

 

-       ¡Cuñado!- La voz de JunHo se hizo presente, abriendo de sorpresa la puerta que Junsu se esforzaba en mantener cerrada.- Que gusto de tenerte aquí…-Añadió con una sonrisa traviesa.

JunHo ya desde un tiempo se venía tomando la confianza de llamar cuñado a Yoochun, específicamente desde que los hermanos Kim comieron junto a los Park. Además era encantador molestar de esa forma a su hermano, quien se sonrojaba  tanto como parecer un tomate.  

-       ¡Hyung!- Junsu nunca antes se había sentido tan avergonzado por su hermano ¡Y más por todo lo que había preparado! Sabía que ya no tenía vuelta atrás y que JunHo seguiría con su tonto juego.

 

-       ¿Qué?- JunHo sonrió tomando a YooChun del brazo, arrastrándolo prácticamente  dentro de la casa.- La familia está ansiosa de conocer al novio de Junsu, si vieras todo lo que han preparado; por cierto, has escogido muy buen vino.- Habló rápido mientras quitaba de las manos del doctor la botella de vino y le seguía arrastrando hacia la sala. Yoochun apenas podía mediar palabra, aunque tampoco sabía qué decir, ni siquiera podía entender lo que el hermano del Junsu le decía. - ¡Appa! Ya llegó Yoochun-sshi.

 

-       Lo siento tanto, Yoochun-ah…-Murmuró Junsu al lado de su amigo, donde por fin JunHo se había detenido.

Yoochun miraba como muchos pares de ojo le examinaban  y se sintió realmente intimidado. Había demasiados Kim en ese lugar y ahora por fin entendía el comportamiento de los hermanos Kim.  Miró a Junsu, quien solo pudo encogerse de hombros mientras seguía pidiendo disculpa con la mirada, pero Yoochun sabía que no era culpa de Junsu, sino de su autoproclamado cuñado; de seguro él había convocado a toda la familia Kim.

-       Pero no pongas esa cara, hijo, sabes que Yoochun-sshi es bien recibido en la familia de la forma que fuera…-Habló el padre de familia, rompiendo el contacto visual que Junsu y Yoochun estaban manteniendo.

 

-       Cualquier médico es bienvenido en la familia.- Comentó con gracia la Sra. Kim, arrancando sonoras carcajadas, haciendo que la tensión se disipara. El pelinegro también se permitió reír, sabiendo que luego podría aclarar la situación y que no había razón para preocuparse.

 

 

Yoochun no era de los que se preocuparan mucho por las cosas simples de la vida, él solía ser bastante  tranquilo y despreocupado, aunque no por eso era un desentendido y no desconocía que a veces las situaciones merecían cierta preocupación añadida. Pero en general era más de los que se ocupaban de los que se preocupaban.  

Pero en ese momento se estaba volviendo loco.

El cumpleaños de Junsu estaba muy cerca, apenas a un par de semanas  y él todavía no lograba encontrar un regalo adecuado, es por eso que en ese instante se encontraba frente a la puerta de Jaejoong, esperando que su amigo pudiera ayudarle; en situaciones así Jaejoong era todo un experto.

 Entró sin avisar, ya que sabía dónde se encontraba la llave de respaldo y que a su amigo no le molestaría su imprudencia, pero se quedó helado cuando entró en la sala y se encontró con Yunho, apenas vestido con  unos pantalones de correr y una camiseta ligera, secando sus castaños cabellos que se notaban húmedos, como si recién hubiera salido de la ducha.  Yoochun colocó una graciosa cara de horror cuando pervertidas ideas cruzaron  por su mente, aunque se calmó rápidamente cuando Yunho se dio cuenta de su presencia.

-       ¿Cómo entraste?- Preguntó Yunho, quedándose helado en su lugar.

 

-       Entré con la llave que Jaejoong esconde… En la maceta…- Respondió mientras ambos seguían helados en sus lugares sin dejar de mirarse.

Tensión no era la palabra adecuada para definir la situación, era más bien… Un momento incómodo. Yoochun nunca se había encontrado a otro hombre en el departamento de su amigo, aunque generalmente no visitaba muy a menudo ese lugar, ya que el mayor prefería salir. Pero Yoochun ya se había mentalizado hace mucho en que en cualquier momento se encontraba con algún amante de  Jaejoong, aunque nunca pensó que sería Yunho, el mejor amigo de su Junsu.

La mente del pelinegro daba muchas vueltas mientras  intentaba entender la situación; desde cuándo Jaejoong y Yunho se estaban encontrando, en qué momento se volvieron tan cercanos.

-        ¿Desde cuándo tienes sexo con Jaejoong?- Cuestionó en voz alta, con sincera curiosidad. No entendía cómo podía llevar la relación tan rápido.

 

-       ¡Qué cosas estás preguntando Yoochun!- Exclamó la conocida voz de su amigo, el cual se veía de la misma forma de Yunho,  con pantalones y camiseta ligera mientras se secaba su cabello, más un rostro totalmente coloreado de rojo.

 

-       No es lo que piensas…Jaejoong y yo… Salimos a correr juntos y… Pedí prestado la ducha… Por el…Sudor…- Explicó con voz torpe el moreno, rascando su nuca.

 

-       Tienes una mente realmente pervertida…-Le reprochó el mayor de todos los presentes, soltando un pesado suspiro.- ¿Qué haces aquí? Con Yunho…

 

-       Ya, ya, ya, solo… que ambos se veían sospechosos, qué más podía pensar.-Se encogió de hombros cortando las palabras de su amigo.- Necesito ayuda, y Yunho podrá entenderme… Se acerca el cumpleaños de Junsu y no he encontrado qué regalarle, pero he pensado que para partir podría hacerle una torta, pero no sé cómo se hacen y las recetas son difíciles de seguir, así que pensé que podrías enseñarme… Al menos a hacer el bizcocho.-Pidió algo avergonzado; que su orgullo de hombre gritaba por no pedir ayuda, pero ya no había vuelta atrás; además, todo era por un bien mayor.

 

-       Bien…-Jaejoong soltó un suspiro resignado, dándole a Yunho una mirada de disculpa, ganándose que el moreno le sonriera ampliamente.

 

-       Creo que también podría a aprender a hacer una torta; no debe ser tan difícil.- El moreno se encogió de hombros, animándose a aprender.

 

-       Okey, les enseñaré a ambos… Pero un desastre en mi cocina  y los echaré a patadas.-            Amenazó Jaejoong, dando su mejor mirada asesina.

 

-       Como si fueras capaz…-Yoochun, solo rodó los ojos, tirando de los contrarios con dirección a la cocina, esperando hacer algo presentable para el menor.

 

Y el tan esperado día había llegado… El día tan esperado para Yoochun.

¡El cumpleaños de Junsu!

Claro que aún no entendía que hacía ahí, fuera del edificio donde trabajaba Junsu, con un ramo de flores, una caja con los chocolates favoritos del menor  y con otra caja con la  torta que había preparado.

 Junsu no sabía que él iría a buscarle al trabajo, ya que habían acordado verse en la fiesta de cumpleaños que le habían preparado al menor, pero inteligentemente, Yoochun pensó que sería menos vergonzoso entregarle los presentes a solas que rodeado por toda la familia. Además que el decorado de la torta no había quedado tan bonito para su gusto.

Junho, le había dado todas las indicaciones  para llegar al piso donde se encontraba el laboratorio y la oficina del menor de los Kim.  Junsu tenía un hermano genial, aunque nunca lo reconocería en voz alta, por todas las molestias que también era capaz de crear con toda su genialidad.

Con todos los presentes en mano, entró al edificio con fingida confianza, aunque no le fue difícil evadir la seguridad. Porque claro estaba, que no podía pasar por el proceso de identificación, ya que el menor sería informado de su presencia y la idea era sorprender al menor, en todos los sentidos de la palabra.

Muchas molestias estás tomando por  un amigo, le había dicho Jaejoong, su amigo más cercano, y él solo había podido encogerse de hombros. Para el próximo cumpleaños de Jaejoong le regalaría alcohol de exportación, así para que viera que haría un esfuerzo similar por él.

-       Es un buen amigo de todos modos…-Susurró para sí, con el corazón prácticamente en la boca, porque tarde recordó que subir las escaleras de emergencia corriendo no era buena idea para su salud.

Quiso dudar antes de ponerse a buscar el número de oficina del menor, soltando pesados suspiro, comenzando a pasearse por el pasillo; recién pensaba en cómo presentarse frente a su amigo.

Muchas molestias, volvió a retumbar en su cabeza. Tal vez era hora de reconocer que se quería ligar a Junsu, al fin y al cabo, con ese pensamiento se acercó por primera vez al menor.

-       Y sé que no le soy indiferente - Volvió a susurrar para sí mientras se daba un golpe en la frente.- Ya se me pegó su manía de hablar solo…Debo dejar de hacerlo.- Murmuró bajo, terminando por gruñir.

Negó con fuerza mientras ingresaba  al piso, comenzando a pasearse entre los pasillos  con renovada confianza, o al menos, con la confianza en el nivel uno. De todas maneras, no le fue difícil encontrar al menor gracias a las indicaciones de Junho.

-       ¿Junsu-ah?- Sonrió amplio mientras golpeaba la puerta del menor, la cual ya estaba abierta, pero aun así no quiso entrar sin la aprobación del menor.

 

-       ¡Yoochun!.- La sonrisa de Junsu podría cegar a cualquiera  y compararse solamente con el sol. O esas fueron las ideas que cruzaron la mente de Yoochun.- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¿Por qué no me avisaron? Es decir… Hola…- El corazón de Junsu galopaba como loco, y solo podía pensar en lo infantil que se podría ver ese momento.- Pensé que nos veríamos en la noche.

 

-       Ese era el plan…-Yoochun habló en un susurró, dejando sus presentes sobre el escritorio del contrario.- Pero quería entregarte mis regalos.

 

-       ¿Para mí todo esto?- Cuestionó sentándose nuevamente en su sitio, ya que por el asombro, se había levantado de su silla.- Oye, pero las rosas se le regalan solo a las mujeres…- Se quejó, fingiendo indignación con las mejillas coloradas y acariciando con sumo cuidado los pétalos de las rosas.- Pero gracias, no debiste molestarte.

 

-       No es una molestia.- La sonrisa de Yoochun se ensanchó mientras tomaba asiento frente al contrario.

 

-       Veamos que tenemos por acá.- A pesar que Junsu se había prendado de la sonrisa  de Yoochun, se  obligó a desviar la mirada hacia los otros presentes. El primero que abrió fue la caja de chocolate, comiendo uno sin poder resistirse a la tentación.- Son mis favoritos.- Comentó luego de tener casi un orgasmo culinario, sin darse cuenta de la boba expresión que tenía Yoochun.- ¿Quieres?- Sin pensarle dos veces le ofreció uno de esos bombones, acercándoselo a los labios.- Son los mejores chocolate, gracias.

Yoochun solo siguió con una expresión boba, entre la alegría y el amor. Estaba seguro que murieron miles de neuronas en su cerebro. O incluso todas. Tomó la caja que tenía el pastel, haciendo una extraña señal.- No es lo menor del mundo, pero lo hice yo mismo.- Declaró sin mostrar la vergüenza que esas palabras.

-       ¿Qué es? – El peliazul abrió con cuidado la envoltura del pastel, ensanchando más su sonrisa si es que eso era posible. - ¿En serio lo hiciste tú?- Preguntó la voz ahogada, conmovido ante lo que veían sus ojos. Solo había recibido pasteles hecho por su madre, nadie  más había hecho eso por él, aunque para muchos fuera un detalle simple, para Junsu tenía un gran significado.

 

-       Sí… Con glaseado le dibujé un delfín, como los que te gustan a ti.

 

-       Es hermoso.- Junsu no quería levantar la mirada del pastel, por dos razones. Primero, sabía que si miraba al mayor se pondría a llorar como niño; y segundo, no quería confesar que el delfín glaseado parecía más bien un insecto aplastado.- Gracias.- Murmuró levantando su vista con una amplia sonrisa, sintiendo aún sus ojos aguados, que equivocadamente pensó que pasaría desapercibido.

 

-       ¡Junsu! ¿Por qué lloras? No tienes que comerlo si no quieres.

 

-       No, no es eso.- Detuvo la carrera de Yoochun, secando rápidamente sus lágrimas, colocándose de pie.- Solo me emocioné. Los cumpleaños son una fecha sensible.- Sonrió abrazando al mayor, queriendo mostrar su gratitud en ese simple gesto.- Iré a buscar servicio para probar.

 

-       Ve.- Yoochun le vio partir, tentado a abrazarle, porque no había tenido lo suficiente de su calor. Nunca lo tendría. Con un profundo suspiro, se sentó en la silla de Junsu, mirando la habitación de esa nueva perspectiva. - ¿Qué es esto? - Cuestionó en voz alta, volviendo a maldecir al darse cuenta que continuaba con la manía de hablar solo. Tomó con cuidado una bolsa que parecía estar llena de regalos, algo natural dado que era el cumpleaños de Junsu.  Con curiosidad, abrió una de las tantas tarjetas cursis para leerla. – “Vivir sin tus caricias es mucho desamparo; vivir sin tus palabras es mucha soledad; vivir sin tu amoroso mirar, ingenuo y claro es mucha oscuridad”- Arrugar el entrecejo fue algo natural, releer la tarjeta también lo fue mientras soltaba una pequeña maldición, rebuscando otras tarjetas para leerlas también.

 

-       ¿Qué haces?- La voz de Junsu interrumpió su interesante lectura, haciendo que diera un pequeño salto, aunque rápidamente volvió a fruncir el  ceño, mostrándole las tarjetas.- ¿Qué? ¿Eso? Son regalos de mis compañeros de trabajo.- Informó dejando los utensilios de la tarta a  un lado, quitándole una de sus tarjetas.- Yunho siempre dice que mi cumpleaños es la oportunidad perfecta  para que muchos pervertidos intenten engatusarme. Yo creo que exagera.

 

-       Yo creo que tiene razón ¿De dónde sacan tanta cursilería?- Cuestionó Yoochun sin esconder su tono celoso y su aura oscura.

 

-       Son libres de hacerlo.- Junsu se encogió de hombros, cortando un pedazo de pastel.- Saben que no tengo novio y buscan conquistarme. No le veo lo malo.

 

-       Parecen obsesionados.- Yoochun se ganó una mirada mortal del otro, la cual estaba seguro había aprendido de Jaejoong. – Y por los poemas está claro que quieren más que un romance inocente.

 

-       Acabo de cumplir 30 años, no quiero un romance inocente.- El peliazul se sentó frente a Yoochun, comenzando a probar su dulce pastel, ignorando la hostilidad del otro.- Podría ser algo caliente y sudoroso. Y deja de comportarte como Yunho; te saldrán arrugas de la mala cara que tienes ahora.

 

-       ¿Y cómo quieres que me comporte si todos tus colegas parecen querer liarse contigo?

 

-       ¿Acaso eres mi padre para sobreprotegerme? ¿O mi novio para comportarte como neandertal  celoso?

 

-       Si fuera tu novio ninguno de tus compañeros tendría el atrevimiento de hacer esto.

 

-       Lástima que no lo eres.- Las palabras abandonaron la boca del Junsu antes que pudiera darse cuenta, y le disparó una nueva mirada asesina por la situación.

 

-       Pero podría serlo si tú quisiera.-  El rostro de Yoochun se relajó luego de sus palabras, agitando su cabeza  de un lado al otro. Ser celoso no lo llevaría a ningún lado. – Me gustas tanto que no me gusta que le gustes a otras personas.

 

-       Borges… Estaba escrito en una de las tarjetas.- Susurró Junsu, con el rostro colorado de la vergüenza y el corazón yendo a mil por hora.

 

-       Y son palabras muy ciertas para mí.- Confesó dejando a un lado las tarjetas, mirando directamente el rostro del menor.- Me gustas.

 

-       No lo digas tan directamente.- Junsu agachó la mirada, sabiendo que no podría sostenerla en esos momento, menos cuando se sentía nervioso hasta la médula.

 

-       ¿Cómo pretendías tener un romance caliente y sudoroso siendo así de tierno?

 

-       Calla, eran solo palabras.

 

-       ¿Entonces quieres un romance inocentes?

 

-       Calla, ¿no ves que intento decirte que también me gustas?- El menor cubrió su rostro, soltando un pequeño gemido lastimero.- Yoochun tonto.

 

-       Yoochun feliz.- Yoochun no dudó en colocarse de pie para hincarse a un lado del menor  y abrazarle, sintiendo un cosquilleó recorrer su espalda.

Se mantuvieron abrazados por unos minutos, sopesando lo que acababa de suceder. Y Yoochun estaba más feliz de  lo que demostraba, incluso en su interior estaba bailando como un idiota; es que no podía ser más feliz. El chico que le gustaba  y quería se refugiaba  entre sus brazos ¿La vida podía ser mejor? Por otro lado, Junsu moría vergüenza, pero ya no  había tanto nerviosismo, solo que todo le parecía una especie de fantasía. Una muy buena fantasía.

-       Junsu…-Murmuró el pelinegro, removiendo al menor de entre sus brazos, tomando su rostro por el mentón.- Debemos ir a la fiesta…-Avisó con un suave suspiro.

 

-       Aún no…-Se negaba a salir de su lugar, estaba tan cómodo ahí, tanto que podría dormir.- Quedemos un poco más.

 

-       Llegaremos tarde.- Dijo por decir, acariciando su mejilla, apreciando como se volvían a sonrojar.

 

-       Pueden esperar.-  La sonrisa de Junsu se amplió, acercándose un poco más  a los labios del mayor, esperando que ocurriera lo que era inevitable en su cabeza. No podía salir de su oficina sin un beso ¡Se negaba!

 

-       Su…

 

-       ¿Mhn?

 

-       Te quiero.- Yoochun eliminó la poca distancia que había  entre sus labios, comenzando un beso suave y tierno que Junsu correspondió con torpeza, pero con mucha dedicación. Porque besarle se sentía correcto, porque sentía su corazón hincharse y le brindaba paz, una paz muy similar a la que sentía cuando se hundía en la profundidades del océano cuando buceaba. Aunque mucho mejor.

 

-       También te quiero.- Con los labios  enrojecidos, se acomodó entre los brazos del mayor para colocarse de pie.

 

-       Vamos a la fiesta antes que te secuestre.- Comentó Yoochun con gracia, con una sonrisa que se negaba a abandonar su rostro.

 

-       ¿Tenemos que ir?- De repente gimoteó Junsu.

 

-       Claro, tenemos que aprovechar la oportunidad de decirle a todos que nos queremos y que estamos saliendo. Eso incluye a tus compañeros de trabajo.

 

-       Ah, escucharemos una serie de “Lo sabía”.- Susurró pensando en sus familias y amigos.

 

-       Tenemos que darles esa alegría.

 

-       Aunque no tanto como la nuestra.

Se miraron con complicidad, soltando aliviadas carcajadas, antes de compartir nuevos besos, que de seguro dejarían sus labios hinchados.

-       Tu boca sabe mejor de lo que imaginé.- Confesó Yoochun con una sonrisa inocente, pero una mirada maliciosa.

 

-       ¿Desde cuándo piensas en mi boca, mhn?

 

-       Creo que te desde te conocí. 

 

-       ¡Sabía que tenías segundas intenciones? No sé porque me despisté contigo.- Los ojos de Junsu pretendían ser amenazadores, pero solo se ganó una divertida risa y dulces besos.-  Dime que mi trasero no tuvo nada que ver  con que te acercaras a  mí.

 

-       No, creo que fue tu cabello.

 

-       ¿En serio?

 

-       No, claro que fue tu trasero.- Yoochun soltó una sonora risa, besando el puchero que había adornado los labios del menor.- Fue lo único que vi por un largo tiempo.

 

-       Pervertido.- Acusó rodando los ojos.

 

-       ¿Nos vamos ahora? Antes que quiera saltar del romance inocente al romance caliente y sudoroso.

 

-       Espera, espera.-  Junsu detuvo la marcha del mayor, afirmándose de sus brazos.- Yo si quiero mi romance caliente y sudoroso… Tal vez después de la fiesta.-Murmuró con coqueta inocencia.

 

-       Eres totalmente mi estilo. –Yoochun volvió a besar a Junsu, pero esta vez más demandante, aunque igual de pausado, extasiándose con su sabor.- Vamos, antes que piensen que nos desviamos en algún sitio.

 

-       Esa tampoco es mala idea.- Salieron de la oficina con divertidas risas, con Junsu procurando no olvidar ninguno de los regalos que Yoochun le había dado.  Era más que claro, que fue el mejor cumpleaños había tenido hasta el momento.

 

Fin.

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado. 


Hasta la próxima


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