Evan tomó un álbum de fotografías y ocupó junto con Amy un sillón en la nueva habitación de su hermana, al abrirlo la castaña pudo ver a un bebé con varias mantas rosadas a su alrededor.
-Es ella- dijo el chico acariciando la fotografía - llegó del hospital...yo no...podía contenerme- dijo riendo-grité por toda la casa...¡soy el hermano mayor, soy el hermano mayo!-comenzo a pasar las páginas, Amy miraba a una pequeña Danielle abrazada de un enorme perro San Bernardo- ese perro es su mejor amigo, jugaba con el todo el tiempo-otra página - a ella le gusta la música, desde pequeña aprendio a tocar el piano, y cualquier instrumento que se le ocurría....-
Permaneció en silencio mientras Amy seguía pasando las páginas, las fotografías de la niña pasaron a ser las de una adolescente, con sus amigos, con su hermano, su familia, Danielle era una persona feliz, sin contar que siempre lo tuvo todo.
-a ella le gusta salir...mucho....iba a museos, exposiciones de música, al cine o simplemente a caminar al parque, no era de las personas a quienes les gusta estar en un solo lugar - le hablaba su hermano, ahí tubo una idea, invitarla a salir....se le subieron los colores a las mejillas, no era una cita claro...era más como una terapia, o al menos eso se repetía.
Con ayuda de su hermano pudo planear algunas cosas, ir a patinar, a dar un paseo en lancha, obviamente en un lago distinto, ir a montar, no estaba segura si la señora Miller permitía que los internos salieran pero, Evan se comprometió a tener todo dispuesto al lugar donde fueran, seguridad, servicio médico y demás, discretamente oculto de los ojos de su hermana. Ahora solo faltaba que...ella accediera. Con la lista en mano se despedía de la familia en la puerta, todos estaban agradecidos con la atención que la castaña tenía con Danielle.
-Si no es mucho pedir....quisiera que tratarás...de que...hable con nosotros - le decía el abuelo de la chica.
-lo intentaré -
-Si ella acepta las actividades.....no dudes en llamar....si necesitas algo....si es necesario cerrar una pista de hielo para ustedes dos así será - hablaba el padre de Danielle, no deseaba escatimar en gastos, quería a su hija de vuelta, a la risueña, sonriente, traviesa y rebelde de su hija en casa otra vez.
Amy se fue a casa para terminar por planear todo, llamó a Danielle a la casa de retiro y le dijo que le tenía una sorpresa para el día de mañana, la chica sonaba un tanto más animada e incluso se mostró emocionada con lo de la sorpresa, la castaña sólo cruzaba los dedos para que nada saliera mal.
Al día siguiente llegó muy temprano, demasiado para ser precisos, tan es así que Danielle aún no se levantaba, la señora Miller permitió a Amy subir a las habitaciones, encontró a Danielle totalmente dormida, perdida en sus sueños, respiró hondo y se dispuso a despertarla, la llamaba suavemente mientras se acercaba a su rostro, sin saber cómo ahora se veía observando sus labios, ligeramente abiertos emanando aire caliente, era como si le suplicara que los besara, se inclinaba cada vez más acercándose a ella, pero abruptamente se separó, esa no era la idea, no tenía por qué relacionarse con la persona a quien estaba ayudando y mucho menos si es persona estaba deprimida por que acababa de perder al amor de su vida. Movió a la morena un par de veces logrando que reaccionara.
-¿Amy?- habló aún con sueño.
-Si, te dije que tenía una sorpresa - le decía sonriendo.
-si la sorpresa era levantarme temprano de una vez te digo que no me gustó -
-esa no era la sorpresa... quería...¿te gusta el karaoke?- preguntó la chica con miedo mientras la otra se levantaba en dirección al baño.
-¿qué?-
-El karaoke....-
-Yo no puedo salir.- dijo sin emoción alguna.
-pero...la señora Miller dijo...que sólo si tu querías....- Vio a Danielle pensar por un momento, hacia meses que lo que quería era alejarse de ese lugar y ahora que tenia la oportunidad, tenia miedo, aún así su repuesta fue afirmativa.
-Suena bien-
-¡Genial!- dijo la chica con una sonrisa- te esperaré abajo - salió rápidamente de la habitación al tiempo que sacaba su teléfono celular para avisar a los padres de Danielle. La morena se quedó pensativa antes de entrar al cuarto de baño, se esmero en arreglarse, sin saber porque lo hacía, ¿a quién quería impresionar? Aún así se puso un vestido de licra color gris, tenis blancos y un ligero suéter, bajó dejando una vez más boquiabierta a la castaña, y a todos los que estaban ahí, que le dieron una sonrisa y le desearon a mejor de las suertes, la señora Miller le entregó un sobre con el resto del dinero que sus padres le habían enviado.
Con un poco de miedo salió de la casa, estaba un tanto alejada de la ciudad, rodeado de árboles, silencio y tranquilidad, Amy la esperaba junto a un taxi, Danielle tomó aire y caminó hasta el auto subiendo después de la castaña.
-Todo estará bien- le dijo Amy, trato de sonreír al tiempo que el auto arrancaba en dirección a un centro comercial, estaba casi del otro lado de la ciudad, Danielle no lo había visitado antes, eso le dio algo de tranquilidad, no se toparia con algún conocido.
Comenzaron a recorrer el primer piso, buscando un lugar para desayunar, Amy no conocía aquéllos sitios no era muy fanática de ir a esos lugares, así que no conocía qué restaurante le podía gustar a su acompañante.
-vamos ahí -escuchó decir a la chica, señalando un local , Amy no tenía la menor idea de lo que ahí se vendía, aún así no deseaba hacer nada para arruinar el día, así que caminaron hasta allá y pidieron una mesa. Al leer el menú Amy tuvo unos problemas, pues aquel lugar era de comida italiana y los platillos estaban en italiano, Danielle no tuvo complicaciones para pedir su desayuno y una bebida en perfecto italiano.
-¿Te gusta los panquesillos?- le preguntó Danielle a la chica.
-S..si- dijo tímidamente, mientras la morena algo le decía al mesero
-¿fruta?-
-si
-¿café o malteada?
-malteada de chocolate
Un último intercambio de palabras con el mesero y se quedaron a solas esperando la comida.
-lo siento- dijo la chica extendiendo una servilleta sobre sus piernas- olvidé que el menú estaba en italiano -
-Esta bien, al menos no me quedaré sin comer- dijo sonriendo- es bueno tener una traductora -
Danielle desayuno en total silencio, se sentia incómoda, era como si todas las personas la observaran, o al menos ella se sentía así, era como si en su mente los comensales la miraran y juzgaran, sentía como cuchicheaban sobre ella, era algo complicado, pensó que no fue una gran idea haber aceptado salir, pero entonces vio a su compañera, comía alegremente y su vista iba por todo el local, le había dicho que jamás habia estado ahí, entonces para ella era emocionante.
Cuando terminaron de desayunar, Danielle dejo el dinero sobre la mesa y salió del local, seguida de una confundida Amy, se suponía que ella pagaría la cuenta.
-ah...lo siento..- dijo la chica intentando sonreír - supongo que es un hábito, yo era quien.....- se puso sería, iba a decir que ella era quien pagaba la cuenta cuando salía con Julie- olvidalo... bien ¿a dónde vamos?-
Amy la guió hasta el local del karaoke, pero tristemente vio que se encontraba cerrado, vaya que aquel día los dioses no le permitirían llevar acabo su plan, Danielle vio a la chica desepcionada, buscó con la mirada alguna otra cosa que hacer, hasta que ubicó un boliche, la tomó de la mano y la llevó hasta allá. Pago el alquiler de los zapatos y entró con la chica, aún era temprano así que no había muchas personas, ocuparon una mesa y se dispuso a jugar. Amy contempló con asombro la maestría con la que la chica se movía en la pista, lanzaba la pesada bola y derribaba los bolos sin fallar una sola vez.
-tu turno - le dijo sonriendo
-ammm. ...yo no...no se- decía timida.
-pues aprendes... ven- la llevó hasta la pista tomándola suavemente de su mano derecha - pones los dedos aqui- le decía guiando cada uno hasta los orificios de la bola, con una lentitud y una voz que juraría que la estaba seduciendo- y la sostienes... así- le decía cerca del oído , Amy tomó aire al sentir la cercanía de la morena, que con una mano en su cintura la guiaba hasta el lugar indicado para lanzar- te agachas así...miras los bolos....imagina...la trayectoria....y...haces el brazo hacia atrás....y ahora hacía adelante y....la sueltas- la castaña vio la pesada bola correr en el pasillo de madera hasta chocar con los bolos , derribando sólo la mitad.
No fue tan decepcionante ni patético como lo había imaginado, si que tomó otra bola y siguió, una y otra vez, Danielle miraba el entusiasmo con el que regresaba sobre sus pasos para tomar una bola y lanzarla una vez mas, hasta que por fin logró derribarlos todos, ambas se llenaron de emoción que corrieron a abrazarse, Amy sintió como Danielle la levantó ligeramente y dio un par de vueltas con ella mientras le felicitaba.
Aquel tierno momento llegó a su fin donde ambas sonrojadas se separaron, Danielle de inmediato sugirió ir a otra parte, rompiendo con la mágica mirada que compartían en aquel momento.
-vamos ahí- Amy señalo un pequeño acuario, a Danielle no le pareció tan mala idea, así que aceptó. La castaña no había visto tantos peces juntos, de tantos tamaños y colores, miraba maravillada las peceras mientras un chico le explicaba algo sobre los peces que Danielle lo le prestaba mucha atención , se dedicaba a mirar simplemente. Así pasaron el día improvisando a donde ir, el sol comenzaba a ocultarse y creyeron que seria mejor regresar a la casa, pues de ahí Amy todavía tenía que ir a su casa.
-Fue divertido- le dijo Danielle a la castaña, que sintió la victoria,al menos había logrado que pasara un buen día, aunque en toda la tarde no había tocado el tema de la llamada a sus padres. Cuando llegaron Danielle sintió un tanto de incomodidad, algo le decía que no volviera pero también le habían orillado a regresar.
Entraron y todos la recibieron felices, curiosos le preguntaron que tal había pasado su día, Danielle les platico cada una de sus actividades, la señora Miller la observó feliz, aquella chica triste, fría, que había llegado hacia unas semanas ahora era totalmente, podía asegurar que no faltaba mucho para que fuese la chica que era antes de llegar ahí.
Después de la alegre conversación Danielle fue a su sitio del balcón un rato, en verdad la había pasado bien, se había divertido, era como si todo lo que había vivido, toda su desgracia fuera solo un recuerdo....no...era como si ella no fuera esa persona, esa persona triste, esa persona deprimida, esa persona que había buscado acabar con su vida, quien tenía cicatrices en sus manos, aquella triste chica era alguien más...no ella.
-¿Pensativa?- interrumpió Amy
-un poco... creí que ya irías a casa..-
-es tarde...mi primo pasará por mi- le dijo sonriendo-¿todo bien?-
-si....no....no se...hoy me la pasé muy bien, estaba.....-
-feliz- completó la castaña.
-si.....¿eso...esta bien?-
-claro que si....¿acaso cres que tienes que pasar el resto de tu vida sufriendo?-
-si....¡ah! No se....ella murió...sus padres sufrieron....yo sufrí....dejo un vacío enorme...¿tengo que seguir mi vida como si nada?-
-no....esos...son acontecimientos que por siempre estarán....en nuestras vidas...que jamás podremos cambiar....que tenemos que vivir con ellos...vivir....tienes que seguir con tu vida....tal vez recordándola...llevando una flor a su tumba....encendiendo una vela...orando para que pueda descansar en paz....pero...lo que no puedes es dejar de vivir tú vida...mereces ser feliz y como me dijiste una vez...a ella no le gustaría ver lo contrario -
-Gracias....parece que siempre tienes las palabras correctas para mi...-
-No es sólo eso....yo...un familiar paso por...una situación parecida...-
-de todas formas gracias -
-si...oye...la señora Miller me dijo que en tres días habrá una actividad especial...una reunión con algún familiar....-
-significa que...tengo que ....¿alguien de mi familia tiene que venir?-
-sip- sin decir más sacó su teléfono celular poniéndolo frente a la morena, que vaciló unos instantes antes de tomarlo y marcar un número.
-¿Diga?- se escuchó la voz de su padre al otro lado de la línea.
-Hola papá....-
-¿Danielle?- preguntó sorprendido
-si...- escuchó al hombre llamar a su esposa y a su hijo,mientras aparentemente corría a alguna parte.
-Hola mi pequeña ¿cómo estas? - preguntaba ansioso, mientras se escuchan como los demás se aglomeraban junto a él.
-ammm bien papá...o mejor...-
-¡Hola cielo, es mamá!- escuchó que gritaban al fondo.
-Hola mamá - le dijo la chica, al borde de las lágrimas.
-Hola mi niña- dijo una tercera voz- te extrañamos espero que vuelvas muy pronto-
-si...yo.... también los extraño....- dijo mientras se le salían algunas lágrimas. Conversó con los mayores un rato hasta que preguntó por su hermano.
-Hola enana- le dijo el chico con una sonrisa.
-Hola mal espia- le dijo riendo, el chico no dijo nada ante aquel comentario, pero toda la familia así como Amy se quedaron perplejos- Hoy te vi- le dijo con una sonrisa.
-Bueno, quería que tu salida fuera bien-
-y así fue...pero ya hablaremos de eso luego...ahora... necesito un favor..-
Les habló sobre la próxima actividad y la necesidad de la presencia de alguno de ellos en la casa de retiro, su abuelo inmedianamente se auto descartó, no tenía las suficientes energías para lo que requería la actividad, si bien no sabían exactamente de qué se trataba no quería llegar y ver que no podía participar. Sus padres se disputan la oportunidad de asistir, pero fue Evan quien puso orden a aquella discusión.
-Me ha pedido a mi, así que yo iré, fin del asunto - Luego de ajuste los detalles del lugar y la hora la llamada familiar terminó, dejando a ambas partes felices y con un buen sabor de boca, las cosas iban mejorando.
-Haces mucho por mi, Amy- le dijo secándose las lágrimas.
-Aun si no creo que sea suficiente-
Intercambiaron miradas por una vez más, era clara aquella conexión que se había echo entre las chicas, era imposible seguir negándolo, por más que ambas quisieran aferrarse a lo contrario, aquel sentimiento iba a crecer lo suficiente para sobrepasar los impedimentos que ambas se interponían, sin darse cuenta se habían acercado lo suficiente, inconscientemente sus rostros se acoplaban dispuestos a unir sus labios, un sonrojo las invadía, sus bocas se llamaban una a otra, estaban a escasos centímetros de tocarse, sus párpados fueron cayendo señal de dejase llevar pero....
-¡Amy!- se escuchó la voz de la señora Miller que las sacó de su romántico trance.- llegaron por ti- ambas se alejaron rápidamente, era como si ese mundo de ensueño se hubiese apagado y volvían a sus arraigadas convicciones.
-te... acompaño a...a..la puerta - decía nerviosa Danielle.
-si..vamos...te presentaré a mi primo - le respondia una más nerviosa Amy. Caminaron con una sonrisa pícara en sus rostros, la castaña se adelantó para reunirse con su primo, aunque en realidad lo hacía para que Danielle no notara que estaba temblando y más roja que un tomate.
-bien, aquí está - tocó la espalda del chico buscando que se girará para mirar a la morena - quiero presentarte a mi primo...
-¿Victor?-