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SEGUNDAS OPORTUNIDADES por AliceDConcordia

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Muchas gracias a quienes leen mi historia y a quienes se dan el tiempo de dejarme un comentario, me hacen saber que les gusta y me motivan a seguir.

De cualquier manera aquí está la continuación.

Disfruten!!!

Estaba de nuevo en aquella maldita habitación, estaba en cama mientras la señora Miller y los enfermeros buscaban entre sus cosas, alejando de ella cualquier objeto que pudiera usar como arma para acabar con su vida.

En sus muñecas había vendajes, 10 puntadas le habían dado en cada brazo para cerrar el corte tan profundo en sus manos. Trató de levantarse pero sus manos no le servían de apoyo, le dolíany se sentía muy débil, como si fuesen de papel, como pudo logró sentarse en la cama, había un suero pegado a su brazo, fue entonces cuando la señor Miller notó que estaba despierta.

-¿Cómo te sientes Danielle?- le preguntó pero la chica no le respondió,estaba absorta mirando una mancha con un polvo blanco en el suelo- es especial - dijo la mujer- con eso saldrá la mancha de sangre- sin decir más salieron de la habitación dejando sola a la morena, seguía viendo aquella mancha, aquella huella de su segundo intento fallido por quitarse la vida, nuevamente se tumbó en la cama, embriagada por la tristeza, tenía el suero en el brazo por lo que no había de que preocuparse por bajar a comer o algo así, miraba ausente el techo derramando silenciosas lágrimas.....

***

Amy caminaba por el parque, decidió hacer lo que todos le sugerían, darse tiempo para si misma, comía un helado mientras miraba a la gente a su alrededor, felices, sonriendo, los pequeños jugando y los enamorados dandose traviesos besos en los labios, aquel era un paraje de felicidad y armonía, aunque ella había visto un lugar que reflejaba lo contrario, hospitales, clínicas de rehabilitación, asilos, orfanatos, donde había de todo menos felicidad, para eso estaba ella y su pequeño grupo de amigos, que iban a llevar un poco de amor a esos lugares olvidados por muchos, regresandole la felicidad a esas personas que día a día parecían vivir un infierno, en soledad, sin amigos, sin familia.

Ella no sabía lo que era estar en esos lugares, pero siempre se sentía bien al poder ayudar a otros, había tenido hacia poco a un familiar en una clínica de rehabilitación y las cosas parecían ser totalmente diferentes a cuando uno solo va a ayudar, a dar unas palmaditas en la espalda y decir "todo esto bien" cuando todo estaba de cabeza, por ello había decidido esforzarse más, ayudar realmente a esas personas que sufrían, no solo los internos, también la gente que los rodeaba.

***

Danielle pudo levantarse aquella tarde, cada paso que daba sentía que lo daba sobre el agua, se sentía débil, aún así ya no queria estar acostada, ni en aquella habitación, bajó a la sala donde en silencio todos la observaron, fingiendo estar cada cual en sus asuntos sabía que ella era el centro de atención en ese momento, tomó su lugar en el balcón, la tarde era fresca, miró despreocupada el cielo y el paisaje, sabía que todas las miradas seguían posadas en ella pero poco le importó.

Escuchó el llamado para la cena pero no atendió, tenía todo menos hambre, además seguía con el suero en su brazo, daba lo mismo si comia o no, cerro los ojos, visualizando a su castaña en su mente, con su sonrisa impecable, sus ojos soñadores, simplemente hermosa, le hablaba como lo hizo muchas veces buscando su presencia, pero abruptamente la imagen cambio a aquella noche en el hospital, su rostro frío, las heridas en su cara, su cuerpo inerte.

Su momentáneo recuerdo fue interrumpido cuando sintió que movían la aguja de su mano, uno de los enfermeros estaba a su lado mientras la señora Miller ayudaba a quitar la bolsa.

-Si has podido llegar hasta aquí es una buena señal, ya no necesitas esto- fastidiada dejo que los médicos hicieran su trabajo, revisaron sus vendajes y se marcharon- la cena esta lista, ve al comedor - le ordenó para luego dejarla sola.

Pero Danielle no se movió, además de las pocas ganas que tenía de hacerlo no tenía energía para moverse, preferia quedarse ahí.

-¿te duele?- escuchó como le preguntaron, era Emily, que la miraba con miedo abrazando a su gastado oso de peluche.

-no.....¿tu les dijiste?- cuestionó a la rubia. Quien le respondio moviendo la cabeza en sentido afirmativo.

-No es bueno lastimarte- dijo dulcemente, luego de eso le tendía un chocolate y se fue. Con bastante desánimo caminó lentamente a la cafetería, iba apoyándose en las paredes aunque sus manos no le servían de mucha ayuda, le dolía el mínimo esfuerzo que hacia con ellas, aún así ya no quería escuchar los regaños de la señora Miller así que a cuestas siguió con su camino logrando toparse con un espejo, miró entonces sus manos cubiertas por vendajes, sus ojos con ojeras, su cabello desaliñado, estaba simplemente irreconocible.

-La chica nueva armó un escándalo anoche- decía un hombre en la fila de la cafetería.

-Tuvieron que traer una ambulancia, aunque no salieron de aquí- decía otro.

-Ya basta, recordemos que todos pasamos por lo mismo los primeros días- decía una mujer más adelante de ellos.

-a callar que ahí viene-

Vieron a la chica entrar a la cafetería, pero no tomó la charola ni se formó como los demás, se fue a su mesa del rincon lejos de todos. Traía una sudadera bastante grande, cubriendo así sus vendajes, una de las chicas cojió dos charolas y las llenó de comida, con sumo cuidado fue hasta donde estaba Danielle, ofreciéndole una de las bandejas.

-Asi no tendrás que hacer fila- dijo suavemente, pero su interlocutora no le respondió- ¿puedo sentarme?- una vez más hubo silencio - supongo que si- sin más se acomodó delante de ella comenzando a comer- la comida aquí no es muy buena, al menos no es de mi agrado, pero bueno- decía riendo, Danielle la miraba comer, su estómago le reclamaba alimento pero ella se negaba a comer, escondió sus manos bajo la mesa cuando vio a otros internos acomodarse a su alrededor y en las mesas contiguas.

-Hola- le dijo un hombre de unos 40 años- me llamó Jorge - le tendió la mano pero ella simplemente agachó la mirada- entiendo - dijo sonriendo - los primeros días son algo difíciles-

Los demás comenzaron a presentarse pero en ningún momento le pidieron a ella hablar, todos le decían que la entendían que no había necesidad de apresurar las cosas, pasaron los minutos y Emily hizo su aparición, repartiendo chocolates por todas partes, la señora Miller también estaba por ahí, estaba más tranquila por el acercamiento que tenía Danielle con los internos, pero cuando la morena vio que la señora sonreía por convivir con aquellas personas, ver que ella estaba ganando se levantó de golpe y corrió lejos de la cafetería.

Todos permanecieron callados unos momentos, la señora Miller se acercó para pedir comprensión para la chica y agradecer que le hicieran compañía.

Después de la cena era hora de la reunión de rutina, después de cada comida tenían una pequeña reunión y la señora Miller considero que era el mejor momento para que Danielle se presentará con todos, en un salón bastante grande y con enormes ventanales, donde seguramente por el día se colaba sin problemas la luz del sol, ahora veía sin dificultad el caer de la noche, ese tono de azul combinado con negro, aunque la vista era hermosa no dejaba de ser un lugar para ella, desagradable,uno a uno iban diciendo su nombre y el porqué estaban aquí, drogas, alcohol, depresión, había otra persona que también haba atentado contra su vida, Danielle comenzo a creer en lo que aquella voz le dijo, no estás sola, pero no iba a doblegarse, no tan fácilmente.

Estaba prácticamente desconectada de la conversación hasta que llamaron su atención.

-Danielle, ¿quieres presentarte?- todos los ojos se posaron sobre ella, aun si no hizo nada.

-Usted acaba de decir mi nombre- dijo en su ya acostumbrado tono de molestia.

-¿puedes decirnos por qué estás aquí?-

-digamelo usted- dijo desafiante - yo no lo sé, no soy una maldita drogadicta ni dependiente del alcohol como todos aquí, sólo se que todos se meten en mi vida, lo cual detesto- dijo sin más y se fue de la pequeña sala, muchos se hubieran ofendido con su comentario pero sus compañeros trataban de entenderla, justificar su comportamiento debido a su propia negación, a su falta de aceptar que necesitaba ayuda.

Salió de las instalaciones hacia el bosque, a lo lejos podia verse una cerca, podía saltarla sin problemas, comenzó a caminar cuando sintió una gota en su pecho, un lágrima, estaba llorando, con furia limpio sus lágrimas y siguió su camino hacia la cerca de madera, pero la vista se le nublaba con las lágrimas, había algo que le gritaba permanecer ahí, que le suplicaba quedarse, llegó al borde con un llanto inconsolable. 

-¿ahora qué?- se dijo a si misma, estaba junto al muro de madera, que podía saltar y quedar libre de aquel lugar, pero le resultaba imposible, había algo que le impedía cruzar - ¡maldicion!- Pateo la madera y se quedó sentada ahí tratando de calmar su llanto.

***

Un joven iba caminando por el bosque, fumaba despreocupadamente un cigarrillo, vaya que lo necesitaba, la noche ya estaba avanzada, adentro todos buscaban a la chica nueva, no la conocia, él habia sido interno si, iba de vez en cuando, había llegado a la cena donde escuchó el chisme sobre la nueva recluta, el prefería dejar eso por la paz, la chica llevaba dos días ahí, todos habían pasado por eso. Pero de pronto vio a la susodicha echa un ovillo junto a la cerca.

-vaya, aquí estas- dijo tranquilamente, se acercó lentamente, la chica que en ningún momento se movió, era como si no se diera cuenta de su presencia. Cuando estuvo más cerca pudo comprobar que estaba dormida. Su rostro estaba oculto por su cabello, pero fue descubierto cuando la tomó en brazos para llevarla dentro, vaya que era muy joven, sin proponérselo también vio los vendajes en sus manos, sintió una profunda pena por aquella niña que llevaba en los brazos, su vida parecía muy difícil, ahora con más razón entendía las actitudes que tenía la joven.

-¡victor!- le dijo la señora Miller al verlo entrar con la desaparecida en brazos- pensé que te habías ido-

-fui a dar una vuelta, y encontre algo que se les perdió- guiado por la mujer dejó a Danielle en su habitación, vaya que era bonita, ahora que podía verla en plena luz y sin su cabello cubriendo su rostro.

Recorrió el rostro de la joven con su mano, suavemente buscando no despertarla, sentía los rastros de lágrimas en sus mejilla, tomó una manta y la cobijó, Danielle aún dormida se acurrucó al percibir el calor y la comodidad de la cama y siguió su profundo sueño bajo la atenta mirada de Víctor.

Despertó cuando el despertador comenzó a sonar, logró apagarlo, ahora tenía un poco de más fuerza, se puso de pie buscando un vaso de agua pero lo que encontró fue a un tipo en una silla junto a su cama, extrañada decidió despertarlo.

-oye....- le dijo moviendo su brazo, Víctor tardó un poco en despabilar, pero apenas vio a la dulce joven llamándolo y se despertó levantándose inmediatamente acomodando sus ropas - ¿quién eres? ¿qué haces aquí?-

-hola, me llamo Víctor ¿cómo te sientes?- Danielle la miró confundida, el chico le explicó el episodio de la noche anterior y el por qué estaba en su habitación.

-Gracias...- dijo cubriéndose los vendajes.

-Descuida, no es que no sepa por lo que estás pasando - le dijo despreocupado

-tu no podrías saberlo- dijo arisca, a Víctor ya le habían comentado la actitud necia de la chica,aunque no se cansaba de decir que era algo completamente normal

-te sorprenderías- le dijo sonriendo mientras subía las mangas de su chaqueta dejando al descubierto unas cicatrices muy parecidas a las heridas que la morena tenía en sus muñecas - el vicio por el alcohol te lleva al extremo, haces de tu vida y la de otras personas un tormento y piensas que esto- dijo alzando sus brazos - es la única solución-

Danielle lo miró sorprendida, pero de inmediato aclaró que ella no tenía ningún problema con la bebida. - el alcohol y las drogas no son lo único que destruye a una persona, el rencor, la culpa, la tristeza, son vendas que nos ciegan y nos llevan por caminos horribles, pensamos que sólo nos afecta a nosotros, que nadie más esta relacionado, es un peso que llevamos día con día y no parece haber una salida, nos refugiamos entonces en sustancias nocivas, o buscamos la salida fácil, sin percatarnos de todo lo que se derrumba a nuestro alrededor, no cometas el error de creerte sola e incomprendida, lleva tiempo sanar heridas físicas y emocionales, pero con un poco de ayuda, recuperamos esa vida que teníamos, tal vez no como antes porque......hay daños irreparables - dijo con seriedad - cosas que no podemos cambiar, que viviremos con ellas hasta el final de nuestros días, pero aún así, seguimos adelante, la vida sigue linda, debemos vivirla y compartir con aquellos que aún están con nosotros, a todos nos llegará el momento, a su debido tiempo...no habremos de adelantarlo ni por miedo ni desesperación-

-wow- dijo la chica, nadie le habia hablando así en los dias que llevaba ahí, ni desde la muerte de Julie, Víctor había vivido un infierno y ahora estaba ahí de pie ayudando a otro. Comprendiéndola, le estaba dando tiempo y espacio, sin presiones, sin darse cuenta bajo la defensiva para con él - gracias-

-no es nada- le regalo una sonrisa - yo pude superar mis miedos, mis culpas, vengo aquí de cuando en cuándo a apoyar a otros, espero no eches en saco roto lo que te he dicho, pero tranquila, tomate tu tiempo para asimilar las cosas, nos vemos hermosa - sin decir nada más salió de la habitación dejando a Danielle con miles de cosas en que pensar

Notas finales:

Y ahí está, al parecer Danielle comenzará a aceptar la ayuda que le ofrecen. 

Trataré de subirla lo más pronto el siguiente capítulo, gracias por leer y ya saben dudas, quejas, sugerencias me pueden dejar un comentario o buscarme en Facebook

Gracias por leer

Saludos y bonito Lunes


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