Jiminnie.
Hoseok....
Hoseok....
HOSEOK!!!!!
Estoy tan sólo...
SOOLOOOOO
SOoooooolo.
Hoseok. Quiero leche.
¿Traerás leche?
¿Qué haces ahora?
¿Por qué no respondes?
Jiminnie está perdido...
No tiene amo y tampoco le responde.
Vive encerrado bajo techo
Y quiere leche.
Hobi-ah<3
Jimin.
Jiminnie.
Ah, Hola Hoseok.
Hobi-ah<3
Estas haciendo que me desconcentre.
¿Por qué no revisas si hay helado?
Como sea, igual llevo leche. Solo no te comas todo el helado.
Jiminnie.
Hoseok, no alcanzo al helado...
¿Puedo trepar?
Hobi-ah<3
Solo no destruyas nada Jimin.
Y si hay cuchillos, tenedores o cucharas, guárdalas primero incluyendo vasos. Deja todo sin nada que puedas tropezar.
¿Entendiste?
Jimin ten cuidado.
Jiminnie.
¿Estás preocupado por mí?
Hobi-ah<3
Jimin...
Jiminnie.
¿Si, Hoseok?
Hobi-ah<3
¡Concéntrate!
Si te haces daño mientras no estoy
No podré ir a ayudarte.
Jiminnie.
Está bien!
Jimin estaba solo en casa. Era de suponerse cuando Hoseok se fue a trabajar y ni siquiera desayunó con él, pero si le dejo todo a su alcance, incluso dejo papeles para leer las instrucciones por si el felino se distraía. Lo único que le molestó al peli-negro fue que comió con cosas de plástico. Hoseok no confiaba en él lo suficiente como para que comiera con cosas delicadas y frágiles.
Después de comer, Jimin trató de jugar y hasta leer, pero le era tan aburrido. Hoseok leía solo el periódico y novelistas confusos que usaban términos muy complicados. El gatuno prefería las revistas. Aun así, decidió entrar a la aplicación de su móvil y escribirle a su amo.
Realmente el peli-negro medio gato nunca le llamaba “amo” a Hoseok, el peli-castaño siempre dejó claro que el menor hablaría y le trataría como cualquier ser vivo. Jimin se acostumbró rápido, pero a veces tenia deseos de hacerle saberle al peli-castaño lo mucho que significaba para él, el que Hoseok fuera su amo.
Después de que tuvo una charla tan instructiva del mayor en que tuviera cuidado al agarrar el helado, Jimin consiguió obtener la golosina cremosa sin problema alguno. Tomo una cuchara y decidió escribirle al peli-castaño de nuevo, encendió la televisión y se recostó a la comodidad de su cola.
Jiminnie.
Hobi-ah...
¿Puedo agregar galletas?
Hobi-ah <3
No me llames así cuando eres menor que yo...
Y no, no puedes.
Jiminnie.
¿Por qué no? :(
Hobi-ah<3.
No quiero un gato diabético.
Jiminnie.
ESO ES CRUEL
AUN NO SE SI SOY DIABETICO
¿Y qué será de mi si soy diabético pero no lo sé?
¿Me dejaras por un gato común?
HOSEOK NO ME DEJES POR UN GATO COMUN
Hobi-ah<3
Jimin...
No eres diabético.
No te reemplazaré por un gato común.
Creo que jamás volvería a tener algo parecido a una mascota...
Debo irme.
Jiminnie.
Oh...
Adiós Hoseok-ah <3
Jimin siguió comiendo de su helado después de imaginar una trágica historia donde Hoseok le abandonaba por un gato común y el sufría de diabetes. Pero al menos le calmaba el hecho de que Hoseok no tendría otra mascota si este no estuviera.
Aunque no sabía si eso era algo por lo que ofenderse o alegrarse.
Dos tazas de helado le llenaron el estómago, congelando sus manos y sintió muchas ganas de dormir. Jimin era medio gato así que sentir comodidad en su manta o tanto como en cualquier lugar, era mandarlo a dormir al instante tal cual como tomarse una dosis de pastillas para el insomnio.
Para Jimin dormir era como recibir amor en modo de reposo.
Jiminnie.
Hoseok ¿Por qué no has venido?
Hoseok...
Hoseok...
¿Me estas ignorando?
Estás camino a casa ¿Cierto?
Hoseok, ¿por qué no contestas mis mensajes?
Dejaré de escribir
Bueno...
No puedo dejar de escribir.
¿DONDE ESTAS?
¿Me vas a abandonar?
Hoseok, no vayas a mirar a los gatos en la calle.
Hoseok....
Te extraño....
Jimin realmente estaba preocupado, no sólo aburrido y hambriento. Hoseok siempre está a esta hora. A veces un poco tarde, 15 minutos tarde, pero no dos horas tarde. El minino estaba pensando lo peor, después de todo él sabía que estresaba a Hoseok con la idea de sus pesadillas, de que el mayor le cambiaba por alguien más. Además que el peli-castaño nunca dijo que llegaría tarde.
Era torturante, y la bola de lana no estaba cumpliendo su función de distraerle. Estaba tan pendiente de su teléfono que hasta llego a imaginar que había llegado algún mensaje, pero no. Detestaba cuando las personas no respondían, se sentía muy solo y además que la última vez que alguien no le respondió era porque ya no estaba con él. Si no en un mejor lugar. Tenía miedo que si Hoseok no estaba con él aunque sea lejos por una línea, entonces seguramente estaba muerto o consiguiendo un gato común.
Después de caminar por toda la casa y conseguir pelusas en la esquina de uno de los muebles de la sala y una especie de caja con seguro, paso a cambiar los canales de la tv-paga sin parar. Aburriéndose de cada uno de ellos, solo pensando donde y que estaría haciendo Hoseok.
El peli-castaño siempre le responde, aunque fuera de malas maneras pero le respondía.
Cuando pasó una hora más y se hacía de noche. Ya pasando la hora de comer. Jimin miraba por la ventana, mirando al cielo, e imaginar escenas con Hoseok, como la vez que le adoptó.
Hasta que los sonoros pasos llamaron la atención de los oídos de Jimin, sus orejas se activaron y pudo jurar que era Hoseok si no fuera por los otros pasos que sabía que venían al compás como si alguien estuviera detrás de él. Pero la manilla de la puerta confirmó todo.
Hoseok había llegado.
Jimin se abalanzó con agilidad a la puerta. Su cola levantada en emoción y sus piernas pasando la emoción de un lado a otro.
-Pasa, no tardaré mucho en encontrar los papeles. –Jimin escuchó, más sin embargo cuando vio un visitante, sus nervios se levantaron y sus garras salieron a flote; junto con un sonido de su garganta en molestia, siendo más parecido a un sonido de gato en celo. –Jimin, ni se te ocurra.
-¡Maldición! si es un gato... –El indeseable invitado abrió su boca cuando le vio la cola. A eso Jimin le miraba juzgante, no que el invitado de Hoseok no lo hiciera.
-Siéntate, solo ignóralo. –El amo del hibrido cerró la puerta y salió en busca de lo que tanto debía entregar ese día.
Su nombre era Min Yoongi, e hizo lo que le ofreció su compañero y se acomodó ya conociendo el lugar. Jimin casi guardó sus garras y miró al peli-plateado hombre. Eso le hacía lucir menor que su peli-castaño amo, pero si veías su cara bien, en su rostro se notaba un semblante de anciano o solo eran cosas de sus sentidos de su gato interior.
-¿Quién Eres? –Jimin cruzó sus brazos. Hoseok nunca mencionó a este hombre antes.
-Un amigo de Hoseok... –El tipo dijo mirando de arriba abajo al felino. Tomando atención a su cola.
-¿Y cuál es tu nombre? Hoseok nunca dijo tener amigos.
-Ese bastardo.... –Yoongi entrecerró sus ojos mientras pensaba en las acciones de su amigo. –Me llamo Yoongi.
-¿Por qué llamas a mi amo bastardo?
-Porque puedo hacerlo, y lo es, a veces... –Jimin le vio por un rato de mala manera, como si el hombre tuviera mal aspecto. –¿Cuantos días llevas con Hoseok?
-27.
-¿Es bueno contigo? –Jimin miro al techo y asintió, olfateando y sintiendo su aroma de identificación, no confiaba en el hombre del todo. –Pero dudaste...
-¡No, no lo hice! –Jimin apretó sus puños. Estaba muy a la defensiva.
-Calma esas garras, no le diré nada. –Yoongi estaba entretenido.
-¿Qué relación tienen tú y Hoseok?
-Amigos, ¿Acaso estás pensando que te lo voy a quitar o algo? –Yoongi hizo una especie de cara de asco y se rio, no creyendo toda la cosa. Este gato era algo que ver. –Qué asco, preferiría besarte a ti antes que a Hoseok.
El hibrido hizo un salto para atrás a la insinuación y un sonido como si oyera el sacrilegio mismo. Agarró su cola y fue tras Hoseok. Aunque no fue necesario cuando su dueño ya venía en camino y Jimin tomó su brazo. El peli-castaño le miró extrañado y después miró a Yoongi quien tenía sonrisa de alarde.
-¿Qué le dijiste?
-Nada, es muy inocente... –Yoongi arrugo los hombros. –¿Tienes lo que necesito? –Hoseok asintió y le lanzo un sobre un tanto pesado que casi le da en la cara. –Idiota, ya me voy. –Yoongi tomo el sobre entre su maletín de cosas y se levantó hacia la puerta. Despidiéndose con dos señas de sus dedos y cerrando la entrada. Jimin oyó a ver si de verdad se había alejado y su astuto oído.
-Ese hombre necesita un gato. –Jimin comentó mientras aún tenía agarrado a Hoseok.
-¿Yoongi? –Hoseok se volteó a verle. Jimin asintió aun molesto. –Es alérgico, es muy raro que no haya estornudado apenas entró aquí...
-¿Ah...? –Jimin entonces podía descartar la idea de Hoseok buscando nuevas gatas con el hombre. Pero aun así decidió explotar. –¡¿Dónde estabas?! ¡Mandé miles de mensajes y estaba preocupado! ¿Trajiste Leche? ¡Hoseok pensé que habías muerto! –Jimin le daba vueltas a todo su cuerpo, buscaba heridas en sus manos y después se lanzó a él apretando su cara muy fuerte. –¿Estás bien?
-Estoy bien. Jimin, mi cara... –El mayor tomo las manos del gatuno chico y las apartó junto con el cuerpo de Jimin que estaba totalmente encima de él. –Mi teléfono está muerto gracias a tus miles de mensajes. Y no, no pude traer leche...
-¿Moriremos de hambre? –Jimin preguntó y Hoseok rodó sus ojos.
-No Jimin, no moriremos de hambre... –Hoseok quitó su abrigo y acomodó sus lentes. –¿Tanta hambre tienes?
-Si... –Jimin movió sus orejas abajo y jugó con su pie. –¿Puedo lamerte?
-¡Jimin!
-¡¿Qué?! –Jimin preguntó no sabiendo que estaba mal en eso.
-¿Por qué harías eso?
-Porque no tengo leche... –El medio felino dijo a su lógica y Hoseok tocaba el plano de su nariz.
El peli-castaño no dejo que Jimin le lamiera, pero si le hizo algo improvisado para que comiera. Igual no sirvió de nada cuando al final de la noche tuvo que ir comprarle leche.