¿Qué estaban haciendo ellos?, eso era todo lo que él podía preguntarse mientras sus curiosos ojos violeta seguían el ir y venir de todos esos extraños seres que eran los humanos.
Cuando Baekhyun lo había llevado con ese tal Suho, que ahora sabía también era su líder, ese tipo le había dicho muchas cosas a cerca de la mujer que él les había entregado y aunque no había comprendido algunas de esas cosas, por lo menos sabía que ella estaba en una situación crítica pero era normal luego de que seguramente fuera atacada por el bastardo monstruo que usaba un parche.
Después de todo, los humanos eran criaturas muy frágiles comparadas con ellos que los podían partir en dos como si no fuesen más que delgadas ramita, ellos también eran seres muy volátiles y Chanyeol nunca podía saber que era lo que estaban pensando y como un gran ejemplo de ello estaba el bello joven a su lado.
-Jodido imbécil, te odio-gruñó Baekhyun por décimo quinta vez y Chanyeol tan sólo se limitó a mirarlo.
Baekhyun, su nombre le gustaba aunque no podía entenderlo, porque él se veía tan frágil e inocente, más sin embargo, había demostrado ser un admirable guerrero cuando estaba en el campo de batalla con Kai y también tenía una muy petulante lengua.
-Yo debería estar con Sehun y no con un estúpido demonio-masculló entre dientes y Chanyeol no supo si lo que lo molestaba era ser llamado 'demonio' o que Baekhyun no dejara de quejarse sobre lo del tal Sehun.
Sin embargo no dijo nada, y no precisamente porque no tuviese un comentario respecto a toda esa molesta situación sino porque Baekhyun parecía estar a punto de llorar y Chanyeol no se sentía bien al imaginarse eso y no, tampoco entendía eso.
Aunque ahora él sabía que Baekhyun era una rara combinación de muchas cosas y tal vez era por eso que Chanyeol no podía dejar de mirarlo, tal vez era por eso que su mano estaba avanzando para así tocarlo, le daba igual que parte de su rostro fuera a tocara, pero no fue posible al final porque justo entonces él se giró y le dio una mala mirada al ver su mano tan cerca suyo.
-¿Qué haces?-inquirió con el ceño ligeramente fruncido.
-Yo... -se quedó en blanco tan sólo mirando sus bonitos ojos verdes-Es... es que no entendí mucho de lo que tu líder dijo y quisiera que me lo explicaras de ser posible-dijo algo inseguro, a él no se le daba bien dar excusas o cosas así.
-¿Qué fue lo que no entendiste?-preguntó un tanto irritado.
-¿Qué tiene ella?-interrogó, señalando hacia la puerta de la habitación donde la mujer estaba con varias personas más.
-Bueno... en palabras simples, su cuerpo está gravemente herido y podría morir-respondió con simpleza.
-Ella no puede morir, la necesito-masculló molesto.
-Eso le importa un infierno a todas sus heridas y a menos que tengas la forma de curarla, no creo que logres nada-bufó de una forma que Chanyeol encontró grosera.
Lamentablemente, el pequeño rayo de Luna tenía toda la razón, esa humana no iba a poder aguantar mucho con todo el daño que su pequeño cuerpo presentaba, a menos que...
-Ven conmigo-dijo y sin esperar respuesta, tomó la mano del rubio y comenzó a arrastrarlo por los pasillos, ignorando sus muchas quejas.
No fue difícil regresar donde su príncipe estaba pero una vez más decidió que no iba a acercarse; él no era ningún idiota y luego de que había sentido un montón de energía negativa proveniente de Han, decidió que no iba a acercársele por su propia seguridad, además, a quien buscaba era a Lay.
El divino juez de Incendium se hallaba en un extremo algo alejado cuando logró divisarlo, estaba en compañía de ese joven de ojos azules y de hecho lo estaba abrazando de una forma muy afectiva, él le dio una mirada feroz en cuanto estuvo tan cerca suyo como le era soportable estar y Chanyeol se vio obligado a apretar los puños-y la mano de Baekhyun también-tragándose el gruñido que pugnaba por salir de su garganta.
-Necesito tu ayuda-escupió casi con asco.
-Como si eso fuese a suceder, mantente lejos-exigió el rubio.
-Es importante-insistió tan educadamente como podía comportarse, él en realidad prefería estrellar su jodido rostro arrogante contra la pared.
-Mantente lejos. No habrá una tercera advertencia-amenazó.
-Mira-suspiró exasperado-Necesito que hagas esto si es que queremos saber que mierda es lo que pretende ese puto psicópata del parche.
-Me da igual lo que esa insignificante criatura pretenda, nosotros vamos a irnos en cuanto el príncipe vea que se amigo despertó-afirmó arrogantemente.
-Tú...
Los muchos insultos que tenía para ese despreciable bastardo no llegaron a salir de sus labios luego de que un escalofrió le recorriera la espina dorsal, su mano rápidamente liberó la de Baekhyun y se puso de rodillas al instante luego de escuchar pasos acercándose hasta donde él estaba.
-Su alteza-dijo con voz solemne.
Los pasos se detuvieron frente a él, que únicamente podía ver los zapatos que Han usaba, su ansiedad comenzó a crecer al sentir el aura que el menor desprendía además de ese insoportable silencio. Suaves dedos le acariciaron el rostro hasta situarse bajo su mentón haciendo que elevará la mirada hasta encontrase con algo que lo paralizó completamente.
Ojos rojos lo miraban cargados de odio y reproche, algo que no había visto en la vida y que no sabía cómo podría enfrentar, porque ya tenía una idea de lo que le pasaba al pequeño castaño y no tenía ni idea de cómo actuaría cuando él finalmente dijera algo.
-¿Lo sabías?-preguntó fríamente el hermoso jovencito.
-Sí-musitó, no tenía caso mentirle de cualquier forma.
-¿Y él, él lo sabía?-masculló entre dientes.
-Es su padre y lo sabe todo de usted-murmuró.
-¿Mi padre, eh?-farfulló.
-Sí-afirmó y olvidándose del respeto que tenía que mostrarle, se puso de pie y colocó sus manos sobre los hombros del castaño-Él es su padre sin importar qué y lo ama profundamente sin importar su condición. Es por eso que yo estoy aquí, es porque lo ama que me envió a buscarlo, él quiere de vuelta a su pequeño sin importar nada-aseguró-Porque mestizo o no, él lo acepta tal y como es. Su bienestar es su única prioridad y por eso él lo ha preparado todo para su regreso.
-¿A sí?-murmuró amargamente.
-Por supuesto, su cumpleaños número dieciséis ha pasado y es su turno para ascender al trono y su majestad lo está esperando con ansias y no dejará que nadie intente arrebatarte lo que por derecho es tuyo e incluso encontró para ti a alguien que quiere protegerte tanto como él-sonrió con dulzura.
-¿Me ha comprometido con un perfecto desconocido?-gruñó aunque en realidad quería llorar porque todo eso sabía a mentira.
-No es un desconocido-aseguró y fue su turno para hacer que el pequeño lo mirara a los ojos-Te conozco desde niño y sabes que te quiero, Hannie-sonrió una vez más mientras sus nudillos acariciaban su precioso rostro.
Han había crecido maravillosamente y Chanyeol no podía sentirse más feliz por eso, aunque eso fuera algo que había sabido desde la primera vez que lo vio. Él siempre supo Han iba a ser, sin duda alguna, el ser más hermoso en Tenebris, fue por eso que Chanyeol había decidido protegerlo sin importar qué y no había podido estar más honrado cuando su rey lo había elegido a él para entregarle su más hermoso tesoro, por eso él haría hasta lo imposible por hacerlo feliz hasta el último de sus días.
Sin embargo, Han no estaba de acuerdo con ninguna de sus ideas y se lo hizo saber con un golpe que no sólo le dolió infinitamente sino que además le mostró que no dejaría que sus objetivos se cumplieran.
-¡Chanyeol!-escuchó la angustiada voz de Baekhyun que rápidamente llegó hasta él y lo ayudó a incorporarse-¡¿Cuál es tu jodido problema?! ¡Él únicamente está intentando que las cosas sean más fáciles para ti!-vociferó molesto.
-¡Ni muerto me casaré contigo, antes que eso suceda haré que te ejecuten!-advirtió furioso.
Chanyeol rugió tras la amenaza e importándole muy poco de quien se trataba se lanzó sobre él, porque Chanyeol no dejaba a nadie amenazarlo tan a la ligera y no iba a comenzar permitiéndoselo a ese pequeño malcriado. Un alarido salió de sus labios luego de sentir algo quemándole la espalda, se puso de pie furibundo sólo para toparse con un par de feroces ojos grises, le rugió al pequeño príncipe e inmediatamente Lay y el chiquillo de ojos azules corrieron a defenderlo desplegando sus blancas alas.
-¡Basta!-ordenó Baekhyun colocándose frente a él como un escudo-¡No más!
-Haz que él retroceda-exigió Lay.
-Oblígame-lo retó Chanyeol.
-Cierra la boca-ordenó Baekhyun que rápidamente comenzó a empujarlo en dirección contraria a todos-Arreglaras tus problemas de pareja después-sentenció e inexplicablemente él se halló cediendo ante el pequeño chico y comenzando a caminar por cuenta propia.
-¿Príncipe Lu, se encuentra bien?-preguntó preocupado Minseok.
-¿Por qué ha defendido a ese... tipo?-exigió saber un molesto Lay.
Lu los ignoró a los dos.
-¿Estás bien?-inquirió preocupado.
-No-masculló con la voz rota y también con una nota de resentimiento.
-Han...
-No digas nada, no tienes nada que podría ayudarme ahora mismo-lo cortó.
-Pero...
-Al demonio-bufó, su voz evidenciaba que su llanto había sido imposible de contener-Quiero estar solo-dijo para que así Lu no pensara en seguirlo.
Lu observó preocupado como el castaño se alejaba cada vez más pero decidió dejarlo por el momento, alguien sujetando bruscamente su brazo lo devolvió a la realidad y al mirar a su derecha, se encontró con los ojos de Lay.
-¿Qué está pasando aquí?, exijo una explicación-habló un muy enojado Lay.
-Suéltame. Tú sabes que tocarme de esta forma es una falta grave-le recordó.
Él mayor lo soltó al instante aún viéndose muy molesto. Lu suspiró pesadamente antes de volver a mirar al mayor a los ojos y hablar.
-Ve y ayuda a Chanyeol-ordenó.
-¡¿Qué?! ¡¿Ha perdido la cabeza acaso?!
-No he preguntado si quieres hacerlo, es una orden-sentenció.
-De...
-¿Iras en contra de un mandato mío?-inquirió seriamente.
El sentido del deber y sus ideas parecieron comenzar una pelea interna en Lay, pero al final el deber fue el vencedor y tuvo que ir tras Chanyeol muy a su pesar. Minseok veía todo con incredulidad y sin atreverse a hablar, o por lo menos no lo hizo hasta que vio a Lu alejarse.
-Príncipe Lu-llamó apresurado ganándose una mirada impasible de parte del pequeño niño-¿Por qué hace esto?
-Porque es lo correcto-respondió.
-¿Lo correcto?-inquirió incrédulo-Ellos son el enemigo-señaló.
-Minseok-habló con una seriedad preocupante.
-¿S-sí?-musitó nervioso.
-Durante todo este tiempo me sucedieron muchas cosas y también aprendí muchas más, es por eso que yo sé lo que hago y ni tú ni nadie tienen derecho alguno para cuestionarme, ¿te quedó claro?
-S-sí-susurró un tono lastimero.
-Lu-la suave voz de Cho Ah llamó su atención y Lu prácticamente corrió hacia ella porque por fin podría tener noticias.
-¿Cómo está?-preguntó angustiado.
-Igual-respondió con pesar.
-¿Puedo verlo?-su voz fue suplicante y Cho Ah no tenía el corazón para decir no, luego de que tanto Han como él habían pasado casi un día entero esperando alguna noticia.
-Sí.
-Príncipe Lu-llamó al instante Minseok, se negaba a dejar que Lu se fuera con ella porque sabía que de permitir eso, todo iría peor para él.
-Vete. De verdad Minseok, no quiero que estés cerca de mí, vete por favor-pidió.
Minseok no pudo decir nada más, sus puños se apretaron con fuerza y gruesas lágrimas se deslizaron por sus mejillas; él no merecía eso, no era justo.
***
Una brillante luz lo cegó tan pronto sus ojos se abrieron y tuvo que volver a cerrarlos al instante, todo le dolía insoportablemente y apenas podía evocar unos pocos recuerdos de lo que había sucedido antes de que se quedara inconsciente.
Recordaba lo mal que se había puesto Kyungsoo luego de saber que Han y Lu habían ido al laboratorio diez, la explosión de dicho laboratorio, dejar a Kyungsoo encargándose de esos pequeñas molestias, él comandando a los Cazadores para enfrentarse con esos humanos estúpidos, la lucha con el patético chiquillo mestizo, la llegada de los Cazadores salvajes y...
Ojos color violeta.
-¡Kyungsoo!-llamó sobresaltado al recordarlo a él pero pronto él dolor lo hizo quejarse.
-Shhh-escuchó al tiempo que él lo empujaba por los hombros para que volviera a recostarse-Todo está bien-aseguró.
-¿Te hicieron daño?-preguntó angustiado, una faceta que muy rara vez dejaba ver.
-No, estoy bien-aseguró-Tú en cambio... -la vista de Kyungsoo se fijó en su pecho y él no demoró en seguirla hallando una grotesca herida que cicatrizaba muy lentamente.
-No es nada-le restó importancia porque no le gustaba ver esa mirada que Kyungsoo le dirigía. Trató de levantarse para demostrarle que no había que preocuparse pero él rápidamente lo detuvo.
-No puedes levantarte, tienes que seguir descansando-indicó.
-Estoy bien. Tú sabes que mi recuperación es casi inmediata-le recordó.
-No, debes descansar-insistió irritado.
-Te digo que estoy bien-repitió un tanto molesto.
-Acuéstate, ahora-gruñó.
-No-respondió con firmeza.
-¡No lo repetiré, vuelve a la cama!-elevó la voz.
-¡No, yo estoy bien!-dijo empleando el mismo tono de voz que él.
-¡No seas necios y haz lo que digo! ¡Yo tan sólo quiero cuidar de ti, Jongin!-gritó o eso trató de hacer por lo menos.
-¿Jongin?-musitó amargamente Kai.
Kyungsoo abrió y cerró la boca al darse cuenta de su muy estúpido error, el silencio que había ahí se sentía como una tonelada de rocas sobre ellos y Kyungsoo únicamente pudo desviar la vista cuando su mirada y la mirada dolida y resentida de Kai chocaron.
-¿Así que es de eso de lo que se trata, no?-trataba de sonar irónico pero le dolía y eso le hacía imposible el disimular-No es a mí a quien tratas de proteger, es a él-masculló entre dientes.
-Yo...
-¡¿CUÁNDO MIERDA VAS A DARTE CUENTA QUE NO SOY Y JAMÁS SERÉ ÉL?!-gritó-¡ÉL ESTÁ MUERTO!
-¡CÁLLATE!-gritó de vuelta.
Sus manos trataron de alcanzar el cuello de Kai pero él las sujetó antes y lo mantuvo inmóvil para obligarlo a enfrentarlo de una buena vez.
-¡MI NOMBRE ES KAI Y NO JONGIN! ¡YO NO SOY ÉL!-gritó agitando bruscamente al mayor-¡Soy el imbécil que lo haría todo por ti pero tú no lo puedes ver porque únicamente miras está maldita cara que tanto detesto! ¡Aborrezco parecerme a él!-Kyungsoo parecía asustado y por primera vez él veía eso en él-Yo... yo te amo pero no importa porque yo tan sólo soy su reemplazo... estoy junto a ti ocupando un lugar prestado que me gané porque me parezco a él-su voz se quebró, iba a llorar por primera vez en su vida y no lo quería-Kyungsoo, yo quiero estar a tu lado para siempre y desearía que fuera a mí a quien vieras... sólo a mí... ¿puedes? ¿Puedes sólo mirar a Kai?-preguntó suplicante.
-N-no-respondió trabajosamente pero esa era la verdad.
Kai sonrió amargamente y asintió, gotas de agua comenzaron a caer una tras otra mientras sus manos dejaban ir a la persona que más adoraba pero que no lo quería. Kyungsoo lo dejó ir sin ninguna objeción de por medio y él odio eso, porque ilusamente él había llegado a fantasear con Kyungsoo saliendo a detenerlo pero era sólo eso, un ingenua fantasía que sólo le provocaba interminables lágrimas.
"No soy Jongin aunque soy una copia exacta de su apariencia física y aunque odio profundamente a esta persona, yo... ahora mismo daría todo para ser él."