Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Demonically angelic por DNA

[Reviews - 114]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya no recordaba como era actualizar dos veces en un día jajajaja pero aquí el capítulo número 2.

Salió de su habitación rumbo al lugar donde estaban los vehículos sin que el sol hubiera salido siquiera, había pasado una mala noche por culpa de un sueño que ni siquiera conseguía recordar, chasqueó la lengua fastidiado y siguió su camino, tenía que ser cuidadoso o de lo contrarió tendría que soportar un sermón de Suho diciéndole que eso era peligroso y que llevara a alguien más, subió a su motocicleta y los vigilantes le abrieron las puertas apenas justo a tiempo para que saliera, ellos ya estaban acostumbrados a eso.

Iría un poco lejos en esa ocasión y eso le gustaba... le gustaba esa sensación de libertad y calma que le traía subir a su motocicleta y recorrer los solitarios caminos, el viento le daba de lleno en el rostro, sus ojos estaban protegidos por sus googles y su boca por la mascarilla así que aquello no era un problema y le permitía seguir acelerando.

Al llegar a su destino no se sorprendió al encontrase con aquel paisaje que siempre lo recibía, todo ahí eran ruinas y el familiar verde de la vegetación, eso tal vez era lo único bueno del Suceso, la naturaleza había recuperado su territorio. Apagó su motocicleta y se quitó los googles dejándose únicamente la mascarilla, revisó el lugar con la mirada, aparentemente estaba desierto y dudaba que pudiesen encontrar algo útil ahí pero Suho no iba a querer únicamente su opinión sobre su primera impresión del lugar.

Tenía que revisarlo perfectamente lo cual era tedioso, bufó decidiendo ponerse a trabajar porque entre más rápido acabara, antes podría dejar de hacer eso.

***

Hermosos ojos grises miraban con miedo al hombre que acababa de llegar, se giró buscando con la mirada al mayor que seguía sin despertar, estaba recostado boca abajo en el suelo, sudaba mucho y la mueca de dolor de su rostro no había cambiado en nada, el pequeño se acercó para tocar su frente notando que la fiebre no había disminuido nada y de ser encontrados podrían hacerle daño a él, tenía miedo pero debía alejar a ese intruso del mayor y rápido.

Buscó con la mirada algo que pudiese utilizar como arma hasta hallar un tubo de metal oxidado a lo lejos, lo tomó con fuerza entre sus pequeñas manitas temblorosas y volvió a girarse hacia el mayor que respiraba de forma extraña y balbuceaba palabras sin sentido, se acercó hasta él, tomó el pequeño cuaderno a su lado y volvió a mirar hacia donde había visto al extraño hombre antes.

Aquel hombre de mascarilla roja había comenzando a andar hacia su dirección, su pequeño cuerpo comenzó a temblar, pasó saliva ruidosamente y apretó aquel tubo en sus manos, acercó su rostro al del dormido mayor, depositó un pequeño beso en su humedecida frente antes de irse y se digirió al intruso, tenía que alejar a aquel hombre.

***

Al entrar al viejo edificio Sehun sintió una extraña  sensación recorrerlo, se sentía observado, miró a todos lados de forma casi imperceptible, tenía un extraño presentimiento con ese lugar, siguió su camino aun sintiéndose observado, un ruido lo alertó, miró en todas direcciones.

Algo se movió a sus espaldas y rápidamente se giró desenfundando sus armas y apuntando a esa dirección.

-Muéstrate seas quien seas-ordenó autoritariamente.

Un gritó proveniente de uno de sus costados lo hizo girarse, una pequeña figura corría en su dirección tratando de atacarlo, disparó al arma que aquella pequeña criatura sostenía haciéndola volar por los aires para finalmente aterrizar a unos metros lejos, redirigió sus ojos al frente encontrándose con un pequeño niño.

Su cabello era de un precioso rubio casi blanco que jamás había visto, su piel era blanca y de aspecto suave, su angelical rostro poseía rasgos indescriptibles, su pequeña nariz tenía un poco de suciedad en la punta, sus pequeños labios rosas temblaban y los ojos más bellos que había visto estaban llenos de lágrimas de puro miedo.

Se quedó ahí paralizado bajo un extraño hechizo de esos preciosos, externamente familiares y brillantes ojos grises, el pequeño temblaba descontroladamente como si esperará lo peor, dio un paso adelante para acercarse y hacerle saber que no iba a hacerle daño pero un fuerte golpe lo envió al suelo.

-¡NO TE ACERQUES A ÉL!-gritó una voz desconocida.

Sehun se sentía aturdido por el repentino ataque y en cuanto vio los pies de la persona que lo había atacado los sujetó haciéndolo caer también, se movió rápidamente colocándose sobre el cuerpo ajeno y levantando su puño para noquear a su atacante pero se detuvo.

Brillantes ojos castaños lo observaban con fiereza, su piel era blanca y parecía porcelana, su cabello castaño estaba desordenado, sus hermosas facciones andróginas estaban descompuestas en una expresión amenazante y adolorida, su pequeña nariz estaba arrugada y tenía los labios rosas más apetitosos que había visto.

¿Qué mierda? ¿Acaso el maldito lugar estaba lleno de chicos con aspecto de ángel?, se preguntó a sí mismo y el chico bajo su cuerpo aprovechó su distracción para acertar un rodillazo y sacárselo de encima.

-¡NO TE QUEDES AHÍ PEQUEÑA BASURA, CORRE CON UN CARAJO!-le gritó al pequeño rubio.

El castaño se levantó del piso e intentó correr hacia el paralizado rubio, Sehun se incorporó tras él y lo tomó del brazo cuando intentó correr, el menor se giró hacia él lanzándole un puñetazo que esquivó sin problemas acertando el suyo en el rostro contrario.

El pequeño rubio gritó cuando vio a Sehun golpear al castaño, el muchacho no se rindió lanzándose nuevamente al ataque, Sehun jamás había encontrado alguien a su nivel a la hora de pelear pero el castaño sin duda estaba dando una buena batalla pero extrañamente no quería lastimarlo por lo que se dedicaba a esquivar sus golpes únicamente hasta que logró sujetarlo.

-¡SUÉLTAME!-gritó histérico resolviéndose sin control hasta que logró liberarse-¡Pelea como se debe!-exigió lanzando un nuevo puñetazo que Sehun iba a esquivar pero este jamás llegó a acercarse lo suficiente.

El castaño gimió de dolor cayendo de rodillas al suelo con sus manos sobre su pecho, tosió fuertemente expulsando sangre de su boca antes de desmayarse dejándole ver a Sehun la herida en su espalda.

El pequeño rubio chilló corriendo hacia él mayor poniéndose de rodillas junto a él mientras movía su cuerpo ligeramente como pidiéndole que se levantara, vio al desconocido avanzar y se levantó rápidamente colocándose frente al herido cuerpo del castaño con los brazos extendidos mientras negaba repetidas veces aún con el rostro empapado por las lágrimas, no quería que ese hombre le hiciera más daño al mayor.

-Tranquilo, tranquilo-dijo y retiró su mascarilla en un intento por hacerle ver al pequeño que no iba a hacer nada malo-No voy a hacerles daño-prometió.

Sus ojitos llenos de lágrimas miraron entonces con mayor atención al pelinegro, sus penetrantes ojos miraban con la misma atención sorprendiéndolo con sus ojos, cada uno tenía un color distinto y él jamás había visto algo así en un hombre, nunca había visto a nadie con un ojo azul como el cielo y otro dorado como el sol, su rostro serio y de facciones cinceladas lucía hermoso sin esa mascarilla, delgados labios rosa pálido intentaban sonreír y aunque él sabía que era arriesgado decidió confiar en ese hombre porque sus hermosos ojos le decían que estaría a salvo con él.

Rápidamente abrió su pequeño cuaderno y garabateó sobre él para luego alzarlo hacia el pelinegro con la desesperación tatuada en su rostro bonito.

"Ayúdalo por favor"

Ponía sobre el papel en bonitas letras en cursiva, Sehun miró al de ojos grises con sorpresa, el niño seguía moviendo el cuaderno en su dirección de forma ansiosa gimoteando audiblemente.

-¿Tú no...?-comenzó viendo al pequeño volver a escribir sobre el cuaderno con urgencia.

"No importa, debes ayudarlo"-insistió.

-Bien-asintió

Tomó al castaño en sus brazos para llevarlo hasta su motocicleta, el pequeño rubio los seguía de cerca.

-Tendremos que viajar ahí-le informó al pequeño que asintió sin queja alguna.

Sehun asintió, volvió a poner al castaño en el suelo con cuidado mientras subía al rubio y le colocaba su mascarilla, volvió a levantar al inconsciente chico colocándole antes su chaleco y se subió a su motocicleta acomodando al inconsciente castaño sobre su regazo, se colocó los googles girándose después hacia el menor.

-Sujétate muy fuerte de mí-indicó.

El rubio asintió y lo abrazó con fuerza cuando encendió la motocicleta y aceleró a tope, tenían que llegar rápido con Suho o lo más probable es que el castaño moriría.

Se sintió extraño al darse cuenta que por primera vez odiaba que el camino fuese tan largo, sentía las pequeñas manitas del rubio aferrarse a él, se giró un poco sin lograr verlo, escuchó un ligero quejido y miró al chico en sus brazos mirarlo con los ojos entrecerrados antes de acurrucarse contra él.

-Aguanten un poco más, ya casi estamos ahí-musitó sin estar seguro de si ellos lo habían escuchado.

Cuando finalmente llegaron Sehun se bajó con el castaño en brazos y entró a toda prisa olvidándose que probablemente el pequeño rubio necesitaba su ayuda para bajar de la motocicleta.

-¡SUHO NECESITO AYUDA AQUÍ!-gritó fuertemente.

Suho y Max aparecieron al instante al escucharlo gritar, el mayor mando a llamar a la doctora Jena al ver al castaño.

-¿Qué pasó?-preguntó alarmado acercándose a él para comprobar los signos del castaño.

-Ya estaba herido cuando lo encontré, tiene una herida en la espalda, no la vi bien pero probablemente sea de una flecha o algo así-respondió.

-¿Quién es?-cuestionó seriamente.

-No lo sé.

Max y el pequeño equipo médico de una sola doctora y enfermera aparecieron, puso al castaño sobre la camilla y los vio alejarse con él hasta que sintió un ligero tirón a su camiseta encontrándose con un par de angustiados ojos grises.

"¿Estará bien?"-preguntaba el pequeño.

Sehun se inclinó hasta quedar a su altura, limpió con sus dedos las lágrimas del pequeño niño y asintió despacio, el pequeño no dudo en arrojarse a sus brazos y él lo recibió sin queja alguna, todo sucedió ante las incrédulas miradas de Max y Suho que parecían estar viendo a un desconocido.

Y no era para menos, Sehun nunca era amable, dulce, considerado o si quiera educado con otro ser humano pero ahí estaba, abrazando a un pequeño niño rubio que sostenía un pequeño cuaderno blanco.

-Sehun-llamó seriamente Suho.

Sehun gruñó y se alejó del pequeño rubio poniéndose correctamente de pie para encarar al mayor, sintió al pequeño pegarse a su cuerpo y sostener con sus manos su camisa ocultándose así tras él.

-Está asustado-le dijo a Suho esperando que lo dejara irse.

-¿Quiénes son ellos?-preguntó seriamente el mayor.

-No lo sé, los encontré en una de las edificaciones de las ruinas a las cuales fui a hacer la exploración-respondió.

Suho llevó su mirada al pequeño rubio que apenas asomaba su cabeza detrás de Sehun, le sonrió suavemente viendo como el pequeño se asustaba y se encogía tras el pelinegro, notó apenas lo sucio que estaba con aquella ropa rota y suspiró resignado.

El niño seguramente necesitaba un baño, comida y descansar, parecía también estar cómodo con Sehun así que iba a dejarlo bajo su cargo por el momento.

-Llévate al niño, ve que tome una ducha, dale de comer y que descanse-indicó.

Sehun asintió sin objeción alguna, tomó la mano del pequeño y se lo llevó con él ante la sorprendida mirada de ambos mayores.

-¿Qué rayos le pasa?-preguntó un sorprendido Max.

-Tal vez nunca ha sido tan hijo de puta como pensamos, nunca había convivido con un niño-explicó Suho.

-Pero...

-Los niños están lejos de la Fortaleza y se mantienen en los refugios, es la primera vez que Sehun tiene a uno tan cerca, tal vez los niños le gusten-se encogió de hombros al no hallar otra explicación.

-Tal vez-murmuró aún dudoso Max.

***

Varios minutos después Sehun finalmente escuchó la regadera apagarse, esperó pacientemente-lo cual ya era mucho decir tratándose de él-un par de minutos más a que el pequeño rubio saliera de los baños comunes.

Cuando el pequeño salió Sehun sintió como si perdiera el aire, el pequeño ya de por sí le había parecido un ángel cuando lo había visto aunque estuviera todo sucio y asustado pero al verlo limpió y así de sonriente era simplemente indescriptible.

Le sonrió ligeramente cuando lo vio agitar los brazos y reír porque la camiseta que le había dado le quedaba inmensamente grande, lo cargó sin saber bien el porqué y lo llevó de vuelta a su habitación deleitándose con el dulce aroma que desprendía.

Lo dejó sobre su cama y le tendió ese cuaderno blanco que había traído consigo y parecía no querer soltar, debía saber algunas cosas y el pequeño necesitaba eso para comunicarse.

-Bien-habló captando la atención del menor-Tenemos que hablar-dijo viendo al niño ladear la cabeza lo cual seguramente se debía a su estúpido comentario, el pequeño no hablaba-Bueno... tú entiendes-murmuró y él asintió antes de escribir algo en el cuaderno.

"Muchas gracias por ayudarnos y ser tan bueno conmigo"-sonrió.

-No agradezcas, no podía solo dejarlos ahí, soy un bastardo pero hasta yo tengo algo de corazón-dijo y él asintió-¿Cómo te llamas?

"Yo soy Lu, mucho gusto"

-Lu, lo tengo-asintió-¿Cuántos años tienes?-inquirió viendo al menor fruncir ligeramente el ceño.

"No has dicho tu nombre, debes decirlo porque es descortés preguntar el nombre de alguien sin decir el tuyo también"-regañó haciéndolo reír un poco.

-Tienes razón, me llamó Sehun-se presentó extendiendo su mano hacia el menor que la estrechó sonriente.

"Mucho gusto Sehun, yo tengo diez años, ¿cuántos años tienes tú?"-preguntó.

-Yo tengo veintiséis-respondió, el pequeño asintió mostrándole nuevamente su preciosa sonrisa-¿Qué hacían ustedes solos en aquel lugar?-preguntó seriamente.

“Nos ocultábamos.”

-¿De quién?

“De cualquiera que pudiera hacernos daño.”

-¿Fueron echados de la ciudad?-inquirió, el menor no respondió de inmediato, sus ojos se oscurecieron ligeramente antes de asentir lentamente-Pero son solo niños, ¿qué mierda tiene en la cabeza ese bastardo?-masculló enojado asustando un poco al pequeño-Lo siento pequeño-sonrió para él.

“¿Qué es este lugar?”

-Es la Fortaleza, somos rebeldes-respondió seriamente.

El rubio lo miró sorprendido para luego mirar a la puerta, cuando esta se abrió, Suho ingresó a la habitación y el pequeño niño inmediatamente se movió en la cama para quedar tras él como si de esa forma Suho no lo fuera a ver.

-No te asuste pequeño, nadie aquí va a lastimarte-dijo tranquilamente Suho.

El rubio asomó un poco su rostro sorprendiendo al mayor ante su preciosa imagen, parecía irreal, nunca había visto algo tan bonito como lo era ese niño, estiró su mano para intentar tocarlo pero la mano de Sehun sobre su muñeca lo frenó.

-Estás asustándolo-masculló el menor.

-Oh, yo… lo lamento es sólo que… no… nada… ¿cómo te llamas?-preguntó.

-Dijo que lo llamara Lu-respondió Sehun.

-Lu, muy bien, mi nombre es Joonmyun pero aquí todos me dicen Suho, tú también puedes decirme así si quieres-Lu asintió tímidamente.

-¿Cuántos años tienes Lu?-inquirió.

-Diez-volvió a responder Sehun y Suho frunció el ceño.

-¿Podrías dejar que él responda?-regañó.

-No puede, Lu no habla-explicó.

-¿Qué?-dijo bastante sorprendido desviando su mirada al niño que estaba escribiendo algo en ese cuaderno blanco.

"¿Cómo está Hannie?"-preguntó alzando su cuaderno para que Joonmyun lo leyera.

-¿Hannie?-inquirió Sehun.

“El chico castaño, él es Hannie”-explicó respondiendo a su interrogante.

-Es verdad-murmuró sorprendido, al principio le había parecido extraño que un niño como él fuese expulsado de la Ciudad pero ya veía cual era el defecto que tenía-Tu hermano está estable-respondió a la pregunta del niño.

"Hannie no es mi hermano"-aclaró.

-¿Qué?-dijo sorprendido, ambos eran idénticos, casi copias exactas pero con edad diferente.

"¿Hannie despertó ya? ¿Puedo verlo?"-preguntóesperanzado.

-No pequeño, todavía no puedes verlo, él debe estar en observación por ahora-explicó Suho.

"¿Va a recuperase, cierto?"-sus hermosos ojitos se empeñaron con lágrimas y Suho no tenía corazón para decirle la verdad.

Hannie, como el rubio lo había llamado, estaba bastante mal, había perdido mucha sangre, estaba delirando a causa de la fiebre y Jena le había dicho que había descubierto varias y grandes cicatrices en la espalda del chico, él había pasado un infierno eso era obvio, estaba muy débil y no sabían si podría pasar de esa noche.

-Todo saldrá bien-mintió para no preocuparlo.

El pequeño hizo un precioso puchero que le aceleró el corazón a Sehun sin explicación alguna, los hermosos ojos grises del pequeño lo observaron fijamente, salió de su escondite y se sentó a su lado volviendo a tomar su cuaderno.

"¿Me das de comer por favor?"-pidió mostrándole a Sehun lo que había escrito.

-Por supuesto que sí pequeño-respondió Suho-Sehun, lleva a nuestro educado huésped al comedor para que consiga algo de comer-indicó.

-Bien, vamos Lu-dijo, lo levantó de la cama en brazos y lo sacó de ahí.

Sus tiernas mejillas estaban rojas y Sehun realmente pensó que era adorable la forma en cómo él ocultaba su rostro en su cuello, Lu no pesaba nada y cargarlo le gustaba, el pequeño era demasiado abrazable.

Al entrar al comedor todos se quedaron boquiabiertos al ver a Se corazón de piedra Hun cargar a un pequeño niño pero la mayor sorpresa vino después cuando vieron al pequeño luego de que Sehun lo dejara sentado en una de las sillas de la única mesa vacía.

El niño era precioso, parecía brillar y nadie entendía que hacía un ser tan bello como ese angelical rubio en aquel lugar, Sehun se percató de las miradas curiosas y les lanzó una mirada fulminante para que alejaran sus ojos de Lu, por alguna razón no le gustaba que lo miraran.

-¿Qué quieres de comer?-le preguntó al menor.

"Como de todo, lo que sea estará bien"-sonrió.

-Bien, iré por la comida, no te muevas de aquí-indicó recibiendo un asentimiento en respuesta.

Cuando Sehun se alejó y todas las miradas estuvieron nuevamente sobre él, únicamente pudo sonrojarse y sonreír tímidamente dejando aún más maravillas a todas las personas que lo miraban, las personas parecían debatirse entre acercarse y no hacerlo pero él rogaba que no lo hicieran, era demasiado tímido y le daban miedo las personas extrañas.

Vio a un hombre muy alto y de rojo cabello levantarse de su asiento con una charola en sus manos y acercarse a él, Lu se revolvió incomodo en su sitio y se giró buscando a Sehun pero él no estaba y al volver la mirada al frente el hombre pelirrojo estaba sentado frente a él haciéndolo dar un saltito en su lugar.

-Hola-lo saludó sonriente.

Sus pequeños ojos grises miraron con atención la sonrisa ajena correspondiendo tímidamente a ella con una sonrisita un tanto temblorosa, sentía sus mejillas arder y sus manos temblaban cuando comenzó a escribir en su cuaderno.

“Hola.”

-Soy Max, un amigo de Sehun, ¿cómo te llamas?-preguntó.

“Lu”

-¿Lu?, jamás lo había escuchado, ¿qué significa?

“Mi madre decía que significa ciervo.”

-¿Ciervo? ¿Cómo esos animales con astas que había antes en la Tierra?-Lu asintió-Que lindo-sonrió-¿Cuántos años tienes Lu?

“Diez.”

-Wow pero si eres casi un adulto-dijo con una voz jovial-Yo tengo casi treinta, soy viejo-rió por su propio comentario haciendo que la sonrisa del menor se ampliara.

“Eres joven y también guapo.”

-Pues muchas gracias-rió-Tú también eres una belleza-lo halagó haciéndolo sonrojar adorablemente-Que dulce.

-No acoses a Lu, esfúmate-ordenó Sehun con esa expresión asesina que funcionaba casi con todos menos con el pelirrojo y con Suho.

-Pero si nos estamos conociendo mejor-murmuró haciendo un puchero.

-No me importa, aléjate de él o voy a romperte la nariz-amenazó.

-Que malo, pareciera que quieres acaparar su atención-se quejó.

-No digas estupideces, lo que sucede es que tú lo asustas-explicó con fastidió-Esfúmate ahora-ordenó.

El pelirrojo se levantó de mala gana de su sitio miró al pequeño niño que lo miraba curioso y le sonrió ampliamente, sin duda alguna Sehun estaba actuando raro pero seguro que era por lo adorable que era esa pequeña cosita rubia con preciosos ojitos.

-Nos vemos después Lu-se despidió.

“Adios señor Max.”

-Viste, soy el señor Max-sonrió con orgullo.

-Fue por educación-dijo con burla Sehun.

Max refunfuñó como un niño antes de dar media vuelta e irse, tenía algo que hacer de cualquier forma. Sehun no le quitó la mirada de encima hasta que estuvo muy pero muy lejos de ellos, volvió su atención a Lu que lo miraba atentamente con esa bonita expresión de inocencia que realmente comenzaba a gustarle.

-No estoy muy seguro de si te guste, espero que sí-dijo poniendo la charola con comida frente a él.

Lu sonrió brillantemente antes de asentir y comenzar a comer, Sehun tuvo que morderse el labio inferior para no sonreír ante la imagen, ese niño tenía algo y él no sabía que era pero de alguna forma lo tenía fascinado.

Y el tiempo sólo se encargó de hacer crecer esa fascinación, había bastado una semana solamente para que ese pequeño se volviera su inseparable perseguidor y le gustaba, le gustaba demasiado verlo seguirlo de un lado a otro, que se despidiera y le diera la bienvenida cada vez que salía a explorar, lo dulce de sus sonrisas, su hermosa mirada, su risa, su carita de concentración cuando Jena comenzó a enseñarle sobre el lenguaje de señas, sus largas charlas, todo en él era bueno, limpio y puro lo cual simplemente lo ataría más y más.

Él jamás imaginó ni por casualidad que le gustaran los niños pero era fácil estar con el pequeño rubio, era  agradable sentir sus pequeños brazos envolviéndole el cuerpo y sentir su pequeña mano sujetando la suya pero no todo era así de bueno y Sehun había descubierto ya que odiaba ver la carita de tristeza que el pequeño ponía cuando preguntaba por su amigo.

El castaño hasta ahora estaba vivo pero no presentaba signos de querer despertar, Jena hacía todo lo que podía que al final no era mucho y Sehun cada vez tenía menos excusas para darle al pequeño rubio que cada día iba perdiendo las esperanzas de ver al mayor despertar.

-¿Qué hacemos aquí?-preguntó Sehun luego de un largo silencio.

La habitación o mejor dicho, la enfermería, estaba siendo ocupada por él, Suho, Max, Jena, la enfermera Cho Ah y el dormido jovencito que parecía nunca iba a despertar.

-Hay algo que tienes que ver-respondió Suho-Jena-indicó.

 Jena miró fijamente a su enfermera antes de asentir en su dirección, la hermosa rubia no dijo nada y simplemente descubrió al jovencito bajando las mantas hasta sus caderas y subiendo la manta en la zona de sus piernas hasta que la manta solamente cubría de sus caderas hasta un poco más arriba de sus muslos.

Sehun observo mudo el hermoso cuerpo que había sido revelado ante sus ojos sintiéndose demasiado incomodo al notar algo reaccionando en sus pantalones, evitó mirarlo nuevamente y centró toda su atención en Suho que miraba seriamente al jovencito que yacía boca abajo en la cama.

-El paciente presenta varias cicatrices a la largo de la espalda, todas ellas abarcando una gran cantidad de su piel-comenzó a hablar Jena sorprendiendo a Sehun que volvió a mirar al chico, no se había percatado antes de las cicatrices antes por estar más concentrado en la bonitas piernas del chico pero ahora era capaz de ver las muchas cicatrices que tenía y era sin duda un escenario espeluznante.

-¿Qué las hizo?-preguntó Suho.

-No lo sé, nunca había visto este tipo de patrones, no parecen de una arma-explicó-Él también tiene varios hematomas en algunas zonas de su cuerpo sobre todo en su pecho, Max por favor dale la vuelta sin descubrirlo-pidió.

El pelirrojo asintió e hizo lo que la doctora decía asegurándose de ser muy cuidadoso. Todos miraron con atención el blanco pecho del inconsciente joven que era cubierto por varios cardenales de diferentes tonalidades.

-Hay también una marca bastante extraña en su cadera-las manos de la doctora descubrieron la zona a la que se refería mostrando un extraño símbolo que parecía alguna especie de tatuaje y que ninguno supo reconocer-Lo que sea que le hacían a este chico lo han hecho por mucho tiempo pero solamente a él, revise también a Lu pero él no presenta ni una sola herida pero…

-¿Pero?-cuestionó Suho.

-Creó que Lu puede hablar-dijo seriamente.

-Eso es imposible-aseguró Sehun.

-No lo es, Lu puede gritar y reír de forma audible lo cual es imposible para una persona totalmente muda y es obvio que no es sordo por lo que su falta de habla no podría deberse a la falta de audición ya que el escucha  perfectamente cuando le hablamos, tal vez el verdadero problema es que no quiere, es obvio que algo les pasó y puede que eso sea lo que le impide hablar-explicó seriamente.

-¿Quién le haría algo así a unos niños?-inquirió preocupado Suho.

-No lo sé pero ellos necesitan nuestra ayuda-murmuró la doctora.

Sehun había dejado de prestar atención a la charla que estaban manteniendo Jena y Suho que habían salido de la habitación seguidos de Max y Cho Ah dejándolo ahí solo con el castaño, toda su atención estaba puesta sobre el cuerpo tendido sobre la cama, su mano avanzó hasta posarse sobre el pecho del castaño dormido, tenía la piel muy suave pero también estaba fría, la recorrió con mucho cuidado ascendiendo despacio hasta su precioso rostro y cuando tocó su mejillas los ojos del muchacho se abrieron de golpe mientras su mano era apretada fuertemente.

-Tu deseo es palpable en tu asqueroso tacto-gruñó con asco.

Sehun jaló bruscamente su mano alejándola del chico que lentamente volvió a cerrar los ojos y nuevamente se quedaba dormido, repentinamente estaba demasiado nervioso y lo único que se le ocurrió hacer fuer salir de la habitación para reunirse nuevamente con sus compañeros.

-Es obvio que ese chico sabe algo, tenemos que hacer que despierte-sentenció seriamente Suho.

-Haré todo lo que pueda-aseguró Jena.

-Te lo encargo Jena-sonrió-Vamos Sehun-indicó y él obedeció de inmediato.

No menciono nada sobre lo ocurrido pero seguía habiendo algo que no le gustaba en todo eso, era demasiado extraño que ese chico hubiese sido prácticamente torturado pero que Lu no tuviera ni un rasguño.

“Bienvenido Sehunnie”-el cuaderno blanco del rubio con esa frase escrita fue lo primero que vio al entrar a su habitación y la sonrisa que se formó en sus labios fue inevitable.

-Hola pequeño-le revolvió el cabello haciéndolo reír.

“No hagas eso.”

-Sí no te gustara no reirías-comentó señalándolo.

Lu sonrió divinamente por su comentario, el vago recuerdo de las palabras de Jena llegaron a él volviendo su mirada una completamente seria, Lu ladeó la cabeza ante la nueva actitud y se apresuró a escribir algo en su cuaderno.

“¿Pasa algo Sehunnie?

-Lu-llamó suavemente mientras se ponía en cuclillas-¿Siempre has sido así, es decir, nunca has podido hablar?

“Sí, nunca he hablado”-respondió poniendo una expresión algo triste.

-¿De verdad?-insistió.

“No podría mentirte. ¿Por qué me preguntas esto?”-interrogó desconcertado.

-No, no es nada-sonrió levemente-Ven, es hora de dormir-indicó, Lu tomó su mano sin dudarlo y se dejó guiar a la cama que había compartido con el mayor durante varios días, Sehun lo hacía sentir seguro siempre.

***

-Oh vamos, por favor-suplicó el pelirrojo olvidándose de la poca dignidad que le quedaba.

-Te he dicho muchas veces ya que estoy ocupada-respondió la rubia-En todo caso ¿a dónde su supone que iremos?, allí afuera no hay absolutamente nada que pueda interesarme-le recordó.

-Sera divertido, te prometo que no vas a aburrirte Cho Ah-aseguró.

-No Max, hay un paciente y debo quedarme a cuidarlo-sentenció.

-El chico está dormido desde hace una semana, puedes escaparte un rato-dijo suplicante.

-No Max, si tanto quieres estar cerca de mí mejor quédate aquí conmigo para cuidar al enfermo-sugirió.

-Está bien-aceptó al no tener otra opción.

-Genial-sonrió-Toma, ve y remplaza el suero por este, yo iré a dejar esto a la doctora así que cuida de él mientras vuelvo-pidió con una gran sonrisa.

El pelirrojo únicamente pudo suspirar derrotado y caminar de mala gana a la habitación que conectaba con esa, adentró solamente había tres camas separadas cada una por cortinas blancas, él único paciente ahí era el menor que Sehun había traído aquel día, caminó hacia la ultima cama suspirando profundamente en el proceso, llevaba mucho tiempo rogándole a la hermosa enfermera y ella nunca aceptaba salir con él, tal vez no le gustaba, pensó con decepción mientras colocaba el nuevo suero.

-¿Por qué ella es tan complicada?-murmuró revolviéndose el cabello, se dio media vuelta para volver con a la otra habitación pero alguien lo detuvo.

Se giró rápidamente encontrándose con un par de ojos rojos mirándolo fijamente, una extraña sensación se fue apoderando de su cuerpo dejando su mente completamente en blanco y permaneciendo inmóvil ante el hermoso chico que lo miraba.

Una sonrisa ladina se dibujó en los bonitos labios del menor que al ver la expresión en blanco que el pelirrojo tenía, no conocía a ese hombre, jamás lo había visto, él no iba a recordarlo pero esa noche sería su víctima.

***

Sus ojos se abrieron de golpe al sentir aquella horrible sensación, sabía que Han había despertado por fin y estaba haciendo algo malo, no sabía el qué pero lo sabía, le daba demasiado miedo cuando sentía esa horripilante sensación, miró a la persona dormida a su lado y no dudo en despertarlo.

Sehun lo miró confuso cuando el pequeño movió sus brazos y se metió entre ellos, lo sentía temblar así que lo abrazó con fuerza pensando que sería una pesadilla y que el miedo pronto se iría.

-No te asustes-susurró viéndolo asentir-Duerme-indicó volviendo a cerrar los ojos pero Lu no pudo, sentía que si se dormía Han entraría a hacerle daño y no lo quería, le tenía miedo a ese hermoso ser que decía querer protegerlo únicamente.

Notas finales:

Tienen que admitir que Lu es demasiado tierno y que si lo tuvieran enfrente lo apachurrarían con un abrazo jajajajaja

Ok no, espero que los dos primeros capítuos les hayan gustado y me dejen sus hermosos RW con su opinión, muchas gracias y hasta pronto :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).