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METALLIZE por Khalos

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Notas del fanfic:

Confabular. Eso es lo que hace el destino cuando me ví reflejado en tus ojos.

TITULO: METALLIZE


AUTORA: Khalos


PAREJA: Winteriron


FANDOM: MCU/AU (Wolf!Omegaverse)


DISCLAIMER: Marvel, si fueran míos los derechos no haría sufrir tanto a mi Tony. (T-T)


DEDICATORIA: A clumsykitty! xD (Fue tuyo el primer fanfic que leí de esta hermosa y sensual pareja... y de allí no paré...)


¡GRACIAS A TODOS!


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CAPÍTULO 1: Oberture


Tony trató de no moverse a pesar de que su cuerpo se estremeció violentamente cuando su padre lanzó una botella contra el suelo de la tienda de campaña, convirtiéndose ésta en añicos al instante. Pese al ruido ocasionado, los guardias betas que se encontraban de pie junto a la puerta exterior de la tienda no se movieron, continuando con su mutismo y su impasibilidad hasta que sus órdenes fueran cambiadas.


Anthony se encontraba de pie justo en el centro de la tienda de Howard, tratando de mantener la calma, evitando exteriorizar el gran temor que estaba creciendo en su interior al ver a su padre caminando alrededor suyo, como si estuviera esperando una reacción de su parte. Tony ni si quiera se atrevía a hacer contacto visual, por temor a enfurecerlo mucho más, decidiendo permanecer en su lugar y enfocar su mirada en sus manos. El silencio presente en la tienda solo era interrumpido por el sonido de las pisadas de su padre al desplazarse o por el viento helado que se lograba colar.


Howard nunca había estado contento con Tony, su primogénito. Había sido un fracaso desde el principio, al nacer como omega en lugar de Alfa. Él hubiera querido otro hijo, pero María, su esposa, había sido asesinada por cazadores humanos. La desolación por la pérdida de su compañera y la misma condición de hombre lobo que poseía, no le permitió tomar otra pareja que le diera un Alfa, puesto que la unión entre pares de lobos era para toda la vida. Por ello es que tuvo que hacer frente a la desgracia de conformarse con un hijo como Tony, tan rebelde y desconsiderado. Este pensamiento lo hizo regresar al presente y detener su caminar por la tienda de campaña.


Las pisadas se detuvieron, dándole a Tony la oportunidad de levantar su mirada para observar qué había sucedido para que su padre se detenga. Lamentó haberlo hecho. Los ojos de Howard habían cambiado su coloración a un rojo-carmesí característico de los Alfa cuando estaban exteriorizando su deseo de someter a un individuo. Tony podía sentir cómo su cuerpo comenzaba a encorvarse automáticamente aunque no lo quisiera. Odiaba eso. Odiaba que su padre recurra a su naturaleza Alfa para conseguir que le obedezca. Pese a la inevitabilidad del sometimiento, Tony seguía luchando por mantener el control de su cuerpo. Un gruñido de advertencia de parte de su padre hizo que deje de luchar, haciéndolo arrodillarse completamente. Tony desvió su mirada almendrada de los ojos carmesí de Howard, esperando la reprimenda que le iba dar.


—Una y otra vez, no has sido más que una mancha en mi nombre. Un OMEGA. Alguien lo suficientemente débil comopara mostrar misericordia a losasesinos de su propia madre. De esa manera NUNCAvas a poderdirigiresta manada... Siendo firmes e impasibles nos hemos mantenido durante muchos inviernos, inviernos que no has visto ni vivido. Observando tu comportamiento vacilante me hace preguntarme ¿¡QUIÉN va a estar al mando cuando muera!?— vociferaba Howard


Tony continuaba en su misma posición de rodillas, mirando al suelo de la tienda de campaña. Trató de no verse afectado por las duras palabras de su padre, ignorando a su vez la forma en que su corazón latía en su pecho. La acumulación de humedad en sus ojos y la formación de un nudo en su garganta no lo iban a delatar, no dejaría que su padre lo vea en ese estado y que disfrute de su dolor y sus lágrimas.


—Ya tienes 21 y aún no te has acoplado. Tus congéneres ya tienen hasta hijos y tú continúas vagando libremente sin buscar un compañero. Si no fueras mi hijo, ya te hubiera expulsado de mi territorio por tu inutilidad para con el aumento de integrantes en la manada. ¡Es por ello que el torneo se llevará a cabo, sin que me importe lo que digas o pienses acerca de ello!— exclamó Howard para dar por terminada la conversación.


Tony apretó los dientes y frunció el ceño después de escuchar las palabras de su padre. Era lo mismo todos los días, ya debería haberse acostumbrado, sin embargo, no podía. Y más aún cuando su padre le recordabala pronta celebración del torneo y junto con ello su futura conversión en un mero trofeo para el Alfa ganador. Los Alfas de su propia manada y de otras externas, e inclusiveaquellos alfas exiliados, vendrían solo para competir en el torneo, al enterarse de que el hijo omega del clan Stark estaba buscando una pareja.Anthony estaba totalmente en contra de que eso suceda. Él no quería ser acoplado a un alfa que solo lo usara como medio para gobernar sobre la manada y por el cual no tuviera sentimientos de ningún tipo. Unirse por obligación iba en contra de lo que su madre le había enseñado. Pero allí estaba su padre para contrariarla. Era suficiente. Ya no podía seguir guardando silencio.


—Si tanta vergüenza te causo... ¿Por qué no me expulsas ahora?


Howard abrió grandemente sus ojos ante las palabrasde su hijo. Sus irises habían comenzado a volver a su coloración café normal cuando había pensado que la conversación con su hijo había acabado, sin embargo las palabras de Tony hicieron que la tonalidad carmesí de sus ojos regresara de golpe. Howard sin dudarlo abofeteó a su hijo,haciendo que el omega se desplome, sobre el suelo de la tienda, ante la intensidad del golpe. Tony trato de incorporarse, atinando a sostenerse con una mano la mejilla adolorida donde había recibido el impacto. 


Howard salió de la tienda de campaña cargado de furia, ordenándoles a sus guardias que llevaran a su hijo a su propia tienda personal y que no lo dejaran salir por el resto del invierno. Los betas se dirigieron rápidamente a cumplir la orden de su líder, encontrando a Tony aun tratando de ponerse de pie.


Tony pudo probar el sabor metálico de la sangre que estaba sobre su labio partido como resultado de la bofetada. También sintió que los guardias lo estaban sosteniendo de sus brazos, tratando de tirar de él para poderlo llevar a su tienda. Al llegar a su destino, los betas abrieron la puerta y lo empujaron despacio hacia el interior, cerrando a continuación para ubicarse en el exterior y vigilar que no saliera.


Quejándose un poco por el dolor, Tony se dispuso a caminar hacia su cama. Necesitaba  dormir para olvidar el dolor en su rostro e ignorar las emociones que comenzaban a brotar en su pecho.


Ya se encontraba en su lecho más no podía conciliar el sueño por más que quisiera. Si continuaba así los recuerdos de la mañana terminarían por abrumarlo. Decidió distraerse mirando diversos puntos en el espacio de su tienda, hasta que enfocó su mirada en un pequeño cofre ubicado en una de las esquinas. No podía recordar del todo qué tipo de cosas había guardado en el interior, pero supuso que si se encontraba allí era porque tenía algo importante dentro. Se decidió por revisar su contenido aunque esto le obligara a tener que caminar hasta él desde el lugar donde se encontraba descansando.


Después de retirar algunos objetos que se encontraban apilados junto al cofre pudo extraerlo del lugar y comenzar a abrirlo. Nostalgia. Eso fue lo que sintió apenas sus ojos se posaron en los objetos del interior del cofre. Recuerdos felices de su infancia cuando su madre aún vivía pasaron por su mente. Sus manos acariciaron suavemente el collar que ella le había dado una tarde de verano como obsequio de cumpleaños. Aún podía recordar la amorosa mirada que tenía al colocárselo en su cuello, el cómo sonrió con dulzura al observarlo portando su presente y cómo lo abrazó fuertemente mientras le daba besos en sus mejillas sonrosadas. No pudo reprimir un pequeño sollozo al recordarla. La extrañaba mucho.   


Luego de tranquilizarse un poco continuó hurgando en el interior del pequeño cofre. Encontró diversos objetos que había encontrado en sus exploraciones furtivas por diversos territorios alejados de su manada. La curiosidad siempre había sido el impulso que lo llevaba a arriesgarse cada vez más, de otra forma no habría conseguido esos libros raros que reposaban sobre su repisa... Ese pensamiento lo hizo sonreírse, acordándose también que muchas veces había arrastrado en sus aventuras a Rhodey y Pepper, quienes al principio se negaban rotundamente por los posibles peligros que pudieran encontrar en el camino, pero que al final terminaban siendo cómplices de sus escaramuzas. Diversas monedas, brújulas y relojes habían sido testigos de ello, así como aquella flor extraña que encontró en las ramas de un árbol sin hojas cuando el invierno estaba por establecerse. Pese a que estaba seca, aún conservaba ese olor hipnotizante que lo llevó a quedársela y guardarla, posteriormente, en el cofre que aún sostenía en sus manos. Al escuchar a alguien discutir con los guardias que custodiaban la entrada de su tienda decidió colocar el cofre en su posición original y dirigirse rápidamente hacia su cama, tomando de paso uno de los libros raros de su repisa para simular leer.


En ese momento vio entrar a Pepper. La expresión de su rostro, aseguró a Tony que estaba más que preocupada. Dejando el libro a un lado, Anthony se reincorporó de la cama, decidiendo sentarse al borde de ella. Pepper se sentó a su lado y agarró despacio su mentón, volteando su rostro de tal manera que pueda observar su mejilla herida. Al colocar suavemente su mano sobre ella provoca una mueca de dolor en Tony. Los ojos de Pepper se humedecen, retirando rápidamente su mano de su rostro y abrazándole fuertemente.


—Oh, Tony, tienes que parar...— ella le dijo entre sollozos, dándole un beso en sus cabellos castaños


Tony se mantuvo tranquilo, sintiendo que no merecía esas lágrimas. Se apartó suavemente del abrazo y la miró a los ojos. Sus verdes irises siempre le recordaban al bosque durante el verano, todo verde y hermoso a diferencia del invierno, tan crudo y triste.


Después de secarse las lágrimas, Pepper agarró su bolso y sacó una pequeña botella, procediendo a humedecer un paño con su contenido, para a continuación empezar a frotar suavemente en la mejilla de Tony. Él cerró los ojos, soportando el escozor cuando el líquido hizo que su mejilla comenzara a arder. Después de todo estaba en manos de la mejor sanadora beta de la manada, aunque para él, ella era mucho más que eso, era como su hermana mayor, quien siempre estaba cuidándolo, no importandole nada más.


— ¿Ha vuelto Rhodey?—Tony preguntó finalmente rompiendo el silencio.


Pepper dejó de presionar la tela en su labio partido, sacando una pomada del bolso para untar un poco del ungüento por su mejilla para asegurarse de que no se hinchara.


—No, él todavía está patrullando con Happy. Supongo que no volverán hasta la noche— respondió Pepper pasando su mano por los mechones castaños de Anthony


Tony asintió sin saber qué más decir. Él quería contarle a Pepper lo que había sucedido horas antes, pero tenía la sensación de que ella ya lo sabía. También quería confesarle que él desearía no estar aquí en este momento, que le hubiera gustado estar junto a su madre cuando ella había muerto. Quería compartir su rabia y miedo, mientras ella lo estaba curando, sin embargo, se mantuvo en silencio hasta que ella terminó.


Pepper puso los medicamentos nuevamente en su bolso y se acercó más a Tony. Él apoyó la cabeza en su hombro y ella comenzó a acariciarla suavemente, de tal manera que pueda transmitirle su comprensión y su deseo de reconfortarlo.


Anthony aún se sentía mal por lo que le había dicho su padre. Pero mañana iba a reponerse de ello. Siempre lo hacía. Y salir de su tienda lo iba a ayudar. Tony quería sentir la libertad que su cuerpo experimentaba al correr en su forma de lobo. Quería estirarse y disfrutar de la soledad de correr en el bosque, aquello siempre le transmitía una sensación de paz incomparable. Sin embargo, al menos por ahora, ello no iba a ser posible sin importar lo mucho que lo quisiera. Ya encontraría la forma escabullirse de su temporal encierro. Con esos pensamientos rondando en su cabeza, Tony cerró los ojos lentamente, preguntándose cómo sería el día siguiente.

Notas finales:

¡Gracias nuevamente! Nos vemos pronto. xD  


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