Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un amor no tan imposible. (Rápido y Furioso) por Faster21

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos muy buenas noches. Hoy es jueves por la noche bueno ya debe ser viernes en otro lado o no sé. Sin mas ahora les dejo el nuevo capitulo. Que lo disfruten. 

                             UN AMOR NO TAN IMPOSIBLE  

                               CAPITULO 8: INFILTRADOS





Me llevé al sospechoso hasta el cuartel para su detención e interrogatorio. De pronto una enfadada e irritante voz dijo mi nombre.

- ¡O’conner! Gritó Stasiak acercándose furioso hacia mí y empujándome hacia la pared.
- Si te atreves a volver a liberar a un testigo mío…
No lo dejé terminar y azoté su cabeza contra la pared y le di un rodillazo, estaba molesto y encima tenía que aguantar a este idiota.
- ¡Idiota! ¡No me toques! Exclamó Stasiak furioso mientras sangraba su nariz por el golpe que le di. Otros funcionarios lo intentaban ayudar, pero se negaba. Se alejó unos metros y me apuntó con el dedo bajando su mirada por vergüenza.
- ¡Ahora si O’conner! Gritó enfadado.
- ¡Ya basta! ¡Se acabó! ¡Dije se acabó! Interrumpió Penning.
- Stasiak quiero que te vayas a limpiar. Agregó.
- ¡¿Qué?! ¡El me golpeo! ¡Usted… Exclamó Stasiak siendo interrumpido!
- ¡No son niños exploradores! ¡Vete ya! Estas manchando mi piso. Insistió Penning.
Stasiak me dedicó una mirada de odio y se fue siguiendo la orden de nuestro superior. Penning se me acercó.
- O’conner ¿Sabes la diferencia entre un policía y un criminal? Preguntó Penning.
- ¿Cuál es? Pregunté insistiendo.
- Tomar una mala decisión. Controla tus impulsos. Respondió
Asentí con la cabeza y él se dirigió al chico arrestado dándole una palmada en el hombro.
- Que te diviertas. Le dijo al chico esbozando una sonrisa para luego retirarse. Hice entrar al sospechoso a mi oficina pidiéndole que se sentara. Le hice un interrogatorio donde me dijo que solo le conseguía conductores a Braga y que solo eso hacía. Le pedí que me diera todos los datos de cómo llegar hasta el, dirección, celulares, todo. El soltó todo lo que sabía a cambio de protección por si algo salía mal. Comuniqué todo al Penning quien condujo una investigación consiguiendo más datos y más nombres. Unas horas después estábamos todos reunidos en la sala de juntas para dar el siguiente paso a la investigación.
- Buenas noticias, sabemos que la mano derecha de Braga, Ramón Campos mañana organizará una carrera en el barrio coreano para llenar una vacante en su equipo. Ya eligieron tres conductores de carreras anteriores. Nuestro nuevo informante David Park tuvo la gentileza de meternos a la carrera. O’conner, tu irás. Informó Penning. Celebré moviendo mi puño sutilmente mientras me nombraba.
- No me diga el ganador se une a ellos. Comentó Trith.

Más tarde Trith me mostraba los autos que tenía a disposición.
- Estos son los autos importados que tienen embargados. Informó Trith.
- Perfecto. Dije sonriendo y muy ansioso mientras se cargaban las imágenes en la pantalla.
- ¿Cuál vas a escoger? Preguntó relajada.
- El… 2206. Choqué uno hace años. 3418 y… 2765. Dije riendo por el comentario de mi choque.
- De acuerdo y ¿cuál de estos quieres? Preguntó ansiosa.
- Quiero los tres. Dije decidido.

                                  
                                 
HORAS MAS TARDE….


Estaba feliz por poder correr otra vez, me encontraba en el taller de autos embargados arreglando el auto que llevaría a la carrera de mañana. Cambié motor, embragues, tubos de inyección, le puse un buen aceite y obviamente sin olvidar el Nitro. Instalé las computadoras cronometradas y le di mi toque personal. A decir verdad, estaba ansioso, correr era lo que más me hacía feliz y más en este momento donde necesitaba desestresarme luego de tantas cosas. De pronto llegó un agente enviado por Penning quien me trajo un chip rastreador convencional para saber mi ubicación. Se me había olvidado con quien estaba trabajando.
La noche llegó. Estaba conduciendo hasta el lugar pactado con ansias de conocer a los asesinos de Letty. Una parte de mi quería vengarse, ella había hecho todo lo posible para que Dom volviera a casa y fuera perdonado. Se notaba que lo debió amar mucho para hacer esto y morir en el intento. La otra parte de mí se sentía culpable por haberla enviado hasta ese lugar, como si quisiera que algo le pasara, ya que ella era su novia y en el fondo siempre la había enviado de cierta forma por tener el amor de ese hombre que aún después de cinco años seguía haciéndome sentir emociones. Odiaba estos sentimientos, jamás había sido un marica, siempre me gustaron las chicas ¿Por qué tenía que gustarme él? Me preguntaba mientras llegaba al lugar que ya estaba lleno de aficionados a las carreras dispuestos a ganarse el puesto y servir a Braga. Tenía que conseguir el trabajo, tenía que hacerlo. Me estacioné en uno de los lugares libres en aquel complejo. Había chicas lindas y el lugar parecía que se estaba prendiendo de a medida que se iba llenando. Miré hacia arriba donde un tipo estaba jugando golf lanzando las pelotas al aire sin destino alguno. Tenía que actuar con cautela. Uno de los conductores de Braga estaba parado afuera de su auto con tres chicas manoseándolas y creyéndose el rey del mundo.
- ¡Oye! ¿Qué estás viendo idiota? Dijo el tipo con una aguda e irritante voz cargada de egocentrismo.
- No lo sé tú dime. Le conteste con una sonrisa sarcástica.
- Ah… Él quiere lo que tiene Dwight. Sí, pero ¿Qué creen Niñas? Dwight ya está en el equipo. Tienes que ser rápido si quieres manejar para Braga. Dijo hablando de sí mismo en tercera persona como un imbécil.
- ¿Algún problema aquí? Dijo una mujer acercándose a nosotros.
- No. Respondió el idiota de Dwight haciéndose el tonto. Mientras yo sonreí con gracia dando una pequeña carcajada.
- ¿Eres el que Park envió verdad? Preguntó la mujer que parecía ser una de las manos derechas de Braga.
- Sí. Exactamente. Dije sin borrar mi sonrisa.
- Ven sígueme. Agregó la mujer quien era escoltada por otros tipos. Miré al idiota de Dwight quien me dio una mirada de burla.
- Adiós Imbécil. Dijo con su irritante voz mientras yo me retiraba siguiendo a la chica. Mientras caminaba tras el pequeño grupo. De pronto mis ojos vieron algo que me sorprendió, estaba Dom con su auto Dodge 1970. Al parecer lo había reparado, no podía dejar de mirarlo. El condujo hacia el lado contrario entrando a la fila de autos de donde yo venía. Fijé mi mirada hacia el frente mientras seguía el paso de la chica. Me sentía un poco triste, quería atrapar a Braga, está misión me haría distraerme y ahora la principal causa de mi agobio estaba aquí también, aunque era entendible. Me encontraba en la planta alta donde Ramón Campos estaba jugando al golf con parte de su equipo. La chica se fue luego de dejarme allí y al rato volvió junto con Dom y otros dos chicos más.
- Les digo ¿porque están aquí? Hay buenos conductores. Por todas partes. En cada esquina hay un idiota que corre en las calles por centavos. Eso no es lo que Braga me tiene buscando. Braga quiere a un hombre que vendería hasta a su abuelita por estar tras el volante. No quiere a alguien que conduzca en línea recta a toda velocidad, sino que fuerce su auto y lo lleve a lugares a los que nadie más llegaría. Conductores de verdad ¿entiendes? Comentó Campos mientras terminaba de jugar golf y se volteaba a darnos la cara.
- ¿Qué cargaremos? Preguntó Dom. No paraba de mirarlo cada vez que decía algo, de verdad parecía que jamás hubieran pasado cinco años.
- Por el dinero que paga Braga no tienes que saberlo. Respondió Campos.
- Dijiste que querías conductores de verdad. Uno así sabe con exactitud lo que hay en su auto. Respondió Dom con seriedad mientras lo miraban inquietos los matones de Braga.
- Idiota. Agregó Campos.
- Mira. Conductor de verdad, nadie va a forzarte a correr. Interrumpió uno de los matones de Braga.
- ¿Estas al mando? O dime aquí ¿Quién es el jefe? Le respondió Dom con severidad y poniéndolo en su lugar.
- ¿Tengo cara de ser el feje? Insistió el idiota.
- ¡Papa! Mi trabajo es buscar a los mejores. Punto. Quien gane la carrera tendrá la información. ¿Entiendes? ¿Entendido?
Interrumpió Campos evitando que Dom y el otro se pelearan. Aunque ambos se quedaron viendo por unos segundos queriendo matarse. La chica comenzó a entregarnos unos aparatos que al parecer eran GPS.
- Si entiendo. Respondió Dom.
- No espera un momento ¿Quién cerrará las calles? Interrumpió uno de los chicos que estaban compitiendo con nosotros.
- Nadie es el punto. Agregó Campos riendo como idiota.
Yo sabía a que nos enfrentábamos ya. Nos formamos para la carrera en línea recta como en los viejos tiempos. Instalé el GPS mientras calentaba los motores al igual que Dom y los otros competidores.
- Por favor espere a que termine la descarga. Proceda a la ruta marcada. Dijo la voz integrada en el aparato mientras se descargaban las coordenadas.
- 10 – 9 – 8 - 7 - 6- Continuó el GPS.
- ¿Seguro que quieres hacer esto? Preguntó Dom quien se encontraba junto a mí con un semblante frío.
- Ya no soy el de antes. Respondí con frialdad.
- Tienes razón. Agregó el con tono de enfado.
- 3 – 2 – 1. Fuera. Finalizó el conteo y todos partimos, Dom levantó las ruedas delanteras como de costumbre. Siguiendo las indicaciones del GPS entramos a una calle principal llena de vehículos, tuvimos que sortear el paso evitando chocar contra alguno de los cientos autos circulando por diversas direcciones. Me adelanté pasando a Dom pero de inmediato logró rebasarme. Intenté igualarlo pero un camión se puso delante, bajé la velocidad y luego pase por al lado de aquel camión siguiendo a Dom por las calles. Entre tanta confusión lo perdí de vista, algunos autos chocaron, uno de esos casi aplaste el mío. Logré esquivarlo.
- Que golpe. Me die a mí mismo mientras conducía saliéndome de la ruta marcada. Si quería ganar tenía que crear una buena estrategia. Crucé por un puente mientras vi a Dom y uno de los otros competidores correr por la autopista de abajo. Miraba con ansiedad el GPS, Dom y el otro se estaban acercando así que me apresuré cortando camino por varios pasajes de calles angostas, evitando atropellar personas. Un auto logró chocarme por atrás y me sacó a una calle esquinada sobre un cerro donde podía ver la calle que estaba abajo en la cual Dom y el otro competidor se pelaban por llegar primero. Conduje a la par con ellos por la angosta calle notando que no había salida.
- Regrese por la misma calle. Insistió la voz en el aparato.
- ¿Eres estúpida? Dije enfadado.
- Perdóname auto. Agregué conduciéndolo cerro abajo por una escalera cuyo camino daba a la calle principal que necesitaba llegar. Arrasé con palos y todo llevando algo de escombros encima de mi auto. Estaba furioso.
- Adivina quien volvió Dom. Dije algo molesto mientras los seguía casi al ras. Dom y el otro se estaban chocando el uno al otro para sabotearse, aunque pude ver que el otro imbécil empezó. Cuando el otro intentó chocarlo de nuevo Dom aumentó la velocidad haciendo que el idiota chocara y se volteara en el aire. Bajé por la intersección de al lado mientras el otro auto saló del puente casi aplastándome, pero logré evadirlo por poco. Logré aumentar la velocidad igualando a Dom, cuando giramos por una de las calles el me dio un golpe trasero que me hizo enfadar.
- Imbécil. Le dije, aunque sabía que no me escucharía.
Logré ponerme firme logrando alcanzarlo y aumentando la velocidad, quería ganarle, aunque sea una vez. Seguí conduciendo en línea recta logrando rebasarlo, no podía alcanzarme así que supuse que usaría el nitro. Estaba esperando que lo usara.
- Demasiado pronto, Dom. Dije sonriendo cuando vi el gas escapar de su tubo mientras él se adelantaba. Apreté el botón liberando el nitro aumentando la velocidad también, estaba por alcanzarlo y rebasarlo de una vez por todas. Cuando finalmente logré hacerlo un golpe trasero me sacó de ruta haciéndome girar por la calle y quitándome la oportunidad de ganar.
- ¡No! Grité con frustración. Mientras veía a Dom llegar a la meta. Logré estabilizar mi auto y seguirlo hasta llegar unos segundos después que el. Ambos nos bajamos de nuestros autos. De verdad estaba furioso y tenía mucho enojo.
- Jugando limpio no hubieras ganado. Dije acercándome a el enfadado quedando cara a cara.
- Nadie dijo que había reglas. Dijo sonriendo con soberbia.
- ¡Te mando jefe! ¡Así se hace! ¡Así se maneja en las calles! Interrumpió el idiota quien hace un rato casi se va a los golpes con Dom y ahora besaba sus pies.
- ¡No él hizo trampa hermano! Exclamé molesto.
- ¡A llorar con tu mama! Respondió el imbécil.
Me marché bastante molesto e indignado ¿Cómo pudo hacer trampa el muy imbécil? Estaba molesto con Dom. Me subí a mi auto y comencé a conducir cuando esa irritante voz chillona y engreída me interrumpió.
- ¡Oye idiota! Déjame decirte algo: Los potentes vencen a los importados siempre. ¿Escuchaste? ¡Siempre ganan! Dijo el imbécil y engreído de Dwight. Lo miré sonriendo, me vengaría de este idiota.
- Disfruta mientras puedas, idiota. Dije en mi mente mientras me marchaba esbozando una sonrisa forzada.
Regresé a la jefatura molesto, ideando un plan de como poder introducirme al cartel de Braga. Busqué los registros de Dwight, saqué su dirección y con apoyo de unos compañeros de trabajo, le hicimos una amigable visita a nuestro amigo Dwight. Entramos a su departamento armados mientras celebraba con unas chicas e introduje una bolsa con metanfetaminas que había sacado de evidencia.
- Quedas arrestado por vender metanfetaminas. Dije impostando mi voz algo diferente para que no la reconociera.
- ¿Met? ¡Dwight jamás ha tocado esa cosa! Dijo el idiota mientras se retorcía esposado.
- Dwight ya la tocó. Dije burlándome de el mientras se lo llevaban.
- No lo van a creer nunca ¿lo sabes? Dijo mi compañero.
- Eso ya no importa. Le dije sonriendo para luego marcharnos del lugar.

                                     
                             
UNAS HORAS DESPUÉS…



En cuanto Dwight fue aprendido recibí una llamada de parte del equipo de Braga para unirme en su lugar al grupo de conductores, hasta ahora todo iba de acuerdo a mi plan. Braga nos había invitado a todos los conductores a una fiesta de bienvenida en una de sus propiedades. Me duché y vestí con prisa, una camisa celesta y unos jeans, una vestimenta casual. Llegué a la fiesta con ansias de conocer que ocultaba esta organización. Tomé una cerveza y comencé a jugar al villar con un grupo de chicos que estaban allí. Cuando sentí la presencia de alguien muy cerca, Dom estaba aquí, miré hacia mi derecha viéndolo caminar hasta la barra. Lo seguí con una sonrisa, la rabia se me había pasado y quería que supiera que yo también pude entrar.
- Que lastima lo de Dwight. Que lleguen los federales el día que entras al equipo. Que mala suerte ¿No? Dije mientras me sentaba a su lado con la botella de cerveza en mi mano.
- Quisiera decir que me sorprende que estés aquí. ¿Qué me impide decirles que trabajas en la policía? Dijo mientras bebía su cerveza.
- Tal vez lo mismo que me impide decirles a que has venido. Dije mientras sentí una fuerte palmada en mi espalda.
- ¿Qué pasa amigos? Dijo Campos.
- Hola ¿Cómo estás? Salude amablemente.
- De lujo ¿se divierten verdad? Dijo saludándome con un pequeño apretón de manos y abrazo.
- Si. Gracias. Respondí.
- Vamos a divertirnos más. Agregó haciendo una señal para que lo siguiéramos. Miré a Dom con una sonrisa y caminamos hasta las sillas que estaban a un lado de la barra.
- ¿Cómo está tu auto? Estuvo duro el golpe.
- Estará listo. Respondí amigable.
- Escuché que acabas de salir de la cárcel.
- ¿Ah sí? ¿Y conociste a Jim García? Interrumpió Dom.
- No. Muchos nombres, una prisión grande, muchas caras. Dije con serenidad.
- Y tu… escuche que cientos de personas te buscan. Dijo Campos mirando a Dom.
- Para el negocio no puede ser bueno. Interrumpí para molestarlo.
- Depende de cómo veas las cosas niño. Si me atrapan, iré a la cárcel. Y yo no saldré. Dijo mirándome fijo a los ojos.
-No sé cómo sean sus otros hombres, pero cuando yo veo luces rojas y azules no me detengo jamás. Agregó mirando a Campos quien se echó hacia atrás en su sillón, yo bebía mi cerveza dando un gran sorbo.
- ¿Ustedes se conocen? Preguntó Campos mirándonos a ambos. Dom me miró a los ojos y yo sonreí de lado mirando al suelo.
- Si… respondí.
- Salía con mi hermana. Respondió Dom.
- ¿Ah sí? Dijo Campos sorprendido para luego servirse un trago.
- Tienes suerte hermano. Agregó mirándome.
- ¿Por qué lo dices? Pregunté confundido.
- Sigues respirando. Dijo Campos con gracia mientras Dom se reía bebiendo otro sorbo de su cerveza. Yo serví un vaso de tequila. 
- Por las que hemos amado y las que hemos perdido. Exclamó Campos levantando su vaso con tequila. Dom quedó pensativo mientras bebía un sorbo de su botella. De seguro pensaba en ella.
- Salud. Dijo Campos.
- Salud. Repetí. Bebiendo mi vaso de un sorbo.
- ¿Y cómo es Braga hermano? Pregunté con curiosidad.
- No sé es como nosotros. El vino de las calles. Leal al barrio. Ahora, toma las decisiones. El jefe de jefes. ¿Ven a todos esos hombres ahí? Cualquiera de ellos moriría por Braga. Respondió Campos con la mirada perdida.
- ¿Incluyéndote? Pregunté insistente.
- Yo especialmente. Contestó. Uno de los guardias vino a decirle algo en su oído.
- Disfruten la fiesta amigos. Pueden pedir lo que quieran. Tragos, mujeres, lo que deseen. Dijo marchándose repentinamente. Algo raro pasaba aquí. Miré a Dom con seriedad.
- Braga es mío. Y voy a arrastrar a todos. Dije fríamente poniéndome de pie para ir a investigar un poco mientras dos mujeres se sentaron con él.
- Suerte… Dijo él.
- Caminé por el pasillo mientras tres chicas jugaban y se besaban entre ellas, a veces no entendía porque veían tan sexy a dos chicas besarse si entre hombres era igual de excitante, aunque solo había un hombre que me interesaba besar y ese era a Dom, pero ahora tenía que concentrarme en la investigación. Seguí mi camino por el pasillo viendo la puerta donde Campos había entrado. Me quedé expectante para acercarme de a poco, finalmente entré por la puerta de el fondo subiendo por una escalera y caminando de a poco por el pasillo algo oscuro que solo iluminaban las luces de la fiesta. Podía oír diversos susurros así que me acerqué a la puerta entre abierta de dónde venían. Al acercarme pude ver a Campos brindando con un hombre mucho más viejo, parecía un tipo con poder, él podría ser Braga. Salí de la vista antes de que Campos me viera. Esperé a que ambos salieran de la habitación y entré a ella en busca de pruebas, saqué una de las bolsas de evidencia y guardé ambos vasos. Campos y del supuesto Braga. Luego al bajar a la fiesta traté de buscar a Dom, no lo podía encontrar así que supuse que el al igual que yo fue a buscar sus propias pruebas. Tomé otro trago dispuesto a distraerme un rato, ya tenía algo de pruebas. Bebí cerveza tras otra quedando algo ebrio, Dom apareció al rato junto con la chica que era mano derecha de Braga, ambos estaban solos en un salón contiguo conversando, me acerqué hasta aquel salón algo molesto. Podía oír una música en español que jamás había oído. Ella sonreía con luminosidad. De pronto Dom se puso de pie y comenzó a bailar con ella, ambos bien pegados y parecían disfrutarlo, mis puños estaban apretados, tenía rabia, estaba alterado, no supe porque, pero entré a ese salón azotando la puerta.
- ¡Disculpen! Fue sin querer dije víctima del alcohol.
Ambos se miraron el uno al otro sonriendo.
- Estamos ocupados. Hay una fiesta gigantesca afuera, ve y disfruta de ella ah y bienvenido al equipo. Dijo la chica.
- ¡No me importa! ¡Yo quiero estar aquí! Dije alterado.
- Brian, ¿puedes irte de aquí? Dijo Dom. Me molesté aún más cuando dijo eso.
- ¡No! El lugar es libre ¿no? Yo me quedo cuanto quiero. Dom miró a la chica y le dijo algo al oído, ella se marchó algo molesta.
- ¿Qué quieres O’conner? Preguntó Dom algo serio.
- ¿Tan rápido olvidaste a Letty? ¿Ya tienes a otra ah? Le pregunté evadiendo su pregunta.
- Bueno eso es asunto mío y no a tuyo.
- No seas ridículo… dije sonriendo irónicamente.
- ¿Acaso eres mi padre? Que debo darte explicaciones.
- ¡No! Pero me interesa saber. Dije acercándome a el y tomando su brazo apretándolo con suavidad.
- Cinco años y no paras de ser el mismo degenerado de siempre O’conner parece que te quedó gustando aquello que hicimos hace años.
- Siendo honesto es algo que nunca he olvidado y no creo hacerlo. Le dije sin medir la severidad de mis palabras. Sin importarme nada ni nadie pegué mis labios a los suyos mientras que mis manos viajaron bajo de su camiseta.
- Oye, oye cálmate… Dijo el con semblante serio y casi burlesco.
- Vamos Dom sé que a ti igual te gusto ¿no? Comenté insinuándome más y bajando mis manos por su espalda hasta llegar a su trasero duro y grande.
- Deja de joderme O’conner… Agregó el poniéndose serio.
Lo tomé con fuerza llevándolo hasta atrás metiéndolo dentro de un baño. Lo senté en el retrete y me senté sobre sus piernas besándolo con tantas ganas que dejaba baboseada su cara. El me miró con una expresión algo desagradable.
- Apestas a alcohol O’conner. Dijo cortante.
- No me importa… abrázame… Dije con dificultad mientras lo abracé y me pegué a su cuello. Mis ojos comenzaron a cerrarse involuntariamente quedándome profundamente dormido en sus brazos.


                                      
AL DÍA SIGUIENTE.


Desperté de un salto, estaba agitado y con dolor de cabeza intenso. Abrí mis ojos con dificultad por la brillante luz que entraba por las ventanas, estaba en una cama que no era mía, de hecho, nada de lo que estaba aquí era mío. Me levanté con dificultad poniendo un pie en el frío piso de madera. Era una habitación algo pequeña, casi parecía una bodega, pude ver la pequeña cocinilla que estaba pegada a una pequeña mesa para dos personas. Había una puerta abierta donde podía ver el lavado del baño, caminé lentamente hasta el, no me sentía muy bien. Me miré al espejo con dificultad como buscando algo que no está.
- Me veo terrible… Me dije a mi mismo.

Abrí la llave del grifo mojando mi cara con la refrescante agua que salía a chorro fuerte, lo que me hizo recordar que quería orinar. Hice lo que tenía que hacer, ya más despejado gracias al agua y entonces vi una nota encima de pequeña mesa. La tomé para leerla ya decía mi nombre en ella.

El bello durmiente ¿eh? espero que hayas dormido bien luego de tanto alcohol que bebiste anoche. Puedes ducharte, hay toallas en el armario y te dejé una sopa que eso ayudará a tu amiga resaca.
-Dom
Sonreí ampliamente. Me tranquilicé luego de saber que me encontraba en su casa y no en la de cualquier extraño, me duché y cambié ropa. Comí la sopa que me dejó que estaba muy rica, enserio tenía hambre y luego me puse a buscar entre sus cosas. Encontré una foto de el con todo el grupo donde salía yo en ella abrazado con Mia. Nos veíamos todos felices y creo que fue la única vez que fui feliz en mucho tiempo estando a su lado, aunque todo había sido una farsa de mi parte. Encontré su ropa sucia en un canasto, tomé la ropa mirándola y abrazándome a una de sus camisas, tenía su olor, la olí con intensidad, también pude ver su ropa interior y me atreví a oler uno de sus boxers, lo que hacía era repugnante, pero me gustaba, me recordaba su olor particular luego de esos días de tanto calor después de una tarde de trabajo sudando. Olí la parte frontal del boxer con tanta intensidad que la tela se pegó a mis fosas nasales, así de rápido sentí mi pantalón apretarse, la erección era inminente. Me gustaría quedarme, pero no podía, tenía que seguir mi trabajo llevarle las pruebas a Trith para la investigación. Robé una de sus camisetas sin mangas, una musculosa negra que tenía de cuando nos conocimos, que lo hacía ver muy sexy. Ahora tenía la camiseta para recordar su olor y la foto para ver su rostro. Al salir pude ver mi auto estacionado afuera del vecindario, era un edificio algo viejo y descuidado, no había mucha gente cerca a decir verdad no había nadie lo que me dejaba más tranquilo. Miré la hora en mi celular y era tarde, bajé rápidamente las escaleras y buscando las llaves de mi auto, me metí a él, guardé la camisa y conduje a prisa para llegar a tiempo al cuartel. Entré lo más tranquilo posible no quería que Stasiak se diera cuenta de que había llegado tarde o sino estaría molestando a Penning de que no soy buen funcionario y la verdad no estaba de ánimo para volver a romper su nariz. Caminé derecho hasta la oficina de evidencia donde estaba Trith.
- Hola. Saludé amablemente.
- Hola. Saludó Trith con una gran sonrisa.
- Tengo un regalo para ti. Agregué.
- ¿Ah sí? Ah que lindo unos vasos sucios. Dijo recibiendo la bolsa con los vasos que saqué de la fiesta de anoche que podía tener pruebas importantes para la investigación.
- Los saqué anoche del bar. Deben tener un par de huellas, revísalas. Una es de Campos y… creo que la otra es de Braga. Y no te límites a la interpol. Informé.
- Entonces quieres que contacte a diferentes agencias. Eso llevará semanas. Está bien. Una vibración horrible comenzó a activarse en mi bolsillo, era el aparato de GPS que nos habían dado cuyas coordenadas se estaban descargando. Rápidamente me puse en movimiento, seguramente encontraría cosas muy interesantes en mi primer trabajo con el cartel de Braga, pero lo que me preocupaba era Dom, él estaba conmigo también infiltrado, ¿Y si le hacían daño? ¿Y si sale lastimado o herido?
No quería que nada le pasara a Dom, estaba muy agobiado y confundido con mis sentimientos. Me subí al auto conduciendo a donde se me habían fijado las coordenadas con mucho nerviosismo y muchas cosas en la cabeza.

- Espero que no te hagan daño Dom… 

Notas finales:

Espero les guste y dejen sus reviews. Abrazos a todos y que tengan un buen finde semanana. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).