Desde de los últimos acontecimientos, ninguno había vuelto a tocar el tema de esa noche y las cosas parecían estar en calma por primera vez en mucho tiempo. Seunghyun había aceptado el pedido de Jiyong, y Jiyong se había mantenido al margen de su vida personal como había prometido. Ambos desempeñaban con su rol de padres y Mino era el más beneficiado.
No era tan fácil para Jiyong como parecía, era duro permanecer al margen de la vida de Seunghyun, aunque hubiera dado su palabra. Cada día, cuando veía a Seunghyun salir por la puerta y llegar hasta muy tarde se imaginaba cientos de cosas, cosas que incluso le daban miedo pronunciar, desde entonces ya no se sentía seguro de sí mismo, no como antes.
Jiyong miro su reloj y casi era hora del desayuno, pronto termino de arreglarse y bajo hasta la cocina, al entrar fue recibido por un delicioso olor.
“Buenos Días.” Saludo, dándole un beso a su hijo.
“Buenos Días Papi.”
“Buenos días Jiyong.” Saludo Seunghyun desde la cocina.
Seunghyun preparaba el desayuno, Jiyong se había sorprendido la primera vez que lo había visto. Seunghyun estaba haciendo esto desde que los empleados se fueron de vacaciones navideñas. Mino observaba el espectáculo con atención desde la encimera de la cocina, preguntando para que servía cada ingrediente. Jiyong recordaba también que esa misma mañana Seunghyun le conto a Mino como había aprendido a cocinar con ayuda de su madre, convirtiendo la conversación en una anécdota muy graciosa mientras los tres disfrutaban del desayuno.
Mino miro en dirección a Seunghyun. “Papá, ¿podemos ir a la galería?”
Jiyong se limpió la boca con una servilleta, “Mino, ya hemos hablado de esto.”
Mino puso mala cara ante la interrupción removiendo su comida.
“Por mi está bien.” Contesto Seunghyun con una dulce sonrisa en dirección a Mino.
“¡Síiii!, gracias papá, te quiero.” De inmediato se acercó a padre para darle un abrazo.
La vista, calentó el corazón de Jiyong. Se imaginó lo diferente que todo hubiera sido, si él no fuera tan estúpido para darse cuenta muy tarde de lo importante que era Seunghyun y su familia.
“Ve a cepillarte los dientes.” Ordeno Jiyong y de inmediato Mino desapareció escaleras arriba. Luego miro a Seunghyun, “Sé que tienes mucho trabajo, no queremos incomodarte.”
Seunghyun tomo un sorbo de su café y devolvió la mirada a Jiyong. “Se lo prometí. Además es bueno que conozca la galería.”
Jiyong asintió, “Gracias.”
Seunghyun se puso de pie mirando su reloj, “Debo irme, tengo una reunión, los veré más tarde.”
Jiyong siguió Seunghyun y lo acompaño hasta la puerta, “Que tengas un buen día.”
“Igualmente.” Contesto Seunghyun con suavidad, dándole una última mirada a Jiyong y se retiró.
Cuando se fue, Jiyong se apoyó sobre la puerta disfrutando del aroma impregnado que había dejado su marido en el aire.
El último mes fue sorprendente para Seunghyun, había descubierto cosas con Jiyong que no sabían del otro y estaban aprendiendo juntos a ser padres. Seunghyun sabía que Mino no llevaba su sangre pero lo amaba como suyo. Tal vez su amor era un reflejo de la falta que tuvo con su propio padre, sabia lo difícil y doloroso que era esa experiencia, él no quería lo mismo para Mino, no si estaba en sus manos hacerlo feliz. Por ello no lo pensó mucho cuando Jiyong le pidió quedarse con él para cuidar de Mino.
Seunghyun había tenido mucho que pensar durante el último mes. Por un lado estaba Taehyun, el joven aspirante a curador, siempre dispuesto a complacerlo y por el otro Jiyong, su esposo, quien siempre estaba en todas partes cada vez que cerraba o abría los ojos.
Seunghyun nunca se había considerado alguien rencoroso y sin corazón, pero las circunstancias en las que había estaba viviendo con Jiyong lo habian hecho preguntarse si valía lo suficiente para estar con él, no era fácil, habian sido años de desplantes, años de ignorarlo, eso no podía eliminarse de la noche a la mañana, pero estaba molesto y confundido con la actitud de Jiyong, porque en el fondo lo amaba y porque se había dado por vencido tan fácilmente sin luchar.
Jiyong llevo a Mino a su oficina, el pequeño había comenzado las vacaciones navideñas y no quería que pasara todo el tiempo a solas. Soojoo era feliz cada vez que veía al hijo de su amigo entrar por la puerta. Era la típica tía cariñosa y consentidora.
“Deja de darle todo con facilidad, vas a malacostumbrarlo.” Protesto Jiyong.
“Ay, no seas tan malo, solo eran una golosinas.”
“Soojoo, no puedes darle de comer golosinas antes del almuerzo.”
“Por favor Jiyong, no seas demasiado estricto.”
Jiyong suspiro, sabía que perdería con Soojoo, ella casi siempre se salía con la suya.
“Dime, ¿Cómo están las cosas con Seunghyun?”
“Bien”, A Soojoo no le sonó muy convincente las palabras de su amigo.
“¿En serio?” Soojoo sabía acerca del último incidente entre Jiyong y Seunghyun en la fiesta de cumpleaños.
“Estoy bien, solo estoy algo cansado.” Jiyong no quería que Soojoo se preocupara más por él, incluso le había prohibido inmiscuirse entre sus problemas con Seunghyun.
“Voy hacer como que te creo esta vez, aunque sé que no es así.”
Jiyong medio sonrió, se lo agradecía.
Después de la pequeña charla Soojoo y Jiyong comenzaron a trabajar en su proyecto. Mino dibujaba en una mesa cercana a ellas. No había duda del talento del pequeño, amaba los colores, igual que Jiyong.
“Whoa, creo que por fin terminamos.” Exclamo la rubia.
“Solo nos faltaría trabajar en los detalles y coordinar con los en cargadores de interiores.”
Soojoo se recostó en el respaldo de su asiento y bostezo, “Todo esto me dio hambre, te parece si vamos a comer ahora mismo.”
Jiyong iba a decirle que si pero recordó que tenía que llevar a Mino a la galería.
“Hoy no será posible.”
“¿Por qué?”
“Llevare a Mino a la galería.”Soojoo miro a su amigo con curiosidad.
“¿Porque me miras así?”, Pregunto, sintiéndose intimidado.
“Nada, solo te miro, acaso no puedo”. Soojoo le sonrió.
Era obvio que Soojoo estaba pensando en algo cuando le sonrió pero prefirió no preguntarle. Porque sabía muy bien de que se trataba.
Su amiga volvió a sonreírle. “Diviértanse.”
“Gracias.”
Minutos más tarde…
“Llegamos”
“Whooooaaaa, es muy grande.” Exclamo.
“Si, muy es muy grande.” Jiyong acaricio el cabello de su hijo.
“Quiero ver a papá, vamos.” Mino realmente estaba entusiasmado, era la primera vez que iría a la galería.
“Está bien, pero primero llamare a tu padre.” Mino asintió con la cabeza. Jiyong quería asegurarse de que Seunghyun no estuviera ocupado.
Al otro lado, dentro de la galería, Seunghyun firmaba algunos documentos, había sido una mañana bastante ajetreada pero nada que no pueda resolver. Sandara guardaba los papeles en una carpeta y Taehyun ordenaba los apuntes de la reunión.
“Creo que eso sería todo Seunghyun.”
“Bien, si es así, tomemos un descanso.”
Sandara asintió guardando los últimos papeles firmados y miro a Taehyun para que lo siguiera pero este no le hizo caso.
“Taehyun, necesito tus apuntes.”
“Aún no he terminado Sandara, te los entregare después.”
Seunghyun no quería intervenir, pero a veces no podía ser indiferente ante la relación de tira y afloja que había entre Sandara y Taehyun.
“Está bien Sandara, no te preocupes, los apuntes te serán entregados a tiempo.”
“¿Necesitas algo más?.”
“No, gracias.”
Sandara asintió y salió de la oficina de Seunghyun dejando a solas con Taehyun.
“Gracias.”
“¿Por qué?”
“Por hacer que Sandara deje de cuestionar mi trabajo.”
Seunghyun no dijo nada y se concentró en la firma de los documentos.
A Taehyun no le gustaba el cambio repentino que había tenido Seunghyun en el último mes, pero intuía que se trataba de Jiyong.
Seunghyun no contestaba, Jiyong intento llamar una vez más pero fue envidado otra vez al buzón de voz, por lo que dejo de insistir.
“¿Qué paso?, ¿Qué te dijo papa?”
“El… no contesta, tal vez esté ocupado.”
Jiyong vio el cambio en Mino, no estaba contento y sus brazos estaban cruzados contra el pecho.
“Cariño, no te pongas así, él debe estar ocupado.”
“Pues yo vine para verlo”. Fue lo último que Jiyong escucho antes de que su hijo bajara del auto y se dirigiera al lugar.
“¡Mino!, ¡Mino! Detente, ¡Mino!”
Con prisa Jiyong termino de aparcar el auto y entro en la galería para buscar a su hijo, el cual no estaba por ningún lado, Jiyong suspiro.
Jiyong no estaba seguro a quien pedirle ayuda, y recordó a Sandara ya que no sabía a quién más recurrir.
“¿Jiyong?”
“Hola.” Dijo tímidamente en la entrada.
“Por favor entra, que agradable sorpresa.”
“Te lo agradezco pero… necesito tu ayuda.”
“Por supuesto, ¿en qué puedo ayudarte?”
“Traje a Mino para ver a Seunghyun, le dije que tal vez estaba ocupado porque no contestaba mis llamadas, el no entendió y salió corriendo hasta entrar en la galería.
Sandara le dio una sonrisa tranquilizadora, “No te preocupes, le diré a los chicos que nos ayuden.”
“Lamento estar incomodándote en estos problemas Sandara, lo siento.”
“No te preocupes, lo hago con mucho gusto.”
“Si no te molesta iré a buscarlo por mi cuenta, tal vez lo encuentre más rápido.”
“Claro, adelante.”
“Gracias.”
Jiyong desapareció y Sandara se quedó observando la entrada mientras pensaba.
Seunghyun miraba hacia la puerta de la entrada, su trabajo estaba casi terminado, pero se sentía impaciente. Miro su reloj de mano una vez más.
“¿Estas esperando alguien?”
La pregunta de Taehyun le tomó por sorpresa, ¿acaso se veía muy ansioso?. Miro al más joven sin saber que decirle.
“Seunghyun, Jiyong está aquí con tu hijo.” De repente Sandara había ingresado a su oficina, tenía una sonrisa de satisfacción mientras miraba en dirección a Taehyun.”
“Por favor dile que entre.”
“Se lo diría pero tu hijo se perdió cuando entro aquí y está buscándolo. Ya le pedí a los chicos que nos ayuden.” Luego se retiró.
Seunghyun cerró la carpeta de papeles con un golpe suave y tomo su bolso para salir.
“Espera por favor.” Susurro Taehyun con tristeza.
Seunghyun no dijo nada una vez más y comenzó a caminar hacia la salida. Taehyun corrió hasta alcanzarlo y envolvió sus brazos contra el pecho de Seunghyun, podía sentir el corazón del más joven latiendo con fuerza contra su espalda.
“Él te romperá el corazón, ya lo hizo una vez.”
“Taehyun…”
“Él no te ama, porque no lo entiendes, porque…”
“¡Basta!.” Exclamo, alejándose de sus los brazos.
“Vino aquí con tu hijo para engatusarte, es la única forma de que sigas con él.”
Seunghyun estaba muy molesto por su osadía y quiso contestarle pero se abstuvo de hacerlo, sabía que Taehyun hablaba desde sus celos.
“Es por eso que cambiaste, te dijo que te amaba y le creíste. Seunghyun… él te está mintiendo, él no te ama, no como yo.” Taehyun lo beso con fuerza mientras sus lágrimas caían, Seunghyun lo alejo con molestia.
“Dije que basta, no vuelvas hacer eso.”
“Seunghyun…”
Seunghyun estaba molesto pero no quería lastimar a Taehyun, no más de lo que ya lo había hecho.
“Taehyun por favor, no siguas con esto. No quiero lastimarte más.” Taehyun lo miraba herido.
“Te aprecio mucho, pero no te amo. Lo siento.” Eso era demasiado duro de escuchar, Seunghyun se acercó limpiando sus lágrimas y le dio un beso en la frente, “Lo siento.” Repitió y se fue.
Jiyong se comenzaba a impacientar, su hijo no estaba por ningún lado. Había más gente de lo normal, y se cuestionó si quizá debería preguntar alguna de esas personas pero cambio de opinión y decidió seguir caminando hasta adentrarse en el lugar donde Daesung y los aprendices de curador habian desaparecido la primera vez que vino aquí.
El lugar era hermoso y diferente, con el matiz de luces mucho más suave que el salón anterior, sin nada de gente y con cuadros familiares que pudo reconocer.
“Gerhard Richter.” Pronuncio detrás de el mientras lo veía contemplar el cuadro.
Jiyong se vio sorprendido al escuchar la voz de Seunghyun.
“Lo siento, no quise asustarte.”
Jiyong lo observo y llevo una mano hasta su boca para ocultar su sonrisa, “Estoy bien, descuida.”
Seunghyun se relajó ante sus palabras y ambos se quedaron observando la hermosa pintura delante de ellos. Jiyong sabía que lo siguiente que iba a decir Seunghyun era el nombre de los artistas de los cuadros de alrededor, así que decidió darle una pequeña sorpresa.
Antes de Seunghyun comenzara hablar Jiyong se adelantó. “Rudolf Stingel”, mirando a su derecha, “Francis Bacon”, mirando a su izquierda, y “Mark Grotjahn”, mirando detrás de ellos.
Lo siguiente que vio fue la cara de sorpresa de Seunghyun, “¿Cómo es que…?”
“Soy hijo de un curador.”
La respuesta de Jiyong tenía mucha lógica, “Cierto.” Sonrió Seunghyun.
“Son cuadros muy bonitos y únicos, me sorprenden que estén aquí.”
“Tu padre los adquirió, es decir, lo ayude adquirirlos porque también me gustan.”
“Y ahora eres el que se encarga de cuidarlos.”
“Algo así, como una especie de guardián.”
Jiyong se llevó otra vez la mano a la boca para sonreír. Seunghyun había visto esto muy seguido durante el último mes, era como una marca de identificación en Jiyong.
Jiyong iba a decirle algo más a Seunghyun, cuando observo a unos metros detrás de su marido a Taehyun, mirándolo con los ojos más oscuros que alguna vez vio en su vida.
Seunghyun noto el cambio en Jiyong cuando lo vio cambiar de expresión mientras retrocedía unos pasos lejos de él.
“Yo… debo, buscar a Mino.” Dijo Jiyong esquivando la mirada interrogante en los ojos de Seunghyun, y caminando en dirección contraria.
Seunghyun volteo para ver qué era lo que había desencajado a Jiyong y vio a Taehyun que de inmediato cambio su expresión a una más suave mientras se acercaba a él.
Sin pensarlo mucho Seunghyun camino a prisa en dirección a Jiyong y lo tomo de la mano, Jiyong lo miro como si no pudiera creer lo que estaba pasando. “Ven conmigo, por favor.”
Jiyong no respondió y siguió a Seunghyun a paso lento hasta quedar frente a Taehyun.
La mano de Jiyong estaba fría en contraste de la calidez en la mano de Seunghyun, quien con suavidad, camino junto Jiyong hasta llegar a Taehyun.
“¿Paso algo?”. Pregunto Seunghyun con calma.
Taehyun miro por un momento las manos enteladas de la pareja y luego dirigió su atención hacia Seunghyun. “Me preguntaba si quieres ayuda con el informe de la reunión de hoy.”
“Le pediré a Daesung que me ayude, no te preocupes. Si eso es todo debo irme, hoy a tomarme la tarde libre para estar con mi familia.” Sin decir más Seunghyun beso la mano de Jiyong y camino junto a él, lejos de la vista de Taehyun.