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Sounds like Heaven  por namy chan

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Notas del capitulo:

Despues de años aquí estoy! (?)


No hay mucho que decir mas que lo disfruten. 

Y la lo saben, DGM le pertenece a Hoshino sensei. 

 
 
Una piel de porcelana, fría al tacto, suave hasta la base de sus caderas donde comenzaban a emerger las primeras escamas grisáceas en reposo mas en un leve movimiento el tornasol cambiaban su color a un azul intenso, solo los bordes de sus aletas permanecían con un color estable, un tinto el cual era contrastado con el carmesí de una de las tantas heridas ocasionadas en su capturar.  
 
Largas y curvadas pestañas blancas protegiendo sus cerrados ojos, un pesado respirar ¿Necesitaba sumergirle ya? La idea le hizo torcer la boca en una mueca de desagrado. Su fascinación por verle se hubiese alargado por horas ininterrumpidas, sin embargo su seguridad fue primero, debió proteger su inversión. 
 
Con una orden lanzaron al tritón a su nuevo hogar. Un estanque exclusivo para su nueva adquisición situado justo a lado de su habitación y fungía como una de las cuatro paredes ¿Donde más lo tendría? Cada que quisiera verlo solo debía ir a su habitación, era como ver una pecera gigante, como visitar un acuario por la gran extensión aunque en vez de encontrar gran cantidad de peces verían un extraordinario tritón, solo suyo. 
 
Era su tesoro. 
 
Joder, cuanto deseaba volver a ver sus ojos, sin embargo la criatura solo tuvo breves momentos de lucidez antes de caer de nuevo en la inconsciencia y como único incentivo supo que obtuvo lo deseado al hacerlo reaccionar. 
 
–¿En cuanto tiempo se recuperara? –la paciencia era una virtud que el nipón no tenía. 
 
–Joven Kanda, entienda que un ser como este es imposible dar un estimado de algo, no sabemos como funciona su organismo, en como debemos tratarlo si como un 'pez' o un humano con características extras... –habló una enfermera ya pasada sus años de juventud. 
 
–Esa cosa no es humana –siseó. –Nunca lo será y no se atreva a tratarla como tal 
 
Ese tritón era solo su mascota, un adorno que haría ver bonita su pecera entre tantos peces multicolor. El tratarlo como un ser más allá de eso era de reírse por la ingenuidad. 
 
La mujer asintió con culpa, ese pobre chico viviría muy poco si era tratado en esas condiciones, internamente deseó que no despertará y no pasara de ese día, así su sufrimiento terminaría antes de empezar. Nadie merecía ser sacado de su "hogar" solo para vivir un encierro de por vida en razón de un mísero capricho. 
 
–Lo único que puedo decirle es que su pasa su periodo de observación con éxito aun así no estará fuera de peligro, la... criatura esta fuera de su habitad, la poca información dada no es suficiente para adaptar un ambiente apropiado y es propenso a morir en cualquier momento –si sobrevive será un milagro poco agradecido. 
 
El peliazul chasqueo la lengua mientras la enfermera seguía dándole nada más que malas noticias, en algún punto dejó de escucharle y se centró en observar el fondo de la pecera al bajar la vista. Solo se podía llegar ahí al subir al segundo piso en donde todo fue remodelado para que fuese la entrada al estanque. Desde ahí podría tener interacción cercana sin ningún tipo de protección con el tritón si este se dignaba a salir a la superficie y acercarse a la orilla... Seria un deleite volver a ver esos grisáceos ojos sin tener en medio un estorboso y seguro cristal. 
 
La antigua rubia salió al ver desde el umbral de la puerta al causante de rojiza melena que hizo posible todo, se reverenció en despedida y se retiro sin más. 
 
–No lo traje sólo en una vitrina sin razón, esa cosa es peligrosa, una cadena en el cuello como mínimo es lo que debe tener, no te guíes con su frágil apariencia, se llevó a dos de mis hombres en un parpadeó y no los soltó hasta que se ahogaron –fue eso o la presión del agua daba la profundidad los mató. 
 
–Esta débil, cuando averigüen que tipo de medicamento darle le tendrán drogado de por vida –no quería en su colección un revoltoso pez aunque no podía creer del todo las palabras de Marina Cross, no después de ver a los ojos al tritón. 
 
–Aumentare un millón a nuestro acuerdo más los daños de mi barco, las vidas de mis hombres van por mi cuenta –dio una calada a su cigarro el instantáneamente el japones arrugó la nariz ante la irritación. 
 
–Solo sera la mitad y un barco nuevo, destruye el antiguo y todo rastro de que fuiste a buscarlo –aun no olvidaba los múltiples moretones que resaltaban en la pálida piel del albino, las heridas en su cola y el forcejeo que debió haber ejercido para que las cadenas que lo ataban quedaran tan marcadas en él, parte de su belleza se opacaba por ello. –Contestame algo, ¿No había sirenas?
 
La idea principal fue tener una sirena, una curvilínea mujer de largo cabello y belleza excepcional aunque esto solo fuese sacado de cuentos fantasiosos al tener también la posibilidad de encontrarse con un ser aterrador de largos dientes e instinto asesino, algo que sin tenerlo previsto se encontraban ambos en aquel tritón y que, la única razón por la que no se sintió decepcionado fue por la fascinación que le trajo el verle. 
 
–Habia, más de una, al principio capturamos una pequeña pero tuvimos que cortar la primera red o el peso que ejercían todas ellas hubieran hecho que el barco se volcara –la luz le jugaba en contra al estar pronto el caer de la noche, el atardecer del horizonte era su única guía. –La segunda atrapó a otra y mi tripulación abrió fuego hacia el agua, ahí ese tritón fue el único que se acercó y se las ingenió para romper parte de la red, salvar a su amiga y gracias a eso le atrapamos a él –al final lanzaron una última red hacia el albino y le sacaron del agua entre un caos de esas cosas. Al parecer era querido ya que después de su captura les siguieron por kilómetros. El porque no capturaron más fue simple; con solo uno todo su barco y los tripulantes de ellos estaba en gran peligro. 
 
El peliazul solo se dedicó a chasquear la lengua ante la idea de haber tenido a una pobre y pequeña sirena, y en cambio tuvo a aquel albino con espíritu heroico. 
 
 
***
 
 
Lo restante de la noche pasó con rara normalidad, claro, como si tener un ser mitólogo como mascota fuese lo mas normal de mundo el nipón descansó igual, siendo el jefe de su empresa podría darse el maldito lujo de, por lo menos una vez llegar tarde al trabajo, la comodidad de su cama era mucha y sus nulos deseos de despertar después de las 6am se notaron en cuanto lanzó si el menor cuidado el despertador a la pared y en muy jodido aparato siguió sonando ¿Desde cuando esas cosas eran tan resistentes? Joder. Aquel simple acto impulsivo le hizo levantarse entre maldiciones y aun somnoliento, dio apenas dos pasos, tomó el despertador entre manos y volvió a lanzarlo con la fuerza necesaria para hacerlo añicos en cuanto se impactó. 
 
Sin embargo, estando a punto de volver a la cama percibió un movimiento, algo mínimo captado de soslayo mas que fue suficiente para girar su atención en torno a la pecera, ahí, en una de las esquinas yacía el tritón acurrucado, totalmente despierto aunque sin estar en plena conciencia de su alrededor por el momento. No pareció ver nada con precisión, su expresión daba a entender aquello y tomando ventaja de ello el nipón se acercó con sigilo lo mas posible al él, dando pasos cortos terminó arrodillándose hasta quedar a su altura siendo separado por solo un material. Dentro del agua el brillo de aquella cola brillaba con mas intensidad, su cabello se ondeaba al son del movimiento y la fascinación de Kanda creció dando un paso en falso al alzar la mano y tocar el cristal alertando al albino. 
 
Una mezcla de expresiones recorriendo las facciones de este conociendo las mas marcadas al comenzar con la confusión, seguir por el miedo y finalmente y lo más asombroso para el pelilargo aquella mirada cargada de odio hacia él. El ser marino se alejó y lejos de pensar que seria para mantenerse alejado de su captor y nuevo dueño solo fue para tomar el impulso necesario para impactar su cola contra el cristal enfrente del mayor, la fuerza ejercida apenas logró hacer retumbar la superficie y menores movimientos le siguieron constantemente, lo que fue agua de mar cristalina comenzó a mezclarse con la sangre del tritón entre cada golpe abriendo más sus heridas, hasta que, sin fuerzas el albino paró al volver a quedar inconsciente. 
 
El oriental se mantuvo en su posición expectante en todo momento hasta el final en donde se incorporó y lanzó un bufido. 
 
–Quien diría que te quedaban fuerzas, Moyashi 
 
 
 
 
 

 

Notas finales:

Como se habrán dado cuenta tardó en actualizar. Aclaro de una vez que será un fic largo tanto en capítulos como en tiempo para realizarse. También pretendo agrandar el contenido para que por lo menos valga la espera. Están avisados (?)

 

Muchas gracias por leer, agradecería mas algún review dejándome sus comentarios, quejas o amenazas, todo es recibido (?)


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