Pov Draco
-¿Cuánto tiempo piensas seguir así, Draco? -preguntó Pansy.
-No sé a qué te refieres.
-Llevas una semana sin salir de tu casa, ¡Estamos en semana de exámenes!
-Ya hice los exámenes -respondí sin darle importancia -hablé con Dumbledore y me dejó hacerlos la semana pasada.
-¿Y qué pasa con tu asistencia?
-Le dije que mis papás irían a un viaje de negocios, que es verdad, y que yo los acompañaría.
-Planeaste todo, ¿no?
-Al fin de cuentas, ésta es la última semana antes de las vacaciones de invierno. Solo me falta recuperar los apuntes, pero supongo que mis dos mejores amigos querrán pasármelos.
-¡Ja! ¿En verdad crees que Blaise y yo ponemos atención?
-Bueno... puedo hablar con Nott.
-Draco -dijo mi amiga sentándose en mi cama -no puedes seguir evitándolo.
-¿Yo? Él es quien me evita -dije -Y... ¡No uses estoy tono de voz conmigo!
-¿Qué tono?
-El tono maternal... como si estuvieras preocupada; me da escalofríos.
-Draco, estoy preocupada.
-No deberías estarlo. Estoy bien.
-¡Llevas toda la mañana tocando ese maldito piano!
-Tengo este piano desde los diez años, ¿Para qué crees que lo uso?
-¿Para orgías homosexuales?
-Cierto, no debí haber preguntado...
-Draco, tú y yo sabemos que cuando estás deprimido te desquitas tocando el piano...
-Pansy, me gustaría estar solo -pedí -por favor.
-Está bien -dijo poniéndose en pie -pero no puedes seguir ignorando a Potter.
-¿Te acompaño a la salida?
-No te preocupes, sé dónde está la puerta.
Pansy se fue y me quedé solo en mi cuarto.
Lentamente caminé hasta mi cama y me enrollé en una cobija.
Llevaba tres días seguidos tocando la misma canción; In Regards to Love, Agape, y mis dedos estaban adoloridos.
Acerqué unos cuantos libros a mi cama y prendí la televisión.
No extrañaría a Harry, solo necesitaba una buena serie y mis libros favoritos.
Pov Harry
Segundo día de vacaciones y tenía que ir a cenar con mis tíos. Prefería visitarlos ahora y no el 24.
….
No quería ir solo.
Normalmente prefería ir solo o no tenía quien me acompañara, pero hoy no me sentía lo suficientemente fuerte para soportar sus insultos por mi cuenta.
Chequé mis contactos y me deprimí un poco.
Era en estos momentos en los que me odiaba por no tener más amigos. ¿Por qué no podía ser un poco más social?
Seguía mirando los contactos de mi celular, sabiendo que no iban a aparecer más contactos por arte de magia.
Ron iba a ir a una especie de excursión con su familia y Hermione iba a ir a visitar a su familia al campo. Neville no contestaba y solo había un contacto más, además de Sirius, Lupin y Petunia.
Sentí un escalofrío al notar lo que estaba a punto de hacer...
¿En verdad iba a llamarlo para pedirle que me acompañara a ir con mis tíos?
Sí, estaba desesperado y tomaría las medidas necesarias.
Hice la llamada.
Un toque...
Dos toques...
Tres toques...
Justo cuando iba a colgar él contestó.
-¿Quién habla? -preguntó de manera ausente. Se escuchaba música de fondo.
-¿Draco? -pregunté quedamente.
-¿Harry? ¿Eres tú? -preguntó. Una nota desentonó. Parecía ser que tocaba un piano...
-Hola, oye quería pedirte que...
-¿Estás bien? ¿Necesitas algo?
-Estoy bien -algo dentro de mí se agitó; Draco estaba preocupado por mí -quería pedirte, si no es mucho, que me acompañaras a cenar con mis tíos.
-¿Con tus tíos? -preguntó -Eh... claro, ¿Cuándo?
-Hoy -respondí nervioso.
-Está bien, ¿Cómo tengo que ir vestido?
-Es algo casual, creo.
-Ok, ¿Llego a tu casa a las seis?
-Seis; perfecto -colgué y solté un suspiro.
Pov Draco
Estaba sentado junto a Harry.
Su primo, Dudley, estaba sentado junto a él. Lo primero que pensé al verlo fue que parecía un cerdo con peluquín rubio.
Tuve que reprimir una carcajada; estaba frente a la familia de Harry, tenía que comportarme adecuadamente.
-Así que, Draco -preguntó la tía de Harry -cuéntanos un poco más de ti.
Logré controlar las ganas de rodar los ojos; preguntó eso justo después de escuchar que mi apellido era Malfoy.
Les conté un poco acerca del trabajo de mis papás. No mucho; lo que siempre contaba.
-Mi esposo es director de Grunnings, una fábrica de taladros -dijo la mujer petulante -cuéntale, querido.
Intenté poner atención pero en verdad me era imposible. Por momentos decía alguna expresión de asombro, mientras sonreía o asentía.
Lo que sí logró captar mi interés fue Dudley, quien llevaba toda la cena pateando a Harry, y el azabache, quien no hacía nada al respecto.
-¿Y cómo te hiciste amigo de -comenzó a decir su tío -éste? -señaló a Harry. Apreté fuertemente mis puños y tomé aire.
-Lo conocí en la escuela, somos compañeros -corté un poco de carne y me la llevé a la boca.
-Ah, sí, Hog... Hag... Hog... ¡Cuál sea su nombre! -dijo Vernon -he escuchado muchas cosas buenas del colegio, aunque ahora lo dudo, viendo a qué tipo de personas admiten, ¿cierto? -preguntó señalando 'discretamente' a Harry.
Harry solo agachó la cabeza. Huyendo de mi mirada.
-No entiendo a qué se refiere –dije frío.
-Bueno, en su escuela hay gente como tú y como él, ni siquiera quiero pensar quienes más asisten ahí. ¡Me alegro de haber metido a Dudders a Smeltings!
-Yo también me alegro, estoy seguro de que no aguantaría estar en la misma escuela que él –dije con una sonrisa falsa.
Petunia me miró fijamente y Vernon tosió un poco.
-¿Quién quiere postre? –preguntó la mujer poniéndose en pie.
Harry alzó los ojos esperanzado pero cuando su tía se levantó, Dudley lo pateó.
-No hay postre para los raros como tú –le dijo a Harry.
Tranquilo.
Tranquilo.
Harry se puso muy rojo y su tío soltó una fuerte risa.
Tranquilo.
Tranqui… ¡Oh, a la mierda con eso!
Me levante bruscamente y encaré a Dudley.
-¿Cuál es tu maldito problema?
-Draco –dijo Harry.
-No, Harry, no puedo creer que tu familia te trate así. Eres una persona maravillosa y si ellos no pueden verlo entonces están equivocados. No mereces que te traten así.
Todos habían dejado de moverse y me miraban fijamente.
-No sé porque lo tratan así y honestamente no me interesa saberlo, pero les pido, de la manera más atenta, que nunca insulten a Harry James Potter en mi presencia. Sé que estas visitas son algo así como obligatorias pero si, por una sola noche, no pueden comportarse como personas decentes, con toda confianza Harry puede ir a mi casa y fingimos que estuvo con ustedes.
Tomé a Harry de la mamo y lo saqué de esa casa, azotando la puerta.
Mientras manejaba de regreso me di cuenta de que no debería estar haciéndolo; estaba muy tenso para manejar sin ponernos en peligro.
Estacione el auto en un parque y me bajé.
Me alejé caminando y cuando llegué a una zona solitaria comencé a caminar en pequeños círculos. Estaba muy molesto y no podía pensar con claridad.
Harry debió haberme seguido por que en un momento estaba con su mano en mi hombro.
-Draco, en serio, está bien.
-No, Harry, no está bien. Todo lo que dije en casa de tus tíos lo dije en serio. ¿Es por esto que me pediste que te acompañara?
-Sí, perdón, pensé que contigo ahí… se comportarían mejor.
Me llevé las manos a la cara y tomé una bocanada de aire. Necesitaba calmarme.
-¿Por qué haces esto?
-¿Eh? –pregunté mirando al azabache.
-Tú… siempre me tratas bien y yo… Perdón por haberte estado ignorado. Eres una gran persona y no mereces que te trate como lo hago… es que… no sé… Soy un idiota…
Cállate.
-…y tú siempre me ayudas. No sé como darte las gracias… lo mejor sería que me alejara y pudieras conseguir un amigo mejor… Ni siquiera se porque sigues hablándome…
No sigas. Por favor.
-…¡Perdóname, Draco! Lo que dicen mis tíos, la manera en que me tratan, me lo merezco y…
Me acerqué rápidamente a él. No podía dejar que siguiera diciendo esas tonterías.
Pov Harry
Draco se acercó y con sus manos alzó mi cara.
Tuve que dejar de hablar cuando los labios de Draco conectaron con los míos. No sabía qué hacer, éste era mi primer beso.
Estaba temblando pero aun así pasé lentamente mis brazos por el cuello del rubio.
Draco me besaba de manera suave. Delicada. Como si fuera a romperme en cualquier momento. No era un beso apasionado pero me hacía sentir un calor indescriptible.
Draco puso sus manos en mi cintura. Cerré los ojos y enredé mis dedos en su cabello.
Nuestros labios se movían lentamente y sentí como Draco sonreía en el beso.
El rubio se separó un poco de mí y me abrazó.
-¿Ahora entiendes porque hago esto? ¿Entiendes porque no quiero conocer a nadie más?
Estaba un poco desorientado y no sabía cómo contestar. Mi cara ardía de una manera insana, estaba seguro.
Draco sonrío y besó mi frente.
-Vamos a tu casa antes de que Sirius llame a la policía o algo.
Llegamos a mi casa.
-Bueno -dijo Draco cuando estábamos frente a la puerta -supongo que... nos vemos después.
-Sí -dije. Seguía sintiendo mi cara caliente.
Pasaron unos segundos en los que ninguno dijo nada.
-Bien, ya me voy -dijo caminando hacia su coche.
Draco abrió la puerta y giró hacia mí.
Nos miramos a los ojos.
-Adiós -dije -te quiero -dije al mismo tiempo que él decía "Te cuidas".
-¿Qué? -preguntó abriendo mucho sus ojos.
-N-nada.
-¿Qué dijiste? -su voz sonaba llena de cariño.
-Te cuidas -repetí lo que él había dicho, intentando disimular.
-Harry.
-¿Mande? -pregunté nervioso.
-También te quiero -dicho esto subió a su auto y se fue, dejándome petrificado en la entrada; Rojo y con el corazón acelerado.
Solté un suspiro y entre torpemente a la casa.