Pov Harry
Cada vez se acercaba más el 31 de octubre.
Mi humor iba de mal en peor; pues, aunque toda la escuela se estaba preparando para una fiesta de disfraces, yo sólo podía recordar lo que había perdido ese día: mi mamá y mi papá.
Me toqué la cicatriz que tenía en mi frente; uno de mis pocos recuerdos de ese día.
-¿Cómo de que no te vas a disfrazar de nada? -me preguntó exaltado Ron.
-No estoy seguro de que vaya a ir a la fiesta...
-Harry, hasta yo admito que a veces un poco de diversión no hace daño -añadió Hermione.
-Sí, pero... ¿Con quién voy a ir?... Es un baile.
-¿No es obvio? Vamos los tres juntos, bailamos los tres juntos –explicó Hermione.
-¡Está decidido! Hoy después de clase hay que vernos en la plaza y buscarte un buen disfraz -dijo Ron
-No sé si me vayan a dar permiso -intenté excusarme.
-Pues habla a tu casa -me dijo mi amiga.
Marqué rápidamente a Sirius y con voz insegura le pedí permiso.
Ahora, un adulto que sabe lo poco que te gusta salir o lo mucho que te cuesta no tener un ataque de ansiedad en una plaza, te dejaría a ti tomar la decisión. Pero Sirius pareció verdaderamente alegre de que fuera a salir con... amigos. Así que al final acabé accediendo.
El día pasó lentamente entre clases aburridas. No podía evitar sentirme nervioso por lo que íbamos a hacer después en la tarde.
Cuando sonó el timbre, esperé a que todos salieran del salón para luego salir yo.
Iba caminando de camino a la plaza. Aún faltaba unas horas para encontrarme con Ron y Hermione; habíamos acordado vernos a las 4, para que cada quien pudiera ir a comer.
No pensaba ir a comer, si entraba a mi casa posiblemente no podría convencerme de salir otra vez. Decidí ir al parque a sentarme un rato.
Llegué y me senté bajo la sombra de un árbol. Todo iba bien hasta que escuche unas voces detrás de mí.
-Mira, Crabbe, es el marica de la escuela.
-Cierto, Goyle, ¿Por qué no le enseñamos lo que opinamos de él?
Ambos empezaron a reír.
Un escalofrío recorrió mi espalda.
Crabbe agarró mi brazo y me obligó a ponerme de pie.
Con la poca fuerza que mi delgado cuerpo tenía intenté zafarme del agarre pero el muchacho solo apretó más fuerte para luego empujarme contra un árbol.
Pov Draco
A veces me preguntaba por qué seguía juntándome con Pansy y Zabini.
Claro, son mis amigos y unos de los pocos que aguantaron mi etapa de niño mimado, pero ahora se aprovechaban de mi buena voluntad.
Si mi papá se enterara de que justo ahora estaba caminando por el parque, de camino a la panadería, sólo porque mis amigos querían un pastel...
Suspiré. Tenía que agradecer que mis papás casi nunca estaban en casa.
Ya estaba a punto de llegar cuando algo capto mi atención.
Crabbe y Goyle, los idiotas que insistían en juntarse conmigo, estaban rodeando a alguien.
¿A quién?...
Mierda, reconocería ese cabello y esa postura en cualquier lugar.
Me acerqué corriendo, con la sangre hirviendo en mis venas.
-¡Hey! ¿Qué están haciendo?
Los rostros de los tres muchachos se giraron a verme.
-Saben... no me importa. Sólo lárguense de aquí -casi de inmediato los idiotas me obedecieron; gente superficial como ellos temían a apellidos importantes como Malfoy. Cuando Goyle pasó junto a mí, agarré fuertemente su brazo -Si los vuelvo a ver cerca de Potter -dije con tono amenazante -se van a arrepentir.
Cuando se hubieron alejado, me giré hacia Harry, quien me veía con cara de miedo, nervios y agradecimiento; todo a la vez.
-Vamos, Potter -dije ofreciéndole mi mano -No piensas quedarte ahí todo el día, ¿o sí?
Lentamente tomó mi mano. Una sonrisa se instaló en mi rostro.
-Gracias -dijo.
-¿Quieres acompañarme a comprar un pastel?
Pasaron unos momentos sin que Harry dijera nada. Temí haberme visto muy desesprado; cuando pensé que no iba a recibir respuesta del chico, Harry respondió con voz queda.
-Bueno... quedé de verme con Ron y Hermione... pero aún tengo tiempo... si no te molesta, claro...
-Por supuesto que no, después te puedo pasar a dejar a donde vayas a verlos -dije alegre -Ven, vamos.
Compramos el pastel y caminamos hasta mi carro.
Conduje hasta el centro comercial, pero, en vista de que sus amigos no habían llegado, lo llevé a la comida rápida.
-¿Quieres comer algo?
-No -dijo.
-Ya veo, ¿comiste antes?
Harry negó con la cabeza.
-Entonces no te preocupes, yo invito -el dinero no me era problema, y moría de ganas de gastarlo en el pequeño azabache.
Durante la comida, Harry apenas y tocó su hamburguesa. Sin embargo, había logrado que me contara un poco de él. Un poco. Se notaba que no le gustaba hablar de él, pero se mostró interesado mientras le contaba un poco acerca mí.
Comenzó a vibrar mi celular.
Fujoshi Frustrada, decía en la pantalla.
-Discúlpame -le dije a Harry mientras contestaba -¿Qué quieres, Pansy? -pregunté a mi amiga.
-¿¡Dónde estás!? Llevo esperando horas a que llegues con el pastel -gritó -¿Piensas matarnos de hambre a Zabini y a mí? ¿De qué sirve que tengas un auto si no vas a...
-Lo siento, Pansy, estoy ocupado. Salúdame a Zabini -dije mientras colgaba.
-¿Todo bien? -preguntó inseguro Harry.
-Sí -dije riéndo -nada importante.
Cuando llegó el momento de despedirme del chico de ojos verdes me sentí un poco triste, pero me deleité al ver que, cuando revolví su cabello, un lindo sonrojo inundó su rostro.