Pov Harry
-¿Es en serio? ¿Un campamento? ¿Qué acaso la escuela no tiene clases que dar? -pregunté exaltado.
-¡Harry! El torneo de las cuatro casas es una tradición escolar -dijo Sirius.
-A nosotros también nos tocó ir, no es tan malo como suena -intentó hacerme sentir mejor Lupin.
No es tan malo como suena. Ajá. Ustedes no sufren de problemas nerviosos ni ataques de ansiedad.
El "Torneo de las Cuatro Casas", como decía en la circular que me habían dado el día anterior, era un campamento de una semana; todos los estudiantes iríamos a una playa, dormiríamos en unas cabañas, y competiríamos por ver cual casa era la ganadora de más puntos.
-¡No entienden! -dije -tuve que pagar para que me obliguen socializar con gente que no me agrada.
-Sí, Harry, todo es un complot de Albus Dumbledore -dijo Sirius ignorando mis quejas.
-Nadie me entiende... -dije recostándome en el comedor.
-Apúrate a comer tu desayuno -dijo Lupin -no tarda en llegar Draco.
Me sonrojé. Claro que sabía que Draco estaba por llegar pero escucharlos decir eso... lo hacía sonar más comprometedor de lo que era.
El rubio llevaba pasando por mí dos semanas. Me dijo que prefería no dejarme caminar solo y arriesgarse a que algo me pasara.
El timbre sonó.
-Tu príncipe llegó -informó Sirius.
-¿Qué? -pregunté sonrojándome. Claro que había escuchado.
-Malfoy está aquí -dijo entonces Lupin, sonriéndome con cariño.
Caminé hasta la puerta y salí tropezándome con mis propios pies.
La risa de los dos adultos se escuchaba desde afuera.
-Hola, Harry -saludó Draco -estás rojo, ¿Te sientes bien? -dijo tocando mi frente.
-Sí -respondí desviando mi mirada.
-¿Seguro? -preguntó Draco acercándose mucho a mi cara.
-Vamos a llegar tarde -dije separándome de él abruptamente y caminando hasta el auto.
El camino estuvo lleno de risas y burlas. Aún después de meses no lograba abrirme tanto con la gente, a menos que fueran Sirius, Lupin o Draco. Esto último molestaba a Ron, aunque siempre le aseguraba que él era mi mejor amigo.
Lo que pasaba con Draco era que él… que él… no era mi mejor amigo pero… Bueno, ni yo estaba muy seguro.
-No puedo creer que nos manden a un campamento cuando estamos a punto de comenzar la semana de exámenes... ¿Cuándo se supone que estudie? Apenas estoy haciendo las guías y...
-¡Hermione! -la interrumpió Ron -los exámenes son hasta diciembre, tienes tiempo suficiente para estudiar.
-¿Crees que un mes es suficiente para estudiar todo lo que vimos en un semestre? -preguntó ella exaltada.
-Eh... sí -dije.
-Agh, ustedes son imposibles -dijo a punto de tener un ataque de pánico.
-Hermione, no sé de qué te preocupas, eres muy inteligente, podrías pasar el examen sin siquiera abrir un libro en todo el año -dije, intentando calmarla.
-Gracias, Harry -dijo la chica, sonriéndome agradecida.
Ron me dio una patada. No entendía sus celos, Hermione claramente era solo una amiga.
Vi a Draco pasar con Pansy colgada de su brazo. La chica le decía algo y el otro no dejaba de sonreír. Algo se agitó en mí; tal vez sí entendía sus celos... un poco.
Desvié la mirada cuando sentí que comenzaba a sonrojarme.
-¿Harry estás bien? –preguntó Hermione.
Asentí rápidamente y seguí comiendo mi almuerzo.
Pov Draco
No puedo creerlo. El campamento se acercaba y era la excusa perfecta para pasar tiempo con Harry. Una semana para estar con él fuera de la escuela.
-Draco, quita esa cara de idiota, das asco –dijo Zabini.
-Eso es el amor, Zabini –lo regañó Pansy, quien iba colgada de mi brazo.
-Cállate, Pansy –dije riendo nervioso –mejor sigue contándome acerca de lo que pasó entre tú y Diggory.
-Pues, lo que te dije. No llevábamos ni una semana de hablar cuando me pidió una cita. Y luego me enteré que andaba viendo a la rata china.
-¿Cho Chang? –preguntó Zabini.
-Esa misma.
-¿Nunca has pensado que deberías tener un filtro? A veces puedes ser muy grosera –dije.
-¿Para qué? Soy grosera con la gente que me cae mal y que sé que le caigo mal.
-Eso no justifica lo que dices y…
-¡Cállate, pinche rubio oxigenado! –gritó la chica. Pansy nunca recurría a los insultos a menos que supiera que le habían ganado. Solté una carcajada.
-Draco, dile a tu chicho Potter que no sea tan obvio –pidió Zabini –lleva viéndote desde que entramos. En serio, ni siquiera parpadea.
-¿En serio me está viendo? –pregunté emocionado.
-Iugh, te brillan los ojos –dijo Zabini.
-¡Pansy! En verdad me está viendo –dije sintiendo el calor en mis mejillas.
-¡Wow, Draco! ¿Para cuándo la boda? –preguntó la chica sarcástica.