CAP 15 – Un “Ligero” Trauma …
Aquella tarde todas las dudas fueron resueltas por nuestro tío, pues apenas sabíamos algunas cosas al respecto, relatos que nuestra madre nos había contado.
Nos encontrábamos cada uno entre nuestros propios pensamientos tratando de digerir la reciente información, cuando de pronto un fuerte ruido de algún objeto rompiéndose nos sacó de aquellos pensamientos.
- Azuren – Susurre, corrí rápidamente hacia la habitación. Al entrar, encontré a un triste doncel tratando de ponerse de pie. – Tranquilo “mi luna”, yo te ayudo – Rápidamente lo tome entre mis brazos ayudándolo.
El suelo estaba lleno de vidrios rotos de lo que antes había sido un plato y un vaso que había dejado sobre la mesa de noche, también observe como uno de los tobillos de Azuren ahora se encontraba hinchado.
Segundos después Zheiro, Shiromi y Loumir, ya se encontraban en la habitación contemplando la escena.
- Nhgg – Un pequeño quejido salió del doncel mientras jalaba mi camisa suavemente atrayendo mi atención, levanto su mano y señalo el baño. Lo lleve hasta el lugar y le ayude ya que no podía mantenerse en pie.
Al salir Shiromi ya se encontraba con sus instrumentos médicos para revisar a mi luna”, una vez lo deje recostado en la cama el pelirrojo se acercó e inmediatamente mi pequeño empezó a temblar y en sus ojos se veía como pequeñas lagrimas querían salir ansiosas y recorrer aquellas sonrojadas mejillas.
- Tranquilo “mi luna”, ya conoces a Shiromi y sabes que no te hará daño y yo no permitiría que te hagan daño – Este asintió con su cabeza relajándose un poco apretando mi mano sin soltarla – Eso es, aquí estaré contigo todo el tiempo – mostré una tierna sonrisa.
Mientras tanto Zheiro y Loumir observaban en silencio sentado en el sillón.
Al día siguiente Shiromi me entrego una lista de medicamentos y una estricta dieta alimenticia que mi pequeño debía seguir para recuperarse. Así fue como los días comenzaron a pasar, cada día Azuren mejoraba un poco más y así mismo tenía un poco más de confianza con todos, sobretodo conmigo pues siempre estaba pegado a mí, lo que me hacía verdaderamente feliz, yo era quien lo protegería, quien lo cuidaría y ese solo pensamiento me hacía sentir cosas nuevas y hacia latir fuertemente a mi corazón.
Poco a poco comencé a aprender sobre las cosas que le gustaban y las que le disgustaban, además de poder cada faceta y expresión que podía mostrar.
Odiaba las verduras con todas su fuerzas, era increíble como discutíamos para obligarlo a que las comiera, por otro lado, amaba los chocolates, cualquier cosa que tuviera chocolate hacia que se convirtiera en un cachorrito suplicante para que se las diera. Así como hacia berrinches por las verduras las cuales debía comer por su dieta, cuando le daba un trocito de chocolates ya que le servía para reponer energías, se las comía con una alegría inmensa y al terminar inflaba su carita haciendo pucheros para que le diera más; simplemente un pequeño manipulador que derretía mi corazón.
Bañarlo era una osadía completa, se comportaba como un gato miedoso del agua, era una batalla para meterlo en la ducha pero una vez sentía el agua tibia se relajaba poco a poco perdiendo el miedo.
Amaba sentarse en el sillón empotrado junto a la ventana de la habitación, podía quedarse horas observando el paisaje, deleitándose y relajándose.
Era bastante curioso, le gustaba explorar todo lo que había en la habitación y muchas veces dejaba un desastre en esta de todo lo que sacaba de los cajones y el armario, pero eso me encantaba de él, era como un pequeño gatito bebe aprendiendo del mundo.
Cada día el brillo de sus hermosos ojos iba volviendo, alejando toda la triste que antes mostraban, era como verlo renacer a una nueva vida y es que así lo era. Cada día más hermoso, más sorprendente; irradiaba luz que llenaba mi corazón, su rostro resplandecía a pesar de que aun estaban los recuerdos que entristecían su corazón sin dejarlo florecer en su máximo esplendor.
A veces en la noches tenia pesadillas, gemía entre pequeños grititos, sollozaba y temblaba por el miedo y tan solo lograba clamarse con mi abrazo; me dolía verle así, mi corazón se partía en trozos y mis deseos de protegerlo y cuidarlo aumentaban cada día.
Los meses pasaban y el ya salía de la habitación para explorar la casa, me mostraba su sonrisa al verme y corría como un cachorrito hacia mis brazos, ya se acercaba por propia voluntad a Zheiro y a Loumir y aunque aún le costaba un poco siempre intentaba acercarse a Shiromi, pues le tenía bastante miedo a los doctores, no me imagino como seria llevarlo a un hospital.
Su recuperación física y psicológica era bastante rápida y eso me alegraba grandemente, a pesar de que no podía hablar aun, sus solas expresiones hablaban por él.
Sin darme cuenta fui cayendo lentamente enamorado de mi hermosa “luna”, ver como cada día mejoraba, ver cada expresión que descubría, ver como se sentía protegido a mi lado y ver sus hechizantes ojos y hermosa sonrisa, ya no había remedio, lo amaba, lo amaba con todo mi corazón.
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Cuatro meses habían pasado, nos encontrábamos todos reunidos en la sala viendo una película y compartiendo una para nada saludable comida (papitas fritas, palomitas y gaseosa). Todos estábamos recostados en el gran sillón acomodados y como siempre Azuren entre mis brazos.
Todo marchaba bien cuando de repente la oscuridad total hizo presencia en el lugar… la luz se había ido.
Shiromi se encontraba abrazado a Loumir, mientras “mi luna” asustado, temblaba abrazándome fuertemente, Zheiro mientras tanto se levantó buscando una linterna para luego ir a la cocina por velas para iluminar el lugar. Volvió unos minutos después con varias velas y un encendedor, tomo una de ellas y la prendió, grave error…
- Listo con esto podremos iluminar la sala – Menciono dejando salir un suspiro.
La llama se encendió y sin que pasara un solo segundo Azuren empezó a temblar como si hubiera un terremoto.
- “Mi luna” que sucede? – Pregunte preocupado sin obtener respuesta.
Sus ojos estaban fijos en la llama de la vela y pronto ríos de lágrimas emprendieron viaje recorriendo sus mejillas, su respiración ahora era agitada. Al comprender, rápidamente aparte rápidamente su mirada de aquella llama poniendo su rostro sobre mi pecho.
- Cálmate pequeño, vamos cálmate… - Le decía desesperadamente sin resultado alguno, el no escuchaba.
- Mmnn Hnn – Pequeños gemiditos y grititos llenaban el ambiente, todos podíamos sentir su sufrimiento en esos momentos, era desgarrador, y a cada segundo se hacía peor.
Zheiro quedo petrificado ante la escena, mientras Loumir y yo tratábamos de sacarlo de su ataque de ansiedad y Shiromi con la linterna se alejaba corriendo a la habitación en busca de algún calmante.
Azuren temblaba, sudaba, sollozaba … Sufría!, pasaron varios minutos y Shiromi volvió con una jeringa, rápidamente lo inyecto en el brazo vertiendo el tranquilizante y unos segundos después “mi luna” cayo dormido. Fue un momento espantoso y desde ese momento supimos que Azuren jamás debía ver fuego nuevamente.