Al ingresar al salón no se percató del pie que amenazaba con hacerlo caer, por lo cual se tropezó, llamando la atención de todos los que le rodeaban. Por suerte no cayó, sin embargo logró hacerse daño con la esquina de un pupitre.
Giró hacia la persona que provocó tal acción. Le lanzó una mirada cargada de odio.
—Miren nada más, fíjate por donde caminas.
—Fíjate tú donde pones tu maldito pie, idiota.
— ¿Te enojaste? —preguntó con sorna.
—Claro que no, Siwi. Estar tropezando con los pupitres y haciéndome daño me encanta. Deberías tratar, tal vez yo pueda ayudarte—le sonrió falsamente.
Al oír aquellas palabras formó una mueca de desagrado.
— ¿Ayudarme tú? Ni en tus mejores sueños.
El profesor entró ordenando que todos se callaran y tomaran sus respectivos lugares. Ya que habían formado un círculo alrededor de Siwon y Heechul.
—Por supuesto que no, porque ya serían pesadillas—murmuró antes de ir a sentarse donde le correspondía.
Heechul se sentaba en el tercer puesto del lado izquierdo del curso, mientras que Siwon se encontraba en la mitad.
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Siwon y sus amigos planeaban reunirse en la casa de Kangin, una vez que la mayoría salió del aula. Heechul sólo los escuchaba mientras recogía sus cosas lentamente, pues llegar a su casa temprano no le emocionaba en absoluto.
Se levantó encaminándose hacia la puerta, sintió a cierta personita agarrarlo del brazo sólo para hacerle a un lado bruscamente.
—Quítate, estorbas.
—Y tú le haces un gran daño a la humanidad con esa cara tan horrible, pero yo no te digo nada—negó con la cabeza como si estuviera decepcionado.
— ¿Horrible dices? Por favor, ¿te has visto en un espejo? ¿O no tienes las posibilidades de conseguirte uno?
—Sí, me he visto y soy hermoso—pasó un mechón de cabello detrás de su oreja, sabiendo que a la mayoría de personas les gustaba que hiciera eso. —Y no, no tengo posibilidades de conseguirme uno, pero tú podrías comprármelo, ¿no? Ya que pareces muy interesado en ello.
—No me gustaría desperdiciar mi dinero en algo como tú.
—Tampoco deberías desperdiciar tus amables palabras en “algo como yo”, así que, ¿por qué no te callas?
— ¿Por qué mejor no te callas tú? —lo empujó grotescamente.
Heechul hizo una mueca de dolor, la cual intentó disimular.
—Porque no fui yo el estúpido que comenzó, y para que no piensen que eres un idiota que le habla a la pared tuve que responder. Sé agradecido, Siwon. Además, ¿por qué no te quitas y me dejas pasar?
Este molesto por la actitud del otro, lo tomó por el cuello de la camisa amenazante. Heechul le sopló y luego sonrió dulcemente.
Siwon muy cerca de su rostro le dijo:
—No me provoques, Kim. Puedes terminar mal—lo soltó lo más brusco que pudo y se dirigió hacia sus amigos para irse de una buena vez.
Heechul dio unos pasos atrás por la repentina acción pero mantuvo el equilibrio para no caer. Rodó los ojos, Siwon más inmaduro no podía ser. ¿Cuántas veces lo iba amenazando ya durante esos dos meses y medio? Sonrió, y aunque él no se dio cuenta, fue de manera sincera. Siwon realmente nunca se había atrevido a golpearle.
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Heechul entró a su -lo que algunos dirían- hogar. Pudo respirar aliviado al darse cuenta que sus padres no estaban, no tenía ánimos para soportarlos. La verdad, cuando se trataba de ellos nunca los tenía.
Se arrojó a su cama cerrando los ojos, y como todas las tardes se puso a pensar en la razón por la cual Siwon lo odiaba tanto y también del por qué simplemente no lo ignoraba como lo hacía con los demás.
Bueno, al principio sí lo hacía, sin embargo algo le llevó a enfrentarlo un día. El pelirrojo piensa que ese día simplemente se sentía de muy mal humor como para estar soportando a Choi y le respondió de una forma no muy grata.
Desde ese día no pudo controlar sus palabras y salían a cualquier tipo de agresión del pelinegro. De alguna forma no le molestaba del todo la situación de ellos dos, hasta le divertía en algunos casos.
También se preguntaba cómo sería si fueran amigos en vez de todo lo contrario. Cómo actuaría él si Siwon lo tratara mejor. Aquellas preguntas sólo lo atormentaban hasta el punto de enfadarse e irse hacer deberes.
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Se encontraba recostado en la cama de su amigo preguntándose qué fue ese escalofrío que sintió recorrer en su espalda al momento de aquel soplo por parte de su compañero.
— ¿Por qué te sigues tomando molestias con Kim? —la pregunta de Kangin lo sacó de su pensamiento.
—Qué te puedo decir, su presencia me irrita y sólo quiero molestarlo un poco, así me quito el aburrimiento.
—Creo que ya deberías dejarlo en paz, no te ha hecho nada para que lo trates tan mal—dijo su otro amigo Kyuhyun.
—Ya dejen de decir tanta tontería y vamos a buscar algo de comer que estoy muriendo de hambre—salió de la habitación enojado por el comentario de Kyuhyun, no podía creer que su amigo se pusiera de parte de él.
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Al día siguiente en receso, Siwon sonrió ladinamente al ver pasar a Heechul tan calmado. Él junto a sus dos amigos jugaban fútbol, el pelinegro al obtener el balón se lo lanzó a Heechul. Chasqueó la lengua cuando presenció al pelirrojo esquivarlo hábilmente, algo le decía que lo iba hacer pero aun así lo intentó.
Heechul cogió la pelota dirigiéndose a aquel grupito de idiotas (como él los llamaba en su mente), sacó un esfero que tenía en su bolsillo de atrás (para alguna emergencia) y sin remordimiento alguno lo clavó en el balón ante la atenta mirada de sus compañeros. Lo hizo con tanta fuerza que la pelota reventó.
— ¡Demonios, ¿por qué hiciste eso?! —perplejo, regresó a mirar a Kyuhyun (quien era dueño de la pelota), y luego observó a Heechul.
—Oh, bueno, lamento decirte que no es mucho de mi agrado que los balones vuelen hacia mí.
Kyuhyun furioso por lo sucedido a su balón a grandes zancadas con la intención de vengar a su pobre pelota. Siwon al intuir lo que haría su amigo lo detuvo.
— ¿Qué piensas hacer? —le murmuró.
— ¿Acaso estás ciego? ¿No viste lo que acaba de hacerle a mi balón?
—Déjalo ya, vámonos de aquí. No vale la pena que te ensucies las manos por algo así—le hizo una seña a Kangin para que lo siguiera.
— ¿Y no vas a disculparte, Siwon? Si no te das cuenta, lo que le pasó a la pelota (que en paz descanse), fue tu culpa. Si no estuvieras de imbécil tirando cosas a las personas tratando de herirlas—masculló enfadado. Si hay algo que odiaba es que lo golpearan con balones.
Se detuvo, murmurándoles a sus amigos que se adelantaran hacia la cafetería. Con paso decidido regresó a enfrentarlo.
—No soy yo el que anda asesinando las pelotas de los demás con un esfero.
Heechul lo observó fijamente, al terminar de hablar Siwon, no pudo evitar reírse ante lo dicho, había sonado gracioso. Se sorprendió de estarse riendo, ya que era la primera vez que lo hacía frente al alto, sin embargo no paró su risa.
—Ay, Siwon, eres un babo.
Se quedó fascinado unos segundos con la risa de su compañero, al reaccionar dijo:
—Debes estar agradecido de que no permitiera que Kyuhyun se te acercara. Porque si no estarías en el suelo pidiéndole perdón.
El pelirrojo se puso serio.
—Te lo agradezco, Choi—soltó sinceramente. —Aunque yo jamás le imploraría perdón a alguien que actúa así solamente por un balón. Prefiero mil veces recibir los golpes—se encogió de hombros.
¿Cómo puede ser tan orgulloso?
Rendido, asintió y acudió al encuentro con sus amigos.
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Al llegar a la cafetería observó a sus amigos ubicados en una mesa apartada del resto, se acercó a ellos, aun se podía sentir el enojo en su amigo quien lo miraba con el ceño fruncido.
—Ya no te enojes, no es para tanto, te compraré uno nuevo.
— ¡Que no me enoje dices! Ese era mi balón favorito, me lo dieron mis padres cuando cumplí doce años.
—Ya tranquilízate, nadie iba a pensar que ese loco iba a terminar haciendo lo que hizo—lo dijo en un tono de disculpa.
—Pero lo que más me sorprende es que hayas evitado que le dé su merecido.
Kangin quien sólo estaba de espectador articuló:
—Yo tampoco me puedo creer que lo hayas defendido, aún más cuando dices odiarlo tanto.
—Y lo odio, solo que recibirá su merecido en el momento adecuado—se encogió de hombros.
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Heechul se sentó en su puesto mirando de reojo al pelinegro. El receso había terminado.
Sí se sentía un poco mal por haber dañado aquel objeto, pero sólo porque era de Kyuhyun y no de Siwon. Él podría jurar que era del alto. Suspiró tratando de calmarse, no valía la pena arrepentirse de algo que no podía cambiar.
Se dispuso a poner atención al profesor mas no lo logró. Se preguntaba una y otra vez por qué de la repentina acción del otro por protegerlo de Kyuhyun.
¿Al fin se estaba dando cuenta de que lo que le hacía era tonto e inmaduro?
Se sintió repentinamente feliz de pensar que Siwon lo defendió porque no quería que nadie le hiciese daño. Después movió su cabeza negativamente, reprochándose por creer por un momento tal estupidez.
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CONTINUARÁ