Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

~No todos son iguales~ por KurooDachi

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Intentaré subir capítulo cada semana >u<!

Notas del capitulo:

¡Holis!

Espero que os guste esta historia. Ayer comencé a escribirla, y bueno, mis dedos se movieron solos al escribirla.

¿Qué os parece Corey?

Aquí os dejo su descripción:

Corey es un chico pelirrojo con ojos de color verde mezclados con un toque avellana. Tiene tres lunares debajo de su ojo derecho. Mide 1'56. Podría decirse que tiene el nivel de estudio de un universitario, pero su 'madre' quiere que acabe la secundaria.

Pienso y pienso. Mi cabeza da vueltas, los giros que toman mi vida son realmente inesperados. Sentimientos. Frustración. Arrepentimiento. Duda. Esos sentimientos caminan junto a mí. Muchas veces pienso... ¿Estará bien que elija este camino? La duda. Ella me corroe por dentro. Dudo y cuando elijo mal, el arrepentimiento y la frustración vienen a oscurecer mi camino. El camino que dá hacia la luz. No veo nada. Todo se tornó de una tonalidad oscura. ¿Por qué será? ¿Acaso elegí mal el camino? ¿No puedo pulsar el botón de 'Cargar partida'?
Oh. Ya veo. Esto no es un juego. La vida gira en torno a tus respuestas. Tus dudas. Arrepentimiento y demás sentimientos.
¿Acaso no puedo volver atrás en el tiempo y advertir a mi yo de ese presente para que no lo pase igual de mal que yo?
.

.

.


Terminé de escribir el párrafo. Realmente escribir me ayudaba muchísimo. Me pregunto que hubiése pasado si por azares del destino hubiera nacido donde la escritura aún no existía.-Suspiré-. No tiene  caso si sigo pensando negativamente. Me levanté de mi escritorio y me dirigí hacia el baño.

Quería ver mi rostro. Quería ver las ojeras marcadas en mi cara.
Y como esperaba así fué, las ojeras estaban allí presentes. Mi pelo despeinado tenía un color singular, no raro pero no muy visto. Un color rojo oscuro, la verdad era, que  no se veía a mucha gente con este tono de pelo al natural. De echo, no conocí a nadie con este tono de pelo. Bueno... quizás mis padres lo tuviesen así.


Vivía en una residencia para huérfanos. Mis padres me abandonaron y una mujer me encontró y me trajo aquí. Lamentablemente, tengo que ir a la escuela, pero no sé para qué iba. De todas maneras, ya sabía todo lo que iban a explicar y los temas que íbamos a dar en todo el curso. ¿Que cómo lo sé?


Lo único que recuerdo era que una amiga de mi madre licenciada en muchas áreas, comenzó a darme clases particulares desde pequeño. Desde los 4 años si no me equivoco. Y ahora, tenía un grado de universitario.


-¡Corey, levántate, tienes que ir a clases! ¡Además, no puedes faltar el primer día!-Dijo la directora Charlene. Ella era como una madre para mí, nos había dado mucho a mis hermanos y a mi. Aunque ellos no fueran hermanos de sangre, ellos eran como uno. Debo admitirlo, me encantan los niños.-


¡Ya voy madre!-Levanté un poco la voz para que esta me escuchara. Cogí el peine, y comencé a darle forma. No sabía si hacer la ralla de lado o dejarla centrada. Me decidí por la primera opción.


Salí del baño para dirigirme al cajón de la ropa interior, me quité los bóxers que llevaba puestos y me puse unos nuevos. Abrí mi armario y busqué la camisa a cuadros con la vista. -Ah, la encontré.- Dije en un susurro-. Inmediatamente mis ojos fueron buscando la prenda de abajo. Buscába los pantalones vaqueros que usé el dia de ayer. Los pude divisar encima del respaldo de la silla.


Me los puse, y luego de eso, volví al baño para echarme un poco de agua fresca en la cara, para seguido ponerme la base de un tipo de maquillaje que oculta las ojeras. Realmente me gusta tener mi apariencia limpia. Me hacía sentir seguro. Salí de allí y bajé abajo, donde mis seis hermanos ya despiertos estaban desayunando.


-Buenos días chicos-. Dije con una voz suave. Ellos voltearon a mirarme. Para luego hacer que sus sonrisas aparecieran.
-¡¡Herrmanitooooooo!!-Gritaron los seis a la vez-.
-Os quiero mucho chicos-. Realmente ellos me alegraban la mañana. No sé que haría si ellos no estuviesen en mi vida.- Ma, ¿hay tortitas para desayunar?
-Espera un momentito y te las traigo.-Gritó desde la cocina-.
Cinco minutos despues se escucharon los pasos de mi madre Charlene. Se dirigía a mi con una sonrisa radiante.-Aquí tienes cariño. Recuerda coger la mochila y tomar apuntes en clase. Oh. Es verdad.-Se le escapó una risita divertida-. Aunque ya sepas de qué va a tratar todo el temario presta atención ¿si?
-Está bien, pero solo porque me lo dices tu.-

.
.
.

De todas maneras, solo me iba a presentar y apartarme de todos los alumnos y alumnas que hubiesen en la clase.  Si. Soy muy diferente en casa y cuando estoy fuera de esta. Es normal supongo. Después de todo no quería preocupar a Charlene. Ante ella y mis hermanos tenía que ser dulce y amable, mientras que fuera de casa era todo lo contrario. No quería que nadie me hiciese daño. Ya sufrí demasiado años pasados. Ablandé mi corazón y caí en la red. Sí, como un pez que es atrapado por las redes de los pescadores.
Me hice así de brusco por culpa de ella. Ella rompió mi corazón, lo pisoteó lo volvió a recojer, y yo la perdoné como un idiota que era y poco despues hizo lo mismo, inclusó remató mi corazón. Mi mejor amiga me arruinó la vida a los 14 años. A partir de ahí, todo fué un infierno gracias a ella. Ese maldito año tuve que sufrir de todo.
Pero encontré un refugio, la escritura. Por una parte, le agradecía a esa estúpida que me hiciese pasar por todo eso, pero por otra no. Gracias a ella, deniego la entrada a todos los que quieren entrar en mi vida.  No acepto amabilidad no generosidad de gente desconocida. Tampoco permitiré que nadie entre en mi vida.
Todos los desconocidos tienen una extraña sombra. Como si en su interior, tuvieran una bestia encerrada. Después de lo que sucedió con ella, empecé a ver la gente de otra manera. Con solo una mirada distinguía la personalidad de esa persona.


.
.
.


Llegué a la puerta de la clase y llamé. Esperé a que los pasos que se dirigían a la puerta abriesen. Y así fué. El profesor abrió la puerta con un humor de perros increíble, pero cuando me vió su expresión se relajó.-¡Oh!-Exclamó-. Eres Corey, ¿no?, adelante pasa-.Dijo mientras caminaba hasta la pizarra-. Chicos y chicas, el es vuestro nuevo compañero de clases, tratarlo bien.-Susurros se comenzaron a escuchar, entre ellos pude distinguir estos; '¡Qué guapo que es!', '¡Un pelirrojo!... ¿será teñido?', 'Me pregunto si Kara podrá con él' . No entendía sus susurros. ¿Así es la humanidad?, ¿preguntandose entre si, si una tipa va a poder seducirme?-Suspiré y comencé a hablar-. Soy Corey, un gusto.-No lo es-. ¿Dónde me siento profesor?
-Esto... Corey... ¿No nos dirás tu apellido? ¿Ni porqué estás aquí?-.Preguntó el profesor un poco confuso-.
-No tengo apellido, pero usaré Le-Roy y estoy aquí por obligación. ¿Algo más?-El profesor nego-. Entonces, si me disculpas, me voy a sentar-.
Tras eso miré a los alumnos, seguían susurrando estupideces, algunos estaban estupefactos, supongo que por la contestación. Divisé un asiento libre al lado de un tipo que miraba con rédito el paisaje.
-¿Te importa que me siente aquí?-Pregunté mirándolo. No me respondió así que me senté. Saque mi libreta y estuche y comencé a escribir en medio de clases.


Amabilidad, simpatía. La gente juzga por ello. Se adhieren a tu aspecto y deciden por tí si eres buena o mala persona.

Aversión.
La aversión hace que vea a todo el mundo igual. Sé que me equivocaré en algún momento de mi vida. Incluso hoy podría equivocarme, o mañana mismo  y cuando decida si esa persona es la adecuada, intentaré hacerle un hueco en mi corazón. Si esa persona se lo merece, claro.
Necesitaría a alguien que origine la confianza.


La rabia y rencor.

Esas mismas cuando comencé a odiarla. Mi cálido corazón se convirtió en una piedra, que tropezaba con otras y no pedía perdón. Comenzaba a culpar a las otras personas por mi desgracia, apartándolos de mi vida y impidiendo que entraran en ella.
Yo ya no juzgo. Tengo la habilidad de leer a la persona. Y esta nunca me ha fallado.



-Señorito Corey atienda en clase. Está dando una mala impresión a sus nuevos compañeros-. Dijo mirándome con severidad-.
-¿Que atienda? Perdone mi insolencia, pero estoy más atento que esas chicas de allá que andan pasándose notitas y riéndose en una voz audible y usted me dá una reprimenda a mí que estoy atento toda la clase.-Dije con total tranquilidad-.
-Entonces, si está atento, dígame sobre que tema estábamos hablando.-Dijo con aires altivos-.
-Bien. Usted andaba explicando la teoría cinética. Donde según este modelo de la materia, se dice que todo lo que vemos está formado por partículas diminutas que son invisibles a la vista de los ojos humanos y a todo tipo de tecnología que hay actualmente. A esa materia se le llama moléculas. Donde estas están en contínuo movimiento y entre ellas existe una fuerza atractiva, llamadas fuerzas de cohesión. ¿Quiere otra explicación extensa Sr. Mathew?-Dije levantándome del asiento-. Si quiere puedo explicar por usted la clase.
-E-Esto, ya podeis salir. Se acabó la clase.-Dijo saliendo de clase a toda prisa-.
Perfecto. Asi ya no me molestará más. Mis compañeros de clase estaban un poco aturdidos. Me miraban muy sorprendidos, como si hubiésen visto un alien. Cuando recogí mis cosas, me levanté de mi asiento y salí por la puerta de clase.


.
.
.

Notas finales:

¡¡¡Espero que os haya gustado >u<!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).