TACTO. La palabra "tacto" deriva del latín "Tángere" = tocar. Al menos así es como lo llaman los humanos y las demás creaciones.
Sé que el tacto que me fue concedido no es el mismo que el de ellos. El mío provoca la muerte.
¿Cómo es posible? Es sencillo: soy la muerte. El gran dios que me creo, al que los mortales veneran como el dios del amor, en realidad se llama JongDae y es un bastardo. Cuando baja al mundo se calza el nombre de Chen y disfruta de los placeres mortales.
Su trabajo es básicamente escuchar oraciones invocando la buena suerte en el amor, velar por los buenos enamorados e intentar disuadir a aquellos que acuden a él en un intento por dañar a otra persona por despecho o celos. Dirán que es muy extraño que el dios del amor, que se supone debe encargarse de la felicidad, haya creado a alguien que traiga tristeza. JongDae lo explico desde el momento en el que abrí los ojos como la muerte.
—"todo lo que existe tiene un ciclo, incluidos nosotros. Todo ciclo tiene un fin y un inicio. Tu trabajo es asegurarte que se cumpla"
Pensé lo mismo "¿Qué?"
El día de mi nacimiento me explico el porqué de mis ropas oscuras, mi rostro inexpresivo y mi capacidad para flotar a mi antojo.
—"eres La Muerte y terminas el ciclo de vida de los mortales, flores y animales en la tierra. Solo tienes que tocarlos y les darás el descanso eterno. Podrán verte y la oscuridad de tu ropa será la señal para que se preparen a partir. Tu rostro no poseerá ninguna expresión hasta que entiendas que tu cargo no decide tu corazón"
Algo sencillo y tan complicado de entender. Se supone que no soy humano pero lo parezco y la belleza de mi rostro solo fue un capricho que tuvo JongDae al crearme. Prefiero ocultarla tras la máscara blanca y fingir que no existe.
La muerte no tiene por qué ser atractiva.
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Con el paso del tiempo descubrí que la muerte puede ser lo más piadoso que existe. A un animal herido o con hambre, mi mano les daba descanso. A un mortal con dolor, enfermedad o miseria podía darle paz con el descanso eterno. Librarlos del dolor era piadoso.
Así como existe la piedad en la muerte, existe el agrio sabor de la maldad.
Un animal que caza a otro para alimentar a su familia o sobrevivir, puede pasar por mi mano y descansar en la merecida eternidad. Un mortal que caza animales para sobrevivir o alimentar a su familia también puede pasar humildemente por mi mano. Pero un animal o mortal que arrebate una vida por mero placer, por una venganza injustificada, por celos, por envidia, por mera maldad o curiosidad no merece mi mano hasta pagar el daño.
He visto como los mortales cazan animales por vanidad o "deporte" y como asesinan a otros mortales por avaricia, envidia, celos o por que otros les pagan por ello. A esos humanos les niego el descanso hasta que creo conveniente. Muchos se arrepienten y piden perdón por sus crímenes pero otros muchos los repiten hasta su muerte.
Le he preguntado más de una vez a JongDae porque el Dios de este mundo permite tanta maldad y el solo responde lo mismo:
—"todo existe por algo. La maldad solo es la ausencia de la bondad y todos debemos aprender a vivir con aquellas fuerzas equilibradas"
No logro entenderlo. Si los mortales son tan imperfectos ¿Por qué fueron creados?
Aun no logro crearme alguna expresión.
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Me he cansado de usar los pies así que he decidido flotar y revisar los alrededores del bosque. He visto a un viejo lobo jadear de hambre así que he acariciado su lomo y lo he dormido. También he visto a un conejo sufrir por una herida en su barriga; acaricie su cabeza y se ha dormido.
Seguí mi camino hasta encontrar un grupo de jóvenes que jugaban en el rio. Sus risas llamaron mi atención así que me acerque. Había cinco en total: dos altos y tres más bajos.
Uno de ellos, el más alto, abrazaba de la cadera a un castaño bajo y lo jalaba al rio. Otro alto y el más moreno tenía su cabeza a poyada en los muslos del más bajo y con labios de corazón. El último de ellos estaba de espaldas hacia mí y mojaba sus pies en el rio.
No me percate de cuánto tiempo los estuve observando hasta que la mirada del único pelinegro se posó en mí.
—hola. — me saludo mostrándome una sonrisa y un curioso hoyuelo.
Los otros cuatro me miraron después de escucharlo hablar y sus miradas se transformaron en curiosos escáner.
Agite mi cabeza en saludo y el par más disparejo en altura se soltó.
—no te reconozco. ¿Eres nuevo? — hablo el castaño de sonrisa cuadrada.
Asentí con la cabeza aun aturdido por su atención. En otros tiempos hubieran huido aterrorizados tan solo con ver mi mascara. Cierto, mi mascara estaba colgando de mi cuello.
— ¿quieres unirte? No somos malos. — hablo el más alto de cabello como la plata.
No supe que responder.
— ¿puedes hablar? — pregunto el chico de cabello vino, el de labios de corazón.
Asentí y salí un poco más de mi escondite.
—entonces ven ¡no seas tímido! — exclamo el moreno levantándose y jalando consigo al más bajo.
El chico del hoyuelo no había dejado de sonreírme tan cálidamente, justo como sonreía JongDae al Dios de la belleza: MinSeok. Se levantó de la piedra donde estaba sentado y me extendió su mano.
—me llamo YiXing pero puedes decirme Lay. Mucho gusto.
Estaba por tomar su mano cuando recordé mi cargo y salí huyendo.
¿Por qué olvide mi cargo al ver su sonrisa? ¿Por qué pensé en tocarlo?
No me había sentido tan confundido y aturdido al mismo tiempo. Pensé que huirían al verme aun sin mascara, pero no lo hicieron. Incluso el muchacho de cabello negro y ojos tan claros como el agua me había sonreído.
"hola"
Era la primer persona, después de algún Dios, que me saludaba y me sonreía. ¿Por qué no me tuvo miedo?
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Paso un mes hasta que volví a verlo. Esta vez estaba usando la máscara y flotaba buscando algún alma que me necesitara. Y él estaba parado mirando hacia el cielo.
Me detuve en cuanto lo reconocí y él se giró al sentirme. Su sonrisa fue inmediata.
—hola de nuevo.
Mis labios, usualmente cerrados, se abrieron para contestarle.
—hola.
Sus ojos parecieron brillar y su sonrisa marco su hoyuelo. Ladeo su cabeza y no comprendí hasta que recordé que llevaba la máscara. No se veían más allá de mis labios, así que me sorprendió aún más que me recordara.
— ¿me recuerdas?
El asintió sin borrar su sonrisa. — ¿y tú recuerdas mi nombre?
—YiXing.
Asintió orgulloso e inclino su cabeza, incitándome a lo que nadie me había pedido decir.
—mucho gusto.
—mucho gusto en conocerte. — y de nuevo me sonrió.
Ese día lo pase con él. Guarde mi distancia y participe en sus conversaciones. Recuerdo que la primera vez que lo vi estaba de un color más brillante pero ahora se ve más pálido aunque su sonrisa es más radiante.
Descubrí que tiene 16 años, vive solo y ama bailar y cantar. Me canto el fragmento de una canción vieja acerca del Dios del viento, SeHun. Su voz es preciosa y me gusto aún más que la de JongDae.
Ese día obtuve mi primera expresión propia: una sonrisa.
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—entonces ese nombre te lo puso alguien más.
—JongDae lo hizo.
— ¿y no te gustaría uno propio?
—si pero no he podido pensar en uno.
—mmmm ¿Qué te parece Kris?
— ¿Kris?
—sip. Me gusta cómo suena: varonil y fuerte.
— ¿Por qué me das un nombre?
—me parece que no eres feliz cuando te llaman La Muerte ¿o sí?
—no pero ese es mi nombre y mi rol.
—entonces cuando estés conmigo serás Kris y tu rol será no tener rol.
—no puedes hacer eso. Mi rol no puede ser descuidado.
—no dije eso, quiero que puedas sentirte bien por unos momentos.
—no puedo sentirme bien. Yo no siento.
—claro que sientes... no me habrías buscado de no ser así. Ni hubieras fruncido tus cejas cuando mencione llamarte Kris.
Me quede callado en cuanto me di cuenta de la gravedad de sus palabras. Se supone que solo tenía que observar las creaciones y tocarlas cuando llegara su hora, no involucrarme con ellas.
Pero no había podido sacar de mi cabeza al humano de la sonrisa bonita y hoyuelo en las mejillas. El primer humano que me saludo sin correr y la primer creación que se alegraba de conocerme. La curiosidad por intentar entender porque me había saludado y porque había regresado por él me había llevado a esto. Su sonrisa era tan brillante como la luz del alba y su alma era tan preciosa como el universo.
Los humanos son imperfectos y así fueron creados; JongDae dijo que están destinados a encontrar a su otra mitad. Me gusta pensar que son tan imperfectos porque la perfección no existe ni en los Dioses.
YiXing me está enseñando muchas cosas.
Me ha enseñado como la música puede transformar el mundo y volverlo hermoso, el cómo las lágrimas de la lluvia no tienen por qué significar que el cielo esta triste. Que el sol puede calentarte cuando sientas dolor en tu corazón y que un abrazo puede decir más que mil palabras.
YiXing es querido por sus amigos, perdió a sus padres cuando niño pero no está triste. Es una persona increíble. Sabe tocar la guitarra, compone canciones y melodías, canta y toca el piano.
Incluso me encargue de conseguir un piano para él y colocarlo en el bosque. Su nombre esta tallado por el dios del bosque: ZiTao.
Dice que YiXing le ha compuesto varias melodías y las toca para el en su cumpleaños. Lo mismo me ha dicho SeHun, XiuMin e incluso el bastardo de JongDae. Pero tengo la ventaja de que YiXing me mira cuando canta sus canciones para mí o me mira de reojo cuando toca alguna melodía que compuso para mí.
Tengo la ventaja de verlo sonreír para mí, de ver como aquellos dos hoyitos de dulce se forman en sus mejillas y de escucharlo reír. Y él entiende que tocarme lo llevara a la muerte y que los tres metros de distancia son para protegerlo.
Él es mi felicidad pero yo no puedo ser la suya.
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Hoy ha tardado un poco más en llegar al pequeño círculo de agua donde nos citamos. Lo he notado más delgado, más pálido y con unas sombras bajo los ojos casi tan parecidas a las de ZiTao.
—toma. He hecho esto para ti.
Dejo en el pasto un par de guantes oscuros y retrocedió un metro. Me sonrió y permitió que me acercara por ellos. Por un momento creí que se desintegrarían en mis manos pero no lo hicieron.
—Chen me ha dicho que cuando obsequias algo con el corazón nada puede destruir tu regalo y MinSeok me enseño como hacerlos.
Sonreí aun agachado y con la prenda en mis manos. JongDae había notado mi relación con YiXing y la extraña y pura felicidad que obtenía solo con su existencia. XiuMin también había ayudado en esto y yo no podía estarles más agradecido.
Me estaban permitiendo tocarlo.
Me coloque los guantes y antes de tocarlo me asegure de que YiXing estuviera protegido. Toque el pétalo de una rosa y esta no murió. La sonrisa de YiXing se ensancho en cuanto yo sonreí y lo mire esperanzado y a punto de llorar.
Estiro sus palmas hacia mí y yo entrelace mis dedos con los suyos. Este era el máximo contacto que se nos estaba permitido. No era suficiente pero a la vez lo era todo.
Nunca podré tocar sus labios o su piel con la mía desnuda pero puedo sentir sus dedos entrelazados con los míos. No puedo juntar mi cuerpo al suyo pero puedo tomar su mano y permitir que la felicidad y la extraña sensación en mi pecho continúen creciendo.
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No lo había notado realmente pero YiXing tiene una extraña sombra rodeando su cuerpo. Tampoco la reconocí al principio pero una vez lo hice, sentí un vacío en mi pecho. Un terror que me dejo sin habla.
La sombra que me dictaba un alma que tendría que reclamar. La sombra pintada de enfermedad: la muerte.
YiXing está enfermo y está muriendo.
Mi YiXing está muriéndose.
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Mis poderes son grandes pero no milagrosos. No puedo ir contra el orden de la vida ni el mío propio. No puedo ni debo curar a YiXing. No puedo salvarlo y no quiero tocarlo.
Él lo sabe. Sabe que está muriendo y que mi mano tendrá que tocarlo un día.
Tengo miedo.
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—hay algo que quiero intentar antes de irme.
Mantuve mi cabeza hacia abajo todo el tiempo y mi distancia aumento a cinco metros. Prefería flotar hasta las altas ramas de los árboles o esconderme detrás de ellos.
—Kris... necesito que me ayudes.
—no puedo, lo siento YiXing.
Escuche su suave risa. —no quieres.
—no quiero.
—por favor.
—no quiero...por favor.
—Kris...te amo.
Ahogue mi sorpresa mordiéndome los labios. Esperaba que me pidiera salvarlo o ignorar su enfermedad. Esas dos palabras nunca habían pasado por mi cabeza.
—sé que ya sabes que estoy muriendo y que por eso te has alejado de mi...sé que también me amas y no quieres verme sufrir.
—yo no te amo.
—sé que lo haces y aun si no lo hicieras yo no dejaría de amarte por eso. Te amaría aún más por los dos.
—no debo amarte. No puedo.
—ni yo, pero lo hago. Te amo y sé que está prohibido pero no quiero dejar de hacerlo.
—no sigas YiXing.
—me enamore de ti sabiendo quien eres y que es lo que haces, me enamore de ti sabiendo que nunca podría abrazarte o besarte... te amé sabiendo que no puedo estar a tu lado de la manera que quiero...
Su voz comenzó a romperse y supe que estaba llorando. Solo una vez lo había visto llorar: fue cuando le pregunte ¿Qué es el amor? Y ¿Por qué las personas lloran por él?
—amor es cuando anhelas hacer feliz a una persona, hacer que sonría y ría aun cuando no eres tú con quien lo haga... y lloramos porque no podemos hacerlo...somos egoístas y queremos que esa persona sonría y ría con nosotros cada día y nos ame.
— ¿quieres que te amé?
—sí, pero no puedo hacerlo. Mi corazón te pertenece aun cuando no debería y mi amor siempre será solo para ti.
—pero yo ya te amo.
—y me duele. ¡Quiero tocarte!... enserio... quiero tocarte y ser feliz a tu lado. — su llanto ya no lo dejo continuar y lo hizo hincarse y cubrir su rostro.
Dolía verlo llorar pero dolía un más ser el motivo de sus lágrimas. Amo a YiXing y entiendo que es el amor.
Es doloroso y hermoso. Es muy fuerte y me hace querer romper toda regla por él. Pero no puedo. Aun si abandonara mis deberes como La Muerte no puedo deshacerme de matar con mi tacto. Odie a JongDae más que a nada en ese momento.
—YiXing...— me hinque a dos metros frente a él y retire la máscara de mi rostro. —YiXing te amo.
—y yo te amo a ti, Kris. — levanto su cabeza y subió su mano frente a mí. Mis ojos brillaron más que nunca.
Subí mi mano y la estire para juntarla a la suya. Tomo la punta del guante de mi índice y lo jalo hasta sacarlo. Mi corazón dolía pero no lo detuve. Se mantuvo sonriendo en todo momento.
Junto lentamente su mano con la mía y entrelazo los dedos. Ahogue mi llanto al momento de sentir su suave y cálida piel contra la mía.
Dos lágrimas nuevas bajaron por su rostro mientras me miraba. Se acercó a rodearme con sus brazos y me beso. Sus labios eran aún más suaves y dulces de lo que imagine.
Al terminar el beso junto nuestras frentes y nos abrazamos lo más fuerte que podíamos. Nuestros cuerpos temblaban mientras llorábamos. No sabía que era capaz de llorar.
—Te amo. Te amo. Te amo Kris.
—Te amo tanto YiXing. Te amo.
No dejo de repetir que me amaba hasta que su cuerpo comenzó a perder fuerzas y sus ojos se cerraron. La respiración se me corto en cuanto deje de sentir la fuerza de su abrazo. No pude separarlo de mí hasta que me canse de llorar. Grite hasta que el sol comenzó a ocultarse.
Solo entonces pude ver y acariciar su rostro por primera y última vez.
—mi YiXing... mi sol...
Era consciente de que JongDae y los demás Dioses me observaban con tristeza, pero no me importaba.
Entendía que el amor era tan doloroso como hermoso y que si pudiera elegir sacarlo de mí no lo haría. Dolía, enserio que sí, pero ser capaz de conocerlo y sentirlo gracias a YiXing lo hacía hermoso.
Mi creador se paró frente a mí y me miro con su rostro bañado en lágrimas brillantes.
—entendiste que tu cargo no dicta tu corazón. Entendiste lo que yo quería que entendieras y ahora te mereces decidir.
No sabía que significaba todo eso. La mirada amorosa de XiuMin estaba posada en el muchacho en mis brazos.
—YiXing. — respondí tras unos segundos. —él es todo lo que necesito. No necesito volar, ser un Dios o vivir eternamente. Solo lo necesito a él.
JongDae me sonrió como solo le sonreía a MinSeok. El Dios de la belleza poso cada una de sus manos en mi cabeza y en la de YiXing. SuHo, el Dios del agua, lleno de burbujas el ambiente. Tao lleno de flores baby breath el entorno y SeHun soplo para nosotros.
—entonces ve y díselo. Si no eres tan lento aun puedes alcanzarlo.
Antes dije que lo odie como nunca... ahora creo poder amarlo. Su mano se posó en mi cabeza y entonces sonreí cerrando mis ojos.
.
—Kris... pensé que tardarías mucho.
—.... YiFan. Me llamare YiFan...
TACTO. La palabra "tacto" deriva del latín "Tángere" = tocar.
Y él solo quería tocarlo. Y él ahora podía tocarlo.
FIN