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Cosa de niños 2 por Reiga

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Notas del fanfic:

 

Como lo podrán ver por el nombre tan original que tiene. Esto es una seguidilla de “Cosas de niños”, sin duda me encanta verlos de pequeños y siendo adorables así que este me salió y espero les agrade.

Creo que quedo centrado más en Aomine. Me encanta su lado bello jeje ya lo leerán.

Un saludito a todas las que leen!!

 

~*~

 

Aomine estaba cerrando sus ojos y esperado tranquilo mientras su madre le probaba su traje de lobito. Y probaba un poco del maquillaje que a última hora habia comprado. Pintó negra su nariz para luego dibujar unos feroces colmillos sobre sus labios.

Que claramente en el niño lejos de verse feroz se veían completamente adorables. Su disfraz completo de lobo lo hacía verse apretujable. Al mirar su colita daban ganas de comérsela para terminar en sus orejas afelpadas. 

Al menos eso era lo que pensaba su hermana mayor mientras miraba encantada como su amada madre pintaba la carita de su hermano menor.

—Listo mi tesoro, ahora espérame un momento —dijo al retirarle el disfraz y dejarle impecable su carita.

—Apúrate Oka-san  kagami estará esperándome — gritó preocupado el pequeño moreno a su madre que solo asintió sonriendo.

—¿Kagami? ¿Quién es kagami? Acaso una linda novia o un dulce doncelito—preguntó coquetamente la morena al pequeño poniéndose a su altura.

—Si… es lindo y ¿dulce?. —recordó unos días atrás en los que kagami se habia ensuciado la mejilla con mermelada y el moreno caballerosamente lo habia limpiado con su lengua. Sí, podía decir que kagami era muy dulce.

Su sonrojo fue tan adorable que la morena se lanzó sobre el pobre pequeño. Restregando su cabeza en su mejilla e  Ignorado las protestas del pequeño.

En eso, el sonido del timbre la saco  de su casi asesinato al pequeño que molesto se acomodó sus ropas enojado por la irresponsabilidad de su hermana.

Se fue  sentar al sofá mientras esperaba pacientemente a su madre. La persona que venía ingresando no era nadie más que el novio de su Nee-chan. Un chico  alegre y simpático como él lo describía. Hoy lo veía diferente a otras ocasiones .Su ropa era formal y como pocas veces hoy traía una ramo de rosas para su hermana.

Algo hablaban y se notaba nervioso su hermana se perdió por las escaleras y esa mirada sonriente se dirigió a su persona.

—Hola Dai-chan te ves lindo— le dijo poniéndose a su altura. El niño solo asintió —¿ya te vas para la escuelita?

—Si, pero mamá se está demorando —dijo frunciendo el ceño nuevamente.

—Ya vendrá ten paciencia — rio — mientras tanto deséame suerte campeón  —le dijo acomodando su delantal que por el efusivo abraso su hermana se lo habia dejado todo desordenado.

—¿Para qué?

—Hoy pediré la mano de tu nee-chan

—¿Su mano? — preguntó confundido mirando su pequeña manito “¿Para que querría su mano?” se pregunto

—Así es, sé que no habrá problemas pero reconozco que tu padre es algo intimidante y difícil de tratar estoy un poco nervioso así que deséame suerte chibi.

—¿Para qué quieres su mano? Si tienes dos — apunto las manos del joven que rio por su comentario.

—Ah no me refiero a su mano literalmente, es un decir. Más bien una formalidad para que… — dudo un poco al ver el rostro confundido del pequeño —solo quiero pedirle a tu to-chan que me acepte como el esposo de tu hermana. Quiero su aprobación para poder casarnos como dicta la ley. Que antes los ojos del mundo las leyes y del mismo dios tu hermana sea solo mía — culmino su oración nacida desde lo más profundo de su corazón.

Claro, jamás espero que semejante discurso lo hubieran escuchado madre y novia. Ambas quienes miraban embelesadas a tan romántico chico.

—Ehem —carraspeo la morena mayor que educadamente y por el bien del chico avergonzado prefirió no hacer comentarios  —ya estoy lista cariño.

—Al fin — grito el niño parándose del sofá — si kagami está enojado será tu culpa ka-chan. Y mucha suerte! — Le grito a su cuñado desde la puerta.

—uh ya, adiós chicos  mi romeo está impaciente —sonrió la mujer a la pareja mientras tomaba la pequeña mano de su retoño.

 

~*~

 

De camino a la escuela la morena y su hijo iban repasando los diálogos que el menor debía aprenderse. Emocionada miraba a su pequeño decirlas con fluidez y sus debidas expresiones. 

—Soplare y soplare  y a kagami me comeré! — decía riéndose con inocente maldad. Mientras su madre reía al ver divertirse a su hijo.

—No cariño ya enserio.

—Está bien— reía el pequeño — soplare y soplare y un cerdito me comeré! — gritaba a la vez que soplaba todo lo que podía.

Y así seguían con su plática madre hijo hasta llegar a la escuela. Aomine inmediatamente busco con la mirada a kagami pero este no aparecía.

—Es temprano aun Daiki esperemos aquí por mientras ¿si? — le dijo yéndose asentar a unas bancas.  El moreno se afirmó la mochila  y fue con ella. A penas su madre lo sentó a su lado vio el auto ya familiar.  Una sonrisa afloro en sus labios al ver a la mujer pelirroja bajar del auto y al segundo una sonrisa más deslumbrante no pudo haber al divisar a su radiante sol.

Su madre miro con otra sonrisa y suspiro al ver a su bobo hijo. Ambos morenos se levantaron para ir al encuentro hasta que ambos se detuvieron al ver bajarse al hombre que ahora yacía al lado de ambos pelirrojos.

—Vaya… pelirrojos por donde  mires — dijo asombrada al ver al que debía ser el padre del niño que traía bobo a su retoño.

Daiki trago duro, el hombre tenía el porte imponente y la mirada tétrica de su padre cuando estaba molesto. Ahora el pequeño creía comprender por que el novio de su Nee-chan le tenía terror al su papá.

Respiro hondo mientras apretaba fuerte la mano de su madre. y se disponía acercarse al encuentro del pelirrojo que apenas lo vio corrió hacia el moreno para abrasarlo.

—Hola Daiki — saludo efusivamente  tomando su mano como ya era costumbre. —al pobre daiki se le fue el aire cuando ese ceño se frunció notablemente mientras le miraba.

Tomo aire y caminó  hacia el pelirrojo mayor.

Ambas madres se habían envuelto en una amena conversación sobre la obra que representarían el día de hoy sus amores.  

—Mucho gusto Señor kagami mi nombre es Aomine daiki — saludo el menor respetuosamente soltando la mano de kagami para dársela al hombre que estaba sorprendido ante tanta adorable educación.

El mayor se inclinó un poco y tomo su mano dándose cuenta que al soltarla aquella pequeña manito morena volvía a tomar la de su hijo que ni se inmutaba.

Era ahora o nunca se dijo a sí mismo.

—Señor Kagami… ¿usted sería tan amable de darme la mano de su hijo? —Al pelirrojo mayor le tembló el ojo apretó los labios y definitivamente algo no andaba bien con ese niño. Ahora ya no le parecía tan adorable.

—¿Como?

Kagami miro su mano libre confundida.

—¿Esta también la quieres? —preguntó con una bonita sonrisa mientras ahora con ambas manos tomaba la manito de Aomine en señal de que si esa también la quería. Pues también se la daba.

—No así taiga, veras… no es así de li… literal — dijo con dificultad recordando lo que su cuñado le habia mencionado.

Ahora si la atención de la madres era dirigida hacia el decidido moreno que nervioso miraba al hombre mayor y ahora a kagami. La madre de Aomine quiso golpearse la cabeza.

—Quiero que acepte nuestra relación para que más adelante podamos casarnos como dios manda como los ojos de la ley dicta y… — se habia confundido pero aún le habían entendido fuerte y claro —la cosa es que quiero que tu papá me acepte para que siempre estemos juntos.

—oh —dijo sonriendo alegre Taiga, no habia entendido mucho pero ultimo le habia quedado clarito.

—¿Papá si quiere verdad?  — dijo kagami agarrando el pantalón de su padre. El hombre tenía un tic en el ojo que sería imposible de borrar tomo a su hijo en brazos y luego miro reprobatoriamente a su esposa que solo sonreía.

—¿De qué se trata esto? —preguntó molesto.

—oh vamos amor son cosas de niños — dijo restándole importancia

—Cosas de niños mis pe…. — se calló al ver la mirada matadora de su adorable esposa —bien nos vamos hablaremos de esto en casa.

—Cariño no seas infantil kagami tiene una obra hoy no puede faltar.

—¿Pues adivina qué? Esta obra se acaba de quedar sin un cerdito.

La señora lo miro tan molesta que el hombre trago duro, trato de mantenerle la fría mirada pero ante ella no tenía opciones soltó a su hijo y molesto vio cómo su retoño corría a los brazos del alegre moreno.

—Vallan a dejar sus mochilas a la sala — dijo nerviosa la morena mayor.

—Primero quiero la respuesta del señor kagami — dijo Aomine —que dice me dará la mano de su hijo por favor —acoto sonriendo tiernamente.

El pelirrojo miro ambas mujeres que lo miraban por una repuesta. Mientras él se preguntaba si de verdad debía de darla. “Son cosas de niños” recordó lo que su señora le habia mencionado.

—Si algún día me ganas un partido de Básquet te daré la mano de mi hijo. Antes de eso ni de chiste  ¿lo entiendes? — le sonrió al menor con sinceridad. Y alzo su mano.

Aomine lo miro atento. Aquel deporte era el que jugaba con su padre de vez en cuando. Su padre era genial y lo admiraba mucho por eso.

—Entonces… si le gano… — decía comprendiendo — está bien — acepto feliz tomando la grande mano — le ganare y tendrá que cumplir su palabra.

—Claro que si — sonrió desordenándole el cabello. El chico era adorable después de todo.

Kagami poco entendía pero su moreno novio autoproclamado por el mismo kagami luego de que otra niña quisiera quitárselo, se veía feliz así que él también lo era.

Ahora si el moreno tomo la mano de kagami y se lo llevo corriendo hacia la sala para dejar su mochilas.

Aun afuera la pelirroja miraba reprobatoriamente a su esposo.

—Pero que maduro de tu parte  ¿no? — pregunto con evidente sarcasmo. El pelirrojo miro hacia el lado.

—Yo lo lamento — Decía apenada nuevamente —a veces no sé si es bueno o malo que sea tan sincero y directo. Poco antes de venirnos escucho a su cuñado hablarle de pedir la mano de mi hija mayor. A veces recepciona demasiado bien las cosas.

—No se preocupe son “cosas de niños” — dijo molestando a su señora —aunque bueno no voy a menospreciar las palabras de uno tan decidido. Sin duda una buena virtud y por lo mismo no se lo hare fácil espero lo entienda — le decía amablemente. La morena asintió — fue un gusto— se inclinó y luego con un casto beso se despidió de su esposa —te pasare a recoger avísame cuando estés lista. —ella asintió

—Lamento mucho eso. No se controla cuando se trata de Taiga.

—ahh~ este daiki que me hace pasar apuros  — suspiro con una cálida sonrisa

—No te preocupes. Sabes que yo estoy Fascinada con él. y a mi marido también le agrado eso te lo aseguro —dijo mientras ambas caminaban hacia la escuela y veían a su dos retoños jugar felices

 

~*~

 

Aomine apenas su padre llego del trabajo lo asalto con preguntas que no entendió del todo. Le dio tiempo de que le explicara y una vena resalto de su frente.

—Así que eso te dijo ¿eh? está bien comenzaremos a practicar ya mismo. Lo machacaremos tanto que ese engreído no le quedara otra que darnos a su hijo — decía con verdadero fuego en sus ojos. —dalo por hecho bebe — le decía efusivamente dándose los cinco con daiki — ve a cambiarte que saldremos jugar al patio.

Aomine salió corriendo a su habitación mientras el moreno mayor se quitaba la jaqueta y se arremangaba la camisa

—¿No crees  que te los estas tomando muy personal? — miro con una ceja alzada a su esposo.

—¿Tu crees? La persona que reto a mi bebe fue un adulto ¿o no? pues bien, esto se resolverá entre adultos espérate a que lo vea.

La morena solo suspiro ambos padres eran iguales.

Por otra parte Aomine se cambiaba de ropa con una sonrisa pintada en el rostro. Acababa de encontrar una nueva meta en su pequeña vida que lo llenaba de ilusión.

Aquel dibujo que su pequeño sol le habia dado se haría realidad.

 Sí. Estaba seguro que con la ayuda de su padre.  El señor kagami tendría que aceptar que kagami sea de él.

 

“Después de todo para ellos no era cosa de niños”

 

 

Fin. 

Notas finales:

Aawww realmente espero que les gustara! Díganme qué tal si?

Bye bye nos estamos leyendo que tengan buena nochecita y semanita!

Reiga

Gracias a todas las que leyeron y comentaron "Cosas de niños"


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