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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Ayo Ladies and Gentlemen!!!!!!!!!! ok no

Hola, hermosuras. Traje sensualidad~

Ya sé, años sin aparecer por aquí. Pero siempre hay que culpar a la universidad por mis ausensias prolongadas, que ni por ser Semana Santa dan descanso a mi cerebro u.u

Sin más que aportar, disfruten y lloren, y linchenme por el cap~

Minhyuk salió de la enfermería con la tristeza plasmada en el rostro, no quería creer en sus sospechas pero ¿Qué ladron golpearía a alguien con un cinturón de cuero?


 


Antes de poder dar otro paso cinco jóvenes lo roderon, estaban preocupados y con ojos llorosos.


 


—¿Qué le pasó a Hyung? Esas… esas marcas… —Hyuk estaba a punto de colapsar en llanto.


 


—¿Va a estar bien? —preguntó Wonsik.


 


—No lo sé… a ciencia cierta, no lo sé. Debemos esperar a que Hakyeon despierte —intentó tranquilizarlos—. La enfermera ya lo está tratando.


 


—Quiero verlo —Hyuk intentó entrar pero Sungjae y Minhyuk lo detuvieron.


 


—Por ahora no es conveniente, Hakyeon debe descansar y la enefermera no quiere a nadie revoloteando a su alrededor —Minhyuk acarició su hombro intentando confortarlo—. Vayan a clases, podremos verlo en la siguiente hora.


 


Sungjae se llevó a Hyuk antes de que hiciera un escandalo o se abalanzara dentro de la enfermería, eso no evitó escucharlo quejarse todo el camino. No era un buen momento para actuar como inmaduros.


 


Wonsik tomó a Ken por los hombros e instó para que ambos volvieran a sus aulas, el mayor dejaba salir pequeños gimoteos. Su corazón estaba roto por ver a su hyung en ese estado


 


El único que quedó de pie sin poder reaccionar fue Hongbin, estaba asutado, asombrado, triste, confundido. Su mente no podía atar cabos o pensar de manera razonable. Todo parecía un mal sueño, algo que era imposible que sucediera. Su hyung estaba herido, fue golpeado.


 


Minhyuk pasó a su lado, apenas regresándolo a ver, y habló.


 


—Debes pensar una manera de disculparte con él, aunque no creo que ni arrastrándote te vaya a perdonar.


 


Se marchó y lo dejó allí, siendo torturado por su conciencia.


 


 


 


 


 


Taekwoon seguía acariciando el cabello de Hakyeon, lo había estado haciendo desde hace varios minutos. Ni siquiera era consciente de ello, solo quería que Hakyeon abriera sus ojos. Lo escuchó quejarse bajito, eso lo alarmó un poco.


 


—Yeonie... —susurró acercándose un poco más a él.


 


El moreno agitaba sus ojos tras los parpados, su respiración estaba un poco agitada. Nuevamente se quejó, quizás por la fiebre o quizás por el dolor producto de los moretones.


 


—Hyuk... —lo escuchó murmurar, haciendo que detuviera sus movimientos—. Hyukkie...


 


—Él no está aquí, Yeonie... Solo estoy yo —susurró sosteniendo su mano, le dolía escuchar la voz de Hakyeon llamando a Sanghyuk—. Soy yo...


 


—Hyuk... Hy... uk...


 


—Él no está, estoy yo. ¡Yo! ¡Taekwoon! Hyuk no está aquí, él no te ama como yo —presionó la mano de su amado, estaba desesperado y dolido. Hakyeon debía llamar su nombre y no otro—. Soy yo quien ha estado a tu lado desde siempre, soy yo quien te ha amado casi con adoración por tanto tiempo... soy yo… di mi nombre —suplicó besando la mano de Hakyeon—. Di mi nombre... Yeonie... dilo...


 


Pero, a excepción de su pesada respiración, no se escuchó nada. Taekwoon dejó caer su cabeza contra la cama, sollozó. Se estaba lastimando, lo sabía, y como un masoquista lo recibía.


 


—Woonie... —el nombrado elevó su cabeza rápidamente, sus ojos contemplaron el rostro de su amigo. El moreno se veía adormilado, cansado y triste—. ¿Por qué lloras, idiota?


 


Sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre Hakyeon cuidando de no lastimarlo. Hakyeon aun estaba aturdido, no pudo responder más allá de un débil apretón en su hombro.


 


—¿Qué te pasó? —preguntó entre sollozos—. Esto… ¿esto es… mi culpa?


 


—No… —susurró apenas—. Me aplastas…


 


—Perdón —Taekwoon se separó rápidamente, secó sus ojos con la manga de su camisa—. ¿Cómo te sientes?


 


—Como un saco de boxeo luego de una práctica intensa —cerró sus ojos nuevamente, ardían y su cuerpo estaba aun adolorido—. ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?


 


—Creo que unos 20 o 30 minutos —respondió Taekwoon—. Nos llevamos un gran susto.


 


Hakyeon intentó levantarse, no podía creer que transcurriera tanto tiempo y que se saltara la segunda clase. Taekwoon lo detuvo poniendo una mano en su hombro y tumbándolo devuelta a la camilla, el moreno solo se dejo hacer porque aun estaba débil.


 


—Estoy en problemas…


 


—No, ya la enfermera te dio un justificativo. Minhyuk se lo entregó a los profesores —informó Taekwoon.


 


—¿Y tu?


 


—Se me bajó la presión por el susto pero estoy bien.


 


Hakyeon lo miró con preocupación y un grueso nudo en su garganta, todo fue su culpa. Estaba molesto con Taekwoon pero seguía preocupándose por él, era inevitable.


 


Taekwoon apartó las sábanas de la camilla, sabía que lo que iba a hacer era una locura, y una muy grande, pero estaba cansado. Se recostó al lado de Hakyeon, el moreno lo miró sorprendido. No esperaba eso.


 


—¿Debería levantarme?


 


—No —se apresuró a detenerlo—. Solo estoy cansado, tú aun estás débil y debes descansar. 


 


Hakyeon, no muy seguro, volvió a poner su cabeza sobre la almohada. La verdad aún estaba muy mareado. 


 


Sus respiraciones, el martilleo en de su corazón retumbando en sus oídos, la sangre bombeando demasiado rápido por sus venas y el ensordecedor silencio era demasiado para soportar. Taekwoon tomó una respiración profunda y habló.


 


—Vi los moretones —Hakyeon abrió los ojos alarmados—, ¿fue tu padre quien te hizo eso? 


 


—N–No... No sé qué dices...


 


—¡Por amor a Dios, Hakyeon! —exclamó Taekwoon irguiéndose y asustando al moreno—. Todo tu cuerpo está lleno de hematomas, tienes laceraciones en la espalda y la fiebre fue producto de tu propia enfermedad sumado al estrés. No se me ocurre otra persona que pueda hacerte eso, los ladrones no se ensañan tanto con una persona.


 


—No entiendes...


 


—Entonces, hazme entender. Quiero saber cómo puedo ayudarte, Yeonnie.


 


—Papá vio la foto, él piensa que tenemos algo —mordió su labio inferior—. Solo puedes ayudarme alejándote de mí.


 


Hubo un largo silencio entre ellos. Hakyeon temblaba bajo la mirada penetrante de Taekwoon, una mirada que parecía leerle el alma.


 


—No voy a hacer eso —declaró solemne.


 


—Taekwoonnie...


 


—Si yo me alejo, Sanghyuk también lo hará. Él es tu novio, ¿no? Pues él más que nadie debe alejarse de ti, podría comprometerte más de la cuenta.


 


Hakyeon se alborotó el cabello frustrado, ahora recordaba que debía hablar con Hyuk y terminar su relación. El solo pensarlo hacia que su corazón doliera como si una daga helada lo atravesara. No podría estar con él, no podría abrazarlo, besarlo o expresarle su amor. Una gruesa pared de hielo marcaba la distancia entre ellos, un futuro muy triste.


 


Escuchaba a Taekwoon achucharlo, de pronto se dio cuenta que estaba llorando. Dejaba salir su dolor en forma de gotas saladas.


 


—No puedo soportar más esto —gimoteó contra el pecho de su mejor amigo, Taekwoon lo sostenía como si Hakyeon fuera a romperse.


 


—Voy a estar a tu lado... no vas a llevar esto solo, mi amor...


 


 


******


 


 


Sanghyuk salió rápidamente de clases, corrió con grandes zancadas hasta la enfermería. Sentía su corazón estremecerse dentro de su pecho, recordar los hematomas en el cuerpo de su hyung le provocaba unas inmensas ganas de llorar. No pudo protegerlo, no pudo evitar que su novio fuese dañado. Se sentía tan impotente, tan inútil.


 


Abrió la puerta de la enfermería, estaba vacía. 


 


La enfermera no se encontraba por ninguna parte, pero una de las tres camillas estaba cubierta por una cortina. Con paso decidido, se acercó a ella. Tomó una respiración profunda, preparándose mentalmente para ver a su novio. Tomó la cortina entre sus dedos la apartó para develar la camilla, grande fue su sorpresa al observar a Hakyeon y Taekwoon durmiendo en ella.


 


No podía reaccionar, no sabía cómo. Hakyeon no estaba haciendo nada malo, solo dormía, pero su corazón se oprimía al ver que era justamente Taekwoon con quien lo hacía. Un potente deseo de despertarlo a empujones se apoderó de él, quería sacarlo de aquella camilla del pelo, y arrastrarlo hasta el pasillo.


 


Dio un paso pero se detuvo. Hakyeon levantó su cabeza y lo observó sin ánimo alguno. El moreno levantó su dedo y lo colocó contra sus labios, indicándole así que se mantuviera callado. Los labios de Hyuk empezaron a temblar, intentó contenerse de llorar pero sus lágrimas rebeldes corrieron por sus mejillas.


 


Iba a retirarse derrotado y con el corazón destrozado pero Hakyeon extendió su mano, justo en su dirección.


 


—Ven aquí, Hyuk.


 


Sus pies se movieron rápido, como si estuviese bajo un hechizo. Rodeó la cama llegando hasta Hakyeon, se detuvo frente a él siendo incapaz de decir algo. Hakyeon recogió sus piernas e hizo a Hyuk sentarse, limpió aquellas lágrimas que empañaban el hermoso rostro de su novio. Acunó las mejillas de Sanghyuk en las palmas de sus manos, admiró cada parte de su rostro como si fuese la última vez que vería.


 


—Hyung, perdóname... yo, te juro que con Hongbin no...


 


Hakyeon lo silenció posando un dedo sobre los labios de Hyuk, no quería explicaciones y no las necesitaba. Simplemente, estaba cansado. Su relación empezó mal, ellos amaban a otras personas y, aun así, decidieron refugiarse en una fantasía. No quería lastimarlo, pero si no se separaban las cosas serían peores. 


 


Hyuk intentó besarlo pero Hakyeon se apartó, lo rechazó. No era su intención, no obstante debía hacerlo por el bien de ambos. Hyuk no se rindió, siguió buscando sus labios hasta conseguirlo. Lo besó con tal deseo y amor capaz de noquearlo.


 


Rompió el beso en contra de sus deseos. Sus ojos vagaron por el cuerpo de Hakyeon, deseaba quitarle la camisa que lo cubría y comprobar que los moretones eran solo una alucinación de su cabeza, que no estaban allí.


 


—Hyuk —la suave voz de Hakyeon, el pequeño murmullo que se colaba entre sus labios, hizo que sus ojos se encontraran con los del mayor—, debemos terminar.


 


Sanghyuk lo miró con el ceño fruncido, como si no entendiera lo que Hakyeon hablaba. Empezó a negar con la cabeza una y otra vez.


 


—No —susurró—. No, no, no...


 


—Hyuk, es por tu bien.


 


—No, no lo es —Hyuk tomó por los codos a Hakyeon—. Si fuera por mi bien, te quedarías conmigo.


 


—Entonces es por mi propio bien —refutó Hakyeon harto de esa discusión.


 


La incredulidad, el miedo y el dolor se mesclaron, Hyuk se deshizo en lágrimas sobre el pecho de Hakyeon.


 


—Dejaré a Hongbin... n–no... No me acercaré a él, yo no...


 


—Eso no tiene nada que ver -susurró Hakyeon con lo voz quebrada—. No voy a dejar que te dañen por mi culpa, Hyukkie.


 


Taekwoon los observaba en silencio, el ruido de los sollozos de Sanghyuk lo había despertado. Los escuchó discutir, escuchó su despedida. A pesar de que Hyuk era su rival en el amor por Hakyeon, no dejaba de ser su bebé, el pequeño de su grupo, su amigo. Se sentó en la camilla y los abrazó, Hakyeon también lloraba bajito, era doloroso para ambos el separarse.


 


 


 


 


 


Hongbin se paseó varias veces enfrente de la enfermería, escuchó sollozos provenir de allí pero estaba demasiado asustado como para entrar. Ravi estuvo observándolo durante toda la clase como si fuese a saltarle encima y destrozarle la cara a golpes, no hacía falta deducir que su amigo sabía quien había enviado la fotografía y quien era responsable de lo que estaba pasando.


 


Cuando el nudo de la ansiedad estuvo a punto de ahogarlo, deslizó la puerta y entró.


 


La habitación estaba en completo silencio, uno muy escalofriante. Dio pasos dubitativos hacia la cortina que ocultaba a su hyung, tragó el grueso nudo en su garganta. Corrió la cortina encontrándose a Taekwoon de frente, casi cae por el susto. Hakyeon y Hyuk estaban del otro lado, el mayor limpiando el rostro del menor.


 


—¿Qué haces aquí? —inquirió de forma ruda Taekwoon.


 


—Vine... vine a hablar con Hakyeon–hyung —expresó un tanto asustado puesto que dos pares de ojos lo juzgaban y el otro par lo miraba con dudas—... por favor.


 


—Está bien, hablemos —cedió Hakyeon.


 


—Hyung... —Hyuk sostuvo los brazos de Hakyeon, no quería dejarlo.


 


—Ve afuera, voy a estar bien —susurró el mayor en su oreja. Acto seguido, Hyuk estampó sus labios contra los de Hakyeon. Fue un beso desesperado que solo se vio interrumpido cuando Taekwoon haló a Hyuk y se lo llevó con él fuera de la enfermería.


 


Ahora solo eran Hakyeon y Hongbin.


 


El moreno se sentó al borde de la cama y le indicó al otro que tomara asiento a su lado. Hongbin apenas se acercó a él, seguía estando algo asustado.


 


—¿Se reconciliaron?


 


—No —Hakyeon negó—. Hemos terminado, pero Hyuk no me quiere dejar ir.


 


—Es porque te ama —confesó Hongbin desecho, roto. Esas palabras dolían como la muerte—. Te ama, hyung.


 


—Él nunca me ha dicho esas palabras y nunca lo voy a permitir —declaró solemne Hakyeon—. No puedo permitir que mis problemas lleguen a él y lo lastimen, por eso terminamos...antes de amarnos más.


 


—¿Lo amas? —preguntó aún sin querer saber la respuesta, pero él no saberla sería más tortuoso.


 


Hakyeon sonrió triste, amargo, herido.


 


—Sí, lo amo demasiado, pero él no debe saberlo —declaró con tanto dolor que incluso Hongbin lo sintió como suyo—. No voy a atarlo a mí.


 


—¿Por qué... crees que esa palabra puede dañarlos tanto? —inquirió sabiendo que era algo muy grande, demasiado.


 


—Hongbin, por favor. Tú sabes bien que no soy la clase de persona que entrega esa palabra, que ha sido tomada tan a la ligera, sino lo sintiera realmente. La magnitud de esa palabra es demasiado para ser dicha como si nada, Hyuk lo entiende y por eso nunca nos lo hemos dicho —tomó una respiración profunda, los hematomas volvían a doler—. Lo amo y por eso voy a protegerlo, ocultaré mis sentimientos para que nadie pueda dañarlo.


 


Hongbin empezó a gimotear. Su consciencia se iluminó, una luz señaló sus fallas, su amor por Hyuk era egoísta y sucio frente al amor de Hakyeon.


 


Se arrodilló tomando a su hyung por sorpresa.


 


—Perdóname... fui un estúpido, un idiota... yo debí... debí hablar contigo pero... pero me cegué... yo fui un idiota... no merezco...no merezco...


 


—Hongbin, levántate —Hakyeon se arrodilló e intentó ponerlo de pie pero era muy pesado.


 


—Perdón... perdón...


 


—¡Ya! —palmoteó las mejillas de su dongsaeng, este pestañó adolorido—. Aprecio tu acto de buena fe al reconocer que has hecho mal pero ya lo hecho, hecho está.


 


—¿No me perdonas? —sorbió su nariz, se sentía más desahogado pero no menos culpable.


 


—Claro que te perdono pero eso no va a arreglar esto —dijo señalando su hombro, donde uno de los moretones ardía.


 


Hongbin apartó la mano de Hakyeon y deslizó la camisa por su hombro, el gavilán de colores purpuras y rojizos se mostró con horror ante sus ojos. Hakyeon intentó apartarlo cubrirse, no quería que su dongsaeng lo viera de ese forma.


 


En un acto imprevisto, Hongbin posó sus labios sobre la cruel herida de su hyung. Una herida que el provocó sin intención, una herida que manchaba la perfecta piel de su mayor. Los dedos de Hakyeon se enredaron en sus rizos castaños mientras susurraba en su oído que estaba bien, pero no lo estaba. Se sentía como un niño indefenso y asustado.


 


Dejando su lado egoísta pensó en alguna manera de que su hyung volviera a recuperar su vida normal, aun si ello le rompía el corazón.


 


 


 


 


 


Jaehwan salía de su salón con las manos y piernas temblorosas. Se mantuvo así toda la clase, incluso su pulcra letra se convirtió en garabatos ilegibles. En su cabeza solo se mantenía el pensamiento de ir por su hyung, llevarlo a un lugar seguro y protegerlo de cualquiera que intentase hacerle daño. Él no merecía ser lastimado de esa manera.


 


Llevó una mano a su boca intentando reprimir el llanto que desde hacía una hora estaba conteniendo. Esto era demasiado para él, demasiado grande para soportarlo. Más que un amor no correspondido, más que un corazón roto, más que cualquier cosa. Se habían ensañado con él con tanto odio, con tanto asco, como si quisieran matarlo a golpes. Él conocía esas marcas.


 


Un recuerdo súbito llegó a su cabeza para atormentarlo. La primera vez que habló con sus padres, cuando confesó sus preferencias. Aun podía ver claramente a su padre enfurecido tomando el cinturón de cuero y asestándolo contra su cadera. Su madre gritó, sus lentes de pasta dura cayeron al piso y el cristal se fraccionó igual que su vida.


 


Siempre fue un chico fuerte y nunca demostró que eso le afectó de alguna manera. Luego de asistir a muchas terapias tomaron la mejor decisión al comprarle un departamento y dejar que viviera su vida lejos de ellos. Su madre lo visitaba, su padre aprendió a tolerarlo. Al principio fue duro, triste, solitario, pero pudo soportarlo. Hakyeon también podía, él podía salir de ese círculo de maltratos. Estaba decidido a llevárselo con él.


 


Un torbellino lo trajo de regreso a la realidad, unos fuertes brazos lo hicieron prisionero.


 


—¿Larva?


 


El pelirrojo escondió su rostro en el cuello de su hyung, no estaba llorando pero podía sentir su temblor.


 


—Binnie está hablando con Yeonie–hyung, creo que está pidiéndole perdón.


 


—Es lo menos que puede hacer ese idiota —comentó Ken molesto—. Larva… ¿Por qué no me sueltas? Nos están viendo raro.


 


Pero Ravi lo ignoró olímpicamente.


 


Detrás de ellos, Sandeul tomó la mano de Jin y se alejaron a una distancia prudencial. Venían siguiendo a su amigo desde hace rato, estaban preocupados por él y su estado absorto.


 


—Te dije que si había algo raro con ellos, es que mira como se abrazan —dijo Jin.


 


—Y Kenny negando lo obvio.


 


Vieron como Ravi se llevaba a Ken de la mano pero no hicieron nada por impedirlo, pensaron que a su amigo le sentiaria bien estar al lado de la persona que aceleraba su corazón.


 


—Creo que en este momento es a él a quien más necesita…


 

Notas finales:

Aunque no lo crean estoy sufriendo con esto ;-;

Mi Yeonie herido, mi Woonie desesperado, mi Hyukkie destrozado, mi Binie, Sikie y Kenny sufriendo. Soy una mala persona que le gusta el drama ;-;

Por lo menos Hongbin ya pidió perdón de rodillas y Taekwoon prometió mantener distancia.

¿Será que todo se arreglará?

¿El Chasang podrá mantenerse separados por el bien de ambos?

¿Ken y Ravi al fin se dirán lo que sienten?

No lo sé o si lo sé pero no voy a decir nada...

Me disculpo por cualquier horror ortográfico.

Nos leemos el próximo milenio, cuando la universidad me libere de todo el estrés que cargo encima. Comenten que les pareció y denle amor a mi retorcida alma, see you <3


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