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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola, hermosuras. Traje dolor, agonía y sufrimiento~


¿Desde cuando dejé de traer sensualidad para venir a traer estas cosas? .-.


Bueno, en fin, no me cría capaz de actualizar esta semana. Fue algo accidentada, hubieron disturbios en mi ciudad así que andaba algo paranoica, mi humor no estaba del todo estable y apenas había escrito la mitad del capítulo. Pero algo me dijo que debía al menos intentarlo y desde que me desperté estoy escribiendo. 


Al menos puedo decir que intente hacer algo bueno.


Sin más que decir, disfruten el cap~

Ken entró a hurtadillas a la habitación acompañados de los demás chicos, excepto Hongbin quien se mantuvo al lado de Hakyeon vigilando que no despertara hasta que los chicos llegaran.

 

—Hyung… Hyung, despierta —Honbing movía suavemente el hombro de Hakyeon.

 

—Quiero dormir, Binnie. Shhh —Hakyeon cubrió los ojos de Hongbin como si eso evitara que siguiera molestándolo.

 

—No, hyung. Tienes que despertar —volvió a insistir entre risas.

 

—Yeonnie–hyung, despierta. Hay una sorpresa —esta vez fue Ravi quien movió su brazo para que despertara.

 

Hakyeon enderezo su cuerpo y se recostó contra las almohadas, desperezó sus ojos y trató de enfocar a sus amigos. Lo primero que vio fue una luz borrosa, parpadeó varias veces esperando a que la imagen frente a él adquiriera nitidez.

 

—¿Qué…?

 

—¡Feliz cumpleaños, hyung! —gritaron todos al unísono.

 

Hakyeon los miró desconcertado, aún estaba aturdido por el sueño y pensaba que estaba alucinando. Sus amigos empezaron a cantar, a desearle un feliz cumpleaños y él solo podía apreciar cada uno de los rostros iluminados tenuemente por las velas. Cada uno de sus amigos, sus niños preciosos, sonreía hermosamente ante sus ojos, sonrisas que él quería preservar por siempre.

 

—Hyung, pide un deseo —dijo Jaehwan extendiéndole el pastel.

 

Hakyeon con lágrimas en los ojos pidió lo que en cada cumpleaños, después de enterarse de su enfermedad, pedía, también pidió por la felicidad de sus amigos y, siendo un poco egoísta, pidió por su propia felicidad.

 

Las luces se encendieron y él tuvo que entrecerrar sus ojos.

 

—Estás llorando otra vez, hyung —señaló Hyuk con un puchero, no quería ver lágrimas en el rostro de su amado.

 

—Estoy feliz… Lloro porque estoy feliz —dijo secando sus empapadas mejillas—. Gracias, gracias por estar conmigo.

 

—Somos amigos y para eso estamos, en las buenas y en las malas siempre nos tendremos el uno al otro —dijo Taekwoon.

 

Todos se acercaron a su hyung y se dieron un caluroso abrazo grupal. Llevaban muchos años de amistad, de confianza mutua y cariño, algo que fueron forjando y que se afianzaba aún más en situaciones como las que vivía su hyung. Al final siempre se tendrían a ellos cuando el mundo se les cayera a pedazos.

 

—¡Hay que picar el pastel! —anunció Ravi.

 

—Oh, no. Es muy temprano para que coman dulces —refutó Hakyeon.

 

—Pero hyung~ —canturreó Ken con un puchero.

 

—Ya escucharon a Yeon–ah, nada de dulces —Taekwoon salió de la habitación con el pastel en la mano.

 

Los niños siguieron a su hyung y al pastel, Hyuk se quedó para ayudar a Hakyeon a levantarse. Fue muy oportuno, ya que ambos tendrían su tiempo a solas.

 

Lo llevó hasta el baño y cerró la puerta tras ellos, Hakyeon miró a Hyuk intrigado pero no se esperó las acciones de su dongsaeng. Hyuk tomó el rostro de Hakyeon en sus manos y estampó sus labios contra los de su mayor, fue dulce, fogoso, necesitado. Prácticamente tenían una lucha de lenguas, roces desesperados intentando ganar territorio y profundizarse.

 

No intentó tocar más allá de su rostro, sabía que su hyung aún estaba herido. Fue Hakyeon quien buscó más contacto con su menor, lo recostó contra la puerta, metió sus manos por debajo de la camisa de Hyuk y tocó su piel. El menor se estremeció al sentir sus dedos fríos, la boca de Hakyeon descendiendo por su cuello, amándolo como antes.

 

—Dime que me extrañaste... ahh... que me necesitas como yo a ti —susurró Hyuk en medio de los besos y el calor que se apoderaba de su cuerpo.

 

—Te extrañé... te deliré en largas noches de fiebre, añoré tu presencia, tus manos sobre mi cuerpo... te necesito a mi lado, Hyukkie...

 

Hyuk sonrió. Condujo sus manos a la cadera de Hakyeon y metió los dedos por el elástico de su pantalón, estaba intentando controlarse pero el deseo estaba nublando su juicio.

 

—No me gusta que Taekwoon–hyung esté tan cerca de ti, solo lo tolero porque te cuida bien —dijo Hyuk algo molesto, odiaba que su rival se tomara tantas libertades con su... hyung. Recordó amargamente que ambos habían terminado.

 

—Hyukkie... te juro que yo no...

 

—Shh, no digas nada. No necesitas explicarte. Aunque duele —tomó la mano de Hakyeon y la colocó en su pecho— aquí. Me duele cuando veo a otro hombre cerca de ti, duele saber que ya no soy nada tuyo.

 

—Hyuk, eres importante para mí. Siempre lo serás, nunca he dejado de tener sentimientos por ti —aclaró Hakyeon besando suavemente los labios de Hyuk.

 

—¿Qué sientes por mí, hyung? Quiero saberlo.

 

—Yo te–

 

—¡Hyung! ¡Hyuk! ¿Qué hacen? La comida se enfría —Ravi entró a la habitación sin saber de la escena que se desarrollaba en el baño.

 

—¡Ya vamos, Ravi–hyung! —dijo Hyuk de mala gana, de nuevo los habían interrumpido.

 

Hakyeon se apartó de Hyuk, llevó una mano a su boca y le dio la espalda. No podía creer lo que estaba a punto de decir, del paso sin retorno que iba a dar.

 

 

 

 

 

A media mañana Sungjae y Minhyuk aparecieron en la puerta de Jaehwan con dos bolsas de comida, lo suficiente para hacer un gran almuerzo.

 

Sungjae al ver a su amigo, tomó su mano, no sin antes desearle a Hakyeon un feliz cumpleaños, y se alejó de los demás a algún lugar del departamento.

 

—¿Y a ese que le pasó? —preguntó Wonsik al ver a sus dongsaengs correr como si la vida se les escapara de las manos.

 

—Ni idea, Sungjae anda raro —dijo Minhyuk ya que su novio había estado más pegajoso que de costumbre—. Hakyeon —llamó a su amigo quien lo miró confuso—, tu padre llamó.

 

Todos se voltearon alarmados a ver a Minhyuk, podían sentir el miedo instalarse en el aire absorbiendo todo el oxígeno de la habitación.

 

—¿Qué te dijo?

 

—Me preguntó si sabía de tu paradero, que estaba preocupado por ti. Yo lo negué, le dije que no sabía nada de ti.

 

—Ese hipócrita —masculló Taekwoon, iba a sentar al lado de Hakyeon pero Hongbin fue más rápido y abrazó a su tembloroso amigo—. Tsk.

 

Hakyeon estaba asustado, no podía ocultar el estremecimiento de su cuerpo. Si ese hombre lo encontraba podría hacerle daño o, peor aún, podría hacerle daño a sus amigos. Se dejó acunar por los brazos de Hongbin, en ese momento necesitaba apoyo, algo que le diera la fuerza necesaria para afrontar lo que vendría.

 

En una de las habitaciones, más específicamente en la que ocupaba Hakyeon, Sungjae y Hyuk discutían sobre la complicada situación del más alto.

 

—Entonces, ¿no pudiste terminar el compromiso? —suspiró Hyuk.

 

—Iba a hacerlo, Joy tampoco quiere casarse, pero nuestros padres… ¡aish! Se veían tan desesperados. Pedimos tiempo para conocernos, cosa que no haremos. Mientras más tardemos, mejor para ambos.

 

—¿Planearon no conocerse? Wow, piensan rápido —dijo Hyuk analizando la situación—. Aun así, creo que deberías contarle a Minhyuk–hyung.

 

—Lo sé, lo haré... luego. Ahora no es momento de llenarlo de más problemas, nuestra prioridad es Hakyeon–hyung y su seguridad.

 

Hyuk asintió quedamente. Su hyung estaba pasando por una situación delicada, hasta los momentos estaban bien pero no sabían por cuanto tiempo esa paz duraría. Hyuk no deseaba anteponer sus sentimientos por sobre la situación de su hyung, pero necesitaba que aquella confesión interrumpida, aquella palabra faltante, fuera dicha por su Hakyeon. Aunque era consciente de lo que diría, quería que fuera la dulce voz de Hakyeon quien pronunciara su confesión.

 

Volvieron a la sala tras escuchar un alboroto de voces conocidas. La escena que encontraron no le hizo mucha gracia a Hyuk pues, prácticamente, Taehyung, Jimin y Junkook acaparaban los brazos de Hakyeon, incluso Hongbin fue desplazado a una pierna.

 

Suga estaba sentado sobre las piernas de Taekwoon mientras este lo abrazaba posesivamente, era una estrategia indirecta para darle celos a Hakyeon pero no parecía funcionar, y Ravi, Namjoon y Minhyuk se arreglaron en el otro sofá individual como pudieron. Ken y Jin no se veían por ningún lado así que supuso que estaban en la cocina.

 

—Hyung, ¿cuándo tuviste tantos hijos? —preguntó Sungjae medio riendo.

 

—Intento recordarlo pero estoy en blanco —aquella respuesta los hizo reír pese al tenso ambiente.

 

—Ábranme espacio, pulgosos —dijo Hyuk intentando apartar a Jimin de su hyung.

 

—No, no, no, tú ya lo has tenido mucho —se quejó Taehyung apegándose más a Hakyeon.

 

—Ya, niños, no peleen —los regañó Hakyeon.

 

Ravi y Namjoon reían a carcajadas por lo infantiles que lucían sus amigos. Ravi, quien estaba sentado en uno de los brazos del sillón, cayó sobre las piernas de Namjoon producto del movimiento haciendo que el moreno pegara un grito.

 

En ese momento, Jin y Ken volvían de la cocina y se sorprendieron por la escena que protagonizaban sus respectivos amores.

 

—¡Ken–ah, tu novio está seduciendo al mío! —reprochó Seokjin.

 

—¡Te juro que no es lo que están pensando! —saltó Ravi a la defensiva.

 

—¿Ya son novios? —preguntó Taekwoon aun sosteniendo a Suga.

 

—¡Y no dicen nada! —se quejó Jimin.

 

—Niños, ahora si comeremos pastel con ganas —anunció Hakyeon—. ¡Esto hay que celebrarlo!

 

Todos gritaron de emoción mientras Jaehwan huía nuevamente a la cocina.

 

El día fue muy animado, Hakyeon se encontraba rodeado de sus amigos a quienes adoraba con el alma pero, aun así, le pesaba la ausencia de su familia. La comida de su madre, a su hermano molestándolo, a su hermana sarmoneandolo sobre la vida, el sonido de las risas de sus sobrinos, incluso, aunque no lo mereciera, extrañaba a su padre. Extrañaba los días en que todo parecía ir bien, cuando su casa era el lugar al que más anhelaa regresar y no huir. De verdad extrañaba los viejos tiempos.

 

A lo largo del día podía sentir la mirada de Hyuk seguirlo por toda la estancia y él no pudo hacer más que intentar ignorarlo, estaba asustado por lo que había ocurrido en el baño. Estuvo fuera de si, su deseo se desbordó sin previo aviso y casi los condena a ambos. Comprobaron que aún seguían deseándose como la primera vez, que sus sentimientos no menguaron sino todo lo contrario. Hakyeon temía que en lugar de hacerle un bien a Hyuk terminaría por destrozarlo por completo, no podía permitirse aacerle daño a su bebé.

 

Lo escuchó gruñir varias veces cuando alimentaba a Jungkook, cuando se ponía a cuchichear con Minhyuk, cuando Taehyung lo abrazaba o Taekwoon se le acercaba. Se estaba tornando posesivo otra vez.

 

Taekwoon era otro que se la pasaba revoloteando todo el día a su alrededor. Era su amigo y lo quería un montón, pero no quería que siguiera ilusionado con tener una oportunidad. Taekwoon no merecía eso, su amigo merecía a alguien que lo amase con todo su corazón y no solo con un pedazo de él. Justo como hacía Hakyeon.

 

—Minhyukkie…

 

—¿Hmmm? —ambos se habían separado un poco de los demás, quienes estaban muy animados contando anécdotas y riendo a más no poder.

 

—¿Es posible amar a dos personas? —preguntó Hakyeon a lo que su amigo le regresó la mirada sorprendido—. ¿No se puede?

 

—No… este, quiero decir… ¿te sientes bien? —tocó la frente de su amigo pere este apartó su mano con un gesto de molestia. Minhyuk rió.

 

Sintió una vibración en el bolsillo de su pantalón, lo sacó y se quedó petrificado al ver una llamada. Era el padre de Hakyeon. Vio a su amigo, este estaba pálido observando el celular e, incluso, podía escuchar sus dientes castañear por sobre el ruido.

 

Hakyeon elevó su vista hacia sus amigos, estos no era conscientes de lo que sucedía y él prefirió ahorrarles el amargo momento.

 

—Ven, vamos al balcón —susurró a su amigo quien lo siguió.

 

—¿A dónde creen que van? —señaló Sungjae.

 

—Es una llamada importante, no tardamos —dijo Minhyuk cerrando las puertas corredizas del balcón.

 

Escuchó las voces de sus amigos ahora opacas mientras contestaba la llamada, Hakyeon lo observaba expectante de cualquier signo de peligro.

 

—¿Diga?

 

Minhyuk, muchacho, pensé que nunca contestarías —la voz del padre de Hakyeon le puso los pelos de punto, se escuchaba demasiado animado a pesar de que su hijo llevaba días sin aparecer por su casa.

 

—Lo siento, señor, pero estaba ocupado.

 

—Oh, no te preocupes. ¿Qué noticias me tienes de Hakyeon?

 

—Ninguna, no he sabido nada de él.

 

Oh, Minhyuk, Minhyuk... sé que eres leal a la amistad con mi hijo y eso te llevará por buen camino, me refiero a tu sentido de lealtad, pero no puedes engañarme —el pulso de en sus venas se aceleró dolorosamente, temía lo peor—. Dile a Hakyeon que espero verlo en casa pronto o no querrá ver el alcance de mi ira.

 

La llamada finalizó dejándolo a merced de un frío silencio. No supo en que momento sujetó la mano de Hakyeon pero la tenía afianzada tan fuertemente que lastimaba.

 

—¿Qué te dijo? —preguntó el moreno.

 

Minhyuk bajó lentamente su celular y volvió a meterlo dentro de su bolsillo.

 

—Él... dijo que si no vuelves a casa no sabrás del alcance de su ira.

 

Hakyeon tembló. Era una amenaza, no necesitaba ser un genio para darse cuenta. Su padre era capaz de hacerla daño con tal de hacerlo volver.

 

Hakyeon volvió a la sala, disimuló muy bien su nerviosismo y preocupación, no quería que el día se arruinara por su causa. Los niños estaban felices, él lo estaba, podía solucionar esta situación sin causar un alboroto.

 

Vio como Wonsik continuaba acosando a Jaehwan, pidiéndole perdón por el accidente con Namjoon.

 

—Ya, Kenny–hyung, perdona a tu novio —canturreó Suga intentando no reír.

 

—¡Que no somos novios! —exclamó Jaehwan poniéndose de pie y llevándose a Jin de arrastro.

 

Ravi los observaba con un adorable puchero y unos ojos de cachorro abandonado.

 

—Me han roto el corazón otra vez —dijo.

 

—Oh, bebé —Hakyeon se acercó a él y lo abrazó protectoramente.

 

Nuevamente escuchó gruñir a Sanghyuk y sintió a Wonsik reír contra su pecho en señal de diversión.

 

Se despidió de sus amigos al final de la tarde, abrazó a Jin, a Jungkook, a Jimin y a Taehyung; dio unas palmaditas en la espalda de Namjoon y Yoongi, y los vio partir. Pidió internamente que llegaran a salvo a sus casas.

 

Cerró la puerta y fue a la sala. Sanghyuk y Sungjae estaban en el piso recostados contra el sillón, se veían relajados y felices, como siempre debieron serlo. Hakyeon tomó asiento entre las piernas del menor, pegó su espalda al pecho de Hyuk haciendo caso omiso a las punzadas en esta, sintió los brazos de Hyuk rodearlo. Eso era lo que necesitaba, un poco de Hyuk para calmar su perturbado corazón.

 

Todos sus esfuerzos por mantener a su menor a salvo de sus sentimientos se vieron derrumbados por ese momento de debilidad.

 

Sungjae se apartó de ellos otorgándoles un poco más de intimidad. Vio a Taekwon entrar a la sala y no pudo evitar estremecerse ante el fuego en su mirada, podría asegurar que quería saltarle a Hyuk encima, arañarlo y tragárselo para que desapareciera.

 

—Hyuk, ¿no estás lastimando a hyung? —preguntó Hongbin entrando detrás de Taekwoon y desparramándose en el sofá con pereza. No podía disimular sus celos aunque muchas veces se regañó por setirlos.

 

—¿Por qué todos creen que voy a lastimar a hyung? —preguntó en tono herido el menor.

 

—Porque no eres nada delicado —respondió Sungjae desde los brazos de su novio.

 

—Chicos, ¿pueden ir a comprar unas cosas al supermercado? Estos tragones me dejaron la nevera vacía —anunció Ken.

 

—¡Hyung, estoy en pleno crecimiento! —reprochó Ravi.

 

—Igual comes mucho, hyung —dijo Hyuk ganándose un golpe con uno de los cojines del sofá.

 

—¡Yeonnie–hyung, Sanghyuk lastima mis sentimientos!

 

Hyuk escondió su rostro en el cuello de su hyung, aspirando su aroma, acariciándolo, mientras Hakyeon sonreía intentando proteger a su dongsaeng de los ataques de Wonsik.

 

—Yo voy, hyung —dijo Hongbin no queriendo ser testigo de las muestras de amor entre Hyuk y Hakyeon.

 

—Te acompaño —Taekwoon lo siguió, su corazón dolía demasiado como para seguir soportando eso.

 

—Chicos, cuídense —dijo Hakyeon desde su lugar entre las piernas de Hyuk, tenía un pequeño malestar en su pecho que le impedía estar tranquilo.

 

—Aja, ya venimos.

 

 

******

 

 

Sus pasos eran lentos, perezosos, estuvo dando vueltas sin querer regresar al departamento de Jaehwan. Hongbin lo seguía preocupado por su estado de ánimo.

 

—¿Sigues molesto por lo de hyung y Sanghyuk? —preguntó sin esperar una respuesta realmente.

 

—Ellos terminaron. Se suponía que no debían estar juntos, pero aun se tratan como una pareja —pateó una lata que obstruía su camino, la pateó tan fuerte que fue a parar a muchos metros lejos de ellos.

 

Hongbin temió ser el siguiente en ser pateado pero, de igual forma, retomó el hilo de la conversación.

 

—No es fácil… olvidar a alguien a quien amas, más aun si tuvieron que terminar a la fuerza y no porque de verdad lo quisieran.

 

Hongbin recordó que hace unos días vio a Yura, parecía triste y él quiso acercarse a ella y abrazarla con todas sus fuerzas hasta borrar cada gramo de su dolor, pero no se permitió hacerlo. Yura había decidido que lo mejor era estar lejos, que lo mejor era dejar de hacerse daño mutuamente, pero eso no impedía que aun la quisiera.

 

Quizás eso pasaba con Hyuk y Hakyeon, se amaban tanto que era imposible que impusieran una distancia entre ellos, al final siempre iban a ceder ante ese cariño tan inmenso que se profesaban, ese cariño que había sanado sus corazones y le había brindado nuevas esperanzas. Ese cariño que era imposible extinguir.

 

Un tipo apareció frente a ellos bloqueándoles el paso, a sus espaldas aparecieron dos más. Los tres tenían sus rostros cubiertos por un tapaboca así que era imposible reconocerlos.

 

—¿Qué demonios es esto? —masculló Taekwoon.

 

Uno de los tipos intentó atacarlo pero lo esquivó y asestó una patada en su estómago desestabilizándolo. Taekwoon no se quedaría de brazos cruzados así empleó todo lo que aprendió de defensa personal en ese momento, no iba a dejarse vencer por esos tipejos.

 

Hongbin también fue atacado, dejó caer la bolsa de comparas a un lado y  retuvo el puño de aquel tipo clavando su puño en la mejilla de este. No creyó que funcionaria pero agradeció a los cielos que si lo hiciera.

 

—No se quienes sean ni lo que quieran pero se metieron con los tipos equivocados —advirtió Hongbin al ver que los dos atacantes se colocaban nuevamente sobre sus pies.

 

—Ustedes no nos conocen pero su amigo, Cha Hakyeon, si —dijo uno de sus atacantes.

 

Los amigos se miraron sin comprender al inicio pero algo en la mente de Taekwoon se iluminó, esos tipos fueron enviados por el padre de Hakyeon. Sintió tanta ira, tanta cólera embargarlo que su cuerpo se movió por sí solo.

 

—¡Hyung!

 

Todo fue un borrón que surcó veloz ante sus ojos, una nube de golpes, patadas, mordidas, gritos… Taekwoon estaba furioso, necesitaba descargarse, ver que ninguno de los tres individuos se pudiera sostenerse de pie nuevamente. Hongbin lo ayudaba pero incluso él estaba asustado de su actitud, parecía una bestia con necesidad de sangre para subsistir.

 

No es que Taekwoon no saliera lastimado, si había recibido varios golpes en el proceso pero era incapaz de sentirlos. La adrenalina se lo prohibía.

 

Cayó al suelo cuando aquellos sujetos huyeron, uno cojeando, el otro sosteniendo sus costillas, el último su cabeza. Su cuerpo estaba tan pesado, su cabeza daba vueltas, sentía pulsaciones en diversas zonas de su cuerpo, la adrenalina disminuyó.

 

—Hyung, hyung… ah… ¿puedes moverte? —Hongbin llegó hasta donde estaba tirado Taekwoon. Su pelo despeinado, su ropa desarreglada, su mejilla rojiza, parecía que algo más dolía. No podía imaginarse en qué estado estaba él mismo, tal vez mucho peor.

 

Hongbin hizo que pasara el brazo derecho por sobre sus hombros, lo ayudó a ponerse de pie mientras que con la otra mano sostenía la bolsa de las compras. Sus piernas flaquearon en más de una ocasión, sus huesos empezaron a doler a medida que avanzaba. Cada paso era un dolor nuevo a lo largo de su cuerpo.

 

—Lo siento —susurró casi sin aliento.

 

—No te disculpes —dijo Hongbin mientras ambos entraban al elevador—. ¡Maldicion! —exclamó dejándose caer en el suelo metálico y frío—. ¿De verdad se atrevió a algo tan vil? Ese hombre está demente.

 

Taekwoon no respondió simplemente veía su reflejo en la metálica pared, era un desastre. Tenía el labio inferior partido y probablemente al día siguiente despertaría con moretones en el rostro, en sus brazos, en su abdomen que dolía horrores. También necesitaba un baño, estaba asqueroso por todas las veces que cayó al suelo y volvió a levantarse.

 

Las puertas del elevador se abrieron, Ken y Ravi aparecieron por ellas. Al verlos, Jaehwan emitió un grito y Wonsik se aproximó a ayudarlos.

 

—¿Qué les pasó? —inquirió Wonsik ayudando a su hyung a levantarse ya que era el más pesado, Ken ayudó a Hongbin quien si podía mantenerse en pie mejor que Taekwoon.

 

—Estábamos preocupados porque no regresaban, ¿quién les hizo esta atrocidad?

 

—El padre de Hakyeon —respondió Taekwoon entre dientes, sentía tanto odio hacia ese hombre que no merecía llamarse padre.

 

Jaehwan mordió su labio tembloroso mientras sacaba las llaves de su bolsillo y procedía a abrir la puerta.

 

Deseó con todas sus fuerzas que Hakyeon no estuviera esperándolos, que estuviera dormido por el cansancio o en algún otro lugar pero allí estaba, de pie en camino a ellos.

 

El moreno se detuvo petrificado por lo que veían sus ojos. Llevó una mano a su boca, sus ojos se cristalizaron, estuvo a punto de caer pero Hyuk lo sostuvo.

 

Minhyuk se llevó las manos a la cabeza,  ese hombre de verdad había cumplido con su amenaza.

 

—Yeon–ah… —Taekwoon susurró como si su nombre sanara todo el dolor de su cuerpo.

 

Wonsik lo depositó en uno de los sofás, no podía moverse bien pero hizo lo posible por sostener la mano de su moreno quien estaba a un lado suyo. La preocupación estaba dibujada en todo su rostro, sus músculos tensos.

 

—¿Quién te hizo esto? —preguntó con la voz rota, Jaehwan se acercó a ellos con un botiquín de primeros auxilios.

 

—Fue tu padre —contestó pese a que no quería que su amado estuviese triste, no podía ocultarle lo peligroso que era su progenitor. Hyuk, quien acompañado de Ravi curaba las heridas de Hongbin, lo volteó a ver sorprendido.

 

Hakyeon empezó a hiperventilar, la opresión en su pecho se hizo más grande, sus pulmones ardían.

 

—No puede ser… no puede ser…

 

—Yeon–ah…

 

—Perdón, perdón —se alejó de su herido amigo como si sus manos fueran brazas ardientes que pudieran lastimarlo.

 

—Hakyeon, cálmate —Minhyuk lo sostuvo por los hombros antes que pudiera hacerse daño.

 

—Debo irme… de ir a casa…

 

—¿Qué? ¿Estás loco? —inquirió Minhyuk preocupado.

 

—Hyung, no puedes hacer eso —saltó Sanghyuk más que alarmado.

 

—Debe haber otra solución —dijo Sungjae preocupado.

 

—No, no la hay…

 

—Hyung, no te precipites. Podemos pensar en algo —dijo Ravi igual de conmocionado.

 

—No —contestó rotundo—. Si me sigo escondiendo, mi padre va a hacerles mucho daño, esté o no esté con ustedes. No puedo permitir que sean lastimados por mi culpa… los quiero, son mis amigos, son como mis hermanos, son las personas más preciadas para mi junto a mi familia por eso… por eso debo irme…

 

—¡No! ¡Me niego! —Taekwoon se levantó del sofá aun en contra del dolor que se comía sus huesos—. Podemos huir… podemos sacarte de aquí sin que él lo sepa —sujetó el rostro de Hakyeon entre sus manos, su suave piel estaba empapada en lágrimas, su cuerpo se estremecía—. No vas a ir con él… no puedes hacerlo…

 

Hakyeon se veía tan asustado, tan indefenso, Taekwoon no se permitía dejarlo partir. Ese hombre era capaz de matarlo a golpes, de destrozarlo mentalmente, de quebrar su espíritu para siempre y Taekwoon prefería morir antes de que eso sucediera.

 

—Los amo con toda mi alma… a cada uno de ustedes, si algo les sucediese yo no podría vivir conmigo mismo —declaró Hakyeon observando los rostros tristes y asustados de sus amigos—. Por esa razón, antes de que algo peor suceda, debo irme…

Notas finales:

Las cosas se pusieron duras, ahora Leo y Hongbin fueron atacados. Le dieron donde más le dolía a Yeonnie ;-;

Nuestro bebé se quiere sacrificar para que sus niños no corran peligro mientras él es quien más va a sufrir *se tira por la ventana* *vuelve al podio*

Los siguientes capítulos van a ser algo fuertes, así que preparen pañuelos, helados, chocolate, vodka para l@s legales(?) y ajustence los cinturones de seguridad e.e

Antes debo decir que no me gustó mucho como quedó el capítulo porque sentía que en unas partes iba muy rápido y en otros muy lentos y como que me perdía a veces, pero se hace lo que se puede con mucho amor (y lágrimas) 😢

Disculpe, cualquier horror ortográfico.

Comenten que les pareció y denme mucho amor para seguir escribiendo esta historia de horror(?), nos leemos pronto o/


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