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I'll Waiting For You [VIXX] por Kris Kuro Angel

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Notas del capitulo:

Hola, hermosuras. Traje sensualidad~

Ha sido un camino largo lleno de contratiempos, altas y bajas, pero siempre perseverante en traerles una buena historia que aunque un poco cliché es algo que amé de principio a fin. Se supone que este iba a ser el final pero me decidí por hacer otro capítulo (el epilogo) para darle un buen cierre a la historia. Además les tengo una sorpresa para el final.

PD: en este capítulo utilicé la canción Without You de N y Yeoeun del OST de W:Two Worlds para ambientar (y la verdad es que le calza)

Sin más que decir, al fic...

La mañana que Hakyeon se fue, no pudo despedirlo. No tuvo valor.


 


La noche anterior hicieron el amor hasta caer desmayados, él dándolo todo y recibiéndolo todo. Se sentían insaciables, sedientos, necesitados, como si fuesen capaz de prever el tiempo tan largo en ausencia del otro. Sus cuerpos hablaron más que sus bocas, las palabras sobraron más, sin embargo, esa mañana mientras se hacía el dormido pudo sentir a Hakyeon besando sus mejillas y boca, y entonando palabras dulces en su oído.


                        


—Espera por mí, juro que volveré a tus brazos lo más pronto posible.


 


Y aunque no quiso, guardó la fe en esas palabras dentro de su corazón con esperanzas de que se volvieran realidad.


 


"¿Podré seguir amándote?


¿Podré seguir a tu lado?


Creyendo que era el destino, nos aferramos a este amor."


 


Así pasaron los meses, metido de lleno en el trabajo, ayudando a Xiumin y pasando su poco tiempo libre con sus amigos, más que todo con Ravi y Hyuk formando el "Club de la Espera", como lo bautizó el menor de los tres. Él esperaba el regreso de Hakyeon, Ravi esperaba el divorcio de Ken y Hyuk esperaba la recuperación de Hongbin. Tan sencillo como eso.


 


También, de vez en cuando, iba a visitar a Ken y a jugar con sus pequeños sobrinos. Su menor aún seguía en etapa de prueba pero se alegraba al verlo tan feliz con las pequeñas estrellitas, como los apodó. Ravi era otro que no podía disimular el entusiasmo cada vez que visitaba a sus hijos, cada vez que Ken le decía que había aprobado las pruebas de la semana y los monitoreos. Cada vez estaban más cerca de tener a sus hijos en toda la extensión de la palabra.


 


Otra de las buenas noticias fue cuando Minhyuk le anunció que le había pedido matrimonio a Sungjae, pensó que explotaría de tanta felicidad aunque dijo que no se casaría hasta que Hakyeon no estuviera de vuelta. Cosa que Sungjae aceptó.


 


Todo parecía ir bien para todos excepto para él, cada día se le hacía más pesada la ausencia de Hakyeon. Necesitaba oír su voz, sentir su piel, verlo caminar por el departamento o sentado frente a la ventana con una taza de café. Lo necesitaba a él.


 


"Todos los días te extraño y lloro.


Te busco en todos lados para poder verte de nuevo."


 


Ya había transcurrido mucho tiempo y él no daba señales o indicios de volver, eso le preocupaba. Su cabeza se llenaba de pensamientos oscuros, paranoicos, deprimentes. Si Hakyeon se quedaba con ella, si no volvía a su lado, enloquecería.


 


Una noche, como regalo del cielo, Hakyeon le envió un mensaje y no supo si era algo bueno o algo malo, solo supo que estuvo tan aterrado que se encerró en su habitación dejando su celular en la sala. No respondió.


 


"El bebé nació".


 


 


******


 


 


Ravi colocó los últimos arreglos en su ordenador, su siguiente sencillo estaba casi listo y ya tenía varias ideas para promocionarlo. Se envolvió más en su frazada y bebió un sorbo de café, el invierno ya estaba pasando, aun así el clima seguía frío.


 


Recordó con una sonrisa como esa mañana la pasó con Ken, Myungjun y Jinwoo acurrucados en el sofá cama de su departamento como una familia. Él veía escenas como esas en un futuro cercano, cuando pudieran estar juntos sin limitaciones, y el pecho se le inflaba de felicidad. Tener a Ken y a sus hijos a su lado era su mayor realización junto a su carrera, era el hombre más feliz de la tierra.


 


"Hoy, también estoy esperando por ti."


 


Más, sin embargo, había una pequeña molestia que perturbaba su burbuja de felicidad y era que Leo llevaba días sin aparecer por su estudio. Solía verlo 3 o 4 veces a la semana pero ya no lo veía tan seguido, o más bien esa semana no lo vio para nada.


 


Iba a llamarlo pero unos toques en su puerta lo detuvieron, la persona que ingresó fue su querido amigo J-Hope.


 


—Parece que la vida te trata bien, Ravi-Ravi —comentó con un tono de picardía, trayendo en su mano derecha una bolsa con bocadillos y un café en la otea.


 


—Hoy más que nunca puedo sentirlo, mis bebés están cada día más cerca de mí —dijo tomando la bolsa


 


—Y tú que al principio no los querías. Ahora mírate, eres todo un padre.


 


—Hobi, ¿cuándo te vas a casar?


 


—Oh, no aun. Soy un bebé que todavía necesita cuidados —dijo con un tierno puchero—. Además tengo mucho por hacer, muchas cosas en las que concentrarme, no podría entregarme como quisiera a mi hogar y mi pareja. Cuando la vida de Sungwoon y la mía se estabilicen, tendremos un hogar. Por ahora continuaremos trabajando en ello.


 


—Sí que eres un chico centrado, sabes lo que quieres.


 


—El yoga ayuda. Aunque no te creas, muchas veces los nervios me atacan y no se que hacer —fingió temblar—. A veces pienso en renunciar a todo pero luego miro mi pasado, todo lo que abandoné y todo lo que logré así que borro ese pensamiento y me concentro en el presente. Eso debes hacer cuando creas que todo está contra ti.


 


—Gracias por el buen consejo, mi amigo —brindaron con sus vasos de café.


 


J–Hope se quedó al lado de Ravi ayudándolo con sus canciones, creando nuevas, tal y como el buen amigo que era. Distrayéndolo del tiempo que pasaba lento para él, de los problemas que aun debía afrontar.


 


"Yo sin ti, no puedo hacer nada


Y pensando en eso lloro otra vez."


 


 


******


 


 


Hongbin leía el acta entre sus manos, incrédulo de lo que estaba plasmado allí.


 


—Esto... es...


 


—Es tu carta de libertad —dijo el doctor Yixing—. Puedes volver a tu hogar, ya no tienes que estar encerrado. Eso si —su tono fue de advertencia—, debes seguir tomando terapia. No quiero que tengas recaídas ni nada por el estilo.


 


—Es... increíble... Yo... No se cómo afrontar esto. No sé si esté preparado para retomar mi vida.


 


—Lo estás, Hongbin. Me has demostrado que estás preparado para retomar tu vida y decirle al mundo que nadie pudo destruirte. Eres fuerte, tienes determinación. No importa cuán difícil fue el encierro, sonreías al final de cada día. Recuerda —posó su mamo sobre el hombro de su paciente de forma amistosa— tienes personas a tu alrededor que te aman y te aceptan tal cual eres, ellos no van a darle importancia a lo que te pasó, no te juzgaran ni humillaran, solo te verán a ti como persona.


 


—Sí, lo sé —volvió a ver el acta entre sus manos.


 


—Bien, cámbiate rápido. Ya llamé a alguien para que viniera por ti.


 


Hongbin asintió y fue a colocarse su vieja ropa casual. Se sentía extraño volver a ello, a su vida, luego de un largo encierro. Casi un año, divagó. Seguro habían cambiado muchas cosas en su ausencia, su trabajo tal vez mermó o ya no llegaron más ofertas, y eso le preocupó.


 


Salió de la habitación que por tanto tiempo habitó, caminó por última vez los repetitivos pasillos que conocía de memoria y, esperaba, no volvería a cruzar. Llegó hasta la puerta, las voces tras el parecían ecos difusos. Tomó un respiro y abrió la puerta, se quedó helado.


 


"Ahora, los días sin ti


Se han convertido en días sin sentido."


 


Tanto tiempo sin contemplar el mundo fuera de la clínica lo hacía lucir resplandeciente, pero lo que más le impactó fue la persona que lo esperaba.


 


—Hyuk...


 


—Hola, Hongbin–hyung —dijo el chico con una tierna sonrisa—. Felicidades... al fin pudiste salir... Eh... Ya podemos irnos...


 


Hongbin asintió caminando a su lado, se sentía extraño y melancólico. Parecía como si transcurrieron cientos de años desde que pudo caminar al lado de Hyuk, desde que estuvo a su lado.


 


Arriesgándose, aun con el miedo carcomiéndole las entrañas, sostuvo con suavidad la mano de Hyuk. El menor dio un respingo por el repentino acto pero la sujetó, entrelazando sus dedos, antes de que Hongbin se arrepintiera.


 


No volvería a soltar su mano nunca más.


 


"No dejare que te vayas otra vez."


 


Siguieron su camino aun tomados de la mano, con el calor del contrario abrazando su piel.


 


—Vamos a ir a ver a Leo–hyung, lleva días sin aparecer y me tiene preocupado —comentó Hyuk guiando a su mayor hasta el departamento de Taekwoon—. ¿Sabes que Jimin y Yoongi-hyung van a casarse? Me costó mucho guardarle el secreto pero mi amigo es feliz.


 


—Wow... Me alegro por ellos.


 


La calle estaba muy concurrida y eso puso algo nervioso a Hongbin pero el apretón en su mano le dijo que no debía preocuparse, todo estaba bien si Hyuk estaba con él.


 


"No volveré a dejarte otra vez."


 


Ingresaron a un edificio para nada familiar para Hongbin, nunca había estado allí. Hyuk le dijo que era un nuevo departamento que Hakyeon compró para que él y Leo vivieran juntos.


 


El menor lo guió hasta la puerta del departamento, se encontraron a Minhyuk tocando insistentemente.


 


—Hyung, ¿qué sucede?


 


—Estoy a nada de tirar la puerta —dijo—. Oh, Hongbin, que bueno que estas aquí —comentó casual como algo normal y eso le hizo sentir bien—. Leo esta allá dentro y se niega a abrirme.


 


—Creo que puedo hacer algo —dijo el de hoyuelos.


 


Tomó un gancho que tenía en el bolsillo de su pantalón y lo introdujo en la cerradura, en menos de dos segundos la puerta estaba abierta.


 


La sala estaba en penumbras y un silencio mortal se acentuaba en el aire, parecía abandonado. Los tres muchachos se dirigieron a la habitación del mayor, para su suerte se encontraba la puerta abierta. El primero en asomar su cabeza fue Minhyuk, en la oscuridad de la habitación apenas pudo vislumbrar una bola de sabanas sobre la cama.


 


—Aquí estás, Jung Taekwoon —exclamó Minhyuk encendiendo la luz haciendo que Leo se retorciera bajo las sábanas.


 


—Hyung, estábamos preocupados por ti. ¿Qué te sucede? —dijo Hyuk acercándose a la cama e intentando sacar a Leo de su bola de tela.


 


—No... —murmuró aferrado a las sábanas.


 


—¿Cómo qué no? Vas a salir de allí quieras o no —dijo Minhyuk.


 


Mientras Minhyuk y Hyuk intentaban sacar a Leo, Hongbin fue has la sala pues escuchaba que el teléfono del mayor sonaba insistente. Vio varios mensajes y llamadas perdidas pero había uno, que estaba abierto en la pantalla, el cual lo dejó confundido.


 


—Taekwoon–hyung, ¿de qué bebé habla Hakyeon–hyung? —inquirió Hongbin entrando a la habitación.


 


—¿¡Ya nació!? —gritaron al unísono Hyuk y Minhyuk.


 


Leo se retorció más herméticamente dentro de las sábanas.


 


—Dice que ya nació y que pesa 2 kilos.


 


—Es pequeño... Así que eso es lo que te tiene de esta manera —Minhyuk posó su mano sobre las mantas, un gimoteo se hizo escuchar.


 


—No llore, Leo–hyung. Esa es una buena noticia porque Hakyeon–hyung volverá pronto —Hyuk intentó ser optimista y transmitirle ánimos al mayor.


 


—El bebé... ¿es de Hakyeon–hyung? ¿Cómo sucedió eso? —preguntó algo alterado Hongbin al desconocer todo lo referente a la situación de sus hyungs.


 


—Una larga historia, te la resumo en que Eunyoung quedó embrazada y Hakyeon se fue a cuidarla porque está delicada de salud, prometió volver cuando ella y el bebé estén estables —dijo Minhyuk.


 


—Ok, ok... eso es bastante para mí. Apenas he asimilado que Ken–hyung adoptó dos niños para que me salgan con esto —Hongbin llevó ambas manos a su cabeza.


 


Harto del ruido y los forcejeos a su alrededor, Leo salió de entre las sábanas con los ojos rojizos y su cabello despeinado luciendo su pijama de largas mangas.


 


—Te ves horrible —señaló Minhyuk.


 


—Cállate, ardilla.


 


Lo obligaron a salir de la cama, a tomar una ducha y comer. Lo obligaron a retomar su vida pese a que Leo se había hundido en su depresión y solo quería comer y dormir, no le veía sentido a la vida por más que intentaban animarlo.


 


Ese mensaje fue el último que recibió de Hakyeon, él tampoco le escribió.


 


“Todos los días trato de recordarte


Camino por los alrededores buscándote de nuevo y lloro.”


 


No quería humillarse más, tampoco quería seguir lastimándose y alimentando esperanzas porque era un momento crucial, porque debía esperar una decisión, porque ese bebé podía hacer cambiar a Hakyeon de opinión y hacer que se quedara con Eunyoung solo para estar cerca de él.


 


Vio los días pasar sin noticias de Hakyeon ni de Eunyoung. Se vio a sí mismo en un estado letárgico al finalizar cada día. Muchas veces Minhyuk o Xiumin llegaban por la mañana a sacarlo de la cama, o alguna llamada de sus dongsaengs para que se esforzara o se alimentara, incluso su club que ya no era necesario seguía haciéndole compañía.


 


“Estoy esperando por ti otra vez.”


 


Habían buenas noticias flotando a su alrededor, un ambiente muy positivo pero él no lo veía. Ravi y Ken estaban a un paso de tener a sus hijos, Hyuk y Hongbin retomaban su relación, Minhyuk y Sungjae revoloteaban en su burbuja ocupándose de los detalles de su boda así como Suga y Jimin, y sin olvidar que Xiumin le presumía su relación con Chen a modo de castigo. Además, un día se topó con Chanyeol a quien no veía desde hacía años, estaba saliendo con un chico muy bonito de nombre Baekhyun y se veían muy felices.


 


Sí, todos eran felices menos él. Sin Hakyeon nada tenía sentido, nada brillaba.


 


“Ahora, los días sin ti


Se han convertido en días sin sentido.”


 


—Toma, Hongbin lo preparó para ti —dijo Hyuk tomando una cucharilla con comida y llevándola a la boca de Leo.


 


El mayor tomó la comida en su boca, no haría entristecer a sus dongsaengs pero estaba cansado y no tenía apetito. Estaba en el estudio con Hyuk, Ravi y el pequeño Jinwoo, él también comía.


 


—El tío Binnie cocina delicioso —dijo el niño.


 


—¿Verdad que si? —inquirió Hyuk con orgullo a su sobrino.


 


—Los niños se están esforzando por ti, appa. Deberías cambiar esa cara —le comentó Ravi limpiando la boca de su pequeño.


 


—Lo sé pero... ha pasado más de un año y él no ha vuelto, no me ha llamado. Estoy casi seguro que ella me mintió y todo fue una trampa para que Hakyeon se quedara con ella en Boston —articuló escondiendo su cabeza entre sus brazos cruzados.


 


—Estas mortificándote más de la cuenta, es cierto que es extraño que hyung no se haya comunicado con nosotros en todo este tiempo pero, si él lo prometió, yo creo que va a volver —dijo Hyuk.


 


—Estoy completamente de acuerdo con Hyuk —dijo Ravi—. Tal vez las cosas se le complicaron por allá y por eso ha tardado, aunque pienso interrogarlo cuando venga.


 


—Abre la boca —exigió Hyuk y Leo, refunfuñando, comió lo que le daba.


 


No paso mucho tiempo para que el teléfono de Leo anunciara un mensaje. El mayor bufó pensando que era por trabajo pero se sorprendió al ver que era Hakyeon. Se puso de pie rápidamente y recogió su chaqueta con la misma agilidad.


 


—¿Qué sucede? —inquirió Ravi.


 


—Él... H-Hakyeon volvió... Él regresó... ¡E-Está aquí!


 


Tomó sus llaves y salió corriendo del estudio sin escuchar el llamado de sus donsaengs. Fue al parqueadero y encendió su auto, arrancó a toda velocidad con destino al aeropuerto. En el camino intentó no causar un accidente ni atropellar a nadie, pero sus pensamientos estaban en Hakyeon.


 


Se detuvo de imprevisto ante un semáforo en rojo. Su corazón estaba desbocado y su respiración irregular. Hakyeon había vuelto y él, cual polilla atraída por la luz, fue a su encuentro y entendía que siempre iba a ser así sin importar qué. Taekwoon correría hasta el fin del mundo solo por Hakyeon.


 


“No dejaré que te vayas otra vez.


No volveré a dejarte otra vez.”


 


Cuando la luz cambió se puso en marcha, ahora un poco más calmado. Inconscientemente pensó en todos esos meses sin Hakyeon, en lo vacío que se sentía, en los deseos oscuros que se apoderaban de su corazón. En lo insignificante que se sentía sin Hakyeon.


 


Era absurdo, era patético, pero todo eso desapareció en un segundo. Fue un golpe de realidad en donde todo empezó a adquirir brillo y color.


 


“No volvamos…


a separarnos de nuevo.”


 


Detuvo el auto al llegar a su destino, tomó una respiración profunda y luego otra, y otra, y otra. Se preparó mentalmente para ver a Hakyeon, para no llorar frente a él ni lanzarse como desesperado a sus brazos. Debía guardar la compostura, debía ser fuerte para no ser una carga más para Hakyeon ni para él mismo.


 


Salió del auto e ingresó al aeropuerto, habían demasiadas personas. Buscó a Hakyeon intentando no mostrarse ansioso, intentando no perderse en la desesperación hasta que lo vio. Se quedó pasmado, estático en su sitio mientras vislumbraba la figura del moreno acercarse a él con una sonrisa.


 


“Yo sin ti, no puedo hacer nada


No puedo seguir, ese soy yo.”


 


Se veía cansado, algo demacrado y ojeroso pero seguía siendo ese hombre hermoso del que se enamoró. Vestía casual y llevaba un enorme bolso a cuestas además de una maleta en su mano derecha y en la izquierda carga un bulto de mantas.


 


—Hola —dijo Hakyeon sin saber cómo iniciar una conversación entre los dos, Leo no reaccionó—. Ha pasado mucho tiempo... perdona por no haber regresado antes.


 


—Si... —fue lo único que pudo articular difícilmente—. Que... ¿Qué sucedió?


 


—Muchas cosas... Eunyoung no lo soportó, murió —se veía la tristeza reflejada en sus ojos y Leo sintió una fuerte presión en su estómago—. Tuve que hacerme responsable de su funeral. Sus padres no me la dejaron fácil tampoco, tuve que luchar por mi hijo solo. Fue un proceso muy largo y difícil pero, tal y como te lo prometí, he vuelto por ti.


 


“Ahora, los días sin ti


Se han convertido en días sin sentido.”


 


—Bienvenido —dijo, gruesas lágrimas abandonaron sus ojos. No importaba cuanto resistiera, Hakyeon hacia que sus sentimientos afloraran salvajemente—. Te esperé, siempre te esperé y aún sigo esperando a que vengas a mí... mis piernas están débiles...


 


Hakyeon sonrió y se acercó a Leo, a su amado Taekwoon. Al hombre que siempre esperó por él, al que lastimó y le dio tantos momentos felices. Ya no había nada que les impidiera estar juntos, ningún obstáculo que atravesar, solo esa corta distancia.


 


“No dejare que te vayas otra vez.


No volveré a dejarte otra vez.”


 


Esa distancia iba a cerrarse con un abrazo de parte del menor, de no ser por un pequeño quejido que lo detuvo.


 


—Oh... Olvidé presentarlos —Hakyeon descubrió el pequeño bulto que traía entre sus brazos y Leo, nuevamente, se quedó sin aire en sus pulmones. El rostro recóndito del bebé fue lo primero que vio, luego sus rasgos y sus extremidades engalanadas con un trajecito celeste y un gorrito que hacia juego.


 


Era el bebé con el que siempre había soñado.


 


—Yeon–ah... Es él...


 


—Sí, Jung Taekwoon —afirmó lo innegable—. Te presento a Cha Eunwoo, nuestro hijo...


 


“No volvamos a separarnos otra vez…”

Notas finales:

Chan Chan!!!

Al fin N y Leo están juntos y tienen a su bebé! Si mis hermosuras, Eunwoo de ASTRO es el bebé Neo XD (Perdon pero no pude evitar no ver algo de N en él)

Bin y Hyuk volvieron a estar juntos, y el Raken ya tiene a sus estrellitas.

Sungja y Minhyuk al fin van a casarse *llora*

Ahora solo faltan tres estrellitas por unirse a la familia, adivinen en donde cearan 7u7 (creo que ya di pistas por ahí)

Debo decir que la última escena fue la que me motivó a escribir todo este fic, ese encuentro entre Leo y N después de mucho tiempo me ablandó el corazóny tuve que si o si escribirla.

Disculpen cualquier horror ortográfico.

Nos leemos en el final. Denme amor para traerlo lo más pronto posible~ o/


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