Hace ya un par de semanas que Sousuke llego a Samezuka Academy, fue una grata sorpresa verlo caminar dentro del salón de clase en el que estaba, primero me quede un poco en shock al ver a un muchacho bien fornido cruzar la puerta, mi primer pensamiento fue: lo voy a hacer mío. Y con ello me refería a hacerlo parte del equipo, por supuesto.
Hace un par de semanas que regrese de Australia, soy nadador así que fui a entrenar allá, fue algo duro, pero me esforcé al máximo para terminar en tiempo y poder regresar a Japón, este es mi último año en la preparatoria, por lo que me gustaría pasarlo con mis amigos de la infancia, pienso regresare a Australia para seguir con mi entrenamiento para mis primeras olimpiadas una ves que haya terminado este año.
Me di cuenta de que era un nadador después de notar su cuerpo; una cintura no tan grande que marcaba la playera negra que llevaba puesta, espalda ancha, llevaba la chaqueta deportiva de la academia pero aun así pude notar sus brazos marcados por el ejercicio, algo en él me resultaba familiar, y con cada centímetro que observaba del chico lo confirmaba aún más, desde su cintura hasta subir a su cabello castaño oscuro que caía un poco despeinado sobre frente, en unos dos segundos volví mi mirada a su rostro, me encontré con su mentón fino, las cejas levantadas como si estuviera por cazar a un feroz animal, y finalmente vi sus ojos verde aqua que recorrían rápidamente cada una de las bancas de la habitación hasta que cruzamos miradas.
Después de ese momento no pude concentrarme en la clase, para ser honesto no me lo esperaba. Cuando salimos de ese lugar lo primero que hice fue saludarle como acostumbrábamos de niños, vaya que extrañaba eso. Seguido del saludo obtuve un gran, y cariñoso, abrazo de su parte. No era un apretón normal, sus brazos pasaron por debajo de los míos para rodear mi espalda, después Sousuke deslizo su manos hacia abajo sobre mi columna hasta llegar a la espalda baja, me sujetaba de una forma distinta a todas las veces que nos pudimos haber abrazado antes, podía sentir sus pectorales tonificados sobre mi pecho y los músculos de sus brazos en mi caja torácica, me sujetaba con fuerza, como si no me quisiera dejar ir.
Recargue mi cabeza sobre sus hombros y llegue a su cuello como en busca de protección, sentía como su fuerza disminuía y el abrazo se tornaba más delicado.
– También te extrañe Sousuke.
– Vine a recuperarte Rin.
Impresionado por aquellas palabras abrí mis ojos y gire mi cabeza contemplando el perfil de mi mejor amigo. Para finalizar ese día lleno de sorpresas fui a ver al asesor de dormitorios, como Sousuke era nuevo aun no tenía un dormitorio asignado, así que le pedí al asesor que lo ubicara conmigo y que cambiara a Aii con Momotaro Mikoshiba que recién se había unido al equipo. Mi excusa no fue más que el capitán del equipo de natación sería perfecto para mostrarle el campus al nuevo estudiante que por cierto estaba muy interesado en unirse al equipo. Después de una pequeña plática de 20 minutos en donde esperé a que el asesor reacomodara las habitaciones, Sousuke pudo quedarse conmigo.