Caminaba a paso veloz hacia esa enorme cafetería después de haber tenido un examen muy extenso para el cual se había desvelado estudiando y no sabía si valió la pena, pero de algo estaba seguro: que tenía mucho sueña y ganas de tomar café.
Al entrar sonó la típica campanilla que se encontraba en aquella puerta de cristal. Resopló con cansancio sentándose en una de las sillas de aquella mesa para dos personas «Irónico» Pensó aquel chico moreno de ojos grandes dejando su mochila en la otra silla.
En el fondo sonaba una canción que conocía a la perfección I don’t manna miss a thing de Aerosmith, mientras se acercaba el mesero con una sonrisa leve y parecía algo apenado, pues sus mejillas regordetas estaban ruborizadas.
- ¿Qué desea? – Preguntó aquel chico de ojos avellana, quien tenía una pequeña libreta para apuntar la orden de su cliente.
- Un americano, por favor. - Se limitó a responder Minho mientras el chico de la cafetería anotaba su orden.
- ¿Nada más? -Dirigió su vista hacia la de Minho.
- Si te digo que necesito una reseña de un libro , ¿la harías? - Cuestionó el moreno alzando una de sus cejas mientras observaba como el chico mordía nerviosamente su labio inferior. Suspiró el moreno y asintió. - Sólo eso. -Ahora él asintió mientras hacía una reverencia.
- ¿Cómo se llama? - Preguntó el chico.
- ¿Yo? -Asintió el de ojos avellana. - Choi MinHo. -Sonrió y asintió mientras hacía una reverencia y se retiraba. «Extraño»
MinHo sacó un libro de medicina que cargaba siempre consigo, pues al ser estudiante de aquella carrera, debía cargarlo consigo mismo prácticamente todo el tiempo. «Veamos... capítulo dos, sistema esquelético» Leía con atención el moreno mientras se masajeaba las sienes con cierta delicadeza, puesto que no tenía ánimos de nada. Sin duda le gustaba su carrera, pero le daba dolor de cabeza leer tanto, estudiar tanto y desvelarse tanto.
- Aquí tiene. - Decía el mesero colocando con cuidado la taza de café en la mesa de metal, hizo una reverencia y se volvió a retirar. «Muchas reverencias» Y dirigió su vista de nuevo hacia su libro mientras tomaba un poco de su café.
El cuerpo humano tiene aproximadamente 208 ochos, sin contar la dentadura y algunas huesos pequeños que tienen algunas personas, llamados supernumerarios... Y continúo leyendo y tratando de que se le quedase en la cabeza dando de vez en cuando unos sorbos a su bebida caliente. Cuando terminó su café y de leer, llamó al mesero para que le diese la cuenta, este asintió y enseguida se la dio. Pagó la cuenta cogiendo su mochila levantándose de aquel lugar dispuesto a irse. Estaba apunto de salir cuando alguien le habló, volteó a ver quien era, el chico de la cafetería.
- Tome. -Le dio unos papeles engrapados al moreno, quien los tomó y observó y leyó "Reseña literaria de La vuelta al mundo en ochenta días, por el alumno: Choi MinHo". El moreno le miró entre confundido y asombrado, y aquel chico sólo se quedó cabizbajo. - Usted dijo que quería una reseña de un libro, ¿no? Lamento sino es el que quería, p-pero hice lo que pude. - Estaba completamente rojo, y MinHo sólo le palmeó la espalda haciendo que el chico alzase la mirada y viese la sonrisa resplandeciente del alto, quien le susurró un gracias y se retiró de aquel lugar.
Extraño. Muy extraño.
¿Por qué aquel chico había hecho aquello? Vale, él se lo pidió, pero estaba bromeando, aunque en verdad le había salvado de leer otro libro, y por eso le estaría agradecido.
*
*
Se sentó en una de las bancas del salón soltando un ligero suspiro y sintió como una mano le golpeaba ligeramente el brazo, volteó a ver a la persona que le había proporcionado aquel golpe, Key.
- ¿Estudiaste? -Preguntó sentándose en la banca de al lado, y MinHo sólo asintió. - ¿Y estás leyendo el libro para tu reseña?
- Me pasó algo raro respecto a eso.
- ¿Qué?
- El chico de la cafetería. - Hizo una pausa mientras que Key se acomodaba mejor en su asiento mirándole con curiosidad.- Le pedí que la hiciese por mí. Fue una broma, y él lo hizo. - El rubio le miraba asombrado.
- Le gustaste. -Y MinHo le fulminó con la mirada provocando que el mayor riese . - ¿Sabes cómo se llama? - Negó, aunque tampoco tenía ganas de saber. - ¿Cómo era? «Y una mierda con este tío».
- Era alto, unos tres centímetros más bajo que yo, piel blanca, ojos avellana, cabello castaño. - «Y ahora que lo pienso... Se veía bonito» . Key sacó su móvil buscando algo en este.
- ¿Él? - Le mostró el teléfono el cual tenía la foto de aquel chico. MinHo asintió y el mayor sonrió.- Lee TaeMin. Está en nuestra especialidad en el mismo semestre y es muy popular al igual que tú. Aunque no entiendo que hace trabajando ahí, se supone que su familia es adinerada.
- ¿Cómo le haces para saber la vida de todos? - Key sólo sonrió, se levantó y se fue sin más, mientras MinHo rodaba los ojos concentrándose en lo que estaba leyendo.
«Así que Lee Taemin.»